Partida Rol por web

Tony suspiró profundo al ver que Chief abrió los ojos. A este paso no llegaban al día siguiente.

Fue entonces cuando cayó en la cuenta de sus heridas y se tocó los vendajes. Todo parecía estar en su sitio. Con la preocupación por Chief se había olvidado por completo de sí mismo. Igual esta experiencia haría de Tony mejor persona.

—Yo no he visto nada... —confesó Tony negando con la cabeza— Pero está claro que algo había.

- Era... ¿Josephine? - Chief se notaba dolorido y su voz así los transmitia mientras trataba de asegurarse que no tenía nada roto. Una costilla a lo sumo.

Miró hacia fuera, hacia el bar, preocupado por la atención que podían estar llamando en ese pueblo en solo un día.

- Al menos alguien que iba a tener una hija con Johnson... - por lo que sabía del músico, tampoco le extrañaría que fuera una primera mujer o una amante. - Dijo que que hizo un pacto y las entregó al infierno. Dijo un nombre... Erhiel.

El nombre le sonaba bíblico pero en ese momento se veía incapaz de ubicarlo en las escrituras.

—Por lo que dijo Prunty probablemente Sugarman no fuera hijo de Josephine. ¿Creéis que tendrá que ver con eso? —dijo Cliff intrigado.

Durante unos instantes se quedó pasmado repitiéndose mentalmente ese nombre "Erhiel".

—¿Qué pensáis? Reconozco que estas conexiones empiezan a superarme y que no se muy bien por donde continuar buscando.

Milton trajo el té que había pedido Cliff. El hombre se mantenía un poco apartado, casi se diría que intimidado. Después se decidió a hablar:

—Miren amigos... no entiendo muy bien lo que ha pasado ni que era ese ruido... pero debería tener más cuidado porque el caballero no está para estas movidas. En esa buhardilla hubo bastantes desgracias y por eso lo tenía cerrado y no lo uso. Un obrero estuvo a punto de perder una mano y otro dijo que algo que lo había empujado cuando estaba reparando el techo. A veces...— el hombre parecía un tanto avergonzado —A veces me da la sensación de escuchar a una mujer llorando ahí arriba. Ya sé que pensarán que estoy loco. Pero sobre todo de noche, cuando estoy cerrando y no hay ruido. Es imposible, claro, pero le juro que desde que tengo el local nunca me he atrevido a subir ahí arriba solo. Hay sitios... que tienen mal fario.

Chief asintió levemente a las palabras del dueño del bar, alegrándose que hubiese tenido más sentido común que el que había demostrado él mismo.

- Hay sitios así. - respondió asintiendo levemente con la cabeza. - En todos mis años como pastor de mi Iglesia, he visto sitios que me han dado esa sensación.

Esperaba que su papel sacerdotal hiciera que aquel hombre tuviera más paciencia con ellos de la que realmente debería estar teniendo.

- Si tuviese una aspirina, se lo agradecería. - pidió humildemente pero aprovechó para hacer otra pregunta. - ¿Es el único sitio del local que genera esos problemas?

Milton le dio la aspirina solicitada.

—Sí. ¿le parece poca cosa? Vaya. Ustedes parecen como si tomasen todo esto como algo normal.— el hombre lanzó un suspiro, como aliviado —Ni siquiera se lo he contado nunca a mi mujer. El caso es que prefería pensar que estaba algo zumbado a... la otra opción. ¿Y qué se puede hacer al respecto?

Tony iba cambiando la mirada entre el barman y Chief mientras hablaban. Y soltó una carcajada, que pasó a ser una risotada larga con lágrimas en los ojos.

—Tío, no me jodas... —dijo mientras seguía riendo— Estoy en un bar, hablando de fantasmas en desvanes, ¿cuándo mi vida se ha convertido en Supernatural? —añadió justo antes de soltar otra carcajada.

Desde luego, Tony no se reía porque le pareciese divertido. Era como si su mente necesitara relajar la situación para seguir adelante. Como si mantener la tensión de estar en un local, sabiendo que la puta máquina de discos estaba hecha de huesos hace un instante y estaba conectada por un cordón umbilical a un fantasma que hay en un desván, fuese demasiado para él sin tener un rato, al menos un instante, de relax.

—Bueno, el experto es aquí mi amigo —dijo una vez relajada la risa y secándose las lágrimas—, lo que está claro es que sea lo que sea que haya ahí arriba, no está contenta. Y no es para menos. Si no lo he entendido mal, Robert la debió dejar embarazada pero murieron antes de que pariera, ¿no? ¿Por qué Josephine? ¿No pudo ser otra mujer?

—Nosotros estamos en una búsqueda, señor Iverson, me gustaría decirle que el final de nuestra búsqueda solucionará todos los problemas colaterales pero no tengo esa carta. Ni siquiera se si esa carta existe. Estamos hurgando en el pasado de un tipo, Robert Johnson, y tratamos de unir cabos para buscar la respuesta. El problema es que algunas respuestas nos las da algunas cosas que, como usted dice, podrían hacernos pasar por locos.

Hizo una pausa se acercó amablemente al dueño del local.

—Cualquier información que pueda darnos, por muy absurda o antinatural que le parezca, quizá pueda ser una pista.

Milton se mesó los cabellos.

—Me gustaría poder ayudarles, de verdad pero no tengo ni idea de todo lo que sucede aquí.

Cliff estaba seguro de que aquel pobre hombre era sincero, pero su cerebro intentaba encajar todas las piezas. ¿De quién era el espíritu? ¿Qué quería transmitir al grupo? Aquí había muerto Robert Johnson. La canción de la gramola hablaba de una mujer muerta... ¿Qué tenía que ver con todo esto? Podía estar casi seguro de que la mujer del ático no era Josephine. Lo que había dicho, según Chief, fue 'Robert nos entrego a la oscuridad por su pacto con Erihel'. Robert Johnson había perdido a su primera y joven esposa junto con su hija no nata en el parto. La historia que se contaba es que tras esto decidió volcarse completamente en el blues. Pero ¿y si la historia estaba mal enfocada? ¿Y si Johnson realmente había entregado lo que más podía querer en este mundo para dominar el blues?

Entonces sintieron un escalofrío. Chief, que todavía estaba bebiendo el té, puso los ojos en blanco. Su rostro se contrajo como si estuviera sufriendo un gran dolor. Abrió la boca y dejó salir un aullido gutural al que siguió una voz quebrada, claramente femenina.

—Deben hacerle pagar... ¡él debe ocupar nuestro lugar!

Se levantó adoptando una postura antinatural, encorvando la espalda y girando brutalmente el cuello mientras sus manos se contraían casi como garras. ¡El espíritu se había introducido en su cuerpo!

Cliff se echó atrás un instante y miró alrededor tratando de buscar una respuesta. Finalmente tomó aire tratando de controlar los nervios y se abalanzó sobre Chief cogiéndolo por los brazos desde la espalda y tratando de mantenerlo sujeto.

—¿Quién? —preguntó con clara inestabilidad en la voz—. ¿Quién debe ocupar vuestro lugar?

Volvió a mirar a su alrededor buscando una respuesta en sus compañeros. Cliff estaba visiblemente asustado pero trataba de sobreponerse agarrado a Chief.

—¡Hostia puta! — exclamó Tony separándose y tirando el taburete sobre el que estaba sentado— ¿Qué haces? ¡Sal de mi amigo! ¡Te ayudaremos pero sal de mi amigo!

Tony se separaba casi de forma incosciente de Chief, temblaba como un flan y no paraba de rechinar los dientes. Casi podía decirse que se le escuchaba la respiración desde la calle.

—¡Vete! ¡Vete! —repitió mientras se seguía alejando- ¡¡Vete!!

Cliff intentaba mantener el tipo pero no las tenía todas consigo. Las manos le temblaban y aunque pretendía aproximarse a Chief descubrió que era capaz de aproximarse¹. Mucho peor lo llevaba Tony, que aterrado había retrocedido y tropezado contra una de las sillas del local mientras gritaba². El tipo de la barra había retrocedido igualmente hasta donde podía, contra las estanterías de las bebidas del fondo.

El predicador, o más bien lo que estaba contenido en su interior, se giró hacia sus compañeros. Estos temían que en cualquier momento el cuello se le quebrase como una rama:

—Robbie nos entregó por su música... consiguió todo lo que quería pero estaba vacío... no puedes hacer pactos con el diablo y pensar que puedes ganar... se esconde de nosotras ayudado por ese sucio timador... el diablo espera... y nos tortura mientras tanto...

De pronto Chief empezó a vomitar como si fuera una fuente descontrolada, repartiendo el desayuno por todo el local.

—¿Qué diablos dice? —dijo Cliff tratando de deducir algo de las palabras de lo que fuera que estaba dentro de Chief¹.

Miró al resto valorando su estado aunque pronto volvió a centrarse en Chief y en lo que decía. Esas palabras debían de significar algo y, en su búsqueda, Cliff había aprendido a fiarse de su instinto.

Cliff se adelantó nuevamente para agarrar a Chief, que estaba empapado en su propio vómito. Aferró con fuerza a su amigo mientras intentaba comprender que era lo que atormentaba al espíritu que ahora se había introducido en el cuerpo del sacerdote. Se esconde de nosotras ayudado por ese timador. Cliff estaba seguro que esa frase no estaba pronunciada al azar. Alguien estaba ayudando a Robert Johnson a escapar de su destino tras la muerte pero ¿quién? ¿Y a donde había ido Robert Johnson al... ?

De pronto Cliff palideció y retrocedió un par de pasos.

Se esconde de nosotras ayudado por ese timador.

Se esconde de nosotras.

Se esconde.

¿Por qué había tantas dudas sobre la muerte de Robert Johnson? ¿Por qué no hubo una autopsia? ¿Dónde estaba realmente enterrado?¹

Casi ni se dio cuenta, mientras pensaba en esa nueva pregunta, de como su amigo se desplomaba en sus brazos.

—Joder, joder, no... —dijo Tony desde cierta distancia al ver como Chief se desplomaba— ¿Está muerto? Joder, dime que no está muerto...

Desde luego, el nerviosismo seguía muy vivo en el cuerpo de Tony. Había escuchado lo que dijo. Y también había intentado pensar en aquellas frases. Incluso las había repetido para sí mismo, pensando que quizá era alguna clase de acertijo que había que resolver. Pero era en vano, aquel cuerpo retorcido enfrente, vomitando y moviéndose de forma grotesca no le dejaba pensar con claridad.

Y eso que estaba empezando a acostumbrarse a todas aquellas cosas paranormales. Ya antes tampoco es que lo llevase muy mal el tema. Pero que un espíritu entre en el cuerpo de un compañero y le haga comportarse así... Eso le costaba más.

—Va, Cliff, tío, dime que no está muerto, joder...

Cliff se acercó a Chief para verificar que seguía respirando. Apestaba a vómito pero aún así Cliff se acercó.

—No, no está muerto. Respira. Y su corazón va a mil. No se quien lo ha poseído pero debe de estar jodido. Traed un poco de agua, lo necesitará.

Cliff agarró una mano de Chief y rezó una oración por él. Cliff no era creyente pero nunca había hablado de eso con Chief y que ahora susurrara esa oración, podría ser de ayuda para Chief, una vuelta a su realidad o un cabo al que agarrarse.

Mientras tanto le daba vueltas a las palabras que habían salido de la boca del sacerdote.

—¿Pensáis que Johnson pueda realmente no estar muerto? —preguntó con muchas dudas—. Las palabras hablaban de "esconderse"... aunque puede que lo que se esconda sea su espíritu.

Chief sentía todo el cuerpo dolorido, olía a vómito y notaba que estaba desplomado en los brazos de alguien cuando empezó a recobrar la consciencia.

- Parezco... parezco un universitario... - trató de bromear al ver la preocupación de sus compañeros sobre él.

Él había vivido varias veces ya el ser la vasija que el Señor utilizaba para dar voz a aquellos que ya no lo tenían con consecuencias de lo más diversas, desde simplemente hablar en lenguas y despertarse desnudo a orillas del Missisipi, y había aprendido que los caminos del Señor son inescrutables.

Pero entendía que era algo nuevo para sus compañeros y centró sus esfuerzos en las palabras de Cliff.

- ¿Después de todo este tiempo? - la pregunta llevaba una cierta reflexión pero en ese momento se dio cuenta de dónde estaban y lo que había pasado. - Quizá... quizá deberíamos irnos y no molestar más a este caballero...

—¿Chief? —preguntó Tony desde cierta distancia— ¡Chief! ¡Joder estás vivo! —se arrancó a por él y le dio un abrazo de esos que probablemente fuesen lo más sincero que había hecho Tony en su vida— Dios qué susto, tío... ¿Recuerdas algo?

Mientras salían del local, no sin antes darle las gracias a un abatido dueño, pensaba en el próximo destino.

—Oye, Cliff, ¿y las dudas esas de si está muerto? —preguntó mirando al suelo mientras le daba una patada a una piedra— Claro que está muerto, ¿no? O sea... ¿No era esa figura que nos hemos encontrado? Eso no estaba vivo —añadió todavía con la mirada abajo, como si le costase creerse todo lo que estaba diciendo y le diese vergüenza decirlo en serio— ¿Quieres ir a investigar dónde está enterrado o algo antes de que vayamos a Jackson?

La expresión de Chief dejó claro que no se acordaba de nada y escuchó atentamente la narración de los hechos que expusieron sus amigos mientras salían del bar.

- Puede que no su cuerpo no esté vivo pero su alma no llegara a su destino... - aún sentía la cabeza como en una gran resaca y las ideas fluían despacio. - Prometió algo que luego no quiso entregar y ahora vive huyendo... la duda es quién fue el que le ayudó.