Partida Rol por web

Sin duda el elfo Terenthius estaba haciendo un esfuerzo titánico por intentar encajar en el grupo. Con un retractor aférrimo como Alkarik parecía estar usando la táctica de envolvimiento, intentando canjearse la amistad de los que rodeaban al explorador para así tener alguna posibilidad de reconciliación con su enemigo mortal.

Siento que la naturaleza te trate tan mal amigo Puñotorio, a veces resulta un tanto caprichosa en sus acciones...

Sonrío ante el golpe del orco..

Como te emociones así muchas veces te van a doler mucho las posaderas.. Digo echándome a reir.

Al levantarse el grupo puede ver que Rhuptus respiraba hondo demasiado fuerte, una cosa es que se cayese del caballo por darse contra una rama y otra que todos se rian de el. Con los ojos inyectados en sangre echa mano de la espada y con un formidable tajo cercena la rama del arbol de un solo golpe. Lo cual es todo una proeza. Tras eso, aparte de que hinca la espada en el suelo hasta algo menos de un palmo de la empuñadura coge la rama y la lanza a una distancia que os quedais todos diciendo:
- Coño con el orco, vera menos que un pato de goma, pero enrabiao tiene una hostia como un escuerzo.

Al cabo de unos segundos los jadeos disminuyen, el rojo de los ojos desaparece y agradece la ayuda de Terenthius. Sube al caballo sin decir nada mas.

Sin dar mas importancia al incidente, vuelvo a tomar el camino.

El arrebato de furia de Rhuptus ha sido suficientemente elocuente como para no tener que añadir nada mas.

A lo lejos bajando una cuesta, en mitad de un valle, se ve un pueblo. La luna incide su plateada luz sobre las murallas mas negras que hayais visto nunca, las cuales absorven toda la luz haciendo muy dificil verlas. De echo los humanos no las pueden ver, los elfos si pero el enano, el orco y el tauren...es ya otro tema.

Conformo os acercais mas lograis discernir ya todos la puerta de la ciudad, cerrada a cal y canto y en la parte de arriba veis una garita con luz de hoguera encendida.

Y bien muchachos, creo que se había decidido por entrar furtivamente en el pueblo, aunque no va a se facil teniendo en cuenta nuestro número.

Comentó el tauren cuando Alkarik dió aviso de que el pueblo estaba a la vista.

Acercarse a un lugar hostil sin luz puede ser más una traba para algunos de vosotros que una ayuda así que mantengamonos en grupo.

Aún susurrando la voz de Quiebratormentas seguía siendo potente...

- ¿Entrar furtivamente? Venga ya, hombre. Oh! Perdon. Podemos alegar que somos viajeros extraviados en mitad de la noche y buscamos descanso. ¿Que clase de pueblo no tiene tabernas para dormir?*

Pensemos tranquilamente, ¿queréis que pase como la última vez? Está claro que somos demasiados para entrar furtivamente, lo que más se le acerca es una especie de infiltración para abrir la puerta desde dentro o colarnos directamente. De todas maneras, seguro que hay alguna opción mejor.

El paladín, subido en su caballo y aprovechando la altura del valle intenta vislumbrar algo en la ciudad, habitantes, movimiento...

Arthur se sube a su caballo y otea el horizonte. Pero todo lo que logra ver es lo mismo que antes. Las murallas absorviendo la luz y de paso impidiendole ver lo que hay dentro del pueblo.

Escucho las palabras de mis compañeros, pero no respondo. Simplemente observo lo que me rodea.

El tauren se colocó de forma que todos lo pudieran observar y carraspeó para hacerse notar aún más.

Creo que no tenemos más remedio que entrar y hacer algunas averiguaciones antes de empezar a proceder con violencia. Como un grupo tan numeroso llamaría mucho la atención en Iriadanor sugiero que nos separemos en tres grupos para no despertar muchas sospechas, recordad que nos estamos enfrentando a un Natherezim que habita entre sus habitantes así que supongo que dispondrá de algún tipo de disfraz que oculte su verdadera naturaleza.

Se agachó doblando sus rodillas y dibujó un rombo en la tierra del camino...

Iriadanor tiene unas murallas en forma de rombo con lo que posiblemente tenga varias entradas. Propongo que Alkarik, Puñotorio y yo entremos por una de las entradas, Verhanna, Terenthius y Cassius por otra y Sir Arthur, Darus y Theros por otra. Si solo existe una entrada deberíamos hacer acto de presencia en diferentes momentos.

Quiebratormentas esperó a que el resto aceptase o opinase sobre su propuesta.

Por mi no hay ningún inconveniente. Tienes razón, si vamos todos juntos no vamos a pasar nada desapercibidos.

- Dividirnos me parece una buena idea. Es un pueblo pequeño y la entrada de tantos viajeros, aunque sea en grupos diferentes, no pasara desapercibida. Seamos discretos y evitemos comunicarnos entre los grupos hasta que alguno obtenga informacion fiable sobre el demonio.

Me acaricio la barbilla mientras pienso

- Propongo investigar en distintos puntos. Arthur, podrias ocuparte con tu grupo de la iglesia o comunidad religiosa del pueblo. Tu sabes mejor que nadie como tratar con la fe. Quiebratormentas, Puñotorio y yo somos los mas variopintos, asi que iremos a los barrios bajos y tabernas. El resto - pongo mala cara al mencionar al ultimo grupo compuesto mayoritariamente por los elfos - deberia intentar descubrir algo de las autoridades locales. Aunque directamente no sepan nada quizas haya sido denunciado algun caso que pueda tener relacion con el demonio.

Hago un gesto al tauren y al orco mientras dirijo tranquilamente mi montura hacia la entrada que nos ha propuesto el Tauren.

- Vamos compañeros, hay un demonio que derrotar

La noche esta cerca de concluir y el silencio salvo por vuestras palabras es bastante intenso. Tanto que podeis oir con claridad un grito de dolor en el pueblo. Al poco escuchais unas campanadas y comenzais a ver antorchas moverse por la urbe.

Al escuchar el tumulto creciente en el pueblo quiebratormentas acelera el paso siguiendo los pasos de Alkarik.

Vamos Puñotorio, parece que algo malo ha ocurrido... deberíamos atravesar las puertas del pueblo antes de que ordenen cerrarlas.

Alkarik mantiene su caballo al rapido paso del Tauren.

Parece ser que la fiesta ha empezado antes que nosotros. Seria descortes perderse los primeros bailes