Partida Rol por web

Una vez que Tafuna y Tsumiko decidieron entrar en aquella oscura guarida, ambas notaron un aire frío tocar su piel; a medida que iban avanzando en la oscuridad por aquel pasadizo entre pisos, bajando por estrechas escaleras verticales, por las que parecía ser que Monokuma se movía, hasta finalmente terminar en lo que parecía ser una estancia a una altura similar al segundo piso, aunque no se podía decir con exactitud de dónde se encontraban.

Sea como sea, tras la última puerta, la estancia cambió, una brisa helada caló hasta los huesos a ambas jóvenes, pese a ello, sus corazones dieron un vuelco al ver la criatura, la cosa, la máquina que tenía delante; con el rostro de Monokuma en un lado y el otro como un englomerado de cables, ante ella se encontraba "MotherKuma" o meramente "M.A.D.R.E.".

Todo hubiera estado "normal" si no fuera que en los alrededores de la estancia, estuvieran repletos de cuerpos inmóviles y aparentemente -y a todas luces- muertos, de adolescentes de todos los sexos y tamaños, personas que, tanto Tafuna como Tsumiko conocían en mayor o menor medida.

En el suelo, había un bote de cristal roto, con el logo de Monokuma.

A un lado de la habitación, había una escalera de mano que daba a una trampilla de metal.

De no haber sido por lo que leí en el informe... que esta cosa servía para mantener la 'mala suerte' de Tafuna-tan a raya... mi primer impulso habría sido romperlo, romper el cristal, y romper esa... esa cosa. 'Motherkuma'... ¿eh? Apreté con fuerza la revista enrollada que todavía llevaba en la mano izquierda. Casi me había olvidado de ella. Arriba de ahi había unas escaleras, ¿a dónde llevarían...?

Y sí. Vi los cadáveres. Claro que vi los cadáveres. Estaba intentando ignorar los cadáveres. ¿He mencionado que había más cadáveres? Joder....

"Jaja.... jajaja... ¿No se supone que había esto terminado? Creía que no iba a ver más... Pero siguen, y siguen, y siguen apareciendo..." miré a Tafuna-tan. "Ahí tienes... a tu mente maestra... le dije. Y me llevé las dos manos a la frente. Estaba cansada... de solo ver muerte tras muerte. No conocía a estos tipos, y me importaban bien poco. Los rechazados de la Hope's Peak. ¿Pero sabéis cuál era el problema? Que los cuerpos no estaban en descomposición... "Monobarter... Tafuna... ¿Por qué... los cuerpos no están descompuestos?..." miré al oso metálico, esperando que me diera alguna respuesta. Pero al fin y al cabo estaba de parte de Monokuma, ¿no? O de Motherkuma o de lo que fuera... "¿Qué cojones significa todo esto?... ¿Cuándo han muerto estos tipos? ¿Los cadáveres estaban ahí ayer, cuando entraste a 'reparar' a Tafuna?" 

 MonoBarter, calladito y obediente, siguió a las dos adolescentes a la Sala de Música para luego meterse en aquel pequeño pasadizo debajo del piano. Le extrañó ver esa escena. Él hubiera jurado que hace algunos días se encontraba limpiando ese piano y no había percibido nada extraño. Cosas raras de la memoria de un oso metálico.

 Sin embargo, al llegar hasta esa habitación lo que más le llamó la atención a MonoBarter fue la aparición de aquellos cuerpos. No se explicaba que hacían los mismos ahí, y que tenían que ver con todo eso. Pero era preocupante que su mamá se encontrara rodeada de adolescentes muertos. No era una actividad digna de la madre cariñosa y efusiva que MonoBarter recordaba. Pero bueno... cosas raras de la memoria de un oso metálico.

¡UWAAAHHH! ¡Madre! ¡¿Por qué hay tantas chicos aquí abajo?! Esto es muy inapropiado, uwu uwu...

 Antes de enfrentar valientemente a su madre sobre los eventos ocurridos, MonoBarter es interrumpido por Tsumiko; que se acerca a él con preguntas y cuestionamientos. La chica empezó a inquirirle sobre cosas de las que él no entendía nada, y la distancia que la misma guardaba con el osito era cada vez menor.

 No sabía si preocuparse o no, pero MonoBarter retrocedió un poco ante el avance de la muchacha.

¿Re-re-reparar? ¿A qué te refieres, Tsumiko-chan? Y-yo no sé nada sobre esto, uwu uwu... estos chicos son n-nuevos para mí... solo he visto alguna foto en algún portafolio... ¡pero nada más! ¡UWAH! No sé que pasó aquí, pero... Madre nunca hubiera hecho esto, uwu uwu... ni yo tampoco... l-lo juro...

... *me quedo igual de sorprendida que Tsumiko al ver esos cadaveres, estaba claro que no era algo que hubiera estado alli la primera vez que llegue a ese sitio* N-no lo se Tsumiko, pero realmente es posible que tuvieras razon con lo de que Yoyo no era la mente maestra, por lo menos se de uno de los tipos que veo aqui que facilmente podria haberlo sido *digo mientras miro al pelirojo, estaban realmente muertos, verdad?* Igualmente no nos debemos preocupar de otro juicio Tsu Tsu, al fin y al cabo ellos no entraron en la academia, no son considerado estudiantes y bueno, aun si el juego de asesinatos siquiera en pie dudo mucho que contaran como posibles victimas... *pero ahora que pensaba por otra parte... no, su cara no se encontraba aqui, era una cara que no podia ser olvidada al fin y al cabo* Es posible que uno de ellos o todos ellos en general fueran la mente maestra, eso daria sentido a que se encontrasen aqui, aunque... porque se forzo la entrada? Si quien habia echo ese agujero habia acabado con ellos y ellos eran la mente maestra... entonces no podiamos ser ninguno de los estudiantes... bueno, es cierto que alguien nos ha ayudado en los juicios, alguien que ha estado esquivando a monokuma...

Entonces miro a Motherkuma, suspiro, en verdad era esa la razon del cuchillo? A decir verdad... realmente no le habia prestado mucha atencion hasta ahora, tampoco es que lo sintiera demasiado.

Motherkuma, me gustaria preguntarte, cuando vine aqui y te vi, a que te referias con que habia echo un buen trabajo? Y supongo que cuando fui electrocutada y dejada inconsciente tu reparastes el chip de mi cabeza, no? Sino seguramente ya habria pasado una catastrofe a estas alturas.

. . .

Sí, estaba estresada. Nerviosa. Molesta, preocupada, alterada y sí, asustada. Me acerqué a Monobarter y le lancé mil y un preguntas, presionándolo todo lo que pude. Pero me contestaba con evasibas. Según él, no sabía nada de esto. No mucho más que nosotros. Aunque... "Vale, no sabes qué pasó aquí. Pero sí que conoces a 'Madre'." le pregunté entonces. "Si puedes asegurar con tanto ahinco que ella no habría hecho nada de esto... entonces es que la conoces lo suficiente ¿no? Así que adelante. Cuéntame lo que sepas de ella. Por poco que sea. ¿Tiene inteligencia artificial, también? ¿Es algo así como un servidor para las mentes de Monokuma y vosotros los Monocubs quizás? ¿Sois como sus terminales?  Y cuéntame... ¿cuántos Monokuma hay? ¿El 'Principal' y el 'Primordial'? ¿Motherkuma es el 'Monokuma Primordial'?..." Seguí bombardeando al pobre Monocub con un millón de preguntas, pero me acabé dando cuenta de que quizás estaba presionándolo demasiado. Sí, era un pedazo de hojalata. Pero se podría decir lo mismo de AI-nam River. Y ella sabía que sí que tenía sentimientos. "Tsk..." me aparté, por fin dejándole espacio. Era un pedazo de hojalata, pero era amigo de Tafuna-tan. Y en fin... aunque le guardara todavía cierto... resquemor por lo que me hizo hacer anoche... Al final, la responsabilidad era mía más que suya. Y obviamente yo no me arrepentía de haber tratado de salvar a Tafuna-tan. Menos aún cuando, afortunadamente, gracias a que Yoshida-san fue a suicidarse... Todo estuvo a punto de salir bien por una vez.

"Humph. En fin, Monobarter. Supongo que... me disculpo por haber sido un poquito agresiva con las preguntas."

Necesitaba echarme agua fría a la cara y pensar todo esto con claridad. No tenía agua a mano. Así que respiré hondo un par de veces. Cerré los ojos. Traté de recuperar la compostura y la sangre fría. Una vez lo conseguí, me reajusté los guantes que llevaba y me puse manos a la obra.

"Vale, repasemos..." extendí los dedos enumerando. "Tenemos una cabeza de Monokuma gigante a la que llamáis Motherkuma, que puede hablar y que ahora mismo se le ha comido la lengua el gato. Tenemos un montón de difuntos recién saliditos del horno y un asesino suelto. Para colmo, el único entre nosotros que podría haberlo hecho es Katsumoto Obinata." negué con la cabeza. "Obviamente él no ha sido, así que vamos a intentar averigüar qué ha pasado. Tengo unas cuantas preguntas para ti, Tafuna-tan, de lo que acabas de decir, pero... Dejemoslas para luego. Vayamos por pasos. Primero, analicemos este sitio concienzudamente, como cuando las investigaciones para los juicios. ¿Motherkuma de repente ya no responde? Al menos, yo no he oído nada..." cabía la posibilidad de que solo ellos pudieran oirla, ya que Monobarter era un Monocub y Tafuna-tan tenía algo así como un microchip integrado en el cuerpo.

Era material delicado, pero tenía mucha curiosidad por analizar a esa máquina. Sin embargo, decidí primero centrarme en los cuerpos. ¿Cómo habían muerto? ¿Tendrían heridas? No tendría alguno de ellos pulso, ¿verdad? O el corazón en el otro lado, como Yoshida-san... Lo último que queríamos era a un ejército de locos levantándose de sus tumbas.

. . .

Niego ante la pregunta que Tsumiko nos habia echo

No, yo tampoco escucho nada... quizas se haya roto? Eso tendria sentido, bueno, creo o a lo mejor simplemente se ha apagado *digo mientras me acerco a Motherkuma, no era una especialista en maquinas pero igualmente confiaba en poder notar si alguna parte de la maquina estaba rota, no debia ser muy dificil, no?* Y no te preocupes Tsumiko, Obinata no es el unico que pudo haberlo echo, esta por ejemplo ese tipo que me encontre en el caso del "jardinero", sin duda su cara daba miedo... pero creo que me ayudo dandome la pista de la tuberia *suspiro* Le intente seguir, pero lamentablemente no pude hacer mucho y bueno, quizas fuera el mismo o quizas fueran otros, pero durante los juicios ha quedado claro que habian intrusos en la academia, si los que vemos aqui pertenecian al grupo de la mente maestra seguramente no eran ellos quienes preocupaban a Monokuma.

Todos los muertos que tenían ante ellos, compartían una misma característica, a ambos lados de su cabeza había pequeñas heridas de unos cuantos centímetros de tamaño circular que parecían atravesar su cráneo sin mayores problemas. Pese a tener esos agujeros a ambos lados de la cabeza (Cercano a la frente), lo que era evidente es que habían sido envenenados.

Pues todos se llevaban las manos a las gargantas y de sus bocas salían rastros de espuma verdosa; sus ojos estaban inyectados en sangre, al igual que los orificios de sus narices. Absolutamente todos habían padecido el mismo fatídico destino. Ni uno de ellos se había salvado de sufrirlo.

Por último, y no menos importante. MotherKuma parecía haber sufrido algún daño, en concreto una pieza fundamental se encontraba faltante, en concreto, el modulador de voz. Por lo que, pese a que en efecto, quizás sí pudiera hablar, sin esta, no podría comunicarse con nadie.

Por último, detrás de MotherKuma, había un cortador de metales, que a juzgar por la boquilla, había sido usado recientemente para sustraer algo... probablemente, de MotherKuma, puesto que en la parte trasera de la cabeza, había un agujero. Pese a ello, seguía moviendose lentamente, siguiendo con la mirada a Tafuna Iwa.

 Una vez que la artista mostró no ser ninguna amenaza para el osito verde, el mismo se tranquilizó y solamente se quedó mirando el ambiente con cierto recelo. Toda aquella escena con tantos muertos y su madre muda le revolvía el estomago. Que para él no era un estomago, sino más bien un compartimiento en donde guardaba todo el café. Y parecía que su consternación frente a la escena lo volvía distraído, porque pasó monumentalmente de responder cualquier pregunta que se le hubiera hecho.

 Aunque hizo alguna otra clase de aporte.

¡Oh! Alguien le ha sacado la voz a mamá, uwu uwu... ¡Es un crimen dejar sin su angelical voz a mi madre! ¡Puede que haya sido con aquel cortador de metales que hay detrás de ella! ¡UWAH! ¿Vendrá en conjunto con el soldador industrial que había en la Sala de Música? El que tomó Tsumiko-chan, uwu uwu...

 Como si no se diera cuenta de las implicancias de lo que acababa de decir, el osito simplemente cambia de tema de un momento para otro. Para hablar de un tema que también tenía mucho que ver.

Por cierto, en algún momento les tendría que comentar donde esta Obinata-chan... el pobre está encerrado en una habitación rara por el periodo nocturno.

Una habitacion rara? Que tipo de habitacion era? *pregunto a Monobarter* Por algun casual no estara arriba de esas escaleras, no? *le pregunte a Monobarter mientras miraba a Motherkuma mirarme* De acuerdo, Monobarter, tengo una importante mision para ti, crees que te podrias encargar de ella? Quiero que traigas un tubo largo, un lapiz y cinta adesiva, seguramente tardaremos muchos en encontrar un nuevo sintetizador de voz, pero con eso nos deberiamos poder seguir comunicando, lo mas seguro es que la hayan silenciado para evitar que nos contara lo que sucedio, pero si no la han destruido es por alguna razon, quizas sepan sobre lo del chip? *digo pensando en voz alta mientras comienzo a examinar la escena* Me imagino que esta botella debia contener el veneno *digo moviendo un poco los cristales de la botella rota, buscando la etiqueta de la misma para leer de que se trataba* Pero sin duda lo mas extraño son las heridas de sus cabezas, porque son asi? Porque fueron provocadas? Al fin y al cabo ya habian muerto... quizas fuera que al morir se activo algo y la herida fue ocasionada de dentro a fuera? *sin duda era una posibilidad teniendo en cuenta que incluso yo habia sido modificada de una forma similar* Mmm... supongo que no queda otra, espero que funcione *digo suspirando, si por alguna razon sucedia algo y ibamos a un juicio escolar queria que salieramos vivas de ahi y para eso debia conseguir toda la informacion posible* Tsumiko, porfavor, mira hacia otro lado, lo que veras sera algo desagradable *digo mientras tomaba la sierra circular y la encendia, en caso de que ella me hiciera caso tomaria uno de los cadaveres y comenzaria a cortar su craneo a partir de la herida, si su cerebro estaba destrozado y su craneo tenia marcas por dentro eso significaba que la herida habia sido ocasionada de dentro a fuera, como si se tratara de un pequeño explosivo insertado*

¡UWAH! Él se encuentra en una habitación por la que entras... a través de la Sala de Control, uwu uwu... esta muy solito y se ha quedado encerrado. Me ha pedido que no lo siga hasta ahí dentro para acompañarlas a ustedes en este difícil momento. Tal vez fue para mejor, ¡no me hubiera gustado quedarme encerrado también! uwu uwu...

 MonoBarter especifica la localización de Obinata para las chicas, aunque de poco les sirve debido a las restricciones horarios. Aún así, el osito intentaba aportar cuanto pudiera a la causa de sus nuevos amigos. Y ahora que estaba oficialmente en rebeldía, parecía más abierto a realizar cosas por los adolescentes.

¡Oki doki, Tafuna-chan! ¡Iré a buscar lo que me pediste! ¡Seguramente si me escabullo en la Sala de Arte consiga todo eso! Uwu uwu...¡me siento tan rebelde, he he he! Mamá es comprensiva y no me retara, pero espero que Papá no se enteré de todo esto...

 Si bien se podía notar algo de nerviosismo en el osito, también había un tono de infantilidad en todo lo que decía. Como si para él todo ello fueran meras travesuras. Algunos dirían que MonoBarter tiene una percepción distorsionada de la realidad, sin recapacitar en los peligros y sus alineaciones. Otros dirían que al osito verde simplemente no le importaba. Pero es sabido que los osos... son misteriosos.

 Acostándose en el suelo y rodando sobre su pancita, MonoBarter se retira hacía la oscuridad de los rincones de la habitación. Para desaparecer en búsqueda de lo pedido por su mejor amiga.

Parpadeé, sorprendida. "¿Así que un tipo misterioso... nos ha estado ayudando?..." De no ser porque el juego ya había acabado, y porque era Tafuna-tan quien me lo estaba diciéndo, no me creería lo que acababa de oir. Me llevé una mano al mentón en actitud pensativa. "Interesante... Hiciste bien en no decirlo durante los juicios. Monokuma podría haberlo detenido antes de que..." señalé con la mano hacia los cuerpos a nuestro alrededor. "Bueno... ya sabes." De conseguir atraparle el oso, todos estos idiotas seguirían vivos. Y eso indudablemente habría sido un problema para nosotros.

Cualquier amenaza que pudiera haber quedado aún tras terminar el juego de muerte, ahora, por fin, había desaparecido. Bueno, eso sin contar los robots asesinos. No, no me refería a Monobarter, ni a los Monocubs, sino a Monokuma y Motherkuma. Seguía sin saber si era buena idea devolverle la voz a esa cosa, pero podría haber visto quién... o qué, mató a los Rechazados. Esa información podría salvarnos la vida así que no tenía mucho uso el no tratar de reparar al robot.

No obstante, la importante misión de Tafuna, esa idea de usar un tubo largo, cinta adhesiva y un... lápiz... para fabricar un sintetizador de voz... Conseguí aguantarme la risa excéptica, pero no pude evitar sonreír. Adorable. "Un tubo, cinta y un lápiz..." repetí, negando con la cabeza, todavía sonriendo burlonamente. "Ni siquiera yo, la Ultimate Arts and Crafts, tengo la más remota idea de qué pretendes fabricar con esas cosas. Especialmente el lápiz. ¿Quieres el grafito? Hehehe. ¿Qué tienes en mente, McGiver?"

MonoBarter cándidamente nos contó dónde diablos se había quedado Obinata. Este osito de hojalata no dejaba de demostrar su valía y buenas intenciones una y otra vez. Estaba empezando a caerme bien, y eso era malo, seguro. Nada bueno podía esperarse de los Monocubs, era una lección que yo misma había aprendido por las malas con MonoPachi. ...En fin, al menos sabíamos que el escritor estaba a salvo. "Por qué no me sorprende..." comenté al oir la noticia. "Atrapado de noche otra vez." Nos había pasado a todos, y continuaba pasando. Monokuma nunca era claro con qué zonas estaban libres y qué zonas cerraban de noche. Tan solo la cafetería estaba espresamente mencionada. También Akio-kun se había quedado atrapado dentro de la Sala de Arte. Esperaba que si se quedaban dormidos Monokuma no les viniera con los castiguitos de turno.

Me acerqué a ella cuando Tafuna-tan examinó los cristales rotos. "Podría haber sido algún tipo de gas... contenido ahí dentro, aunque ello no explicaría los agujeros que tienen en los cráneos..."  Y hablando de agujeros en cráneos... la otra idea que Tafuna Iwa tuvo, la de usar la sierra eléctrica para abrirle el cráneo a uno de los cuerpos... No era mala idea, pero era desde luego completamente desagradable. Ni siquiera yo, que siempre hago tripas corazón y me pongo hacer lo que haga falta sin remilgamientos, me atreví a mirar. Me aparté y me puse la mascarilla de papel, tanto para evitar que viera mi mueca de espanto como para protegerme el rostro de las salpicaduras. Lo peor fue el sonido del cráneo abriéndose, el metal cortando la carne y la sangre por todas partes...

"Has... ¿terminado ya con la sierra circular?" pregunté, tratando de mantener la compostura, todavía sin girar la cabeza, mirándola de reojo y viendo la horripilante autopsia que había realizado la chica. Una vez más, sentí un gran respeto por The Ultimate Endurance Student. Ella también se arremangaba las mangas y hacía lo que hacía falta. Lo necesario para sobrevivir, con gran temple y sin dejarse detener por pudores ni miedos. "Pásamela, entonces..."

Limpié con desgana la sangre y los trocitos de carne de la sierra circular sobre la ropa de uno de los cadáveres. Después, saqué unas gafas de seguridad de mi cinturón de herramientas, y me dispuse a usar esa misma sierra para abrir la compuerta de las escaleras. Ibamos a entrar, con compuerta cerrada o sin ella. No tenía ni idea de qué nos esperaba ahi arriba, me permití el lujo de fantasear con una salida, aunque las posibilidades de ello eran muy bajas. "Espero que esto no cuente como destrucción de la propiedad de la Academia..." fui comentando casi a gritos, para hacerme oir tras el ruído de la sierra para metales cortando metal. "...total, esas marcas de zarpas en la entrada bien podrían ser del propio Monokuma. ¿Se va a castigar a sí mismo también por eso? Bueno, que Motherkuma no se chive, podemos decir que esta trampilla se la cargaron los tíos estos..."

Los cerebros estaban perfectamente, como mucho, en la zona del agujero había una leve hendidura hacia dentro; nada más y mucho menos nada mortal y debido a la falta de terminaciones nerviosas en el cerebro, nada molesto tampoco; a fin de cuentas, las operaciones cerebrales se hacen con los pacientes despiertos y -a veces- tocando la guitarra.

Por lo que, sea lo que sea que les haya pasado en los cráneos, eso no fue lo que les mató. Como dato extra, se encontraron pequeños trozos de cráneo pegados al cerebro, probablemente parte de esos pequeños círculos que quedaron hacia dentro.

Por otro lado, no era de extrañar que el frasco que había en el suelo fuera de veneno. En concreto en su etiqueta especificaba que tenía que estar por encima de los 20º para ser efectivo, pues cambiaba de estado a fase gaseosa y era letal; temperatura que, por suerte para ellas, no había en el lugar a causa de los métodos de refrigeración de M.O.T.H.E.R.-kuma.

Tras dar unos buenos cortes; Tsumiko Komachi logró hacer caer la placa de metal que hacía de trampilla. El problema ocurrió después, que junto con la trampilla un descontento Obinata también cayó, llevándose a Tsumiko y a su cortador de metales por delante; acabando los dos en el suelo, al lado del... espectáculo.

Todo hubiera estado "normal" si no fuera que en los alrededores de la estancia, estuvieran repletos de cuerpos inmóviles y aparentemente -y a todas luces- muertos, de adolescentes de todos los sexos y tamaños, personas que, tanto Tafuna, Katsumoto como Tsumiko conocían en mayor o menor medida. Uno de ellos tenía el craneo cortado por la mitad y el cerebro expuesto, y a juzgar por las pintas que tenía Tafuna, fue ella la encargada de hacer la operación.

En el suelo, había un bote de cristal roto, con el logo de Monokuma.

A un lado de la habitación, había una escalera de mano que daba a una trampilla de metal; mientras que una segunda puerta abierta, probablemente por la que entraron Tafuna y Tsumiko, también se encontraba en la sala.

Otra cosa, que quizás estuviera bien añadir, sería la enorme cabeza de Monokuma que estaba en la estancia, así como las bajas temperaturas que se encontraban en aquella estancia, como si tuviera un sistema de refrigeración propio para mantener el lugar a temperaturas bajas de forma consciente para evitar el sobrecalentamiento de aquel Osezno Robot.

Una pantalla se encendió mostrando a Monokuma con sendas baquetas golpeando un pequeño tambor.

¡Pim Pom Pam Pum!

¡Un cadáver ha sido descubierto!

¡Después de un tiempo de investigación, el juicio escolar comenzará!

Una pantalla se encendió mostrando a Monokuma con sendas baquetas golpeando un pequeño tambor.

¡Pim Pom Pam Pum!

¡Un cadáver ha sido descubierto!

¡Después de un tiempo de investigación, el juicio escolar comenzará!