Partida Rol por web

El primero en llegar sería Takumi Akio, y tras él vendrían Tafuna y Tsumiko llevando el cuerpo de Kazuhiko Yamada, el cual, Monokuma ni siquiera se había molestado en recoger, tan solo de des-empalar con esas lanzas. Por lo demás, la habitación era amplia y aunque pareciera que daría al exterior, en verdad las paredes y techos estaban pintados de azul.

Entre otras cosas había una caseta con materiales de construcción e incluso un gallinero con unas cuantas gallinas; otra cosa a destacar, sería el hecho de que en el suelo hubiera marcas de quemaduras y estuviera el adoquín levantado en un pequeño crater.

Sin duda me extraña ver el crater y quemaduras en el suelo, que se suponia que habia pasado exactamente en la academia? Osea, Yamada ya habia expuesto parte de la verdad, pero aun asi quedaban tantos misterios?

Tome una de las palas de la caseta, seguramente los otros dos estarian demasiado exaustos mentalmente como para poder ponerse a cavar aun cuando esa era su intencion, asi pues me dedique a preparar la tumba de Yamada.

Tsumiko, crees que tu podrias preparar la lapida? Seguramente a Yamada le gustaria bastante que lo hicieras y... *me quedo unos segundos en silencio, podia comprender el dolor de un ser querido, eso sin duda, pero realmente no estaba muy afectada por la muerte de Yamada al igual que no estuvo muy afectada con la del resto, simplemente... simplemente ya se habia acostumbrado a ver la muerte de cerca antes siquiera de llegar a la academia* Takumi, en verdad que lamento tu perdida, yo... *suspiro* Yo en verdad no se muy bien que decir, simplemente que ojala hubieramos podido evitar su muerte, pero debemos pensar en lo que el hubiera querido y eso es sin duda que hubieras continuado viviendo. Como minimo ahora Monokuma no nos estara molestando con lo de matarnos los unos a los otros, asi que creo que llego el momento de colaborar entre todos para buscar de nuevo una forma de salir, no?

Mientras Tafuna fue a la caseta encontró diversos materiales de jardinería, todas ellas tenían escritas en algún lugar un mismo nombre: Kanon Aki. Nombre que, por otro lado, ya había leído en la sala de profesores. Sea como sea, ahí se encontraban. No tardó hallar lo que buscaba y todas estaban en un estado impecable, pese a tener marcas de haber sido usadas, su antigüo dueño les dio buen uso y las cuidó debidamente.

Había encontrado la caseta llena de herramientas y solo me quedaba esperar a mis compañeras para continuar con mi duelo,ver como Tsumiko y Tafuna finalmente había llegado al jardín me hizo tener sentimientos encontrados por un lado estaba feliz de ver que ambas realmente me ayudarían a enterrarlo pero ver su cuepo sin vida aun era muy difícil para mí aun así no podía detenerme ante nada debía hacerlo,quería hacerlo esperando que pudiera descansar en paz aun así no me sentía con fuerzas de cavar su tumba y por suerte Tafuna había pensado lo mismo.

Tsumiko haría la lápida y Tafuna pero yo en cambio no sabia que hacer o eso pensé hasta ver los agujeros en el cuerpo y ropa de Kazuhiko solo pude acercarme para empezar a remendar el traje y coser sus heridas algo relativamente fácil aunque viendo fijamente el cuerpo me pinche varias veces los dedos mientras lo hacía las lágrimas empezaron a salir mientras caían por mi rostro -Esto es mi culpa lo siento,lo siento,Tafuna lo siento, Tsumiko lo siento Kazuhiko lo siento- apenas podía mover mis manos y la aguja por la ansiedad.

Una vez terminado de remendar mientras limpiaba mis ojos fui a la casilla a tomar las tijeras de podar para cortar un trozo del pelirrojo guardandolo en el botiquín y sacando los pedazos de tela que había guardado no hace mucho doblandolas en formas de rosa aunque tardaba mucho en hacer cada una,quería distraer mi mente un poco pensando en que al menos su tumba luciera bien.

"¿La lápida?" parpadeé, y inmediatamente se me iluminaron los ojos. ¿Por qué no se me había ocurrido antes? Llevaba un tiempo queriendo hacer algo para rendir homenaje a los difuntos, desde que entré en la sala de Arte por primera vez, pero nunca acaba de encontrar qué o cómo. La respuesta había estado delante de mis narices, un trozo de piedra tallada: una lápida. Así de sencillo, elegante, formal. "Es una gran idea, es de verdad muy buena idea." asentí. "Me encantaría. Sólo dadme un momento... para que pueda diseñarla..." saqué mi PDA y abrí de nuevo la aplicación de dibujo. Con el lápiz busqué dibujar algunos diseños. Tenía que ser algo rápido, no demasiado obstentoso... algo que pudiera hacer en tres cuartos de hora o así... tal vez menos. No quería que Takumi Akio tuviera que esperar demasiado. Sabía que necesitaba pasar página, pero también queríamos hacer esto bien, no sólo por él, y por los difuntos, también por nosotros mismos. Porque también nosotros necesitábamos pasar página del juego de muerte.

El peliazul empezó a arreglar el traje cosiendo los agujeros. Me pareció buena idea, simbólicamente le ayudaría a coser las propias heridas de su corazón, al mismo tiempo que dejaba más presentable a Kazuhiko para esta especie de velatorio improvisado. La tanatoestética siempre fue una profesión invisible, pero importante. Cuanto mejor le dejáramos, mejor le recordaríamos. No es fácil tener que ser uno mismo el que tenga que hacer esto a sus difuntos, yo no sé si hubiera podido en su lugar. No podía imaginar cuán doloroso pudiera ser para el costurero. Aunque no hacía falta imaginarlo, sólo con observar y escuchar podía empatizar con su dolor. Se disculpó ante Tafuna y mí una vez más, algo que sinceramente, yo agradecía. Le di dos palmadas al hombro y torpemente le contesté. "Agradezco tus palabras. Yo también lo siento."

Reconfortar a la gente nunca fue mi especialidad, pero en fin, todos hacíamos lo que podíamos. Tafuna-tan lo hizo mejor que yo. Le dijo que de verdad lamentaba su pérdida, que ojalá hubieramos podido evitar su muerte. Ciertamente, en este caso todos, salvo Katsumoto Obinata, habíamos tenido nuestro pedacito de culpa. Una vez más, nos habíamos traicionado, golpeado y acusado mutuamente. Pero quizás, y por fin, hubiera luz al final del túnel. Ahora el juego había terminado, por fin.

Para distraer mi mente del enfado, dolor, arrepentimiento y pena, me puse a hacer cálculos. ¿Cuánto tardaría Tafuna-tan en cavar y recoger? Quizás solo un cuarto de hora... luego otro cuarto de hora en tapar y arreglar, más o menos... quizás diez... Como muy poco tendría veinte minutos... y eso como muy poco. Sí, creo que podría terminarlo a tiempo, y si no, sólo me faltaría un poquillo. "Será mejor tallar aquí mismo en lugar de abajo, no quiero que se estropee la obra al transportarla..." guardé la PDA. "Voy a necesitar traerlo todo con una carretilla... Akio-kun." lo llamé. "Necesito tus músculos, acompáñame. Luego si quieres sigues haciendo esas flores tan bonitas."

Levante mi mirada con un gran desánimo al oír lo que debía hacer ahora,realmente no sabía si tenía la energía física y mental para cargar todo lo que Tsumiko necesitará para tallar pero no podía permitir que el funeral de Kazuhiko se estropeara por nada,termine de armar la última flor de tela que tenía en mis manos antes de levantarme con cierta pesadez y penumbra -Bien te sigo- rápidamente tomé rumbo a la casilla nuevamente aprovechando para dejar las tijeras que estaba usando y empezar a empujar una carretilla para poder terminar rápido.

Mientras avanzaba a la salida mire a Tsumiko con una idea para poder evitar perder tiempo -Qué tal si me mandas la lista de lo que necesitas a la PDA asi tu podras ayudarme con las flores,yo no tardaré en ir y volver y así puedes descansar- intentaba mantener una sonrisa aunque algo forzada era sincera pero estaba impaciente por ir y volver,me sentía algo mejor ya que ahora parecía que podría reconciliarme con ellas dos pero aun debía arreglar las cosas con Obinata.

Dimos un par de pasos hacia la salida cuando el costurero tuvo una mejor idea. "Está bien." Asentí, saqué la PDA y le mandé la lista de materiales por mensaje privado. Bloques pequeños de mármol para las decoraciones, uno más grande de granito negro para el cuerpo de la lápida, cincel, martillo y otras herramientas... la lista no era larga, pero sí muy concreta, con las medidas y tamaños aproximados de los bloques que quería. Akio-kun ya había demostrado su talento para las mediciones métricas a ojo en uno de los juicios, así que sin duda podría arreglárselas, aunque de todas formas si lo necesitaba en la sala de arte había instrumental de medición.

Mientras el peliazul iba a por los materiales, me senté en la hierba y seguí haciendo las flores de tela por él. Se dice que el maestro escultor no puede ver su obra hasta que ve el bloque de piedra, y que es el bloque de piedra el que le dice al escultor la obra. Pues sinceramente a mí todos siempre me han parecido y parecerán iguales, son cachos de piedra y ya está. Lo que cambian son los tamaños y el peso, y ni siquiera eso es una ciencia exacta. De cualquiera manera, yo ya tenía en mente la lápida que quería hacer. Aprovecharía para construir un pequeño monumento, un monumento en memoria a Kazuhiko Yamada y a los caídos de la clase 29-B. Grabaría sus nombres en la piedra, el de Yamada-kun el primero. Deseaba que su tumba nos sirviera de recordatorio de este juego macabro, pero también que simbolizara que había acabado. La paz tras la tormenta, la luz al final del túnel...

Tafuna se sento a tu lado despues de finalmente haber terminado con el trabajo fisico.

Entonces... finalmente ha terminado todo, no? *digo apoyando su barbilla en sus rodillas* Tsu Tsu... que deberiamos hacer ahora? Me refiero, simplemente vivir de forma normal? *te pregunta, realmente aunque dentro de mi sabia que esto nunca acabaria hasta escapar no era menos cierto que deseaba creermelo, lamentablemente Monokuma ya habia demostrado una y otra vez que su palabra no valia nada* ... *me quedo pensativa durante unos segunos, no sabia en verdad si sacar el tema o no... pero* Tsu Tsu... Te gusta Obinata, verdad? Me refiero, gustar de gustar, osea... como tu me gustas para que te hagas una idea.

En algún momento, Tafuna Iwa terminó de cavar el cubículo de la tumba para Kazuhiko, y se echó a descansar sobre mis rodillas. Me preguntó que qué iba a pasar ahora, que qué ibamos a hacer. ¿Cómo ibamos a recuperar la normalidad? ¿Estaríamos condenados a vivir aquí dentro, sin poder salir, o qué...? "...No lo sé..." contesté con calma, mientras doblaba y recortaba para hacer las flores de tela. "...Me gustaría saber qué pasa en el exterior... salir... recuperar la verdadera normalidad... Pero si eso supone matar a alguien, definitivamente paso del tema." Normalmente yo me habría puesto nerviosa por el contacto físico, y habría protestado o algo así... Pero la experiencia en la Hope's Peak me había hecho crecer, descubrir y redescubrir. Tanto aquello que ya sabía, como aquello que creía saber, y también lo que nunca hube experimentado. Había sido una montaña rusa de emociones en las que habíamos visto y vivido cosas buenas y cosas malas. Que el contacto con la gente no era de por sí malo... que dependía de qué persona, y que incluso hasta de las más horribles podían sacarse cosas buenas... ...y de las más buenas cosas malas. Nos habían forzado a situaciones límite, en las que Monokuma una y otra vez nos conducía a donde quería, haciéndonos perder la confianza entre nosotros una y otra y otra vez. Pero habíamos sobrevivido... juntos. De algún modo, al final habíamos sobrevivido. Por fin, por fin podíamos pararnos un momento a respirar. A recordar y honrar a los difuntos. A vivir, más o menos por fin, con relativa normalidad. Relativa, sí, pero después de lo que habíamos vivido, esto parecía el paraíso. Ojalá que fueramos más.

Le puse la flor de tela terminada en la cabeza a Tafuna-tan, y empecé a hacer otra. Iwa se había convertido para mí en algo así como familia, como la hermanita que yo nunca tuve... Aunque por alguna razón que no terminaba yo de comprender... para ella yo era más que eso. Debió haber estado pensando sobre lo mismo, porque repentinamente me preguntó si a mí me gustaba Katsumoto Obinata. Gustar de gustar. Mi cara se puso roja hasta arriba.

"¡¿E-eeh?! ¿EEEEEEEEEEEEEEEH?"

"¡¿A-a-a qué viene ahora esa pregunta?! Kkhh... _{N-n-no puedo negártelo... sí...} ¡P-p-pero...! ¡Estoy segura de que ahora me odia! De-de-después de lo que hice anoche con el cuchillo..."

Takumi Akio sale de la estancia.

No puedo evitar reir un poco al ver la reaccion de Tsumiko y la abrazo con una sonrisa.

Tonta, seguro que obinata se sentira peor por haberte acusado que por lo que hicistes, al fin y al cabo lo hicistes sin mala intencion *suspiro* Aunque ojala pudiera ser el, duele un poco saber que mis sentimientos no son correspondidos.

Le doy un pequeño beso en la mejilla y la observo seguir trabajando, en verdad era casi hipnotico ver a una profesional hacer su arte.

Tafuna se echó a reir y me dio un cariñoso abrazo. Me agradó saber bien que Tafuna-tan estaba llevando todo esto de forma tranquila y madura, aceptando que mis sentimientos hacia ella no iban en ese sentido. Allá cuando me confesó los suyos, después del juicio donde perdimos a la Gatita, no supe cómo reaccionar. Le dije que hablaríamos, pero... al final nunca me atreví a sacar el tema. Fuera robot o no, para mí quedaba claro que ella era de las que más habían crecido como persona en la Hope's Peak. Bueno, como persona y también físicamente... Todavía no me explicaba cómo le habían crecido los pechos tan rápido... ni qué ciencia obtusa y cuestionable había inventado lo que fuera que le habían dado de beber.

Ella dejó reposar su cabeza sobre mis rodillas una vez más. Yo iba poniendo las flores de tela sobre su cabeza y su pelo, a modo de silencioso juego o excusa para darle palmaditas en la cabeza como gesto de cariño, no sé... E-en fin, al cabo de un rato, las aparté. "Tafuna-tan..." la llamé, mientras quitaba las flores de su cabeza y las dejaba a mi lado. Luego seguí haciendo más. "¿Cómo es un funeral? Yo nunca he estado en uno... Tú... ¿Cómo fue  el de tus padres? ¿Cuántos años tenías?" aún si había poco que enterrar... o nada... habría habido un funeral ¿no? No sabía si la pobre querría hablar de este tema ahora, sabía que podía ser doloroso para ella, pero quizás también le haría bien hablarlo con alguien... "¿No había más familia allí? Sé que nos contaste a Neku y a mi sobre ello un poco, pero... me preguntaba cómo fue la historia completa. ¿Con quién fuiste a vivir después de eso?" cuando lo contó habló mucho del Señor Vanni, pero el señor Vanni resultó ser un peluche después de todo...

Mmm...? Oh... *me sonrisa termina desapareciendo al recordar el tema* Bueno... no lo recuerdo demasiado bien, ocurrio nada mas salir del hospital, recuerdo que si habia gente en el funeral, amigos, familia... solo recuerdo estar sola preguntandome que habia sucedido, en ese tiempo aun podia seguir sintiendo el sabor, recuerdo... recuerdo que la gente me evitaba, si mal no creo antes de ser puesta en un orfanato unos amigos cercanos de mis padres se ofrecieron para cuidarme cuando aun estaba recuperandome en el hospital, no recuerdo haber visto sus rostros en el funeral... los medicos me dijeron que un ladron habia entrado en su casa antes de que me dieran el alta y... bueno, el resto de personas alli seguramente pensarian que lo mejor era no acercarse a mi, supongo que es algo comprensible, no? Sobretodo viendo todo el dolor que he causado... *suspiro algo triste, en verdad estaba algo aliviada, ciertamente habia estado muriendo gente, pero de la misma manera no nos encontrabamos en una situacion tan desesperada como otras que habia vivido* No recuerdo muy bien que edad tenia en ese momento, quizas seis años? cinco? Mas o menos por esa edad. *me apreto un poco contra Tsumiko* Despues de eso vivi en un orfanato durante unas semanas antes de que se incendiara, me enviaron a otro el cual fue asaltado por un maniaco con un cuchillo, despues... *suspiro, me veo cansada, esos eventos son tan lejanos, recuerdo el dolor que senti entonces pero... realmente cuando los recuerdo de nuevo lo unico que siento es... fatiga* Simplemente... ya te haces la idea, no? A la edad de diez si mal no recuerdo me pusieron finalmente en unos apartamentos abandonados, cierto que es terminaron derrumbandose, pero nadie termino muriendo, a partir de ese momento comence a vivir sola, de vez en cuando alguien con un dron me traia comida desde la distancia, la gente que conocia quien era en verdad hacia todo lo posible para interactuar lo menos posible conmigo, incluso la gente con la que hablaba por internet sufria desfortuna *suspira* Por suerte no era algo tan grave que les matase pero mas de uno... bueno, decidio que no valia la pena seguir viviendo, no tarde mucho en comenzar a evitar socializar incluso por la red, solo la usaba para entretenerme o estudiar, mis unicos amigos eran mis compañeros de algodon. Supongo... supongo que por eso mismo estoy tan feliz de que aun continues aqui conmigo, realmente de todos los desastres que he sufrido este es uno de los mas benevolentes, al fin y al cabo te pude conocer *digo sonriendo ligeramente enterrando mi rostro en tu estomago* Y aun estas aqui, aun respiras, aun me hablas, en verdad es un milagro para mi *digo sonriendo*

Aunque justamente por eso mismo temo que esto no sea mas que una trampa, una alegria que conllevara a una tragedia como nunca antes, acaso la vida no me ha echo siempre eso?

Takumi Akio aún no había vuelto con los materiales; y aunque lo hubiera hecho, la maravillosa tumba que Tsumiko Komachi pudiera haber hecho, estaría un poco "sosa" a fin de cuentas, sus habilidades pese a ser amplias en muchas cosas,  carecía del talento especial en hacer tumbas magníficas, por lo que si querían darle un buen descanso, quizás añadir algo de color floral, fuera la mejor idea...

Aunque la que parecía controlar más el tema, aún sin tener un Ultimate asociado, ya había muerto, si tenían los colores adecuados, quizás fuera suficiente para transformar algo bonito, en algo hermoso. ¿Quizás algo de rosa?.

Continué haciendo flores pequeñas de tela, colocándolas encima de los cabellos de Tafuna-tan otra vez, mientras que ésta me contaba su entristecedora historia. Ocasionalmente, yo comentaba entre medio. "Los adultos muchas veces se comportan peor que los niños..." dije, por ejemplo, cuando mencionó que durante el funeral todos intentaban evitarla. "Cualquier persona con dos dedos de frente y algo de humanidad habría comprendido tu dolor... y el por qué tuviste que hacer lo que hiciste." Sí. Tuvo que alimentarse de los cuerpos fallecidos de sus padres. ¿Y? De no haberlo hecho estaría muerta. Estaba segura de que de haber oido esta historia sin haber pasado por los horrores de la Academia habría sentido lo mismo que sentía ahora fue cruel. Ella era una niña que había perdido a sus padres. ¿Y qué hacían los adultos? Evitarla porque había tenido que tomar medidas drásticas para sobrevivir. Y ni siquiera le hizo daño a nadie, ya estaban muertos. ¡Pero ella estaba viva! Más que nunca, aquí y ahora, después de lo que habíamos pasado todos en la Academia, comprendía lo crueles y cobardes que habían sido esos adultos en el funeral.

Nosotros no eramos diferentes. Si acaso, incluso algo peores. Juicio tras juicio, ejecución tras ejecución, no habíamos tenido más remedio que hacer daño a gente para sobrevivir, incluso si hubieramos decidido, por nuestra sanidad mental, culpar al verdugo de peluche por nuestras sentencias. Sí, él nos había obligado, y sí, no habíamos tenido más remedio. Tampoco lo tuvo Tafuna Iwa, esa niña que tuvo que hacer lo que hizo para sobrevivir. Y al igual que esa niña, nosotros nos sentíamos solos, desamparados, tristes, culpables. Takumi Akio, Tafuna y yo... y también Obinata-kun.

Katsumoto... Me dolía su dolor, y sabía que yo tenía parte de la culpa del mismo. Pese a ello, no lograba entenderlo. De verdad, que no lo entendía. Como tampoco entendía por qué los adultos actuaron de esa manera con Tafuna-tan. ¿Es que eran todos idiotas y egoistas, o se me escapaba algo? Y la pobre Tafuna-tan... ¿qué podía hacer sino culparse a sí misma? Coincidencia tras coincidencia, tragedia tras tragedia, la vida sólo le dio golpes y golpes. ...Pero aquí estaba, delante de mí, sonriendo, pese a todas las dificultades, mientras me llamaba a mí... su milagro particular.

"C-calla..." respondí, apartándo la mirada para ocultar mi expresión enrojecida otra vez. "T-tú sí que eres un milagro..." cogí una de las flores ya hechas como excusa para poder retomar el contacto visual. "Pese a todo lo que has pasado... sigues aún sonriendo. Pese a que... b-bueno... sepas que te quiero pero no de la misma manera que tú a mí... sigues sonriendo. De verdad que eres la Ultimate Endurance. Eres un sol... y sé que es una frase trillada, p-pero... si lo piensas... es una buena metáfora. Pese a continuos eclipses... intento tras intento de la vida de apagarte... has sobrevivido, y has conservado siempre tu buen corazon. De verdad que esa resiliencia que tienes... ese gran corazón incorruptible... eso sí que es un milagro." sonreí, haciendo ademán de incorporarme para que apartara la cabeza de mis rodillas y me dejara.

"De tanto hacer flores pequeñas de tela... se me ha ocurrido que podríamos poner también flores de verdad. Coge unas cuantas de aquí del jardín, ponlas alrededor del cuerpo de Yamada. Luego ya cuando le enterremos las ponemos sobre la tumba, pero mientras tanto..." saqué la PDA para enviar otro mensajito. "Yo voy a pasarme por el dojo a por las de cerezo... Las de tela son mejores porque perdurarán mucho más tiempo... pero, aunque sea para el funeral, quiero que de verdad quede todo bonito..."

De: Tsumiko Komachi
Para: Tafuna Iwa, Takumi Akio
Asunto: Voy al dojo a por flores

Se me ha ocurrido que podría ir al Dojo a por flores de cerezo para la tumba. Las de tela son mejor idea, porque perdurarán más, pero ya que estamos, al menos para el enterramiento, quiero que nos quede lo más bonito que podamos.

Pues eso. Que voy por ellas.

Estuve a punto de incluir a Katsumoto entre los destinatarios, pero me supuse que si no había subido ya es que no iba a venir... Me despedí de Tafuna-tan y me dirigí por tanto al Dojo.

Uwah... UWAH.... ¡UWAAAAAHHHHH!

 Rápido como un torbellino y torpe como un jabalí ciego, MonoBarter corre por el jardín cual bestia atolondrada. Parecía emocionado por alguna razón, pero al mismo tiempo se podía prever que solamente se trataba de su peculiar personalidad haciéndolo hacer alguna tontería. Cuando aminoró un poco la marcha para acercarse a Tafuna, sin darse cuenta se torpezó y cayo de cabeza en una gran maceta llena de tierra; con el hocico enterrado y las patitas moviéndose en el aire. Su voz ahogada podía escucharse.

_{Uwu... uwu... ¡tonto de mí! ¡Pido disculpas! ¡¿Acaso he llegado tarde al funeral?! Uwu uwu...}

Otro sonido inundó la estancia, unas campanadas hizo que los presentes se giraran hacia una de las pantallas de la estancia; en la imagen podéis ver el logo de la academia y tras este a aquel oso que ya habíais visto con anterioridad, al parecer quería dar un anuncio importante.

Diiiing - Dooong - Diiiing - Dooong

-Ahem, ¿Puedo tener vuestra atención, por favor?. Ahora mismo son las 10:00 P.M.  Entramos en el "Tiempo de Noche". La Cafetería está fuera de los límites y la puerta se cerrará momentaneamente. Y con eso os deseo buenas noches, que tengáis dulces sueños...