Partida Rol por web

Cuervos de la Tormenta

Teldrassil

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29/01/2009, 13:53
Director

El Mundo esta cambiando, incluso en la sagrada tierra del bosque en Teldrassil. Los restos de oscuras voluntades manchan esta tierra sagrada, Sátiros y Grellkins corretean por frondas que nunca les han pertenecido, los Furblogs sucumben a la corrupción, los antes pacíficos habitantes del bosque ya no distinguen amigos de enemigos.

Incluso Velora Nightbreeze ve interrumpida su modo de vida habitual, hace años solía pasear descalza desde su pequeño adobe por toda la orilla del lago Al'Ameth. No tenía que preocuparse de los Furblogs ni de las bestias que compartían con ella su hogar por antaño. Pero ahora a cada paso que daba la elfa tenía que vigilar su espalda, el bosque se había teñido de sangre demasiadas veces.

Solo los Druidas y Cazadores se atrevían a internarse por la espesura, los demás elfos no solían alejarse mucho de sus casas, no deseaban perder la ventaja del terreno familiar. Los antes en desuso senderos estaban muy frecuentados y los centinelas no daban a basto para protegerlos en toda su extensión.

Había aprovechado el día para aprovisionarse de frutos, nunca había tenido que preocuparse por comer una pieza en mal estado, pero ahora tenía que revisar cada vianda de alimento en casa, muchos habían sufrido violentas congestiones, otros incluso habían muerto. Los mejores botánicos afirmaban que la corrupción en la propia tierra era absorbida por las raíces, pero las energías demoniacas eran tan ponzoñosas que afectaban incluso a las siguientes generaciones de frutos.

Algo la esperaba a la puerta de su casa, una hoja fosilizada que los druidas solían utilizar para enviar algunos mensajes, las letras se escribían con pigmentos naturales y a veces la hoja se pegaba a alguna roca o piedra para evitar su perdida por el viento, como era ahora.

"Velora Nightbreeze

Los druidas del consejo han decidido que habéis visto las suficientes estaciones para profundizar vuestros estudios druídicos. Pero la buena voluntad y la aprobación de otros no abren los caminos de la Garra.

No se pueden dominar los dones de Cenarius sin la guía apropiada, si es vuestro deseo me encontrareis en la fuente lunar de Dolanaar. Si estáis verdaderamente preparada os mostraré la senda de la Garra.

Faren'h Boneclaw, Druida de la Garra"

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30/01/2009, 00:40
Velora Nightbreeze

 

Velora vió la hoja desde lejos, sabía que aquello era un mensaje aunque no apuró el paso para llegar a la puerta. ¿Otra misiva rutinaria de algun Druida del círculo?, realmente había veces en que parecían capaces de contagiar su aburrimiento milenario.
Cogió una de las manzanas que había guardado en la mochila y le dió un mordisco con aire ausente mientras despegaba la hoja de la madera.

"¿Qué es lo que querrán ahora...?" pensó masticando con distracción.

 

De pronto sus ojos se volvieron desmesuradamente grandes y escupió el trozo de manzana a un lado tosiendo atragantadamente.

 

¿Q-qué?—rectificó con voz estrangulada mirando más de cerca las letras de la misiva.

Aquello era un mensaje del propio círculo de Maestros Druidas de la Garra. No era nada rutinario... ¿a qué se referirían exactamente?.
Mientras volvía a releerla atentamente sopló un largo mechón de pelo que se había escapado por su cara, éste volvió a caer y entonces lo llevó con la mano tras una de sus puntiagudas orejas. No había duda, el maestro Boneclaw quería verla.

Con cuidado, guardó la hoja en la mochila y soltó un suave suspiro, luego levantó la vista hacia el camino que conducía a Dolanaar. Era mejor que no se retrasase.

Parece ser que hoy tendré que comer mientras camino.

Se encogió de hombros, le dió un nuevo mordisco a la manzana y comenzó a andar por la senda hacia el lugar de encuentro.

 

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30/01/2009, 16:21
Director

Por experiencia propia Velora sabía que la mejor manera de alcanzar Dolanaar era seguir el margen del lago hasta que este se desviará hacia el oeste. Luego únicamente debía seguir todo el rato hacia el norte, subiendo una pronunciada pendiente, en la cima coronada estaría la normalmente tranquila Dolanaar.

En antaño el paseo era tranquilo, y además concurrido. Algunas barcas permanecían estáticas en el centro del lago, bien con pescadores o enamorados, los elfos más jóvenes correteaban por la orilla, ajenos a los problemas adultos. Los Timberling se movía por la tierra húmeda que rodeaba el lago, buscando hongos y raíces para alimentarse.

Ahora no había barcas, ni pescadores, enamorados, ni siquiera críos. Tanto las aguas como sus alrededores se habían vuelto un lugar peligroso, los siempre tranquilos Timberling habían enloquecido, atacando a cualquiera distinto a su especie, sus esporas se esparcían por doquier reproduciéndose exponencialmente de un modo descontrolado.

Solo Denalan, un renombrado botánico se atrevía a vivir cerca de esas criaturas, el elfo había viajado por casi todo el mundo conocido, trayendo consigo muestras de tierra de lugares tan lejanos como Elwynn o tan peligrosos como Felwood, su pequeña tienda estaba rodeada de terrarios con amplias variedades. El empeño de Denalan nunca había cesado, si bien su investigación seguía sin poder curar la locura que invadía a los Timberling o frenar la lenta corrupción demoniáca que afectaba algunos árboles.

Velora había aprendido a ser muy discreta en su andar, aunque un Timberling no era un adversario peligroso esas criaturas atacaban en grupo, y varios podían tumbar incluso al centinela más hábil. Por desgracia ya había sucedido en más de una ocasión.

No obstante tenía que obligarse a caminar con prisa, y eso disminuía las precauciones, pero no era su deseo hacer esperar a un druida que con casi todas seguridad era más anciano que ella y con más autoridad dentro de la Orden.

Por fortuna para la elfa el fin de la pendiente estaba a simple vista, incluso desde su posición escuchaba la vida que bullía en Dolanaar y el brillo que el pozo lunar arrojaba a los cielos.

- Tiradas (1)

Tirada: 2d6(+8)
Motivo: Sigilo
Dificultad: 12+
Resultado: 7(+8)=15 (Éxito)

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30/01/2009, 20:41
Velora Nightbreeze

 

La elfa no podía evitar observar el lago de reojo mientras caminaba, su corazón se llenó de pesar al ver las silenciosas aguas, parecía como si ni los peces se atreviesen a saltar sobre ellas.
Antes aquél lugar era un paraíso, ahora nadie se atrevía a acercarse sin un arma a la cintura, era un regalo de la diosa que nadie podía disfrutar sin tener que estar alerta.

Sus pies descalzos no hacían ruido mientras ascendía por la pequeña rampa. Pudo ver un par de centinelas apostadas en la oscuridad a los pies de los árboles que flanqueaban el camino que cualquier miembro de otra raza habría sido incapaz de descubrir puesto que parecían ser una parte más de las difusas sombras que el follaje proyectaba. Levantó ligeramente la mano para saludar sin mucho interés aunque por mera cortesía, hacía muchas lunas que no pasaba por el pequeño poblado que, aunque pacífico y hermoso como toda costrucción élfica, tampoco lo echaba en falta. La libertad que sentía viviendo entre la naturaleza no era comparable a nada.

Dirigió sus pasos por la senda de hojas caidas hasta el blanquecino resplandor del pozo lunar, desde lejos pudo ver a Faren'h sentado a la orilla, sus manos jugeteaban con una serie de pequeños viales llenos de lo que parecía agua del propio pozo los cuales agitaba y se acercaba a la cara para observar atentamente, debía de estar de nuevo revisando que ninguna de las sagradas fuentes de Elune como aquella que se encontraban por todo Teldrassil se mancillase con la ponzoña de la corrupción.

Se detuvo a unos pasos y juntó ambos puños a la altura del pecho, luego hizo una leve inclinación de cabeza. Era el saludo característico.

Ishnu'ala, Maestro Boneclaw—dijo—como siempre es un honor.

Volvió a adoptar una postura relajada.

He venido en cuanto recibí vuestro mensaje... ¿qué deseais de esta joven Druida?.

El término "joven" era cuanto menos anecdótico entre los de su raza, pese a que en términos humanos Velora debería tener unos ventitrés o venticuatro años, había vivido centurias, claro que los Maestros de la Garra, tenían milenios y definitivamente para Faren'h ella no era más que una muchachita en la flor de la vida.

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01/02/2009, 15:45
Faren'h Boneclaw

- Ya era hora. - Masticó Boneclaw casi con desdén mientras se erguía para colocarse de cara a la elfa. Dejando totalmente de lado su trabajo, al que solo le dedico una mirada cansada y derrotista.

Incluso para su raza el maestro de la garra era anciano, su rostro mostraba arrugas inequívocas, los cabellos verdes y la barba crecían a su antojo, con poco o nada de cuidado por parte del elfo.

Su pecho solo lo cubría un arnés de cuero, con los colmillos de quien sabe bestias adornándolo, las cicatrices de batalla pasadas se repartían a lo largo del pecho y brazos del elfo. Un kilt druídico finalizaba su atuendo e incluso cubría parcialmente sus pies. Los materiales eran de un profundo verde oscuro y las inscripciones que lo conformaban no pertenecían a una prenda ordinaria.

- No me mires con esa expresión, cientos de estudiantes han pasado por mi desde que Shan'do partiera. Sus métodos han ido cambiando, o tal vez se hayan perdido para siempre. Los nuestros son más necesitados que nunca, pero casi siempre termino mandando a un imprudente o un indigno a la muerte. He dejado de lamentarme por mis alumnos desde hace mucho.

Aunque estoy divagando inútilmente, aunque estoy divagando, no tengo ganas ni tiempo y posiblemente tu tampoco jovencita.

Dime ¿Qué sabes de los Huargos? -

Notas de juego

http://img264.imageshack.us/my.php?image=79540363b... Una imagen de Boneclaw

Si pinchas en su fotografia de pnj, o sea el mini retrato, se abré una ventana con la descripción del pnj y las notas que el narrador haya decidido que sabéis de él.

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01/02/2009, 16:51
Velora Nightbreeze

 

"Tan cascarrabias como de costumbre..." pensó la elfa con socarronería, mas su expresión no se inmutó.

El Druida había ido directo al grano después de todo.

Han pasado muchas lunas desde que viese una de esas bestias-lobo—dijo frotándose distraidamente la sien como si le costase recordar algo—lo único que sé de ellos es eso: son lobos de gran tamaño pero más peligrosos, inteligentes y feroces que cualquier lobo normal. Aunque esas criaturas, los... orcos, solían domarlos y utilizarlos como medio de transporte.

No era necesario extenderse más, apoyó el peso del cuerpo sobre una pierna y esperó pacientemente a que Faren'h continuase con lo que tenía que decir. Estaba segura de que aquello no había sido una simple pregunta de definición...

 

 

 

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02/02/2009, 02:41
Faren'h Boneclaw

Había un brillo extraño en los ojos de Boneclaw, por un instante parecía que el druida escuchaba con total atención cada palabra de Velora. Pero a medida que las frases se escapaban de su boca el rostro del anciano parecía tornarse cansado, como si muy de antemano conociera la respuesta.

Aun así no interrumpió ni una sola vez a la elfa. Espero pacientemente y luego se mantuvo en un místico silencio, sin perder de la vista a la joven. Su rostro arrugado no se movió en todos esos segundos y ni siquiera un parpadeo alteró la súbita inmovilidad del anciano druida.

- Eso es solo una concepción, busca un solo depredador más grande y peligroso, te aseguró que para él no serían más que otra comida, y ni por asomo le parecerían fieros.

Los verdaderamente sabios ven más allá de lo físico y bruto, pero aun así... dominar el poder en bruto sigue siendo una parte importante de nuestro entrenamiento.

No son una especie propia de aquí, ni siquiera por Darkshore ni Ashenvale, exceptuando algunos amaestrados en ese maldito aserradero orco. -

Suspiró por un momento, como si la sola imagen de aquel maldito lugar le hiriera más profundamente que la mejor de la espada. Dicen que los druidas más ancianos sienten cada sufrimiento del bosque como si fuera propio, Malfurion Stormrage sufrió un dolor indescriptible cuando el traidor utilizó magia prohibida para sacudir la tierra.

- Aun así, hay uno en Teldrassil, pocos lo conocen y menos aun lo han visto. Los que hemos vivido para contarlo le llamamos Colmillo Mortal, si bien no los necesita para despedazarte en cuestión de segundos.

Busca a Colmillo Mortal, muy al sur del lago, véncele, pero te advierto, no puedes ni debes herirle, ni lastimarlo, ni usar tu magia contra él, ni otros deben ayudarte, sin importar quien o que sean. No viertas ni una gota de su sangre, no le toques, que nada hecho o tocado por ti o por otros le toque, ni un solo aullido o gruñido de dolor debe escapar de su garganta.

No me preguntes cómo, ni a mi ni a nadie. Pues eso debes averiguarlo por ti misma, si tienes éxito habrás aprendido algo muy valioso, si fracasas iré por tus restos para darles una digna sepultura.

Vete Nightbreeze, te sera fácil... encontrarle...

Que Cenarius te proteja, si él te encuentra antes. -

No se despidió de la elfa. Hastiado volvió a arrodillarse ante la fuente para continuar los extraños experimentos alquímicos que Velora había interrumpido.

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02/02/2009, 13:11
Velora Nightbreeze

 

Un extraño tick sacudió la ceja derecha de la elfa durante un segundo. En cuanto Boneclaw se dió la vuelta le habían entrado unas ganas imperiosas de sacudirle una patada y tirarlo de cabeza al Pozo Lunar... mas por razones obvias tuvo que aguantarse y no hacerlo.

Entiendo... procuraré no decepcionaros—respondió con una seriedad que rozaba lo irritante en su voz—Ishnu'dal dieb, Maestro Boneclaw.

Giró sobre sus talones sin decir una sola palabra más y se dirigió a la rampa por la que había venido.

 

Una lógica que rallaba lo literal, ¡pues claro que cualquier animal más grande consideraba inofensivo a otro más pequeño!, aunque este otro en cuestión también fuese un depredador pero... ¿derrotar a un Huargo sin tocarle un solo pelo?, ¿qué demonios pretendía aquél Druida? ¿matarla?.

"Digna sepultura dice... ¡que grandes palabras!, pura poesía..." pensó resoplando por la nariz una vez estuvo justo en la entrada de Dolanaar.

¿Cómo iba a probar que había "vencido" a algo si no podía taer su cabeza?.

Se cruzó de brazos y se apoyó en uno de los árboles, necesitaba pensar un momento. Tenía que admitir que lo que la molestaba era que la hubiesen sacado de su tranquilidad, no la misión en sí, pero tenía que hacerla así que no debía dejar que aquelllo turbase su calma. Quizá... la única forma de no ser la presa era no aparentar serlo.
Una suave brisa cruzó la zona haciendo susurrar las hojas de los árboles, un sonido que a la elfa le resultaba siempre de lo más relajante, una hoja cayó planeando de alguna de las mil ramas que cubrían el pasaje, Velora levantó la mano y la cogió con el cuidado de quien coge una pluma.

Así que ni herirle, ni matarle...—murmuró mientras la miraba.

Acto seguido bajó la vista al suelo, mirando sus propios pies, descalzos sobre la mullida manta de hierba y hojas y sonrió de medio lado. Estaba claro que aquél Huargo no sufriría las mismas trabas que le habían puesto a ella. Faren'h le planteaba un acertijo de astucia y de astucia sería la lucha, pero no una lucha física, si no una mental.
 

"Vencer no implica necesariamente matar al adversario, hay muchos tipos de derrotas".

Se agachó y plantó la hoja en la fértil tierra batida que había al pié del árbol.

 

Veamos, al sur...

 

Notas de juego

No voy a plantarme en la boca de la guarida del Huargo sin más, si está anocheciendo o es denoche, iré fundiéndome con las sombras de los árboles conforme me acerque (escondiéndome en ellas, vamos) e intentaré observarle desde lejos antes de decidir cómo actuar para ver si saco alguna conclusión de él.

Si aun no es denoche, esperaré a que comience a oscurecer para hacerlo.

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02/02/2009, 23:22
Director

Velora podía buscar el amparo de la noche para tener una mínima posibilidad de éxito en aquella locura. Pero la elfa recordaba la excelente visión en la penumbra que tenían los huargos y sus hábitos nocturnos distaban de limitarse a esperar la salida del sol.

Desgraciadamente pertenecían a esa familia de predadores que busca comida por la noche, cuando otros duermen, lentos y desprevenidos, la naturaleza podía ser cruel, pero era justa.

Sin embargo Boneclaw debía haber perdido el juicio, pero por muy absurdo que pareciera debía tener una posibilidad de éxito, no podía mandarla a una muerte segura o tal vez estaba sobrevalorando sus capacidades, o quizás es que realmente estaba loco y trastornado. Por su bien personal Velora esperaba que no fuera así.

Ya estaba bastante contrariada por la tarea, y el tener que deshacer el camino no ayudaba a serenarse. La tranquilidad de su cabaña era muy tentadora, pero tenía que ignorarla y continuar su paso hacía el sur, supuestamente cerca de los bordes.

Nadie se aventuraba solo tan lejos de Dolanaar, ya que si ocurría cualquier cosa estabas a merced de los elementos, los centinelas tenían bastante trabajo patrullando las carreteras y evitando los ataques de los Furbog como para alejarse a cazar alimañas en los mismísimos bordes de Teldrassil.

La zona no le era familiar, el silencio era impropio, incluso a la luz de la runa la espesura devuelve sonidos inequívocos. A cualquier lado se veía la espesura crecer sin preocuparse por ser devorada por los muchos herbívoros que conviven en Teldrassil.

Cuando la luna se libró del manto nuboso un aullido lejano rompió por unos breves segundos aquella calma innatural.

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04/02/2009, 16:20
Velora Nightbreeze

 

La elfa se detuvo en seco y no pudo evitar tragar saliva, todo su cuerpo estaba tenso como la cuerda de un arco Darnassiano.

"No hacerle daño... je" pensó sonriendo forzadamente para sus adentros "como si esa cosa fuera a ser igual de amable".

Si bien por muy grande que fuese un Huargo una cosa estaba clara: los cánidos no eran trepadores.

El aullido parecía estar aun algo lejos así que se acercó al árbol mas próximo mientras se cercioraba más a cada paso de que tenía la sensación de que debía haberse vuelto loca o algo por el estilo.

"Esta debe ser una de esas situaciones en las que el maestro se expresa de forma críptica para que su pobre alumno se debane los sesos tratando de averiguar qué demonios quiere decirle..." pensó con hastio mientras hacía un lazo y lo ocultaba en la hojarasca del suelo.

La verdad es que si Faren'h le había dicho que no derramase ni una gota de sangre del Huargo debía de ser por algun tipo de aprendizaje... y aunque ella no sabía a priori qué podía tratarse lo que debía "aprender" y no pensaba hacerle daño al lobo, tampoco era su intención meditar la lección del sabio Druida desde el interior del animal...
Comenzó a trepar sigilosamente con la agilidad felina característica de los de su raza... buscando una rama gruesa a una distancia coherente del suelo. Se escondió entre el follaje.

No tenía la menor idea de qué esperaba Faren'h cuando habló de "vencer" a la criatura, mucho menos el cómo iba a hacerlo exactamente... y se maldijo en aquel momento por no haberle pedido algo más de información, aunque tampoco estaba segura de que aquel viejo cascarrabias fuese a decir mucho más.

Bien... veamos cuál es el problema del animalito este—murmuró quedándose en completa inmovilidad.

Tragándose su propia inquietud a duras penas y pidiéndole su bendición a Cenarius, esperó.

 

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05/02/2009, 12:50
Director

El tiempo pasa muy despacio para los seres muy longevos. Cada segundo se convierte en una eternidad y el mayor reto es lograr tener la mente ocupada en algo.

Velora Nightbreeze no podía permitirse ese lujo, tenía que permanecer inmóvil como una estatua, pareciendo una rama más de aquel enorme árbol. Los lobos no sabían trepar árboles, se repitió a si misma una y otra vez, aunque los huargos eran mucho más desconocidos para ella.

Poco a poco los segundos dieron paso a minutos, y los minutos cedieron su lugar a las horas. Cada vez más cerca escuchaba un aullido capaz de helar la sangre, pero aun así no dudo en permanecer oculta esperando la oportunidad.

Aunque no fue Colmillo Mortal el que rompió su tranquilidad, desde la cobertura por el espeso follaje la elfa distinguía dos siluetas inconfundibles, Grellkings, parientes de los Imps y otros diablillos, criaturas pequeñas y cobardes, pero se movían en grupo y manejaban oscuros poderes, muchos se habían confiado y luego desaparecido en las garras y fauces de esas alimañas.

Los dos diablillos se detenían cada poco, olfateando el aire, cuando permanecían quietos mucho tiempo sus pies creaban un icor repulsivo que marchitaba la tierra, como si fuera ácido candente. No había nada en ellos que impulsará a la más mínima piedad.

Poco a poco los aullidos se escuchaban más próximos, los dos Grellkings se detuvieron mirando a todas partes, pero el aullido cada vez venía más próximo, ambos diablillos levantaron sus rústicos garrotes, en su maldad habían puesto un clavo oxidado en cada extremo. Otra prueba de que solo buscaban el mal por el mal.

Ni siquiera los agudos ojos de la elfa vieron salir semejante monstruo, en un borrón de movimiento un enorme huargo negro y moteado embistió a esos dos miserable sin ninguna piedad. El más afortunado voló unos pocos metros antes de estrellar su ridícula forma contra el suelo.

Su compañero no tuvo tanta suerte, las fauces de aquella criatura se cerraron entorno a su diminuta cabeza, reventándola en un espantoso crujido que provocó un estremecimiento en la druida.

Aquella masa de rabia se volvió hacia su acompañante. La desproporción de aquel huargo era total, un tigre de monta apenas sería unos centímetros más grande y su musculatura muy inferior a la de aquel monstruo peludo, que ahora contemplaba al Grell dando círculos, con sus ojos fijos en aquella criatura.

Huargo y Demonio se miraron durante unos minutos eternos, limitándose a continuar sus movimientos en círculo sin dejar de vigilar a su oponente. Las manos del diablillo se iluminaron en un hechizo, al mismo instante en que el Huargo abría su boca mostrando sus dientes ensangrentados.

Todo valor que conservase aquella criatura se fue, intentó huir en rápidos saltos tirando su garrote a un lado y sin mirar atrás. Error grave, aquella criatura lupina le alcanzó en pocas zancadas, sus dientes envolvieron casi la totalidad del Grell que ni siquiera pudo gritar cuando las fauces se cerraron despedazándolo sin piedad.

Colmillo Mortal aulló hacia la luna su victoria antes de desaparecer de nuevo entre la espesura. Quizás la batalla o el sabor de la sangre le había hecho prestar poca atención a su olfato, pero la elfa había pasado desapercibida.

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07/02/2009, 14:50
Velora Nightbreeze

 

"Maravilloso, como si no tuviese suficiente con uno..." pensó la elfa poniendo los ojos en blanco.

Aquel animal era pura fuerza bruta, estaba claro que no iba a "vencerle" de forma convencional. Pero no podía hacer mucho más tampoco, se sentía como una suicida... ¿debía seguirle?, o quizá no era una buena idea, quizá debía mirarlo de otro modo, no dejaba de ser un animal, y los animales...

"Cálmate, no le has hecho nada..." se dijo tragando saliva de nuevo. Tomó aire e hizo acopio de toda su fuerza de voluntad.

Rogó a Cenarius que aquella criatura razonase por los mismos patones por lso que se regía el resto de fauna, los animales de pr si no son malvados, lo único que les mueve al ataque es el miedo o el hambre, esta última acababa de ser saciada y dudaba mucho que un Huargo pudiese tenerle miedo a una simple elfa.

Por Elune... ¡mira que son desagradables esos Grellkings!—dijo de pronto—un auténtico dolor de cabeza. Tan sólo mira cómo han dejado el suelo con sus pisadas, ahora tendré que sanar todas esas plantas...

 

Su voz sonó lo más neutral y serena posible, lo único que tenía a favor ahora mismo, era la agudeza mental.

 

Notas de juego

Lenguaje de la Bestia

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09/02/2009, 00:54
Director

Hablar con un animal siempre tenía sus riesgos. Que fuera capaz de entenderte no era necesariamente señal de obediencia. Además las bestias de la tierra en su mayoría carecen de la capacidad de razonamiento propia de otros seres atribuidos (aunque inmerecidamente) el adjetivo de inteligentes.

De hecho aunque la comunicación podía ser recíproca no era necesariamente fluida, preguntarle a un animal si había visto un humano con una espada era medio estúpido, si bien podían reconocer a los hombres no así sus creaciones. La metáfora, ironía, paradoja, y otros recursos del lenguaje tampoco tenían lugar, no era posible un razonamiento abstracto.

Lo único que sabia Velora es que el animal había comprendido la idea que deseaba transmitirle la elfa, y al menos toda criatura sabía instintivamente el nombre de la deidad, aunque para los lobos tal vez fuera la Gran Luna en vez de la Diosa.

Su reacción no tardo en esperar, y fue violenta, con una rapidez impropia aquella masa de músculos se giró por completo, salvando casi toda la escasa distancia que los separaba en un mero segundo. La criatura no solo era fuerza bruta, también era rápida como una saeta.

Pero no cargó a por la elfa. En su lugar permaneció a una distancia de apenas cuatro o cinco metros de la elfa. Olisqueando el aire mientras gruñía, mostrando una larga fila de mortíferos dientes aun manchados por la sangre de los Grell. Se movía en círculos al acecho, por un instante sus ojos se clavaron en los de la elfa y esta captó la simple idea que la bestia transmitía.

- "Vete" -

Muy pocas veces había visto a un animal defender lo que debía ser su territorio con semejante vehemencia. Le pareció que una fracción de segundo el animal miró atrás por alguna razón, antes de centrarse de nuevo en la Druida.

- "Vete" -

¿Cómo podría vencer a ese monstruo? Bastaba una simple mirada a esos ojos para que el corazón más valiente se quebrará.

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10/02/2009, 00:30
Velora Nightbreeze

¡Ey!, tranquilo, no voy a hacer nada—dijo la elfa levantando ambas manos inocentemente como si la apuntasen con un rifle de caza enano.

La verdad es que costaba enormemente mantener la voz serena sin temblores, la sola mirada de aquella criatura era espeluznante, era una máquina perfectamente diseñada para matar, un depredador. Pero Velora no tuvo más remedio que hacer de tripas corazón y mantener la cabeza fría. Tenía la sensación de que si dejaba de mirar a los ojos de aquel animal nada bueno ocurriría.

Mírame bien soy una Druida, ¿ves?, mi trabajo es cuidar de las criaturas vivas de este lugar.

Estaba claro que el Huargo trataba de defender algo, antes le había parecido ver que otro animal le acompañaba. ¿Sería su compañera?, quizá hasta pudiese existir una camada y si así era, resultaba bastante normal la reacción.

Sólo estoy de paso mirando que todo vaya bien—continuó—esos Grellkings nunca tienen buenas intenciones, es normal que estés preocupado. ¿O te ocurre algo?, igual puedo ayudarte.

"Debo de haberme vuelto loca..." pensó al descender lentamente sin hacer ruido con sus pies descalzos. Se recordó a si misma lo que ya había mencionado antes de ir allí: no debía actuar como una presa. Tenía que bajar.

Tuvo cuidado en todo momento de no hacer ningún movimiento brusco y de que su voz sonase todo lo armoniosa y tranquila posible.

 

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14/02/2009, 13:44
Director

La bestia lanzó una dentellada de advertencia al aire. Sus dientes se cerraron como si fuera un cepo en una imagen macabra, la elfa no pudo reprimir un escalofrío de solo pensar que habría pasado de encontrarse en ese lugar.

Colmillo Mortal avanzó dos pasos más, recortando poco a poco la distancia, a la luz de la luna sus ojos rojos brillaban con aun más fuerza, la tenue luz resaltaba la musculatura del huargo, remarcando aun más su aterrador aspecto. Hilos de baba se filtraban entre los dientes en una siniestra imagen que no presagiaba nada bueno.

Súbitamente el huargo lanzó un aterrador aullido, el sonido se propagó por el bosque como un solo trueno, acallando todos los ruidos y silenciando a todas las bestias inferiores. Los pulmones de la elfa se pararon por un segundo, ese presagio aterrador retumbó en su interior como sin un trueno hubiera caído justo a su lado, su mente racional luchó contra sus instintos más básicos de supervivencia, y tal vez por orgullo, suerte o mera estupidez la elfa logró mantener la compostura.

- Tiradas (2)

Tirada: 2d6(+4)
Motivo: DreadHowl
Dificultad: 10+
Resultado: 9(+4)=13 (Éxito)

Tirada: 2d6(+3)
Motivo: Voluntad
Dificultad: 13+
Resultado: 10(+3)=13 (Éxito)

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14/02/2009, 15:26
Velora Nightbreeze

 

Ni si quiera ella misma sabía cómo había logrado contenerse. La sola imágen de aquel Huargo era aterradora, parecía sacada de una pesadilla, un único aullido había bastado para hacer callar hasta a los grillos.
Sus ojos seguían fijos en los del lobo aunque más que ojos, le daba la sensación de que lo que miraba fuesen dos ascuas de carbón al rojo vivo.

La elfa soltó un quedo suspiro y se cruzó de brazos lentamente. No podía titubear.

Eres muy cabezota, eh—dijo sin perder la serenidad en la voz—No tienes que ponerte así, no te he hecho nada. ¿Qué pensaría Cenarius si viese que eres tan malo con una de sus Druidas?.

Aquella situación rozaba lo surrealista, no sabía muy bien lo que pretendía ni lo que tenía que hacer, sólo sabía que no podía atacarlo y que no debía mostrarle que tenía miedo aunque... un momento.
Recordó entonces algo interesante que Faren'h había dicho cuando se encontró con él en Dolanaar. El viejo Druida le había preguntado que qué sabía de los Huargos y ella se había limitado a contestar que eran como los lobos sólo que más grandes y fieros.

"Busca una sola criatura más grande y peligrosa, te aseguro que para ella no serían más que otra comida, y ni por asomo le parecerían fieros".

Las palabras del Maestro flotaron por su cabeza, al principio le pareció una auténtica locura pero... ¿por qué no?, Cenarius no era ningún depredador ni iba a comerse a nadie pero la ira de un semidiós no era algo que tomarse a la ligera, ¿qué animal no temería a su señor y más aun si tenía algo que proteger?.

De verdad, a nadie le gusta ver enfadado al Señor del Bosque... quien sabe lo que podría hacer—añadió levantando una ceja—y se enfadaría mucho si una de sus criaturas me hiciese algo malo cuando sólo he venido a cuidar de que todas ellas estén bien.

 

 

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17/02/2009, 13:40
Director

Se hizo el silencio, solo rotó por los gruñidos de aquel animal y su respiración acelerada. La elfa perdió la noción del tiempo en cuanto tanto ella como aquel predador se quedarón inmóviles, enfrentando sus dos miradas en duelo singular, tal vez se había vuelto totalmente loca, pues no sabía como era capaz de sostener aquella mirada infernal, incluso un oso habría corrido aterrado al contemplar el siniestro brillo rojizo en aquellas pupilas. 

Le dolían las rodillas de mantener la postura, el sudor le hacía estar incómoda, incluso la respiración se había vuelto difícil. Por muy irreal que pareciera le estaba costando un serio esfuerzo mantener fija la mirada, tenia la certeza de que si volvía su rostro aquella bestía la despedazaría antes de poder volver siquiera a parpadear. 

Pero Colmillo Mortal apartó su mirada, el animal había sentido la voluntad superior de aquella criatura. El enorme huargo se hechó a tierra, cerrando los ojos y moviendo para atrás las orejas, con el rabo entre las piernas, mientras algunos lloros se escapaban de entre sus fauces ahora cerradas.

Cargando editor
19/02/2009, 14:53
Velora Nightbreeze

 

La elfa no daba crédito a sus ojos, aquella especie de duelo de miradas había funcionado. Aunque se sentía como si una estampida entera de Kodos le hubiese pasado por encima mantuvo la calma observando a la criatura.
En cierto modo había "vencido" aquella "batalla", ¿pero cómo demostrarselo a Fareh'n?. Durante un instante maldijo el no haberse acordado de preguntárselo.

Tranquilo, hermano Huargo—dijo finalmente—¿puedo ayudarte?, ¿quizá algo te preocupa?.

Aquella criatura claramente estaba cuidando de algo aunque no sabía si su idea de la camada era acertada o no lo cierto es que tenía una compañera, tal vez el hacer algo por eliminar posibles amenazas externas que pudieran atentar contra aquel misterioso "tesoro" sirviese de garantía.

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20/02/2009, 14:34
Director

Colmillo Mortal se mantuvo en la misma postura durante muchos minutos. Si entendía o no las palabras de la elfa estas no parecían tener efecto. El huargo abría los ojos en ocasiones mientras emitía pequeños sollozos que desmentían por completo la ferocidad que había desplegado hace apenas unos instantes.

Parecía que la voluntad de la druida le había aturdido por completo, pero fue al final cuando la actitud amable de la elfa quedo patente cuando el huargo abandonó su asustada pose.

La bestia miro a Velora con ojos llorosos y muy abiertos, aun sollozaba, y ni siquiera con sus dones lograba entender si era miedo o preocupación lo que deseaba expresar. Se volvió olfateando el suelo, mientras retrocedía por donde había salido al encuentro de la intrusa. Solo se detenía para mirar atrás y ver si la elfa seguía sus pasos.

Aquel lobo la condujo cerca de una cueva, rodeada por restos de huesos privados de toda carne y visiblemente mordidos. Solo un cuervo osado con el pico manchado de sangre se atrevía a merodear por esos lugares, sin duda esperando a darse un festín con los restos de alguna caza.

En el fondo de aquella madriguera dos criaturitas salieron a su encuentro, frotando sus cabezas con el enorme cuerpo de Colmillo Mortal mientras olfateaban con curiosidad el aire.

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21/02/2009, 15:07
Velora Nightbreeze

 

Velora siguió a Colmillo Mortal hasta la madriguera y sonrió levemente al ver aquellas dos tiernas criaturas, gesto no muy común en ella pero aun así era cálido.

Son preciosos—dijo.

Al parecer la idea de la camada era cierta, Colmillo Mortal sólo trataba de defender a sus cachorros y con tanta criatura corrupta deambulando por Teldrassil últimamente tenía motivos para estar inquieto.

Estás preocupado por ellos, ¿verdad?—añadió rascándose una mejilla—no quieres que les pase nada malo.

Se quedó pensativa un momento observando como los lobeznos se arracimaban junto a su padre, temblorosos al caminar puesto que seguro habían aprendido hace poco a hacerlo.
Antaño nada de esto tendría por qué pasar, ninguna criatura de Teldrassil tendría que temer por la seguridad de sus crías, sin embargo, ahora la semilla de la corrupción acechaba detras de cada esquina y hasta los grandes depredadores tenían motivos para estar preocupados... seguramente el Huargo tendría que turnarse para salir en busca de comida con su compañera y el hehco de dejarles sólos ya entrañabaun riesgo.
Aquello era trabajo de los Druidas, su deber eraprecisamente que nada de esto ocurriera pero aquella particular batalla parecía no tener fin.

Sin Faren'h supiera esto, sabría qué hacer para mantener esta cueva segura—pensó en voz alta mirando la expresión triste del enorme Huargo—¿pero cómo podría hacer para que viera que estas crías existen?.

Quizá poner a un Druida a cargo de custodiar aquella zona... o simplemente acabar con los focos de peligro cercanos, la verdad es que no sabía muy bien que podría ocurrírsele al Maestro pero tampoco podía simplemente coger un cachorro y llevárselo para que viera la gravedad del asunto y que no eran invenciones suyas, o al menos tenía sus dudas con que Colmillo Mortal estuviese de acuerdo.

Observó a las crías mientras pensaba una solución. De momento parecían estar bien, ninguno de los dos estaba herido o enfermo o por lo menos eso le parecía.