Partida Rol por web

Esta vez si actuaría antes de quedarse como un pasmarote. Aprovechó la cobertura que le daba la columna para disparar una ráfaga corta al más próximo para quitarlo de en medio.

Uno, dos, tres. Pecho, pecho, barriga. Si su blindaje no era demasiado bueno debería bastar para quitarlo de en medio.

Edge avanza hasta tomar cobertura para disparar a uno de los nuevos enemigos que acaban de aparecer.

El doctor avanza agachado hasta situarse tras unas cajas, con la escopeta bien agarrada. Una vez en posición sacó dos cartuchos y los deslizó en el cargador.

La ráfaga de Kay pulveriza a uno de los terroristas que cae entre una neblina de gore y sangre.

Edge avanza hasta la estantería y suelta un disparo de la escopeta que ilumina el almacén con un flash y hiere a uno de los hombres. Cosas de los perdigones que tanto pueden convertirte en picadillo como ser poco mas que una molestia.

El tecnomedico avanza hasta su siguiente cobertura aguardando y precavido, intentando asegurar el otro lado intuyendo que pueda pasar lo que va a pasar cuando otro terrorista dispara al otro lado de Edge.

Mientras Checkmate entra en el sistema y mapea el sistema. 3 Niveles, archivos en el siguiente nivel, remotos en el próximo y fin del sistema en el ultimo. Parece menos seguro que el sistema anterior.

Los terroristas avanzan en posición y se ponen en cobertura devolviendo el fuego, las esquirlas de yeso y madera saltan por los aires mientras una ráfaga sucede a la siguiente. Para su suerte, todos los disparos que vienen de ese frente no alcanzan a nin uno de los dos edgerunners que agachan las cabezas debajo de sus coberturas.

Exceptuando al terrorista sorpresa que viene del este de Edge.

Sin que tenga cobertura que lo salve, el hombre dispara su metralleta y las balas recorren la estantería hasta atravesar por encima al nómada dejandole dos agujeros.

Rhys escuchó los disparos y tragó saliva mientras seguía a lo suyo. 

Los disparos resonaron detrás de Kay, donde estaban Edge y doc, hicieron que se volviera como un relámpago. En un parpadeo vio los agujeros que le habían hecho a Edge. En el siguiente ya había disparado 3 balas a la cabeza que hicieron que explotara como una sandía esparciendo sesos alrededor que quedaron a menos de una uña del buen doc.

Sin perder tiempo se volvió a girar para asegurarse de que quedaba a cubierto de los tres que quedaban en pie.

Rhys se encogía con cada disparo.

Ojalá haya algo interesante aquí. 

K pone de nuevo su bullpup en el hombre y suelta una nueva ráfaga, el terrorista que atacó a Edge cae como un saco de patatas inerte en el suelo Y pronto lo rodea un charco de sangre.

Ryhs entra en el siguiente nivel, no hay Hielo Negro, así que puede intentar controlar los nodos remotos que dan acceso a compuertas o cámaras.

Edge trastablilleó al recibir ambos disparos. Los dos impactos le causaron dolor pero su armadura aguantó sin mayor problema. 

-Maldito hijo de perra...-masculló-.

En cuanto se recuperó, avanzó hasta ponerse a corta distancia del enemigo que le había sorprendido, puso la escopeta en modo automático y abrió fuego de nuevo. La Hurricane bramó hasta tres veces con un ruido descomunal. Edge estaba familiarizado ya con aquel arma, así que fue capaz de aguantar el retroceso y las tres balas acertaron en su blanco. 

Antes de que pudiera reaccionar, el mercenario se giró y acribilló al terrorista hasta convertirlo en pulpa. El médico maldijo.

- ¡Mierda!- exclamó, con la escopeta lista.- Contened a lso que vienen que vienen, yo limpio el pasillo- añadió, antes de andar hasta donde estaba antes el terrorista y derribar la puerta de la consergería de una patada, escopeta en ristre para acribillar a quien hubiera dentro.

A ver qué tenemos aquí - dijo en voz baja mientras miraba por encima del hombro y agarraba su pistola. 

Edge quería disparar al que lo había disparado a el, pero Kai ya había dado cuenta rápidamente de ese hombre. Con lo que se giró y propició una ráfaga de cartuchos entre los terroristas, haciendo que uno de ellos estallara detrás de su cobertura salpicando a los demás de sangre y causando mella en su moral.

Eisner daba la patada a la primera puerta dispuesto a disparar pero no había nadie en esa habitación.

Checkmate por fin lograba acceso a las cámaras y de repente tuvo acceso a todos los recovecos del local, localizando rápidamente donde estaban los rehenes y donde estaban el resto de terroristas. Dos en recepción, uno escondido en los baños, otro entre las estanterías y los últimos vigilando a los rehenes.

Los tres islámicos en el centro del almacén devolvieron el fuego de ráfaga hacia la zona de Kai y Edge.

Puede que el pánico de la situación los estuviera afectando. No eran soldados, si no terroristas no acostumbrados a encontrarse a un equipo de edgerunners tan de cerca. La lluvia de balas lleno todas las cajas y columnas del almacén, pero ni un solo disparo alcanzó a los dos hombres de armas.

El terrorista que estaba a nuestra derecha era el que más posibilidades tenía de pillarnos con la cobertura baja, así que era el siguiente en la lista.

Otra nueva ráfaga rápida y certera dejó otro cadaver decorando el suelo con su sangre pegajosa.

Confiaba en que sus compañeros acabaran con los dos últimos para poder avanzar a por los que estuvieran camino de unirse a la fiesta.

Sabedor de que su arma era sobre todo, efectiva en las cortas distancias, Edge avanzó hasta una nueva cobertura detrás de un grupo de cajas, desde la que podría alcanzar sin demasiado problema a uno de los terroristas. O eso contaba al menos. Llegó sin dificultad y descargó una ráfaga con saña, mientras apretaba los dientes intentando contener el retroceso descomunal de la escopeta.

Las tres balas impactaron sobre el terrorista.

- ¡Limpio!- aclaró el doctor, antes de seguir por el pasillo y pegar una patada a la siguiente habitación. Un baño. Levantó la escopeta, a los inodoros. Tendría que asegurarse uno por uno, no quería dejar ni un enemigo detrás que les pudiera joder.

Los disparos se suceden y mas cuerpos caen al suelo y de repente ...

Las paredes se desploman, los cuerpos se evaporan entre puñados de pixeles y una sensación de ingravidez llena vuestros estómagos a la par que os desconectáis del juego y reabrís los ojos en el local de Kuria. Alguien ha detenido el "juego" de golpe.

-Fantástico.- Dice Kuria mientras luces del local parpadean. -El puto generador vuelve a fallar.-

Las pocas luces se reflejan en el sinfín de cristales colgados de esos cordeles rojos. Podéis notar como el edificio vibra ligeramente con el paso de un tren o metro cercano. La chica hace una larga aspiración de su vaporizador y lanza una nube en el aire de un color azulado.

-Bah, a la mierda los estabais apaleando igualmente.-

-Estoy segura de que os las apañareis de puta madre. Al tajo.-

-Como sabréis en las azoteas de los rascacielos hay montado un mercado de comida fresca. Mueve mucha pasta. La suficiente como para que las corporaciones empiecen a meter mano y esos "buenos ciudadanos" cada vez se parezcan mas a esos matusalenes.-

Tomó otra calada de su vaporizador y continuó hablando con el humo saliendo lentamente de sus orificios.

-El caso es que una banda, los Bestias Rojos, van a asaltar una de esas torres justo antes de que se haga una transacción muy guai entre unos cultivadores y una corporación. Quieren algo de apoyo extra y vosotros iréis de mi parte.-

-Creo que serán un montón de créditos fáciles.-

-Los Bestias Rojos no son mas que unos pordioseros descoordinados y con mal equipo.-

Buscó entre lo sofás durante un rato hasta que sacó una lata abierta de Smash y le dió un trago.

-¿Si?-

- Entonces nosotros vamos con los Bestias Rojos, que son unos pordioseros y con mal equipo, a asaltar una de esas torres. ¿Lo he entendido bien? – preguntó sin inmutarse. Era su forma de afrontar el pequeño mareo de regresar de golpe a la realidad, encerrar todos sus sentimientos bajo la cara de póker. Tampoco es que de normal fuera a mostrarlos.

- ¿De cuántos créditos por cabeza estamos hablando? ¿Y de que corporación? – inicio la tanda de preguntas para obtener la información básica que por algún motivo Kuria había preferido omitir.