Partida Rol por web

"...Así que administradora... ¿eh?..."

Desenfundé, ahora si, la katana completamente. Miré desde arriba a Akira Kimura con la decepción plasmada sobre mi rostro. "Durante mi investigación, descubrí que el verdadero Mastermind de este juego no era la misma persona que Akemi Eiji..."

"Pero jamás habría supuesto que esa persona serías tú..."

"Akira Kimura."

"...Debí haberlo supuesto. Cómo pretendiste ayudarme desde el principio... cómo parecías de verdad la única persona decente en este maldito grupo. Dime... ¿por qué lo hiciste? ...Quizá debería dejarlo estar... dejar de resistirme... y hacer lo que Akemi Eiji quiere que haga contigo... Traidora."

El hecho de que Tsumiko Komachi no hiciera lo que este le estaba pidiendo claramente era algo que el joven titiritero no estaba viendo con buenos ojos, al contrario, este pensaba que aquel virus le estaba haciendo perder el tiempo distrayéndose y resistiéndose a su habilidad.

-¿Pero qué pasa?. -Preguntó Akemi Eiji molesto porque no hubiera tripas de Akira Kimura. -¡Obedéceme!.

¡HAZLO DE UNA VEZ SACO DE BUGS CON PATAS!

¡CORTA YA!

Miré aterrada a ambos, ni siquiera entendía de que iba todo esto.

¿De que rayos estas hablando Eiji? ¿Qué dices de traidora? Lo único que hago es intentar ayudar y evitar las muertes que tu y los demás provocasteis? ¿A que te refieres con administrador? 

Tsumiko por favor... Lo que dices no es cierto, te ayude de verdad, no se por que dirías todo eso. Creeme por favor no lo hagas. Si fuera mentira podría haberte delatado muchas veces mientras te escondias.

Asustada  fui avanzando hacia atrás dirección a la puerta.

El idiota de Akemi Eiji había revelado al auténtico cerebro detrás de todo esto... Y a pesar de ello, o era una jodida perfecta actriz, o realmente no era la misma persona la que tenía frente a mi que la que Akemi Eiji había conocido. Es lo que tiene borrarles recuerdos a las personas. Que a veces cambian. Y a veces, incluso a mejor.

Debería estar viendo a la maldita responsable de todo esto. Pero en su lugar veía... a mi única amiga de siempre en este lugar. Akira Kimura... fue la única que me dio asilo pese a que matarme podría haberle ganado salir del juego sin juicio ninguno. Y luego también me ayudó a no caer en la desesperación durante en los juicios... una y otra vez. Y cuando de verdad caí en crisis por haber fracasado con esa maldita silla infernal... me sacó del foso con sólo unas risas.

No me cabía duda de que era verdad, pero frente a mi, yo no veía al cerebro detrás de todo esto. Veía a una amiga. Quizás la única que me quedaba por aquí. Veía a alguien asustada de mi... a la misma persona a la que antes le dije que... que intentaría lo posible para que ella pudiera contar conmigo también igual que yo contaba con ella...

Cerré los ojos e inspiré profundamente...

Y cuando los abrí, sonreí.

"Akira Kimura, mi amiga... Elijo creer en ti."

Enfundé la katana y le tendí la katana a Akira Kimura. "¿Me ayudarás una vez más? Si existe una manera de resolver esto sin derramar más sangre... ¿quién mejor que el ex-cerebro detrás de esto? Por favor, no te vayas. Si me dejas sola con este idiota creo que terminaré matándolo. ..Y ganas no me faltan... créeme que no me faltan... sigh."

El joven titiritero no comprendía cómo Tsumiko "Virus" Komachi estaba resistiéndose al control mental de su habilidad. Por lo que, siendo pragmático como era él, dejó caer la marioneta de Tsumiko "Virus" Komachi y se giró para recoger una de las tres armas que había colgadas en la pared y sin dudarlo avanzó contra la espalda de una indefensa Tsumiko "Virus" Komachi.

De forma rastrera y a traición, Akemi Eiji logró apuñalar por la espalda a Tsumiko "Virus" Komachi con una de esas armas que estaban en exposición.

El arma se incrustó en la espalda de Tsumiko "Virus" Komachi dejando caer una leve hilera de sangre rosada -como debe ser- por el filo del arma hasta el suelo. Pero, había algo extraño en aquella lanza de Gungnir, pues pese a que esta estaba firmemente clavada en la espalda de la joven, esta no avanzaba más como debería haber hecho. Quizás fuera porque el atacante no tenía una mano o por alguna otra cosa, pero la lanza no lograba atravesar el cuerpo de la joven por completo y de lado a lado.

La herida que le había infligido Akemi Eiji a Tsumiko "Virus" Komachi no parecía ser lo suficientemente letal como para acabar con su vida, pero sí estaba lo suficientemente clavada en su cuerpo como para ser un problema serio a su salud.

-¡MIERDA!. -Gritó soltando el arma aún clavada en el cuerpo de Tsumiko "Virus" Komachi- ¡SI VAS A SER UNA AGUAFIESTAS HASTA EL FINAL NOS VEREMOS DONDE TODO ESTO EMPEZÓ DE VERDAD!. ¡MALDITA "ULTIMATE" DE LOS COJONES!.

Tras decir esto, el joven salió corriendo del Castillo Nezumi dejando atrás a una Tsumiko "Virus" Komachi bastante herida y una Akira Kimura confundida y golpeada.

Akemi Eiji abandonó la estancia, dejando atrás a aquellas das muchachas que, por algún motivo, habían decidido aliarse en su contra para amargar lo que podría haber sido una gran partida de misterio en donde este muchacho iba a ser el protagonista carismático que se robaba los corazones de todas las chicas... y chicos...

¿Por que? Parecía que quería matarme hace un momento ¿Por que me ayuda? En cuanto me tendío la espada, Eiji atacó por detras.

¡¡¡¡Tsumiko!!!!! ¡No, no, no, otra vez no por favor! Me acerque a ella mientras veía a Eiji alejarse corriendo. Por favor, que estén a salvo por favor. Mire a Tsumiko y su herida no pintaba nada bien, no parecía mortal pero había que ser rápido. 

No hagas esfuerzos, me oyes, dijiste que confiabas en mi ¿Verdad? Voy a ayudarte, agárrate. No puedo quitarte la lanza ahora o te desangraras.

Como pude me la cargue a la espalda pasando sus brazos por mi cuello y me puse en pie cogiendo la katana también.

Trata de no dormirte, estaremos en la farmacia enseguida.

"Khhh..." Dolor... intenso dolor, y luego arrepentimiento... angustia... ira... miedo... y luego de todo ello... tranquilidad. "No me... arrepiento..." murmuré, tanto para Akira Kimura como para mí misma. Y es que, sí, era fácil pensar que no debí haber hecho lo que hice. "No la pierdas... es... importante para mi... tiene los nombres... de los difuntos de mi clase..." que no debí entregarle la katana, o que no debí darle la espalda a Akemi Eiji, o que debí matarlo... Pero no, no quería arrepentirme de ello. Esta persona, Akira Kimura, aún si era la mente maestra detrás de todo esto y según parecía no lo recordaba... ...Merecía una oportunidad. Más de una, se la había ganado, y seguía ganándosela. "...Heh..." pude reir, en medio del dolor por la puñalada de lanza, mientras ella me rodeaba con un brazo y empezábamos a andar. "...Seguro que te creías que iba a matarte... Pero... me resistí... no sé como... su poder ya no funciona... ...¿Crees... que es por culpa de los glitches? Ngghh... hay algo más que sé que no te he contado... Kh..." andar y hablar al mismo tiempo que te estás desangrando por una herida de lanza no era precisamente fácil... a cada segundo empezaba a doler más. Apreté los dientes. "...Si muero... si la palmo... ...¿me enterrarás con Obinata? ...¿Por favor?..."

Con gran pesar (sobre unos... ¿65 kilos?), Akira Kimura trató de llevar como malamente podía a Tsumiko Komachi a través del Castillo Nezumi, por la cuarta isla hasta el puente, cruzar el puente, moverse en la isla central hasta llegar al puente de la segunda isla, y tras cruzarlo dirigirse a la farmacia de la segunda isla.