Partida Rol por web

Desde luego, la isla no parecía abandonada, por que si lo estaba, ¿cómo era posible que la habitación estuviese impoluta? Algo la tenía que haber limpiado. Aparte de eso, la habitación del hotel era perfectamente normal (aunque de megalujo). El único detalle que destacaba era la cámara amarilla, que le iba a estar observando todo el rato. Ugh. Ya era difícil ser él cuando no había nadie mirándole todo el tiempo.

Shishio Puso la tele y pasó de canal gris en canal gris. Por el rabillo del ojo veía cómo la cámara le seguía. No se iba a librar de su mirada atenta ni por un segundo, ¿verdad? Uggggh. En fin, no le hacía gracia tener que hacerlo todo enfrente del sociópata que debía encontrarse tras la lente, pero no se iba a sentir cómodo en esa isla hasta que tuviese a una de las pocas personas con las que podía hablar de sus problemas.

Se sentó en el sofá, acercó la mesita de enfrente hacia él y empezó a sacar ladrillos de plástico de sus bolsillos. No tendría a sus padres, ni a sus películas en esa isla, pero al menos le tendría a él. Fue montando una figura con forma de torre: un torso, al que le puso una cabeza encima. Y luego, cogió el cuaderno y el bolígrafo de cortesía de encima de la mesita de noche y dibujó dos ojos y una boca. Dobló las esquinas del papel y lo colocó en el plano que formaba la cara, sujetando las esquinas entre los ladrillos.

-Hola, Renga. ¿Te encuentras bien?-

. . .

Shishio Uke acercó su cara a la del muñeco. Sonrisa emocionada, ojos brillantes.

-¿Qué dices, Renga? ¿Quieres que los mate a todos? ¡Oh, buenísima idea!-

Pausó, y dirigió la mirada hacia arriba, directamente a la cámara. -Ja. Broma.-

Puede que Shishio si consiguiera acostumbrarse a las cámaras. Eran siniestras y no deberían estar en una habitación privada, pero su impersonalidad hacía que fuese más fácil hablar con ellas delante que, por ejemplo, con sus compañeros de clase. O sus compañeros de isla, en este caso.

-Pero sí, tienes razón. No puedo simplemente quedarme en mi habitación sin hacer nada y esperar que la situación se solucione. Que no estamos en casa, vaya.- Shishio sabía que Renga no era real, que las palabras que decía venían de su propia cabeza. No estaba tan loco. Pero era la única persona con la que podía conversar libremente, y en muchas ocasiones le había ayudado, aconsejándole. Un amigo imaginario sigue siendo un amigo, al fin y al cabo.

-De camino aquí vi una granja, una tienda y yb aeropuerto. Si hay alguien en esta isla (que lo dudo cada vez más), deberían estar por ahí. Y si queremos salir de la isla, la mejor opción sería... ¿el aeropuerto? No puede ser tan fácil como coger un avión y largarnos. Pero puede que tengan un mapa o algo.-

-Gracias por el consejo, Renga. ¡Ahora nos vemos!- Shishio levantó la mano en alto y se despidió con una gran sonrisa en la cara. Puede que estuviese atrapado en una isla misteriosa en la que un ser mágico le iba a obligar a matar a otras personas, pero al menos no estaba solo.

Esperó a que Renga se despidiese antes de salir por la puerta.

. . .

-¡Ja, ja, ja! ¡Deberías dedicarte a la comedia! ¡Hasta luego!-

Y Shishio Uke cogió el pomo de la puerta y salió de la estancia.

Y entro en su habitación.

Um, Este es un anuncio del Viaje Escolar del Comité Ejecutivo de la "Hope's Peak Academy"

Ya es la hora, ha comenzado el Horario Nocturno.

Y... ahí estaba. Su habitación. Exactamente igual que como estaba el día anterior. No había nada roto, la manta estabaen su sitio y, lo que era más importante, no había un cadáver desangrado encima del suelo. Bien. Era una desgracia que Shishio no fuera a dormir en su cama esa noche.

Porque si Shishio quería sobrevivir esas nosecuantas noches, tendría que jugar más estratégicamente. Estaba claro que cualquier persona podía colarse en la habitación de otra si era lo suficientemente creativo. Quedarse ahí inconsciente durante horas y horas era una invitación a una noche muy mala para su salud.

Así que era hora de preparar el escenario un poco.

No... no iba a poner trampas, por supuesto. No iba a matar nadie aún. Nunca. No iba a matar a nadie nunca. Solo quería tener una forma de disuadir a los intrusos. Y se le había ocurrido una forma de hacerlo, aprovechando su talento natural y, de hecho, la imagen que acababa de salir en pantalla.

Shishio metió sus manos en sus bolsillos y empezó a sacar ladrillos de plástico, una vez más. En lugar del cuerpo multicolor de Renga, los principales colores que salieron esta vez fueron blanco y negro.

Había creado un Monokuma de Lego. Un Blocokuma. ¿Rengakuma? ¿MonoRenga? Qué más daría. Que fuera otra persona la que le pusiese nombre.

Su plan era el siguiente: Shishio esa noche dormiría escondido, detrás del sofá. Encima del sofá estaría su falso Monokuma (que alguien menos perceptivo confundiría con el verdadero torturador del archipiélago). Si alguien entraba en su habitación a acuchillarle o dispararle o lo que fuera, Shishio intentaría convencerle de que él no se encontraba allí, y que se había ido a... yo que sé. A la casa de la playa. Imitaría lo mejor posible a Monokuma y le diría que estaba allí, y que si quería asesinarlo, que se dirigiera a la segunda isla.

Shishió apagó las luces y ensayó.

-_{...A ver como era la voz... ejem...}-

¡Upupupupupupupu!

¡Así que has decidido asesinar a Shishio Uke, ¿eh?!

¡Pues mala suerte! ¡No está aquí! ¡El enano cobarde ha decidido huir a la Casa de la Playa, hoy!

La pantalla volvió a encenderse, mostrando nuevamente a aquel oso.

¡Enhorabuena para el dueño de la habitación!

¡Has sido invitado a la presentación en el Parque Jabberwock!

¡Recordad que es OBLIGATORIO asistir!

Upupupupupupu...

Shishio Uke llegó a su habitación.

Shishio Uke logró llegar hasta su habitación sin mayores problemas, ni siquiera inconvenientes. Por no tener nada a mayores, ni siquiera se encontró a nadie de por medio en su camino. Por lo que sí, había sido un viaje super-tranquilo para el pequeño adolescente.

Una ventana de su cuarto se encontraba rota, y encima de la cama del propio Shishio Uke se encontraba una PDA que no era la suya propia. Al parecer alguien le había dado semejante regalito y el sin saberlo... o quizás sí. Sea como fuera, el caso es que ahora tenía 2 PDAs.

Ah, esa debía ser la PDA de... ¿Katsumoto Obinata, había dicho? El tipo que había salido del barco con una ametralladora. Shishio no se podía imaginar por qué Barbara la había tirado de esa manera. Si era por deshacerse de pruebas incriminatorias... bueno, había maneras mejores que hacer un agujero en su ventana.

Recogió la PDA del suelo y miró al Blocokuma, que aún seguía allí. E hizo la voz.

-Qué afortunado, Shishio Uke. ¡Una PDA es una herramienta tan poderosa en esta isla, y el pequeño artista tiene dos! ¿No la vas a compartir? ¡Hay niños en África que no tienen ninguna PDA, ¿sabes?!-

Dejó de mirar al muñeco y se dirigió a la ventana otra vez.

-Sí... supongo que sí. Esa chica, Tsumiko, no tenía, ¿verdad? A lo mejor debería, um, dársela. Para que tenga una habitación donde dormir. O ocultarse. _{Ademas... creo que ella tal vez se merece tener la PDA de este chico más que yo...}-

Otra idea que tuvo era usarla para cambiar de habitación él. Porque, vaya, todo el mundo usaba su habitación como vertedero, según parecía. Pero le pareció más noble lo primero.

-_{Ah, pero antes...}-

Encendió la nueva PDA. Quería asegurarse primero de que era realmente la de Katsumoto.

Pese a que Shishio Uke encendió aquella PDA y pudo leer como, en efecto, estaba a nombre de Katsumoto Obinata, todo lo demás parecía estar distinto, nada de lo que uno a primera vista había visto coincidía con el Katsumoto Obinata que él había visto en aquella playa.

El Katsumoto Obinata que había visto era significativamente más alto, más ancho y más pesado; que todo lo que aquí aparecía representado. Incluso la imagen que mostraba del propio Katsumoto Obinata era ligeramente distinta a lo que Shishio Uke recordaba de este mismo.