Partida Rol por web

Ni 24 horas después estaba aún siendo vestido, confuso, en la borrachera y desorientación que suponen que tu cerebro negocie 7+ años de experiencia en menos de 3 semanas. No se resistió mientras le vestían, le alzaban y le jaleaban, le ponían el uniforme y le colocaban la máscara.

Y las puertas se cerraron.

Aún tardó un rato en acostumbrarse. El asiento era más cómodo y los mandos eran distintos a lo que estaba acostumbrado, pero aquello era una variante VII del Leman Russ, ninguna más tenía doble enlace cog en una misma ranura. Cuando pudo centrar los ojos, vio una botella y una nota, que procedió a leer.

-...

Comida y agua para tres días. Una semana de encierro.

La soledad no era nada a lo que no estuviese acostumbrado, y la existencia enclaustrado en un tanque tampoco era algo que le resultase ajeno: el único problema ahí iba a ser racionar el agua y la comida. Estuvo tentado de conectarse inmediatamente al tanque y dejarse llevar durante el periodo, pero antes de eso inspeccionó el lugar y los accesos, y contuvo la respiración para comprobar que ninguno de sus compañeros hubiese decidido llevarse a un incapaz por delante. Bien. Golpeó rutinariamente con la culata de la pistola todas las chapas para comprobar un doble fondo en el que pudiese esconderse algo o alguien. Bien. Cerró los ojos y contó durante diez segundos, esperando no escuchar el batir de un corazón en la garganta y las gotas de sangre repiqueteando en el suelo como aviso. Bien. Se apartó la máscara por unos segundos, la revisó y se aparto el sudor antes de volver a ponérsela. Siete días con tres días de comida... podía sobrevivir a eso. Simplemente sería una molestia, había crecido con cosas peores.

Si sólo las cosas fueran tan fáciles.

"ODIO el Salto"

El resto de días tras la horrible y confusa sensación del Salto (tan similar a la que deja un sueño de mal augurio) fueron tranquilos, buscando ocupar el tiempo. Meditación. Rezos. Ejercicios calisténicos. Comprobar cada 6 horas estándar la carga y sistema de los cargadores. Comulgar con la máquina mediante impulso y perderse en la noción del tiempo hasta que las estúpidas necesidades corporales molestaban y tenía que activar los sistemas de extracción. Y, claro, venganza. "Chivarse" era algo que moriría antes de hacer, pero sería hasta insultante para con sus compañeros que no fantasease sobre sus muertes de varias posibles y gratificantes maneras, otro buen momento para pasar el rato y-

"....!!!!"

-extendió sus sentidos hacia fuera pero el Leman Russ no los tenía. Confuso por el intercambio, realizó la desconexión y miró con ahora sí sus sentidos. Sólo eran unas cajas, vendrían a arreglarlo y LUCES DE EMERGENCIA. Oh. Oh, no, por la piedad de dios, no. Cogió las armas y se dispuso a salir fuera, pero la maldita puerta estaba bloqueada por la broma. Intentó patear el bloqueo extra, pero nada consiguió; ni siquiera era un sonido que pudiese amortuguar los otros sonidos, así que lo único que pudo hacer cuando se rindió fue rezar... rezar por su alma inmortal, al amparo de la disformidad. Se apartó el sudor que le caía y las indignas máquinas mientras se resignaba, conectándose al alma del Leman, a morir allí. Sintió la trepidación por sobre los ruidos y se recostó en el asiento, hechas las paces con su alma y con el trono, a morir.

Si sólo las cosas fueran tan fáciles.

...

Pesadillas.

Conectado a una máquina.

En el tiempo sin tiempo.

Pesadillas.

Se desconectaba jadeando, intentando tranquilizarse, asqueándose de comportarse como un niñato en vez de las casi dos decenas de ciclos estándar que tenía. Aquello no era posible. Estaba viviendo algo que era sencillamente imposible, pero no había refugio en la consciencia o en la inmersión para aquellos sueños, donde la criatura venía. Siempre la misma, siempre lo mismo, no sabía cuándo era, no sabía que éra, sólo que era imposible que pasara... pero pasaba. ¿Lo habría atrapado la disformidad? ¿O era ahora poco más que un sucio mutante, mutante de mente? En el último caso, al menos moriría por su propia mano o la de un representante de la Iglesia con su conformidad, y por tanto se reuniría con el Emperador, pero en momentos terribles ni siquiera eso parecía ser consuelo la única gracia que parecía quedarle. Esperó con la pistola en la mano y la sierra a que abrieran la placa y se lo llevasen, como parecía que aquellos traidores y enfermos descreídos tenían plan... pero tampoco pasó.

¡Pero, al día siguiente! Al día siguiente hubo lucha. Y no era lucha entre diferentes facciones de perversos enfermos y abominaciones contranatura, sino de gente que cantaba con el Emperador en sus labios contra aquellos locos. Su corazón se volvió loco de contento y se echó, renovado y con nuevas energías, a los mandos: el odio es un poderoso nepente. No tenía forma de acceder a ninguno de los sistemas normales de percibir el exterior, pero eso no quería decir que no lo pudiera hacer.

Tenía que actuar rápido, pues si no se cocería vivo, pero bebio un trago del agua que le quedaba e inició la conexión sin reparar en aquello, pues el fuego que ardía en su interior era mucho mayor que el fuego que amenazaba su carne en aquel momento.

Jeremias parecía haber activado el modo torreta, pues, lejos de moverse de su posición, se quedó donde estaba, culta al hombro, vista al frente y dedo en el gatillo disparando sin cesar. La intensidad del combate en esa zona sumado a la posibilidad de morir lo mantenía en tensión, pero esta vez, su salva paso lejos de su objetivo provocando que maldijera en voz baja.

A Logan, a cubierto donde estaba le pasó lo mismo que a Jeremías, y el veterano explorador oriundo de Tanith erró por poco su disparo. 

Los traidores reiniciaron el combate, pero cada vez más nerviosos, sus camaradas caían, tenían la terrible percepción de que estaban perdiendo el combate de manera estrepitosa, pero sacaban fuerzas de donde podían. Dos de los herejes que quedaban con vida en una escuadra visiblemente reducida abrieron fuego contra los milicianos logrando que ambos impactaran aunque hirieron levemente a uno de los leales. El combate a melee seguía, los culatazos de los traidores encontraban cuerpo que golpear, pero la torpeza y el daño que pudieron provocar fue insultantemente leve, con lo que el montaraz, nuevamente, se libró de ser herido. Su otro compañero, evitó uno de los ataques pero el otro le golpeó en un hombro, pero igual que su compañero, el daño fue tan leve que no logró atravesar la armadura que portaba. Otra salva se produjo contra los hombres de Jeremías y mientras uno de ellos evitaba un disparo, otro recibió dos impactos que uno logró herirle.

Entre TER y Zora, la primera en posición superior y la otra en tierra, lograron, conjuntamente, acabar con los dos traidores que acosaban a Logan y a los milicianos con una demostración de fuego preciso y efectivo. Ya quedaban menos herejes que matar. Los milicianos leales, con ningún objetivo a la vista, avanzaron internándose todavía más en el interior del hangar mientras que Gaius corría de igual modo junto con Valshe. Kuolan había llegado al destino que Gaius le había indicado y se quedó ahí, a la espera de instrucciones mientras observaba como el doctor se acercaba a cubierto tras el blindado. 

Los montaraces enzarzados en cuerpo a cuerpo, respondieron con sus armas y uno de ellos le dio una profunda y dura estocada a uno de los traidores lo que provocó que este perdiera el aire de sus pulmones al ser atravesado por la espada del montaraz. Los que no estaban en cuerpo a cuerpo, dispararon contra el hereje que tenían en frente, consiguiendo que este fuera herido de gravedad, aunque aún se mantenía en pie. 

Tanto Armand como Stigga avanzaron posiciones como muchos de ellos. 

TER sintió una perturbación, muy familiar. Su ojo entrenado le hizo ver que alguien acababa de conectar con el espíritu maquina del tanque en el que ella estaba apostada disparando a los traidores. ¿Cómo eso podría ser posible? era sabido por todos que los herejes no estaban entre los usuarios de un MIU o de los sagrados ritos de comunión... 

237 conectó con facilidad con el espíritu maquina del blindado, pero este, estaba como adormilado o confuso. A 237 le llegó información extraña, parecía que realmente veía recuerdos pasados, donde el blindado luchaba y a la vez se intercalaban con imagenes actuales... un hangar, traidores rezando frente al tanque y aquello hería al espíritu... dada la comunión con el tanque, 237 sintió un dolor punzante en su cerebro, como si fuera herido, pero realmente no era así, solo eran las sensaciones que transmitía el espíritu maquina.

Fuere como fuere, 237 poca información pudo obtener dado el estado del alma del Leman Russ, pero en seguida un pensamiento se dibujó en su mente... si la escotilla había sido soldada desde el exterior, cabía la posibilidad que un fuego continuado provocado con el promethium podría fundir las junturas soldadas haciendo que la escotilla pudiera ser abierta. 

Logan volvió a repetir la operación, tras indicarle con un par de gestos a su camarada que se apoyara. Sin embargo, otra vez el tiro salió muy desviado, lo que hizo que el explorador gruñera algunos improperios por lo bajo, pues ya iban dos salvas despediciadas. 

Gaius siguió corriendo

La pelirroja intentaba ignorar lo que sucedía a su alrededor mientras seguía avanzando cerca de los tanques, como si quisiera ponerse entre ellos y los traidores, aunque en realidad lo que pondría sería una columna de fuego. Siguió avanzando, esta vez dirigiéndose hacia el embudo que hacían el tanque que tenía delante y la segunda pared de su derecha.

El espíritu no había recibido los ritos del despertar adecuado cuando estaba ahí, o estaba en penoso estado de conservación. En cualquier base tirania decente, aquello hubiera supuesto la muerte del encargado, del supervisor y de los 30 trabajadores más cercanos que no hubieran trabajado un oportuno alibi según el momento. Pero los estándares de otros lugares... parecía... eran mucho más muelles. Y ahora iba a morir por la incompetencia de otros.

"¡Y una mierda!"

No iba a dejar que aquella gloriosa máquina, y el mismo por añadidura, murieran por la incompetencia de unos y la pura mala suerte a la hora de elegir ritos de tránsito de otros. Se escurrió hasta la posición de la escotilla y empezó a gritar para atraer la atención.

-¿¡HOLA!? ¿¿HAY ALGUIEN AHÍ!?

PATADA, PATADA, PATADA

-¡¡LEALES DEL EMPERADOR DENTRO!!

...

¡PATADAPATADAPATADA!

Del tanque que ocupaba T.E.R. empezaron a oírse unos gritos apagados y amortiguados por el blindaje del tanque y, como no, por el rugir de la batalla que no cesaba ni por un instante, entre gritos, gemidos de dolor y disparos. Se escucharon tres fuertes golpes, una breve pausa y otros tres, hasta que llegado ese sexto golpe, la trampilla se abrió con fuerza asomando una bota militar de claro corte Imperial.

T.E.R. sintió la conexión del tanque, a lo que sus algoritmos logicae llegaron a una acertada conclusión. "Personal operativo a bordo". Si quien ocupaba el tanque era hereje, las cosas se podían poner de repente muy mal.

La revelación vino acompañada de una serie de golpes en el interior del vehículo, mientras T.E.R. sopesaba seriamente el lanzar una granada dentro. A punto estaba de hacerlo cuando el ocupante salió al exterior. O al menos, una de sus botas.

Parecía un imperial, así que la tecnosacerdotisa contuvo su acción y, en cambio, dejó la tarea que iba a asignar a su ayudante en pausa, y ayudó al inferfecto a salir del tanque aplicando la técnica de cogerlo de la ropa, sacarlo fuera, y apuntarle a bocajarro con el fusíl láser.

"Identificación. Tiene tres segundos."

El dedo de la mujer-máquina se tensó sobre el gatillo. A la mínima respuesta hostil, apretaría el gatillo y le vaciaría una descarga automática en la cara a quien fuera.

Cualquier otro se hubiera llevado una espada-sierra en la boca antes que tratarle así.

El manto rojo marte y los implantes, en cambio, hicieron que el profundo indoctrinamiento desde su infancia le hiciesen dejarse llevar y someterse a la autoridad superior en los asuntos de la muerte y el alma, y la Máquina.

-Sargento 237, 387º de Tirana -saludó con la mano con la que no estaba siendo retenido y que portaba la sierra.

Tres segundos. Máscara reglamentaria, mono protector y armadura flak cárdena debajo, así como algunas granadas que asomaban por debajo, pues no llevaba el modelo trinchera cerrado y abotonado sino que estaba abierto, posiblemente en proceso de unirse a una feliz purga de herejes en el exterior sacando las armas al salir de ahí cuando fue "asistido" por la visioingeniera.

Viendo que los de la penal estan siendo atacados por los herejes, cambio de objetivo y disparo sobre ellos para aliviarles un poco.

Los fotoreceptores de la figura vestida de rojo ni se movieron al recibir la respuesta del ocupante. Por sus ropames y actitud parecía un leal, alguien del lado de las fuerzas imperiales, pero nunca se podía estar segura. "Conforme. Proceda a la destrucción de las fuerzas herejes." le dijo, dejándole vía libre para bajar del tanque y usar esa espada con sus enemigos, pero sin dejar de apuntarle ni un momento.

Un nuevo miembro de la guardia imperial, al menos en apariencia, hizo acto de aparición surgiendo del puesto de conductor del blindado que estaba en llamas gracias al lanzallamas pesado de Stigga. Aquel extraño hombre con el rostro cubierto y que se había presentado con un número como nombre. Siendo liberado, se vio así mismo rodeado de fuego aunque no parecía afectarle hasta que saliera, en ese momento tendría un problema.

Jeremías seguía enzarzado en ese combate que parecía no tener fin, abrió fuego con su arma abatiendo al último hereje que ya estaba herido. El frente estaba casi despejado y solo quedaba a la vista dos unidad traidoras, la que estaba a melee y otra algo alejada. Logan volvió a fallar otro disparo, pero realmente su fallo pasó inadvertido pues se había dirigido contra el traidor que Jeremías había matado.

Los traidores contraatacaron, los que estaban a melee lograron impactar numerosas veces dando furiosos culatazos o usando las armas como si fueran bates. Estaban furiosos, echando espumarajos por la boca mientras balbuceaban gruñidos y palabras inteligibles mientras herían a los montaraces, ya que estos se vieron superados completamente en número. El otro grupo que estaba a la vista disparó con todos sus miembros ilesos mientras miraban nerviosos hacía su izquierda. La salva dedicada a los montaraces fue endiabladamente certera y uno de ellos fue herido nuevamente haciendo que su estado se volviera grave.

T.E.R. trataba de indentificar a aquel hombre, pero ciertamente sus motores logis no eran capaces de dar con la unidad de aquel hombre, ni nada de ello. Tendría que confiar en él hasta que hiciera algo indebido, al menos, dada la situación, eso era lo más lógico. Zora, que no tenía ningún enemigo a la vista se vio obligada a avanzar. 

Los milicianos avanzaron posiciones sin atacar, tratando de tener buenas lineas de tiro o, como en el caso de la más avanzada, estar a distancia de carga para apoyar a los montaraces que tantas veces los habían ayudado. Estos, habían guardado los rifles láser y sacaron armas de todo tipo, garrotes, espadas o lanzas... todo muy medieval pero a la hora de acabar con sus enemigos, resultaría efectivo. 

Valshe trepó por el blindado para buscar una buena posición, pues los milicianos estaban tapando todo su frente a la vez que los montaraces se denfendían como podían, pero esta vez, superados, fallaron todos sus ataques menos el disparo de uno de ellos, que logró herir a uno de los herejes que tenían en frente. 

Stigga siguió corriendo como alma que lleva al diablo, hasta que un disparo muy familiar resonó por todo el lugar. Normalmente, con todo el ruido y los gritos, un disparo de un rifle de precisión suele pasar inadvertido, pero esta vez, después de que Stigga se parara para observar su al rededor antes de seguir avanzando, se hizo un silencio incómodo que se vio violado por ese sonido... Instintivamente, para todo soldado veterano, todos se agacharon en sus posiciones temiéndose lo peor, mirando su cuerpo si estaba entero... pero nadie gritó de dolor, solo de horror. Fueron los milicianos que estaban al lado del muerto que no se habían dado cuenta hasta que giraron sus cabezas. Armand estaba muerto, de espalda a la pared que usaba de cobertura, con la mirada de un ojo perdida pues del otro no quedaba nada más allá del humor vitreo fluyendo con viscosidad por el agujero que le había arrancado de cuajo la nariz, la mejilla izquierda y toda la parte superior de la mandíbula. Había sido un disparo limpio, con la precisión quirúrgica de un francotirador de élite y veterano. Gaius, que también lo vio después del grito de advertencia de los milicianos leales al Emperador, pudo ver con claridad que Armand estaba muerto y poco se podía hacer por él salvo quitarle el habano que le quedaba...

Logan estaba pensando seriamente que aquello no funcionaba, que debería acercarse más para ayudar, quizás incluso cargar, cuando aquel sonido hizo que un escalofrío le recorriera la espina dorsal. Tras agacharse y comprobar su estado, miró para todos lados, solo para encontrar al Volpone muerto.

"Mierda, Armand..." pensó, pero no había tiempo para eso. Era el momento de hacer algo, y ese algo fue correr al otro lado del tanque. Mejor posición de disparo, y quizás cobertura contra ese tirador. 

La desventaja de que el sellado del tanque hubiese sido volado con la aplicación de promethium era, por supuesto, que alguien había aplicado generosamente promethium al tanque mientras estaba ahí, y que el calor no era por cualquiera de las trescientas causas normales de sobrecalentamiento de los ingenios del Leman, sino... bueno... que el tanque estaba EN LLAMAS. Así que cuando 237 salió, y especialmente habiendo sido retenido, entró en contacto con el promehium. Tuvo la suerte, o la habilidad de que no fue suficiente para hacerle estallar, gracias a su atuendo especial de tanquista. Por otro lado, el promethium seguiría ardiendo hasta que se autoconsumiese sobre el material. El calor era abrasador, pero había vivido cosas peores... y acabaría por desaparecer.

No como la imagen del sargento saliendo en llamas lentamente del tanque, sacando el arma y dirigiéndose hacia los herejes supervivientes, ignorando los cuerpos que iban flanqueando su paso igual que el fuego a su alrededor, siguiendo las señales de la lucha.

Buscó con la mirada por encima de las llamas y los cuerpos calcinados de moribundos bienpurgados para encontrar donde estaba su próximo objetivo a establecer: escuchaba los ruídos más claramente ahora, pero seguía sin poder ubicarlos visualmente. El caos de la batalla y las enormes lenguas de fuego posiblemente tuvieran que ver.
 

El sonido hizo que Stigga abriera los ojos, eso no era de ellos, sin duda, y al ver al Volpone como un cadaver no pudo evitar encogerse de hombros. Había perdido amigos más fieles en batalla, tenían que haber hecho sus cruces para seguir vivos.

Corrió hasta cubrirse tras el tanque y activó la comunicación.

-Zora, dime que ves al hijo de Gak que ha acabado con el Volpone. No debe de estar muy lejos pues la visibilidad del interior es reducida. Cuida tus espaldas -solo esperaba que su habilidad con la capa de camaleonina la ayudara a evitar la muerte.

Un disparo, por la espalda. Gaius encogió los hombros por puro instinto de años de batalla en batalla y observó nervioso el campo de batalla sin dejar de correr. Armand había caído, un tiro en la cabeza.

Cabrón con suerte.

Sabía que el sargento guardaba un puro entre sus cosas, tenía que ser el primero en llegar al cadáver, pero antes tenía que asegurarse de no acabar como él. Giró ligeramente y se cubrió como pudo detrás de un obstáculo. Con suerte eso haría distancia suficiente. Le hizo señas a su ayudante para que se reuniera con él y apretó la espalda contra la cobertura.

Tenía que llegar hasta ese cadáver, Armand estaba siempre demasiado sereno para ser alguien sobrio. Seguro que algo se podía aprovechar.

Miró a Logan, herido.

- ¿Estás bien?- preguntó, por encima del ruido de la batalla.- Nos atacan por la retaguardia, voy a quedarme a cubrir a Zora, sigue ahí fuera- declaró.

T.E.R., sin dejar de apuntar al nuevo, hizo un rápido resumen interno de las posibilidades que se le abrían de nuevo, realizando ajustes internos en los planes que había efectuado hasta el momento. "Demasiadas variables, necesario curso de acción preciso", fue la respuesta de su cogitador. "Datos no encontrados" fue la respuesta de otra subrutina que había puesto en marcha en cuanto había puesto los fotoreceptores encima del autodenominado "Sargento 237". Mientras veía como el nuevo bajaba del tanque en llamas y se alejaba en dirección a los herejes, impertérrita a sus evoluciones o destino, un disparo sonó fuera de tempo, como queriendo sobresalir por encima del barullo ambiental, haciendo notar su presencia. Ella ni se inmutó, al menos, no hasta que se informó del resultado. Tachó de la lista de supervivientes al Sargento Armand y dejó, de momento, como único oficial al mando de la tropa superviviente a Logan, hasta la próxima actualización. 

Transmitió una orden a su lacayo MICH-1, "Permanezca a mi lado y busque cobertura"*, estableciendo las coordenadas del lugar tal y como ella las veía, un entramado de líneas verticales y horizontales que le ayudaban a establecer mejor vectores de disparo, movimiento, puntos de referencia, etc...

Tras dar la orden, se bajó de su punto elevado, pues todos los resultados arrojados por el cogitador indicaban que aquel lugar era peligroso tras saber que había un francotirador que estaba en su lugar de partida, en su retaguardia. Se cubrió detrás del tanque, interponiendo la mole del vehículo entre el tirador enemigo y ella y salió corriendo detrás de Stigga. 

Por algún tipo de camaradería, o quizá simplemente por capricho, no parecía dispuesta a dejar a la otra mujer sola frente al peligro. 

avance un disparo sono a mi espalda e impacto en el sargento que callo como una autentica piedra. aqui estaba aquel puto francotirador que nos tenia de cara. no podia quedarme a descubierto, pues me mataria con suma facilidad, asi que corri lo que pude hacia aquella biga tirada en el suelo que me cubriria hasta que viera a ese puto cabron.