Partida Rol por web

Cuando las gaitas callan [+18]

[Prólogo] "Fénix"

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09/09/2014, 14:47
Liam Anton Sollus

Tarugos cabezones todos ellos, incapaces de entender el esfuerzo que estaba haciendo el munitorum por intentar abaster al doble de escuadras de las que tenían capacidad. Miró directamente a la mujer morena. - Si sabe como funciona el viaje por a traves del inmaterium, soldado, sabrá también que los suministros estaban en ruta desde un Mundo Forja meses antes de que se desarrollara la situación actual, y se contaba con que la presencia de un único regimiento fuera suficiente para tratar la situación. - Se sacó los anteojos y un paño, y empezó a limpiar la lente.-  El munitorum está al tanto de la situación, pero la inercia en el desplazamiento de suministros es la que es, con un lapso de meses entre la salida de los envíos y la llegada de los mismos. Si es usted capaz de teletransportarse a través del inmaterium atravesando sector y medio en un parpadeo y venir de vuelta, - añadió, con evidente sarcasmo ante la ignoracia de la soldado.- estaré encantado de darle un permiso especial para que traiga todos los suministros que quiera desde Manicharia VIII. 

Sollus se pellizcó el puente de la nariz y volvió a colocarse las gafas. El postureo estaba empezando a frustrarle. Tenía mucho trabajo que hacer para abastecer a los mismos insolentes que le estaban haciendo perder el tiempo. - Señores. Tengo los informes de servicio de ambos regimientos, son parte necesaria del papeleo para comprobar que las solicitudes de reabastecimiento coinciden con el rendimiento de la unidad. - Ignoró descaradamente tanto la animosidad entre escuadras como las amenazas físicas. Estaba demasiado acostumbrado a esa actitud como para prestarle atención.- Cuanto antes me dejen volver a mi trabajo, antes tendrán los medios para hacer el suyo.

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09/09/2014, 15:27
Gaius Baltar

Baltar estaba dejando de flipar. El cóctel se estaba descomponiendo en su torrente sanguíneo y pronto todo quedaría orinado. Tal vez necesitara otro chute, aunque ahora mismo estaba un poco ensimismado con tanto bla, bla, bla.

Baltar le alargó una varilla de lho a Stigga. Nunca iba escaso de lho, ser el médico reportaba que le ofrecieron siempre algún paquete como agradecimiento.

Eh...no. Con palabras amables no hago mis cócteles que te cagas. Necesito ciertos ingredientes para curar todas las dolencias, todas cuantas le puedan afectar a alguien, como tú, por ejemplo. ¿Alguna dolencia, señor formularios? ¿Algo en lo que pueda ayudar?

Notas de juego

Todos: Si nos liamos a hostias yo me enciendo otro lho y me quedo mirando.

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10/09/2014, 22:52
Sgt. Armand du Plessis

No había mucho que hacer a decir verdad. Podían acabar arrestados por la seguridad de la nave, quizá con uno o dos de ellos muertos, lo que no solucionaría el problema de los suministros. O bien, y por descontado que sería lo que ocurriría en caso de inmiscuirse el mayor Rawne, podrían asesinar al miembro del Monitorum, lo que retrasaría aún más el trámite. Así pues, y todo soldado de la Guardia lo sabía, sólo vale resignarse con el Monitorum.

Reposadamente Armand exhaló una nueva bocanada de humo, puso una mano sobre el hombro de su compañero de escuadra para tranquilizarle - Calma Illi, los Tanith son algo susceptibles con su "plata puta". Date cuenta que es de lo poco que conservan de su destruido planeta natal - Ese comentario pretendía dañar, era un comentario recurrente utilizado entre los Volpone. No obstante cambió rápidamente de tema para evitar más resquemores de los necesarios - Y sí, es completamente cierto lo que dice nuestro amigo Tanith - Miró al oficial del Monitorum y lo señaló con el dedo - Si se te ocurre demorarte más de lo necesario comprobarás, muy a tu pesar, que las afirmaciones sobre el mayor Rawne se han quedado bastante cortas.

Volviéndose hacia los soldados que se encontraban en la sala añadió - No podemos hacer más que dejar trabajar a este hombre y desear que por su propio bien reparta los suministros equitativamente... Eso, o vuestro mayor Rawne y yo personalmente vendremos a hacerle una visita. Previsiblemente la última.

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10/09/2014, 23:45
Liam Anton Sollus

Sollus había tenido suficiente. Miró directamente a los ojos al sargento Volpone, alzando la voz un tono por encima del nivel mesurado y tranquilo que había empleado hasta el momento.- Tienen la audacia, la desfachatez, la ignorancia de venir a estorbarme, distraerme, amenazarme e insultarme cuando ya estaba haciendo esfuerzos más allá del deber para conseguir que ambos regimientos estén al máximo viable de capacidad, y encima de hacerme perder el tiempo que podría estar dedicando a ello, osa aún desviar la culpa de este innecesario retraso hacia mi persona? BUENOS DÍAS! - El oficial del Munitorum le dio la espalda al sargento y se de vuelta a su oficina, ignorando cualquier otro intento de entablar conversación de los soldados y cerrando la puerta de su oficina de un portazo.

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11/09/2014, 20:06
Director

Justo un segundo después de que lograran cabrear del todo al oficial del Munitorum, justo después de que este cerrara la puerta para dejar con la palabra en la boca a los aguerridos soldados del Imperio, la alarma resonó por todo el corredor y como era lógico, por toda la nave. Las luces pasaron a un tono rojizo peligroso y los globos principales se apagaron subitamente, aquello indicaba que la energía estaba siendo redirigida a otros sistemas... ¿propulsión? ¿escudos de vacío? ¿las pocas armas que pudiera llevar aquel carguero pesado?

Conforme la estridente alarma se iba reproduciendo sin fin, todos notaron como la nave estaba variando de rumbo de una manera un tanto violenta e inesperada ¿qué estaría pasando allá afuera? ¿las fuerzas del caos habían encontrado aquella dantesca agrupación de naves Imperiales? la duda y el miedo pasó corriendo y rodeó a todos, aquella situación era una en la que ningún soldado de infantería se quería ver involucrado, no, ellos preferían morir pudiendo luchar por sus vidas, no porque un torpedo perforara la nave que los transportara y acabaran siendo absorbidos por el vacío más absoluto para vivir unos agónicos veinte segundos antes de que el cuerpo se congelara por completo o, por el contrario, se abrasara si una estrella cercana le irradiaba con sus rayos cósmicos.

Del techo de aquel corredor surgió un servo cráneo con una unidad vox. Sus ojos rojos titilaron y se pasaron a un tono verdoso y empezó a escanear a todos los allí presentes - ¡A todos los presentes! - rugió una voz femenina y distorsionada, el grito que profirió era tal que se oía su voz por encima de la estridente alarma - ¡Dirijánse de inmediato al punto de evacuación Gamma dos tres cuatro nueve! ¡Es una orden, todo sea por su seguridad y supervivencia! - después de soltar aquello, salió levitando del corredor en la búsqueda de más tripulantes a los que conducir a los sitios seguros ¿qué diantres estaba pasando? pero esta vez, esa respuesta si tuvo lugar, la alarma cesó pero la luz rojiza se mantuvo; el sistema de altavoces del a nave chasqueó y una voz masculina y poderosa tronó por todo el pasillo - Alerta de proximidad, los augures han detectado una patrullera del caos en el sistema, salto a la disformidad de emergencia en un minuto, vayan al os puntos de evacuación - cualquiera que hubiera viajado en una nave Imperial por el Immaterium sabía lo peligroso que era realizar un salto a la disformidad sin la correcta preparación. La situación debería ser crítica para impartir esa orden... muchas naves se han perdido en aquella dimensión maldita por un simple número mal introducido en los cogitadores... ¿correrían esa suerte?

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13/09/2014, 16:03
Zora Nyota

 - "¡¡Oh Mierda, Mierda, Mierda, Mierda..!!" -

Si, Zora se había cabreado enormemente con el tipejo del munitorum, y tal vez incluso le hubiese deseado una muerte horrible. Un poquito. ¡Pero nunca penso que el universo responderia a sus deseos, y menos aún que lo hiciese tan rápido!.

- Gamma dos tres cuatro nueve, Gamma dos tres cuatro nueve, Gamma dos tres... ¡¡¡¿¿pero donde cojones queda eso??!!! -

Ahora estaban atrapados en lo que facilmente podia convertirse en el ataud más caro en el que jamás se hubiese enterrado a una verunita. Y su unica baza para salir de allí pasaba por seguir las instrucciones de algo que parecia el craneo de su antigua profesora de escuela (al menos la voz era casi identica). Fantastico, absolutamente fantastico.

 - ¡¿Alguno sabeis por donde demonios se va al punto de evacuación?! -  la joven miro a su alrededor, intentando encontrar entre el barullo reinante a alguien que tuviese pinta de estar evacuando ordenadamente.

 

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13/09/2014, 16:49
Stigga

Cogió la varilla de lho que le ofreció Baltar con una sonrisa- gracias -y se llevó el cigarro a la boca, sacó un pequeño encendedor y se encendió el cigarro cuando todo se empezó a ir al garete. Logan era muy directo, y el sangre azul se creía mierda y no llegaba ni a pedo.

-¿Quieres que te limpie los dientes? -dijo al hombre silencioso mientras sonreía divertida con el cigarro entre los labios, y miró al que parecía el sargento de los pijos- mi plata pura es de Verghast, y sigue existiendo -comentó divertida, no por decir algo concreto, sino por pinchar un poco más- ¿Y porqué tenemos que esperar al Mayor? -preguntó divertida, y en ese momento, el miembro del munitorum se encabronó y se volvió a su oficina- Viva la diplomacia -dijo divertida antes de dar otra calada a su lho.

Cuando empezó a sonar la sirena, Stigga esbozó una gran sonrisa, como esperando jarana, pero en ese momento se quedó congelada y todo rastro de diversión salió de sus ojos- Vaaaaaya, creo que tenemos que largarnos, ¿eh? -miró a sus compañeros de regimiento mientras se acomodaba todo el equipo que llevaba, de cual surgía una mochila de combustible de un lanzallamas pesado- movamos el culo hacia donde se nos indica.

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14/09/2014, 23:02
Logan MkNeill

Una de las pocas cosas que conservamos... Será hijo de puta...

-Claro que es una de las pocas cosas que conservamos, ¿quiere comprobar como funciona nuestro "recuerdo"?-dijo el explorador en respuesta a la puya del sargento volpone. Finalmente, aquel idiota del Munitorum volvió a encerrarse en su oficina. Parecía que iban a tener que volver sin más, cuando aquella alarma empezó a sonar, y se requirió que todos acudieran a un punto de evacuación.

-Nosotros no conocemos está nave, muchacha, y a no ser que los soldaditos de plomo la conozcan, creo que vamos a necesitar que alguien nos guíe... Nuestro amigo Sollus, por ejemplo. 

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14/09/2014, 23:16
Ilium Kostas
Sólo para el director

¿Ili? ¿Mi sargento acaba de llamarme Ili? madre mia.... 

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14/09/2014, 23:17
Ilium Kostas

Carraspeo y sonrío a la pelirroja para responderle por su comentario - Quiero que me.. -  pero se encienden las alarmas y lo primero que hago es agarrar mi rifle de plasma con las dos manos. Luego miro a mi sargento - Vamos Sargento , ¿a qué esperamos? Ya sabemos que los Tanith mucho no valoran su vida... y nos estamos retrasando - digo olvidándome por unos momentos de la tensión creada y comienzo a mirar alrededor para ver por dónde salir.

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15/09/2014, 13:18
Sgt. Armand du Plessis

Armand sonríe divertido al ver el efecto de su chanza sobre la plata pura - Estos fantasmas son tan predecibles... 

La última calada del habano fue la que mejor le supo, quizá porque sabía que era la última o quizá porque ya habían comenzado a sonar las alarmas. A pesar del estruendo el sargento estaba calmado, había pasado por muchas situaciones de estrés y sabía que el nerviosismo no era para nada recomendable - Cierto es Illi, que esta gente no tiene en mucha estima su vida. No obstante, supongo que querrán ponerse a salvo al igual que nosotros, y como bien ha apuntado el único Tanith que tengo a bien advertir en este variopinto grupo - pues los demás fantasmas, como bien sabían los Volpone, eran basurame temo que estamos en manos del oficial. Nuevamente - Dijo, resaltando explícitamente esta última palabra.

Golpeando con los nudillos la puerta recién cerrada añadió en voz alta - Señor Sollus, ¿podría guiarnos?

 

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15/09/2014, 13:34
Ilium Kostas

Pego una patada a la puerta con fuerza al escuchar las instrucciones de mi Sargento. Si ese oficial del monitorum nos tiene que llevar.. lo hará, aunque sea arrastras. 

No me quiero poner nervioso.. no quiero medito mientras toco el rifle de plasma.

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15/09/2014, 14:53
Liam Anton Sollus

La puerta saltó de sus goznes para revelar a Liam Sollus, con un petate a la espalda, dos frazadas de papeles bajo los brazos, y una cartuchera de pistola láser al cinto. Miró primero a su ex-puerta, y después al soldado que la había derribado, con una expresión mixta de exhasperación y socarronería. - Dado que todavía están aquí, seré magnánimo y asumiré que no conocen la ruta de evacuación, en lugar de asumir que son una panda de matones y maleantes sin nada mejor que hacer en medio de una emergencia que importunar a sus superiores. - Se movió con decisión.- Síganme. Les llevaré al punto de evacuación. Dense prisa. - Sin pararse a ver si los soldados le hacían caso, se puso en marcha hacia el correspondiente hangar de almacenaje.

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16/09/2014, 14:00
Ilium Kostas

En cuanto derribo la puerta vemos al del monitorum y trago saliva. Sin duda ha sido un pequeño tic de ira que debo aprender a controlar más adelante.. Pensaba que no quería abrirnos... o es que no escuché a mi sargento llamar.. a ver... que excusa..

Esto.. - comienzo - Yo.. iba.. pensaba.. esto.. - dije buscando una de las muchas excusas que se me iban ocurriendo pero a medida que trataba de verbalizarlas se deshacían antes de transformarse en algo coherente. La elocuencia nunca fue mi punto fuerte. Al final decido callarme y agarrar mi rifle de plasma con fuerza.

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16/09/2014, 23:21
Logan MkNeill

La escenita de aquel soldadito de plomo echando abajo la puerta de una patada fue lo más lamentable que el explorador había visto en mucho tiempo... Menudo patán, no costaba tanto llamar. Y fue aún peor verle balbucear, intentando dar con alguna excusa.

-No, ése es el problema, no pensabas. Y le agradecemos su ofrecimiento. Vamos muchachos, ya sabéis, movámonos como si tuviéramos prisa-dijo el explorador con una sonrisa depredadora, mientras se preparaba para seguir a aquel puñetero funcionario. 

 

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17/09/2014, 10:48
Stigga

Una risa divertida surgió de Stigga cuando vio como el Volpone se empezaba a trabar- que moooonooo -dijo como si fuera un cachorrito que hay que cuidar, tras lo que se puso en marcha para seguir a MkNeill y el miembro del munitorum- vámonos, no quiero ser vapor espacial.

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17/09/2014, 16:20
Gaius Baltar

El médico imitó un par de pistolas con sus manos y apuntó al oficial del Monitorum. Él era el que sabía salir de la nave. ¿Pero de qué les iba a servir un oficial del Munitorum cuando todos los suministros saltaran por los aires? ¿Alguien había pensado en eso?

Sigamos a ese -aquel "ese" era un título tan inapropiado como llamar viejales al Emperador, más después de apuntarle con dos pistolas ficticias; pero dadas las circunstancias, alguien perdonaría- que sabe cómo largarse de aquí.

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17/09/2014, 19:41
Director

El hangar era bastante pequeño, al menos, ese hangar, que como se averiguó después se trataba de uno de los hangares auxiliares preparados para albergar naves de menor tamaño y en su mayoría, para transporte de personal o de mercancías de pequeño tamaño. Se oía el constante zumbido provocado por los generadores de energía que alimentaban el escudo de vacío que cubría toda la obertura que era la salida hacía el espacio, desde ahí se podía ver, si uno tenía buena vista, la enorme flota de navíos Imperiales que se acababa de reunir en el sector... pero aquello importaba poco.

Las dos tripulaciones, de dos cargueros de pequeño tamaño estaban hablando animadamente mientras los servidores lobotomizados iban haciendo las comprobaciones típicas, comprobando alerones, tren de aterrizaje, aceite, combustible y demás pesquisas que, si una de ellas fallaba, posiblemente costaría la vida de todo ser viviente que hubiera en el interior del transporte.

El piloto de más rango era el Capitán Derrick, oficial directo de Malakias, todos los que estaban ahí se conocían, todos venían de la misma academia de pilotos. Aún deseaban algún ascenso para llegar a formar parte de un escuadrón de caza bombarderos, pero aquello quedaba algo lejos y les tocó la paja más corta... transportar personal en tránsitos de nave a nave, todo un destino.

Fuere como fuere, aquello nunca era malo, al menos podían volar, sentir que tenían bajo sus mandos una poderosa nave, que podían ser libres aunque el plan de vuelo fuera estricto, pero ahí estaban, vivos y con una nave bajo su directa responsabilidad. 
Después de que se hubieran ido todos los transportados, los cuatro se quedaron solos, acompañados por servidores y algún que otro tecno sacerdote que supervisaba la zona; lo cierto es que la nave era antigua y de unas proporciones titanicas, casi tan grande como cualquier acorazado Imperial, y eso, era mucho tonelaje que arrastrar por el vacío. Derrick, el más borracho y rufián de todos arrastró cinco contenedores de pequeño tamaño y formó una especie de circulo, una mesa y cuatro asientos... convino a todos a tomar asiento y sacó su deslustrada y más que marcada baraja de cartas y empezaron a jugar al cofre del hombre muerto... el tiempo pasaba rápido y Derrick estaba ganando como solía acostumbrar, Jhonson y Leopold le debían ya dos raciones completas de paquetes de lho, pero Malakias estaba saliendo airoso, no ganaba pero tampoco perdía... mejor eso que quedar endeudado como los otros dos.

Justo cuando Derrick estaba volviendo a repartir cartas una estridente alarma resonó por todo el hangar y los globos de iluminación pasaron a iluminación de emergencia... aquello era algo malo y un rictus de extrema seriedad asomó en los rostros de cada uno de los allí presentes. Del techo del hangar surgió un servo cráneo con una unidad vox. Sus ojos rojos titilaron y se pasaron a un tono verdoso y empezó a escanear a todos los allí presentes - ¡A todos los presentes! - rugió una voz femenina y distorsionada, el grito que profirió era tal que se oía su voz por encima de la estridente alarma - ¡Dirijánse de inmediato al punto de evacuación Gamma dos tres cuatro nueve! ¡Es una orden, todo sea por su seguridad y supervivencia! - después de soltar aquello, salió levitando del corredor en la búsqueda de más tripulantes a los que conducir a los sitios seguros ¿qué diantres estaba pasando? pero esta vez, esa respuesta si tuvo lugar, la alarma cesó pero la luz rojiza se mantuvo; el sistema de altavoces del a nave chasqueó y una voz masculina y poderosa tronó por todo el pasillo - Alerta de proximidad, los augures han detectado una patrullera del caos en el sistema, salto a la disformidad de emergencia en un minuto, vayan al os puntos de evacuación - cualquiera que hubiera viajado en una nave Imperial por el Immaterium sabía lo peligroso que era realizar un salto a la disformidad sin la correcta preparación. La situación debería ser crítica para impartir esa orden... muchas naves se han perdido en aquella dimensión maldita por un simple número mal introducido en los cogitadores... ¿correrían esa suerte?

El tecnosacerdote hizo señas al grupo de cuatro pilotos a la vez que empezaba a teclear algo en una consola que tenía frente a él. Con un estruendo las pesadas compuertas blindadas que daban acceso al hangar desde el espacio empezaron a cerrarse con extrema lentitud, chirriando con fuerza indicando que o bien eran viejas o que la puerta era tan gruesa como un tanque.

No tardaron demasiado en llegar al punto de evacuación. Se trataba de una estancia enorme, atestada de bidones amarrados, enormes cajas metálicas y contenedores de gran tamaño, tanto que podrían caber perfectamente dos leman russ en su interior, pero siempre en fila. Había más tripulantes allí, pero parecían comprobar el estado de la carga ya que en seguida se marcharon para seguir con su ruta de comprobaciones. Por la puerta por la que salieron entró un grupo de lo más variopinto, dos soldados de Volpone, los pomposos sangre azul y con ellos cinco miembros del primero y único de Tanith, con ellos también iba un hombre que por su uniforme no debía ser otro que un oficial del Munitorum. No tardaron en acercarse a los cuatro pilotos ya que aquella bodega de carga no disponía de mucho espacio libre, el justo para grúas autopropulsadas o robots de descarga.

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17/09/2014, 19:59
Director

La ruta por la que Sollus condujo al grupo fue el recorrido más laberíntico que nadie había hecho jamás; solo Logan, que se crío en un mundo con los misteriosos bosques cambiantes de árboles de Nal, supo donde estaba en todo momento respecto al punto de partida. La nave estaba practicamente vacía, solo se topaban con algunos grupos de servidores de carga con sus abultados brazos reposando languidamente sobre sus corpachones... pero nada más.

Tras girar en la quinta encrucijada que pasaba el grupo, llegaron hasta el lugar indicado, una enorme puerta estaba cerrada y se accedía por una de menor tamaño preparada para el paso de personal. Sollus tecleó el código de acceso y la puerta emitió un chasquido y se abrió de par en par. Justo cuando se disponían a entrar un grupo de trabajadores con el uniforme del Munitorum se adelantaron con algo de prisa con sus placas de datos encendidas. Sollus sabía que estaban haciendo la comprobación triple del equipo y de la carga del día y se tenían que dar más prisa todavía debido a las circunstancias especiales en las que estaban inmersos - puede sellarla señor - dijo el ultimo antes de salir.

Cuando todos entraron se encontraron con un grupo de cuatro pilotos que estaban en silencio, expectantes y obviamente observando a todos lo que acababan de cruzar la puerta. El lugar en el que estaban se trataba de una estancia enorme, atestada de bidones amarrados, enormes cajas metálicas y contenedores de gran tamaño, tanto que podrían caber perfectamente dos leman russ en su interior, pero siempre en fila. No tardaron en acercarse a los cuatro pilotos ya que aquella bodega de carga no disponía de mucho espacio libre, el justo para grúas autopropulsadas o robots de descarga.

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17/09/2014, 20:07
Director

Me llamo Derrick - empezó uno de los pilotos, iba con su mono colocado, el casco seguramente olvidado en el transporte. Tenía el pelo rubio, cortado al uno, una barba incipiente asomaba por su mandíbula cuadrada. Sus ojos de color miel se posaron en todos, pero sobre todo en las dos mujeres, a las cuales les guiñó un ojo y les dedicó una sonrisa perfecta con unos dientes perfectamente blanqueados - estos son Leopold y Jhonson - el primero era un tipo achaparrado, de mirada cetrina y nariz aguileña, pelo negro y bastante sucio que se dedicó a gruñir en modo de asentimiento. El presentado como Jhonson era un tipo de gran estatura, esbelto y de tez oscura, completamente calvo su cabeza brillaba como si fuera una esfera de ónice - y este es mi copiloto, Malakias. Yo mismo os lleve a ustedes hasta esta nave - señaló a los Volpone - y ahora estamos jodidos como el que más - sonrió divertido, parecía que aquella situación de extremo peligro no le importara mucho - ¿alguien quiere jugar a las cartas? - dijo mostrando una baraja en muy mal estado.