Partida Rol por web

Eres más mayor que yo así que si iba por respeto. Entendido iré haciendo lo que me digas para curarla y puede de las inyecciones no sean mala idea. Lo siento Tsumiko

En alguna otra ocasión, me habría reido por lo de la edad que aparenta nuestro repentino buen samaritano. Pero no estaba la cosa para reirse... La situación no podía ser más absurda. Repentinamente vino un tipo a colocarse con morfina y tumbarse ahi al fondo, sin sorprenderse tampoco de las dos desconocidas. Casi se me podria olvidar de dónde maldito veníamos. Casi. Pero no, joder. ¿Qué era esto? ¿El as en la manga definitivo de Akemi Eiji? Tantas preguntas... tanto por investigar... y yo aquí teniendo que curar una estúpida herida no tan estúpida porque apenas podía andar. Joder. Que se había tumbado en la cama del fondo, sí, la ensangrentada allí donde venía... ay...

"Ok. Pero no me deis nada que me vaya a dormir."

Mientras Yoru Nori estaba teniendo un viaje que lo había dejado K.O. en la camilla de al lado, Akira Kimura usando las directrices de Iñigo Nills O'Hara, logró tratar la herida de la espalda de Tsumiko Komachi. Por fortuna para esta el arma que usó Akemi Eiji no había logrado atravesar su cuerpo ni punzar ningún órgano.

Aún así, la herida era lo suficientemente grande como para ser más que un problema para ella en el día a día hasta que esta sanara y se curara. Nada de hacer ejercicio, nada de movimientos bruscos, nada de levantar pesos y nada de sexo salvaje. Andar podía andar, pero despacio y si iba apoyada en algo mejor.

Para el dolor, tenía que tomar antibióticos y analgésicos, pero sobrevivirá.

En defensa de Akira Kimura, el tratamiento de emergencia que me dio antes de llegar aquí era suficiente. En defensa de Iñigo O'Hara, su tratamiento profesional era mejor. Y ahora le debía gratitud nuevamente a ella y ahora a él también. Pero también tenía mis razones para enfadarme: si antes hubiéramos podido pillar a Akemi Eiji antes de que se escondiera, ahora ya imposible. Podría decirse que habíamos caído en la trampa perfecta. Suspiré y cerré los ojos un segundo o dos.

"...Supongo que nunca es tarde para empezar con mejor pie." Para nuevamente, con una educación que a mi juicio al mismo tiempo O'Hara no merecía y sí merecía, y también para no causarle problemas a Akira Kimura, dar las gracias al tipo por su ayuda. "Gracias por ayudarme con la herida, a los dos." les di una reverencia de cabeza rápida y por fin, volví a los asuntos importantes. "O'Hara-san, ¿viste o no viste al pelinaranja?"

Ah, iba a necesitar un bastón. Y un tarrito de pastillas contra el dolor, como el Doctor huraño ese de la televisión.

     Debo de confesar... que no - replicaba sin demasiados rodeos ante la pregunta de la muchacha, mientras empezaba a tomar una ligera distancia de ambas - Tampoco me arrepiento, los ánimos de una y el estado físico de la otra, dictaminaban que necesitaban un respiro, y el intercambio de conocimiento parecía ser la única forma en que vinieran de manera voluntaria a reposar a esta zona - dando una media vuelta para darles la espalda - Por suerte... este tiempo me a servido para pensar, en especial ¿ por que aquellos tres nombres no me suenan de nada ? - diría cuatro... pero el chico con la morfina creo que no se llego a presentar - este sitio es amplio, podrían seguir investigando por el sitio, por mi parte... - sacando por unos instantes aquel panfleto - existe una biblioteca y un sitio con información clasificada... un espacio idóneo en donde poder resolver mis dudas... espero - y tras ellos comenzar a avanzar sin demasiada prisa, como si les estuviera dando tiempo a ambas por si quisieran unirse en mi búsqueda de conocimiento.

Una vez que este soltó el torniquete, la sangre con los analgésicos se metieron directamente en el resto del torrente sanguineo causándole una sensación de placer y de sueño sin igual. Por suerte el muchacho se había tumbado ahí, pues era probable que no pudiera dar ni un solo paso. Las drogas hicieron su efecto y lo durmieron al instante.

Me quite el sudor de la frente, había sido difícil hacer todo eso. 

¿Te notas mejor?

Al parecer no sabía nada de akemi, así que no había pasado por aquí.

Espere vamos con usted, sabemos dónde está la biblioteca. ¿Usted sabe dónde estamos? ¿Que busca? Con un poco de suerte los demás quizá aparezcan por el camino.

"Sí, duele menos y es un poco más fácil andar." contesté a Kimura asintiendo. Cuando Iñigo admitió que no lo había visto, hice lo posible por aguantar la mueca de desagrado al oirlo. Suspiré en su lugar. "Qué remedio... supongo que tienes razón."  al menos ahora me sería más fácil andar. Nos propuso ir a la biblioteca, y a Akira Kimura se le escapó que sabíamos dónde estaba. Claro que Iñigo no se refería a la de fuera del edificio, sino a la del interior... Mierda. Evité una segunda mueca. La información aquí era importante y la pobre Akira Kimura no sabía donde nos habíamos metido. Las puertas de la Hope's Peak se habían cerrado al entrar nosotros, y estaba casi segura de que ya no podían abrirse. O'Hara no sabía esto, y era valioso para nosotras que no supieran que veníamos de fuera. Mierda, mierda.

Este tipo era astuto y no se le iba a escapar ese dato. Capaz sería de probarnos pidiéndonos que le guiásemos. No era un problema para mí, que me sabía la disposición de la Hope's Peak como la palma de mi mano... Sin embargo, ya había algo muy problematico que me había dado cuenta al ir hacia la enfermería. La instalación era idéntica... pero no se llegaba a ella de la misma forma. Los pasillos no estaban donde debían estar, las puertas llevaban a lugares diferentes... Era como una pesadilla, y los monstruos eran estudiantes como O'Hara y el adicto a morfina de aquí.

Así que cuando Iñigo Nills sacó ese panfleto, hice esfuerzo nada disimulado de ver qué estaba mirando. Un mapa de la Hope's Peak. Un mapa que no se correspondía con la disposición de la Hope's Peak que yo recordaba.

"Espera." torpemente arrastré a Kimura-chan para que me ayudara a alcanzar a O'Hara-san. "Déjame ver eso un momento."

Sabía que tendría preguntas y sospechas que tendríamos que contestarle, pero primero necesitaba ver ese mapa.

     Deberían de saber medir mejor sus palabras - mirando con pesadez a ambas muchacha, solo para acelerar lo que antes podía parecer un tranquilo andar - Mas cuando, se nota que aun se están guardando información... simplemente, una pena - agitando ligeramente mi cabeza de un lado a otro

     Un gusto - sin llegar a dar la vuelta - espero que tengan la fortuna de encontrarse con "los demás". 

Y así fue como Iñigo Nills O'Hara se marchó del lugar, dejando atrás a aquellas dos muchachas que parecían estar algo más perdidas de la cuenta, así como al otro joven que en estos momentos estaba tumbado durmiendo a pierna suelta y disfrutando de las drogas como nadie.

"Primero finge haber visto a Akemi Eiji cuando un mero 'No, no lo he visto' habría bastado, luego no nos deja mirar su mapa y finalmente se ofende porque se te haya escapado lo de la biblioteca. No importa, hablemos en otro lugar y te explico mejor. No sé si el de ahí atrás..." señalé al colocado de morfina. "...puede estar escuchándonos o no."

Aquel dúo de adolescentes que se adentraron en el interior de aquella Academia continuaron con su búsqueda en solitario una vez que aquel extraño hombre las hubiera abandonado, saliendo ambas de la enfermería a los pasillos del 2º Piso, esperando poder llegar a organizarse mentalmente cómo iba ese lugar.