Partida Rol por web

De desayuno, respondiendo a Malakias, había la misma miseria de siempre. Los lujos escaseaban en aquel lugar y Baltar se sentía frustrado por la mala vida que le había tocado vivir. Pero al menos le había tocado vivir. Nunca se había sentido tan vivo como en presencia de aquellos numerosos cadáveres que eran la única tripulación de la nave.

Y visto aquel puente.

En la guerra siempre hay que perder tropas, que alguien vaya de explorador.

El camino había sido simplemente encantador. En cierto modo, le recordaba a las puñeteras trincheras en Aexe Cardinal. Al menos, la peste y la abundancia de cadáveres eran bastante similares. Sin embargo la verdadera guinda del pastel les esperaba más adelante, tras abrirse paso con no poco trabajo. Tenían que cruzar por aquel corredor que colgaba a unos treinta metros sobre el suelo, y que no parecía precisamente estable. Se asomó para contemplar la caída. Como aquello se rompiera, estaban jodidos. Al escuchar las palabras del médico, le miró frunciendo el ceño.

-No hay necesidad de recalcar lo de la muerte. Yo iré primero. ¿Alguien tiene cuerda?

Malakias le puso una mano en el hombro del explorador durante un segundo y con un zumbido el ojo biónico lo mira de arriba abajo, mientras el bueno está fijo en la cara.

- Tranquilo, mi ojo chungo dice que sólo uno morirá cruzando, somos muchos, la probabilidad que sea otro, es alta- me doy la vuelta satisfecho de haber reconfortado a un compañero- Aunque ya me he equivocado antes.

Stigga caminaba en silencio, no se encontraba al 100% bien, ya fuera porque físicamente no podía o porque la mente le daba el runrun de que no estaba bien y, por ende, afectaba al cuerpo, pero el caso es que mantenía el ritmo sin su ánimo habitual.

Cuando llegaron a ese lugar, a ese puente tambaleante, no pudo evitar chasquear la lengua- Gak -maldijo mientras miraba a los demás- No se yo si con todo el equipo que llevo podría pasar bien -dijo recalcando el hecho de que llevaba una armadura caparazón y un lanzallamas pesado, a parte del equipo estandar.

No puedo ayudarte con eso... - comentó Armand a la pregunta del explorador que solicitaba una cuerda - ...estrellarse, levantarse, correr, esconderse, correr, ser mordido... se me pasó lo de la cuerda. Lo siento en el alma - Añadió con aire despreocupado - ¿Quizá algún nativo tenga alguna? Supongo que han hecho más cosas que correr y esconderse durante los últimos años...

No tenemos cuerdas, no... - respondió Jeremias que seguía sudando a causa de la fiebre que le asolaba el cuerpo - aquí hay poco que escalar, pero... el puente parece estable como para cruzar lenta... mente... ¿no? - preguntó sin moverse del lugar en el que estaba

-No, las cuerdas no eran para nosotros. Eran para el equipo, el más pesado al menos. Quizás se le podría haber hecho cruzar tras nosotros de algún modo para no sobrecargar todo. Pero ya da igual-dijo el explorador. Tras eso, se asomó de nuevo al "abismo".

"Por feth, espero realmente no estamparme contra el suelo..." pensó, antes de empezar a cruzar primero, tal como había dicho. 

-Espera Logan, Alguien sabe de estructuras y podría identificar donde están las zonas mas débiles?.
Mientras espero una contestación que seguramente sera negativo con la mira del láser largo observo con detenimiento cada zona del puente por si pudiera encontrar algo que a simple vista no se vea.
Luego con tranquilidad y con una frialdad pasmosa de la que ya ha visto su muerte pasar varias veces delante de sus ojos a pesar de su juventud miro a Malakias y digo:- Te podías haber ahorrado esa mierda, joder.

Después digo a Logan:- Yo te cubro desde aqui. Y me preparo con el Láser Largo por si apareciera algo por el otro extremo del puente.

Logan fue el único que reunió el valor suficiente para cruzar... pero así eran los veteranos de Tanith, aguerridos combatientes, mejores exploradores y maestros de las emboscadas y en internarse allá donde nadie se llegaba a atrever, y Logan, como era de esperar, hizo gala de esas cualidades.

El pasillo de la nave que parecía más bien un puente colgante se tambaleó cuando Logan dio el primer paso sobre su superficie. Se balanceó peligrosamente, los cables de acero chasquearon y varios mamparos de los laterales cayeron hacía el suelo provocando un terrible estruendo al caer... pero al menos, seguía en pie.

Con paso cauteloso fue avanzando hacía el final y en ciertos momentos tuvo que parar ya que parecía amenazar con partirse en dos, pero, al menos, eso no pasó. Tras unos largos seis minutos, Logan recorrió sus casi sesenta metros de longitud y llegó al otro lado, donde el explorador Tanith encontró más de lo mismo. Después de que el cruzara, Jonas, el montaraz que se le fue destinado como ayudante, cruzó con más seguridad que él ya que este, pionero, había demostrado que se podía cruzar con cierta seguridad.

Logan cruzó, con todo el valor y el equilibrio que pudo reunir. No es que fuese un loco suicida... Bueno, puede que cuerdo del todo no estuviera, pero no era un suicida. Y desde luego le preocupaba la caída. Pero era el único puto paso, y debían cruzar por allí o quedarse allí sentados a esperar a que los puñeteros herejes se les comieran por los pies. Y no estaba dispuesto a eso. 

Cuando finalmente terminó de cruzar, no sin algún accidente, resopló aliviado. No era una mancha en el suelo, había llegado al otro lado. 

Jeremias observó al resto que parecía no moverse o tomar la iniciativa... viendo que nadie se atrevía, los miró y negó con la cabeza para después lanzarse a cruzar la pasarela. Nuevamente, la estructura sin ninguna clase de integridad o seguridad se tambaleó al sentir un nuevo peso y comenzó a cruzar yendo hacía Logan.

Jeremias, dado su estado, tardó más que Logan, pero finalmente llegó al otro lado. Asintió a Logan a modo de saludo y se sentó en el suelo apoyando la espalda en un mamparo que se mantenía vertical. 

- Que?, nadie va a cruzar?, yo era la francotiradora, la que se suponía que les cubría, pero aquí nadie daba un paso adelante, así que sin mas me coloque el rifle cruzado a la espalda y con tiento empece a cruzar mientras rezaba al Dios Emperador todo lo que sabia, que no era mucho.

Armand se lo pensó muy mucho antes de decidirse, y si lo hizo fue previsiblemente gracias al lingotazo de licor que cayó por su garganta. Nunca le había tenido miedo a las alturas, pero su febril estado no ayudaba y la iniciativa desaparecía entre una maraña de sudores y dolor de cabeza...

Finalmente cruzó su arma sobre la espalda y procedió a cruzar. Estuvo tentado de elevar una plegaria al Emperador pero necesitaba todas sus energías para centrarse en la tarea que estaba realizando, por lo que obvió ese aspecto. Tan sólo esperaba llegar hasta el otro lado...

Sargento, si me da uno de esos cruzo con usted.

Baltar extendió la mano solicitando bebida que le envalentonara.

Stigga esperó a ser de las últimas, pues al llevar más peso que muchos de sus compañeros con la armadura caparazón, el lanzallamas y todos los bártulos, no quería dejar el equipo dividido.

-Ves tu primero Albert -dijo al barbudo compañero que la habían asignado- si caigo yo que sea la última, ¿vale?

Una vez hubieran cruzado todos, y solo ella quedara en el otro extremo, se dispondría a caminar por ese puente que, dentro de lo que cabe, parecía estable.

Albert asintió y cruzó después del ayudante de Armand. El pasadizo colgante aún resistía y cada vez había más gente en el otro lado. Cuando estos lo hicieron, fue el pater quien cruzó con la misma demostración de cautela desarrollada por los otros. Algunas piezas habían caído al suelo, pero se mantenía todo lo estable que se podía mantener una estructura que no estaba diseñada para soportar peso estando colgada.

Armand fue capaz de ver, a simple vista, movimiento enemigo. Un grupo de unos doce milicianos herejes armados con rifles láser (seguramente sustraidos de la nave) avanzaban por la zona de la que ellos venían... es decir, su rumbo, hacía donde avanzaban, iba directo hacía la posición de Armand y los demás que habían cruzado, aunque obviamente, estando al nivel del suelo. No parecían haber visto a nadie, solo estaban inspeccionando el lugar, pero se iban acercando a un ritmo constante... quizás ¿atraídos por el ruido provocado por las planchas caídas?