Partida Rol por web

Natsuki mira a Tsumiko, esboza una sonrisa de medio lado y... situando súbitamente sus manos sobre los pechos de ella, los masajea

¡Listo! ¡Estoy harto!

Monokuma señaló la torreta y esta se encendió con un zumbido, con un movimiento de arriba a abajo como si estuviera viva, comenzó a girar hacia Tsumiko y Natsuki. 

¡Y ahora está encendida! ¡Ya nadie sujetará la puerta a nadie!

¡Ni los magumbos de Tsumiko en esta sala!

Monokuma respondió mostrando su enfado e ira ante la escandalosa posibilidad de que los estudiantes cometieramos actos inapropiados dentro de las paredes de una prestigiosa institución escolar como era la Hope's Peak Academy. ¿Y qué se le ocurre hacer a Natsuki Mei justo entonces? ¡Agarrarme... los pechos... sin más!

"¡Khhh! ¡Kyaaah! ¿¡Q-q-q-qué haces!? ¡P-p-para!" y para mayor horror, la ametralladora se giró hacia nosotras. Aquello ya era una situación de vida o muerte. Le pisé un pie y corrí a refugiarme detrás de Obinata-kun con terror y rubor por igual en el rostro.

Natsuki estalla en carcajadas y le da una palmada en la espalda a Anata-chan ignorando la ametralladora, pero no el tiempo suficiente como para que le cosieran a balazos, antes de que eso ocurriera se escabulló tras Yoyo-yon

Había llegado al lugar y ante todo este espectáculo no pude hacer otra cosa que negar con la cabeza y mostrar una mueca de decepción por lo que estaba viendo. Sabía lo que había y por tanto lo que había que hacer a continuación, estar en silencio y aprender del entorno. Eso es lo que se me daba mejor hacer, sacar conclusiones tras observar.

Por desgracia para mi, una pregunta se arrastró del fondo de mi ser hasta mi boca y no tuve más remedio que hacerla, a fin de cuentas, puede ser tan peligroso lo que se sabe como lo que no, pero al menos lo que sí se sabe se puede preveer de cara al futuro.

-¿Y si alguien tomara la PDA de otra persona?. Si un chico tomara el de una chica, por ejemplo, ¿podría entrar en el vestuario de las chicas?.

¡Mecachis! ¡No se me había ocurrido! ¡Nunca esperé que existiera una brecha tan bárbara e indecente!

Mmmm... ¿Que tal si hacemos esto? 

¡Creare una nueva regla! ¡"Queda prohibido prestar la PDA de una persona a otra"!

Todas las PDAs sonaron añadiendo esa regla entre el resto de reglas de la Academia. A fin de cuentas, Monokuma trabaja rápido en sus normas y aún más si con eso significaba poder torturar y atormentar a los estudiantes; pero primero era lo primero, poner reglas imposibles de ser saltadas.

De ese modo ya no podréis ir dandoos las PDAs entre vosotros.

Yo y mi cerebrito 100% de algodón...

¡Si es que estoy hecho un genio!

Obinata se quedó flipando en colores en como las chicas iban masajeandose los pechos unas a otras, quiso responder ante la pregunta de Miyazono, la cual planteó una muy interesante cuestión, pero la sangre del pobre escritor estaba siendo bombeada a otro cerebro. - Pe... Pero... - mascullaba sin lograr formar frase alguna. Pero el acabose para el pobre y adolescente hormonal Obinata fue, sin duda alguna, que Komachi se escondiera detrás de él, cosa que hizo que su espalda corroborara el testimonio de Tafuna y notara lo blanditos que eran los pechos.

Intentó concentrarse en Monokuma, después de todo los había citado allí para algo - Aunque dudo que aquí nadie le preste su PDA a otro, de todos modos. Si fuera utilizado para malos fines... Bueno, sería algo problemático. - concluyó el escritor.

Natsuki se asomó desde detrás de Yoyo-yon

Director, tengo un dilema curiOSO. Si me invitasen a un lugar al que no pudiera llegar... no digo que nadie me haya invitado - Natsuki se puso nerviosa y tosió. - Tjum. El caso es ¿se me castigaría por no poder acceder? Y otra pregunta para nada relacionada. ¿Hay alguna forma de entrar a la habitación de una persona que ya no... tiene PDA?

Y ahí me encontraba yo, de pie, impasible, con ligeros surcos en mis mejillas. Mirando como todos parecían reír, relacionarse e incluso masajearse mutuamente mientras aquel detestable oso pedía silencio y añadía otro clavo más a nuestra tumba. Con la voz más firme que pude reunir hablé.

-Sí que te has esforzado con todo el tema de la seguridad, ¿No?.

Los chavales de instituto estáis todos en celo. ¡A vuestra edad lo haríais hasta con una botella!. ¡Así que para evitar cualquier craso error, tengo que mantener la seguridad a rajatabla!. ¡Y eso incluye todas las normas!.

Se fijó en lo que dijo Mei, le sonó muy extraño a la par que sorprendente, aún así intentó fingir que no lo había oído, ya le preguntaría más adelante, ahora quería aclarar sus dudas con Monokuma. -  Pero Monokuma... ¿y si un chico y una chica duermen juntos en la misma habitación? Después de todo allí no hay ningún tipo de seguridad ¿por qué aquí es tan estricto en comparación? - no entendía el pobre escritor a que venían tantas ametralladoras solo para los vestuarios ¡y tampoco entendía porque Monokuma no respondía a lo que pasaría si alguien no iba a una cita porque no puede ir!

Mi única intención es la de mantener a este centro como un lugar de pureza.

¡Me da igual lo que pase en los dormitorios! ¡Como si forzáis a alguien o montáis sesiones, me da igual!. 

¡Bueno, ya está bien de hablar de reglas! ¡Cumplid TODAS las reglas a rajatabla y ya!

¡Nos vemos!

Con esto dicho, haciendo hincapié en que TODAS las reglas han de ser cumplidas, respondiendo así nuevamente a Natsuki Mei y su cuestión principal. Monokuma saltó nuevamente hacia la torreta y subiendo por su brazo desapareció en el techo de la estancia.

¡Nooo! ¡Todas nooo! - Lloriqueó Natsuki y se puso triste.

"Habéis oído a Monokuma..." murmuré, ligeramente saliendo de detrás de Obinata-kun, solo ligeramente. "No es necesario que durmamos cada uno en nuestro dormitorio siempre que durmamos en un dormitorio. Eso nos lleva al plan de superviviencia de Casquitos. Sakuraba-kun, ¿por qué no lo cuentas tú mismo?"

Al igual que a los demás, a mi también me resultó sospechoso lo que Natsuki Mei comentaba. No quería ni acercarme a ella después de lo que me había hecho, pero... "Eh, Gatita." la llamé desde mi escondite. "¿Qué es eso de tener que entrar en la habitación de alguien que no tenga la PDA?"

 Kizoku mira con total desaprobación la escena que sus compañeras estaban realizando, manoseando los senos de otra de las presentes. Pocas veces había visto un accionar tan vulgar y desubicado dentro de una academia. Y tenía intención de hacérselo saber. Una vez que el oso tedioso se había ido, la sommelier confronta a las desacatadas.

- ¡Pero como se les ocurre hacer algo así! Tengan un poco más de pudor, Mei-san e Iwa-san... estas clases de conductas son intolerables en un ambiente escolar. Tocar los senos de otra compañero... ¡Abrase visto!

 Refunfuñando por lo visto, Kizoku da media vuelta y se dirige hacia Tsumiko, la cual todavía no daba veredicto de si le molestaba lo ocurrido o lo disfrutaba y le daba vergüenza admitirlo. Puede que no estuviera en los mejores términos con la artista, pero una compañera en apuros merecía atención.

- Hey... ¿estás bien? No te preocupes, que ya no te molestaran... a menos, claro... que tu... ¿quieras?

 La cara de Anata se ponía roja al decir lo último, convirtiendo su rostro en un redondo tomate.

Por fortuna había alguien por aquí con un caracter suficientemente fuerte como para poner orden, y no, no hablo de Monokuma sino de Kizoku Anata. Ésta señaló con presteza y eficacia lo inapropiado que era aquello. "Gracias, Anata-san, estoy bie- ¿Q-qué?" ¿Que a menos que qué? Me puse roja de vergüenza e ira por igual. "¿¡E-eeeh!? ¿¡Po-po-por quién o qué me tomas!? ¡Claro que no!" contesté, protegiéndolos poniendo delante mis brazos cruzados. ¡Maldita fuera, sabía que no le caía bien, ¿pero hasta tal punto de preguntarme EN SERIO si me gustaba que me manosearan los pechos en público? ¿Qué creía que era, una fulana de barrio? ¿¡Ta-ta-tanto me odiaba!?

Si la invitación decía inmediatamente pero primero era necesario cambiarme, así que cuando por fin pude llegar a los vestidores ya era demasiado tarde y todos estaban reunidos, por fortuna parecían distraídos con lo que Tofuna y Komachi estaban montando, así que llegar tarde era el menor de mis problemas.

-Ah todo esto por que se supone ¿Qué estamos aquí? ¿No me dirán que tienen planeado una fiesta en la piscina? no más agua, por cierto Castor bi-color compra miel de mejor marca,  no pude peinar mi cabello como es costumbre- dije  respirando hondo.

-De hecho tenía una especie de plan para evitar más muertos era en parte  la asistencia en grupos ya sea parejas o tríos de personas, Tofuna había sugerido también la posibilidad de dormir en parejas o grupos, incluso pensé la posibilidad de crear rastreadores para  poder seguir al grupo, la verdad es que nadie quiere ser el siguiente asesinado- dije con normalidad.

-Si alguno tiene otro plan que lo expresé sería bueno escuchar puntos de opinión de los demás - me recliné sobre una de las paredes del lugar.

No... No creo que lo haya dicho con mala intención Tsu-Tsu. - decía medio tímido al notar como los pechos de la escondidar Arts and Crafts, seguían bien pegados a su espalda. - Lo de dormir juntos es una buena idea, después de todos, nos dará a todos una buena coartada. - dijo rememorando la coartada de su último juicio.

Igualmente... Mei-chan, yo también tengo curiosidad ¿por qué tanta necesidad por entrar en la habitación de un muerto? - preguntó curioso mientras echaba un brazo hacia atrás, sin girarse, realizando un pat-pat en la cabeza de Tsumiko, intentando tranquilizarla.

Me tomé mi tiempo para cambiarme y arreglarme antes de salir del cambiador. Vestida nuevamente con el kimono y llevando el resto dentro de un bolso, salí fuera sin muchas prisas. El hecho de que fuera obligatorio ir no significaba que tuviera que hacerlo de prisa.

Después de ver toda la demostración de Monokuma, negué con la cabeza y me despedí del resto.

Las preguntas de Natsuki Mei eran extrañas pero bastante precisas, era imposible pasarlas por alto mucho más cuando las ha reiterado en más de una ocasión. Así que lo que vio en esa Aplicación está relacionado con sus preguntas. Me quedé pensativo mientras intentaba imaginar la simulación hecha por ToraKuma.

Tras unos momentos llegué a la conclusión de que daba lo mismo lo que haya visto en su PDA, al final era muy probable que eso no ocurriese. Además, ella tenía toda la información necesaria para evitar algo así.

Aún así parecía ofuscada y un tanto triste, así que me acerqué a ella. Le toqué el hombro para llamar su atención, puse mi palma cerca de mi boca y susurré: -No deberías preocuparte por lo que te mostró ToraKuma-san, es imposible que algo así suceda... Es mejor que te olvides de ello.- Debía reconocer que aunque mis palabras no eran las más alentadoras o tal vez las más apropiadas para esta situación, pero mi intención de calmar a Natsuki Mei eran sinceras.

Escuché atentamente el plan de supervivencia expuesto por algunos. Era lo más lógico de pensar como contramedida en la situación en la que nos encontramos. De inmediato elevé mi mano para pedir la palabra y esperé el momento indicado para hablar. Sin ningún reparo enuncié mi opinión frente a lo expuesto: -Al menos no cuenten conmigo para aquello.-

Al escuchar mis propias palabras luego de verbalizarlas me di cuenta lo descortés de ellas, por lo que de inmediato di las excusas pertinentes mientras mis manos se movía rápidamente frente a mí: -No me malinterpreten, tal vez no me expresé de la mejor manera.- Tomé aire y continué: -Encuentro que es un buen plan, pero es arriesgado. Tal vez puede resultar bien durante una noche o dos, pero ya vimos que bastó sólo una noche para quebrantar la mente de uno de nosotros.-

-El estar juntos en grupos durante la noche favorece un asesinato masivo.- El tono de mi voz no denotaba nada particular, seguía siendo el mismo calmado, pese a estar hablando de posibles muertes. -Obviamente en una situación así el homicida sería más sencillo de reconocer, por las coartadas de todos los demás, pero habremos pagado un alto precio por ello.-

-No podemos dar pié a situaciones en donde se favorezca un asesinato. Aunque la posibilidad sea remota no se puede descartar por completo, el estar junto a otras personas durante la noche podría llevarnos a lamentar más de una víctima.- Reiteré.

-Junto a ello, la noche es la única instancia en donde uno puede descansar de este lugar, y creo que hablo por todos cuando prefiere conciliar el sueño en un lugar que uno sabe que está seguro. Porque aunque algunos no tengan problema con dormir juntos en una habitación.- Hice una pausa para aumentar el dramatismo, mientras recorría el rostro de cada uno de los presentes: La mayoría no estaría cómodo en presencia de otros.- 

-Así que en la situación que nos encontramos no podemos darnos el lujo de tener que pasar la noche mirando por encima de nuestro hombro pensando que la persona que está compartiendo la habitación pueda asesinarte, eso sería llevarnos al límite antes de tiempo.-

Hice una reverencia en señal de respeto: -Lo lamento, pero como dije en un comienzo yo no participaría en algo así. Además, les puedo asegurar que Monokuma llegó a la misma conclusión, es por ello que no se nos prohíbe compartir habitación con otros.-

Miré como la chica del kimono se alejaba, levanté mi mano en señal de despedida. Ella había sido mucho más sutil en la negativa a la propuesta grupal, y ahora que lo pensaba mejor yo debí hacer lo mismo, callar y negarme sin dar una excusa tan larga como lo había hecho. Maldije mi falta de tacto para estas situaciones.