Partida Rol por web

El combate a distancia no era su fuerte, y eso se notaba porque aquel desgraciado había recibido el impacto de su Shuriken sin apenas inmutarse.
Tendría que concentrarse y apuntar con mayor precisión.

Las balas y los surikens volaban en direcciones contrarias mientras Jamal se miraba con resignación la camisa de seda agujereada. La herida no era grave, pero Frankie se encendió como una olla a presión al ver por el retrovisor que su "jefe" había sido alcanzado.

Mientras el shuriken de Kenji se volvía a clavar en el motero, las balas volvieron a silbar cerca de las ruedas de los vehículos. Si conseguían descarrilaros estaríais en serios problemas, rodeados por gente a la que poco le importaban las promesas y si el valor de vuestros vehículos en el mercado negro. Los conductores aceleraron acortando las distancias mientras los que iban de paquetes abrían fuego otra vez.

- ¡Era una camisa de seda egipcia, pedazo de bruto infeliz! -

Jamal tenía pocos defectos, pero uno de ellos, uno enorme, era su incapacidad para insultar con ingenio. Su repertorio de palabras hirientes era muy limitado, producto de su educación privilegiada. 

Impulsado por el rencor, volvió a asomarse por la ventana y disparó. 

  Los impactos de bala provocaron temblores en las piernas del "durmiente" orko, pero en RV los sintió jodidamente dolorosos.  Un pequeño icono 3d con la forma de la furgo giró al tiempo que se ampliaba mostrando el neumático dañado; datos de presión del aire, estado de la banda de rodadura e integridad de la llanta volaron por el córtex de Diésel; la rueda no aguantaría mucho más, así que sería mejor despachar rápido a los capullos estos.

 Diésel culeó como un animal herido y esperó que la hiena con dos ruedas que le venía por detrás picara el anzuelo. Y el motero picó.

El conductor de la burra aceleró para pasar por el lado de la van mientras que el que iba detrás se preparaba para acribillar la furgo. De repente, Diésel frenó de golpe. 

 El otro tipo intentó completar la pasada pero se había quedado sin espacio para maniobrar y la rueda de la moto se metió debajo del culo de Diésel; la moto hizo un invertido descontrolado lanzando a los dos ocupantes contra la furgoneta, que rebotaron y cayeron al asfalto rodando como peleles junto con los restos retorcidos de su moto. Diesel sabía que esto le pasaría factura más tarde, se sentiría como si le hubieran dado una paliza y la cabeza le dolería un huevo. Pero, ¡aaahh, joder! "Ayudar" a que esos capullos se dieran la piña de su vida sentaba bien, muuuy bien. 

 Diésel dejó de frenar y aprovechó la inercia del impacto para deslizarse unos metros antes de volver a acelerar; ahora la presa se iba a convertir en cazador. Con un pensamiento activo el sistema de puntería y dirigió la mira táctica a la moto más cercana.

Kenji sabía que aquello se iba a poner feo si no se deshacían cuanto antes de aquellos matones.
No obstante, su fuerte no era el combate a distancia, y era algo que debería entrenar de ahora en adelante, pues en un futuro podría encontrarse en situaciones similares.
Una pistola, por mucho que las detestara, podría ser una solución sencilla.

Sea como fuera, lanzó otro Shuriken más tratando de acabar de una vez con aquel motero.

Frankie ya no podía contenerse mas. Su furia interna iba en aumento y encima habían herido, aunque solo fuera un rasguño, a quien debia proteger, a quien la había ayudado a salir de toda esa mierda en la que estaba metida.

Jamal asomaba por una ventanilla y Kenji por la otra, pero de imprevisto pisó el freno, volteó el coche y, como si de un superagente secreto se tratara, apoyó su fusil de asalto en la ventanilla dispararando una rafaga mientras conducía marcha atrás. 

Frankie había entrado en modo berserker.

La carretera parecía un derbi de oklahoma. Vehiculos con sus ruedas chirriando, disparos que van y vienen y todo ello impregnado de olor a gasolina, rueda quemada y pólvora.

La maniobra de Diesel pilló desprevenidos a los moteros que rapidamente se separaron de la diabólica furgoneta que ahora estaba detrás de ellos.

Jamal había conseguido darle al motor de la moto, que si bien no explotó, comenzó a perder velocidad poco a poco ante los gritos de impotencia y rabia de sus ocupantes.

Al fin el shuriken de kenji consiguió impactar en la frente del motero, clavándose profundamente y derribandole junto a su compañero en un revoltijo de cuerpos, sangre y chispas.

La maniobra de Frankie fue efectiva y disuasoria, acribillando a  balazos el cuerpo de otro motero y su acompañante.

Con cuatro motos fuera de combate y perseguidos por una furgoneta con sorpresas, las tres motos que quedaban decidieron que ya habían tenido bastante y dieron por terminada la noche, ejecutando maniobras para dispersarse y perderse en las oscuras y abandonadas calles.

Jamal se recostó en el asiento y trató de minimizar las manchas en el tapizado. Palmeó a Ken felicitándolo por la defensa y suspiró aliviado. No era ajeno a la violencia del submundo, pero tampoco era su especialidad.

- Buen trabajo señor Waltz - dijo por el comunicador - a ver si el resto del paseo es un poco más tranquilo -

Luego apoyó la mano en el hombro de Frankie.

- Buena chica - le dijo, acariciando el hombro - usa la violencia y luego suéltala. Es parte de ti, pero no te domina, tú la usas. Buen trabajo -

Siempre el buen doctor. Jamal estaba orgulloso de su Frankie.

  - No hay de qué, jefe. Para esto estamos. -  La furgoneta aceleró hasta ponerse a la altura del Bentley e igualó su velocidad   - ¡Jajajajaja! ¡Ha sido la ostia! Wave, tío, eres como un puto ninja de los trideos. A ese si que se le ha abierto el tercer ojo ¡Jeejejaja! Y tú, hermanita, eso si que es conducir. Te voy a tener que copiar ese truco. Doc, la cobertura aérea ya está en camino. -  informó el orko después de comprobar a que distancia se encontraba el MCT.

Francine se limitó a volver a conducir asintiendo a las palabras de Jamal, aunque su pie apretaba demás el acelerador, y no era por querer cruzar cuanto antes esa zona.

Diez minutos después llegasteis al destino. El antiguo polígono había estado vallado alguna vez, seguramente cuando el distrito no era un estercolero y aquél lugar rebosaba de vida cotidiana y la mejor tecnología al alcance. 

Un parque, de hierba amarillenta y árboles enmarañados, descuidados, se situaba lindando con el cemento resquebrajado por las raíces y la falta de mantenimiento. Las estructuras de columpios y varios juegos infantiles yacen solitarias, desnudas de todo tipo de diversión y pintura. 

Mas allá se encuentra la nave citada por Jackie, y supuestamente el lugar donde se encuentra el doctor Ambort Wemworth, nada disimulada debido a la columna de humo balnco que sale del conducto de la caldera.

El encuentro con los moteros locales le había hecho ir en cabeza, alejado de la acción principal pues era el más vulnerable del grupo. Bleidd detuvo su moto antes de entrar al polígono, mirando fijamente un árbol que había muy cerca de la valla. 

-Este lugar lo conozco.- Dijo el chamán por el comunicador mientras observaba todo alrededor. -Cuando seguí al dragón en el espacio astral su rastro me trajo hasta aquí. Exactamente estaba ahí,- dijo señalando el árbol -y observaba la nave donde se supone que se encuentra Hemworth.-

Un escalofrío recorrió la espalda del chamán. ¿Qué demonios hacía aquí un dragón en forma astral?, ¿acaso vigilaba al doctor? ¿o tal vez esperaba que alguien apareciera en su busca?. Las preguntas no tendrían una clara respuesta, y solo había una manera de averiguarla. Pero era muy arriesgado.

Kenji suspiró aliviado al ver marcharse a los moteros.
No había estado en su hábitat y ese combate se le había hecho algo pesado. Igual era una forma de conocer en qué debía mejorar.
Hizo un esbozo de sonrisa ante el “cumplido” de Diesel, pues no estaba satisfecho cuando podría haber hecho más.
Pero salvo una herida leve a Jamal, no había ido tan mal. Eso sí, como supuesto protector del Doctor, aquello no le gustaba en absoluto.

Sea como fuera, llegaron al sitio.
En esa nave debería encontrarse Ambort si lo que les dijo la camarera enana era cierto.
Estaba todo realmente tranquilo, pero las noticias de Bleidd por el comunicador le dejaron intranquilo.
A no ser que alguno tenga otra idea, lo único que podemos hacer es entrar. No parece el sitio donde llamar y esperar a que te abran amablemente.
Quizás deberíamos entrar por distintos puntos, por si huye o nos atacan, no estar todos apelotonados en el mismo sitio. sugirió, esperando alguna posible respuesta.

- Como es usual, sugiero que Bleidd nos cubra aquí afuera. Además si hay un dragón astral dando vueltas qué mejor que nuestro shamán para detectarlo y darnos aviso -

Jamal se acomodó el saco, revisó su pistola y sonrió ante la idea de un arma tan insignificante como ésa frente a un dragón. También consideró aumentar su tarifa, o pedir una bonificación, debido al excesivo riesgo que estaban tomando. No era de modificar las condiciones de un contrato, pero el maldito Jhonson los metió en un lío mucho más grande de lo esperado.

"Están enfermando y matando dragones Jamal, ¿qué esperabas?".

Sonrió otra vez para sí. Miró a sus compañeros.

- Armas preparadas, veamos qué tiene que decir este doctorcito -

Dra…gón. Un escalofrío recorrió la espada de Diésel, que ya había dejado de "saltar" a la furgo y la conducía en RA, cuando Bleidd soltó la bomba por el comm. Vale, si, sabía que el negocio iba de dragones pero, joder, saber que uno podía estar merodeando por la zona y, para colmo, posiblemente buscando al mismo tipo que ellos era una cosa muy distinta; hacía que a uno se le pusieran las pelotas de corbata. 

 El orko paró la furgo detrás del chamán y abrió el canal de voz.  - Doc, os daré apoyo desde aquí fuera. Los datos del mapeo del MTC se están descargando, enseguida os los paso para que tengáis una idea del lugar. -  mientras hablaba, los dos MTC descendieron y se acoplaron en sus compartimentos en el techo de la furgo. 

 -Eeehh… Bleidd, si tienes que hacer tu movida esa del wifi espiritual, aparquemos fuera de la vista y súbete a la furgo. Doc, os avisaremos cuando estemos en posición. - 

 Diésel condujo hasta un callejón cercano entre dos naves abandonadas. Maniobró para entrar de culo y dejar la furgoneta en buena posición por si había que salir pitando a recoger a los otros. 

 Mientras esperaba a que Bleidd subiera, el rigger se desabrochó el cinturón de seguridad, saltó del asiento y se dirigió al compartimento de carga donde un gran bulto ocupaba la mayor parte del espacio. Con un tirón quitó la lona militar que cubría el objeto y dejó al descubierto un flamante Steel Lynx; la puta joya de la corona armada con una Stoner-Ares M202 capaz de escupir muerte en fuego automático. Dudaba de que pudiera acabar con un dragón pero le iba a saltar unas cuantas escamas a ese hijo puta.

 Los anillos de la interfaz RA brillaron cuando Diésel los manipuló para abrir la puerta trasera y desplegar una rampa. Otra serie de órdenes y los anclajes que sujetaban al drone al piso se abrieron con un chasquido; los sistemas del Steel Lynx se activaron y las cuatro patas del dron se desplegaron. 

 Diesel volvió al asiento del conductor y abrió el canal de voz. 

  - Diesel en posición. Os mando a las pequeñas por si queréis echar un vistazo de cerca antes de entrar. Enlace directo a tus lupas, Doc. - 

 El orko acomodó su corpachón y se preparó para lo que pudiera pasar.

Cuatro ojos ven mejor que dos, y si esos ojos eran electrónicos, implantados en drones y con avanzados sensores, mejor que mejor. Guren Waltz no era el tipo que uno invitaba a una cena de negocios, pero Jamal no podía pensar en nadie mejor para cubrirle la espalda.

Al menos en lo que refería a vigilancia, porque si era por cubrir las espaldas en combate cerrado, Jamal había visto lo bien que peleaba Kenjuro.

"Buen equipo, debería considerar un bonus si todo sale bien", pensó el doctor, que sabía valorar a sus compañeros.

-Recibido Diesel.- La voz del chaman surgió en vuestros oidos por el canal de comunicación. -Voy para allá.

Bleidd siguió a la furgo del orco hasta el callejón y aparcó la moto detrás de la misma. Al ver el engendro metalico que diesel destapó en la parte trasera de la furgo, no pudo por menos que hacer un mohín de asco y apelar al espiritu lobo. La humanidad había abandonado la senda de la naturaleza, descuidandose en su deber, aunque copiaba el aspecto y las habilidades que la fauna y flora presentaban supliendo su propia carencia con tecnologia. Con el alzamiento de la magia de nuevo en el mundo el ser humano se vio indefenso, débil y tuvo miedo, mucho miedo. Eso sacó una sonrisa al chamán que disimuló ante el orco su falta de emotividad hacia el dron.

-Parece caro.- Comentó antes de sentarse en el asiento del copiloto, acomodarse y comenzar a concentrarse para elevar su espíritu en la noche.

Kenjuro de puso en posición, un par de pasos por delante de Jamal, dispuesto a interceptar cualquier ataque hacia él.
Escuchó lo que Diesel contaba por el comm, y no dijo nada, esperando el momento para entrar.