Partida Rol por web

Kizoku se sorprende de sobremanera al ver al oso de peluche en vivo y en directo, bailando y sonriendo mientras les decía a los presentes que debían matarse entre ellos. Era un escenario increíblemente bizarro que no se comparaba con nada que la muchacha hubiera vivido antes. Las gotas de sudor corrían por su frente, y en su rostro se veía una mezcla entre enojo y ansiedad.

- ¡¿Pe-pero que es esto?! ¡¿Se puede saber qué clase de broma pesada nos están jugando?! Si todos nosotros somos estudiantes de Hope's Peak, es inadmisible que nos traten de esta manera. ¡No estamos aquí para bromas ni asesinatos, sino para estudiar y prepararnos para nuestros futuros! Esto no esta bien...

 Mientras refunfuñaba por la situación, Kizoku toma su PDA y la enciende, analizándola detenidamente.

- Esto es inaudito... ¿Creen que vale la pena buscar una salida? El oso ha sido bastante claro, y esto ya no parece una broma en lo absoluto.

Kaori estaba asustada y empezaban a correr lágrimas por sus mejillas

Esto es una broma no? Yo estaba dormida, vi una imagen en la tv y creía que era un sueño y seguí durmiendo , pero luego alguien puso un ruido y ya me desperté y vi que era real...

Esto no puede estar pasando, tengo un concierto en tres días y no quiero matar a nadie y tampoco quiero morir 

Natsuki escuchó atentamente con perplejidad todo lo que ocurría y decía el oso bailón bicolor. A todas luces ese oso se había pasado con la lejía por dentro y por fuera.

Cuando acabó su cara de perplejidad había sido sustituída por unos ojos abiertos como platos a juego con la boca y unas lágrimas que empezaban a formarse en sus lacrimales y amenazaban con inundar sus mejillas. Con voz temblorosa dijo:

Pe... pe... pero eso es... ALUCINANTE

¡Ha dicho que estamos encerrados en una mansión gigante pudiendo deambular libremente por ella y esperando a que desvelemos sus secretos! ¡Es un sueño hecho realidad!

Se giró hacia la chica que le había invitado a té antes.

¿Crees que habrá joyas? ¿Nos las podremos quedar?

Por su cabeza ni se pasaba la posibilidad de no encontrar joyas si las había. Tampoco se pasaba la palabra matar. Esa deambulaba alrededor sin entrar a su cerebro.

Al ver al oso me quedé perpleja por la grandiosidad del mecanismo, apenas escuchaba sus palabras, solo era capaz de imaginarme la máquina que habían podido construir dentto de él. Sus piruetas y su forma de hablar con el movimiento....todo me resultaba asombroso. En cuanto se marchó volví a la realidad y escuchaba a mis compañeros algo sobre matarnos entre nosotros Queeeeé? Salió de mi boca en un grito ahogado No...eso no puede ser....Miro atónita a todos cuando de repente me dan una PDA y mi mente vuelve a fluir y relajarse ante la tecnología que había en mis manos. Me quedo en silencio mientras investigo el aparato y trato de entender todo.

¿Eh? ¿Qué es esto que me dais? ¡Ah! Una PDA. ¡Anda! Pero si tiene mis datos. Mira, aparece todo. Mi peso, mi altura... mi género.

De pronto se le ocurrió una cosa nada relacionada con lo anterior. No sin pruebas.

Tafuna-san, ¿me dejas ver la tuya un segundo?

Bueno creo que Tafuna-san tiene razón, si vamos a pasar aquí una temporadita, lo mejor será ver si hay comida y agua. - miró la PDA en la cual había bastante información sobre si mismo, pero también un mapa con las zonas que podían explorar - No creo que haga falta que vayamos todos a ver la misma cosa, así que con que vayamos cuatro o cinco a investigar la cocina sobra. Me agradaría que me acompañara Anata-san y me sirviera el té prometido. - dijo ya pensando en tomar un delicioso té calentito, se le hacía la boca agua - Bueno, voy haciendo marcha ¡nos vemos! - se despidió mientras salía por la puerta del gimnasio.

Dado que nadie intentaba matarme, cosa que de verdad apreciaba me limité a tomar mi PDA, no entnedía como sabían mas datos de mi persona que yo, pero ahí estaba registrado.

-Bueno si hay comida y agua no hay problema, recuerdo que en cierta serie había una chica obsesionada con un tipo y tenía un perro llamado Menchi que era la carne de reserva, pero espero no llegar a ese punto- la verdad es que mi memoria en series era buena, así como en química y matemáticas, pero en reconocimiento de animales de peluche era  bastante mala, todos decía que aquel peluche tan raro era un oso y yo solo veía un castor, pero bueno no entraría en discusión sobre eso.

-¿Por cierto somos 16 y el peluche quiere un asesinato? y si lo que de verdad quiere decir es que lo matemos a él-medite por un momento, aunque dudaba de si los peluches tienen vida de verdad.

¡Que divertido! ¡A explorar!

Natsuki sale corriendo del gimnasio adelantando a todos.

¡Nos vemos, chicos...!

- Ehm... bueno, no creo que haya daño en investigar un poco este lugar. Además, si nos vamos a quedar aquí, ya que dudo que haya gente capaz de asesinar entre nosotros, es mejor que vayamos viendo las provisiones que tenemos...

 Un poco más calmada, aunque definitivamente alerta, Kizoku sale del Gimnasio junto a Obinata. La idea de que pudiera haber un asesino entre los presentes era algo que Kizoku veía improbable, pero por sobre todo no quería considerarlo por el pavor que le provocaba pensar en ello.

- Si este lugar tiene estructura de academia, lo primero que hay que verificar son la cocina y el almacén; que serán vitales para nuestra supervivencia... ¡Luego de eso, veré si preparó un poco de té! Así que, los que quieran ver que comeremos de ahora en más, vengan con nosotros.

Kaori estaba sumida en un profundo lloro y no quería que vieran la fragilidad de una artista con renombre por lo que salió corriendo de la estancia 

Ve a la chica corriendo a esconder sus lágrimas, algo de lo que puede darse cuenta Tadayo por ser el que más cerca estaba de la salida del gimnasio y decide dejarla marchar sin hacer nada. Se dirige hacia los que todavía se han quedado en el gimnasio y juega con su yoyó mientras les habla.

Parece que el anuncio del oso robot le había pillado desprevenido y estaba disimuladamente afectado.

YoYo:

*Tsk* Voy a ver si encuentro una salida por algún lado, nos vemos en el comedor, traed toda la información que podáis.

Yoshida no es un hombre de muchas palabras; pero pensaba que lo mejor era conocernos mejor entre nosotros si vamos a pasar posiblemente mucho tiempo juntos, sin embargo, se reservó de decirlo hasta reunirse todos otra vez, no quería presentarse dos veces.

Todavía girando su yoyó de arriba a abajo, sale de la sala en dirección a la entrada.

Escuché todas las tonterías que decía aquel espantoso oso bicolor observando en silencio desde detrás de mi abanico. Cerré los ojos y me puse de pie cerrado de golpe el abanico contra mi mano.

- Esta broma es vulgar, fuera de toda lógica y una absoluta falta de respeto, por lo hablar del mal gusto que tiene le que diseñó ese espantoso oso de peluche - mi tono de voz era suave pero severo, me sentía realmente molesta por la situación, algo extraño en mi tranquilo carácter - necesito una taza de té y unos dulces, y después tal vez vaya a buscar al responsable de esta absurda situación.

Viendo que la chica que me había preguntado salía corriendo, se me escapó una ligera sonrisa. Encontraba adorable a aquella chica tan activa. Me guardé la PDA dentro del kimono y salí del gimnasio. Lo primero que quería hacer era asegurarme de que había suficiente té, dulces y setas en el el almacén.

Me di cuenta de que la PDA contenía información sobre el nombre y la especialidad, según la Hope's Peak, de cada estudiante. Bien, bien. Eso facilitaba todas las cosas: yo no tendría que decir mi estúpido y vergonzoso talento, ni ellos tendrían que decir los suyos. En cuanto a las presentaciones, ya había tenido suficiente cuando nos empezamos a conocer.

Sin embargo, tengo que reconocer que fui sorprendida gratamente porque al fin estas personas no solo se tomaron en serio por fin este extraño y morboso secuestro, sino que empezaron a trabajar. Tal vez, y sólo tal vez, este grupo tuviera un mínimo de sentido común, algo de potencial, y mereciera la pena tratar aguantarles.

Sin decir nada más, solo asentir a lo que fueron diciendo, me encaminé hacia la salida del gimnasio. No acompañé al grupo que fue a las cocinas y el comedor, mi intención era buscar una forma de escapar para todos, o al menos hacer una ronda de reconocimiento por el lugar. No me importaba ir sola, de hecho, lo prefería.

Hall de Entrada

YoYo llega al Hall desde el Gimnasio, recorriendo los pasillos con sus yoyós buscando que alguna ventana tenga el refuerzo de metal que la bloquea más suelto, prueba golpeando un par de las enormes tuercas; pero sin una herramienta mejor, el esfuerzo es inútil, la ventana queda fuertemente sujeta a la pared como un baluarte del fracaso del joven Maestro del yoyó.

Una vez que se dio por rendido intentando encontrar un punto débil a las ventanas, se dirigió al Hall de Entrada para examinar la puerta, sabía que no podía ser tan fácil; pero tenía que intentarlo antes de resignarse a quedar atrapado, la puerta parece estar reforzada como un refugio antinuclear, con sendas ametralladoras apuntando al chico cuando se acerca. Parece que están bien vigilados por el que sea que controle la mascota del colegio, la búsqueda de Yoshida por tanto, había sido infructuosa.

Por suerte mientras investigaba el Hall de entrada, dentro de una de las cajas había un montón de monedas brillantes con la cara del oso grabada en dorado, viniendo a esta sala había pasado por una tienda, así que pensó que podrían ser útiles y las guardó con cuidado.

Al rato llega Tsumiko Komachi y ve a Yoshida leyendo el tablón de anuncios con su yoyó en mano en busca de cualquier pista que pueda encontrar allí, sin embargo, el gigantón no escucha a Tsumiko llegar, absorto en la lectura.

Fui mirando en derredor mientras recorria de vuelta el pasillo que me había llevado hasta el Gimnasio. Durante el camino me había fijado en que las ventanas habían sido tapiadas con sendas placas metálicas. Concienzudamente. Jamás había visto un nivel de obsesión y dedicación semejante en un secuestro. No es que yo fuera precisamente una experta en el tema, pero al menos no tenía constancia de que se hubiera producido un secuestro a semejante gran escala en una institución tan famosa e importante como era la Hope's Peak Academy. ¿En qué cabeza cabe imaginarse una operación de taponado de todas las salidas semejante, y a escondidas? Aun siquiera con madera y clavos, la prensa, el personal de la escuela, los propios alumnos... No habría habido manera alguna de tapiar todo esto en secreto.

Intentando ignorar el terrorífico hecho de que en la puerta de seguridad había dos jodidas metralletas que apuntaban a todo aquel que se acercara, me acerqué a una de las ventanas tapiadas, la misma que el chico del yoyó había estado examinando antes. Tras un minuto o dos, giré la cabeza hacia él.

"...¿Cuán fuerte dirías que eres, grandullón?"

Yoshida cree tener al captor a su espalda cuando oye una voz femenina que no reconoce detrás de él, rápidamente se gira blandiendo su yoyó con una pose acusatoria, preparado para pelear por su vida.

Se relaja aliviado al ver a la, en perspectiva, pequeña Tsumiko cerca de la ventana que acababa de examinar, poniéndola bastante lejos de él, que estaba al otro lado del pasillo ahora.

YoYo:

*Humpf* Eres tú, no te he oído llegar.

Yoshida gira la cabeza decepcionado sobre lo siguiente que va a decir, sujetándose la gorra con la mano libre.

YoYo:

Ya lo he intentado; sin una herramienta, la fuerza bruta no sirve de nada contra esas ventanas.

No esperaba la reacción violenta del compañero al escucharme. Su alerta me puso en alerta a mi, aunque de haber sido este un asalto real habría reaccionado de una manera demasiado lenta. Su yoyó podía ser un arma letal, siendo él un estudiante definitivo y siendo tan forzudo bien que podría usarlo como proyectil un proyectil letal y preciso contra la cabeza de alguien. Deslizé el pie hacia un lado con la intención de agacharme si 'disparaba', pero ¿y si el 'tiro' venía como un péndulo y desde abajo?

Por fortuna, aquello fue tan solo un susto mutuo, y relajé mi postura tan pronto como él hizo lo mismo. Suspiré. "...Sigh. Tú y yo deberíamos intentar relajarnos un poco, o el personal va a empezar a ponerse nervioso también." Y eso era justo lo que quería el oso.

Volvi a centrarme en el tema de las ventanas cuando él me contestó que sin una herramienta no podría hacer nada. "Pero, ¿y si te fabricase una?" inquirí, dándole la espalda para mirar las tuercas, exponiéndome con imprudencia, pero confiaba en que el tema fuera suficientemente interesante como para que él abandonara cualquier pensamiento de asesinatos y víctimas. Además, tenía que aplicarme el cuento de relajarme.

"Las tuercas, los tornillos... Son bastante grandes, estamos hablando de herramientas a nivel industrial. Estas se usarían, qué se yo, en un puente, en algo que no está pensado para ser desmontado sin más. Una llave inglesa normal no es tan ancha... pero a lo mejor podría apañarnos una..." saqué la PDA para consultar el nombre de aquella chiquilla, la experta en tecnología. "...Ainam River es una experta en tecnologia. Seguro que entre las dos podríamos montar un taller, fabricarnos alguna llave..." levanté la cabeza de la tablet para mirarle de vuelta. "Pero de nada nos serviría una herramienta si no tenemos la fuerza para mover estas cosas..."

Yoshida vuelve a girar la cabeza hacia Tsumiko, enfrentándola cara a cara antes de continuar hablando

YoYo:

Encontré un plano del primer piso en el tablón de anuncios, parece que hay un almacén cerca del comedor, en la residencia para alumnos.

Hace una pequeña pausa para mirar hacia el muro a su izquierda.

YoYo:

Detrás de este muro está la sala de audiovisuales. ¿Crees que en alguno de estos sitios podríamos encontrar algo con lo que puedas trabajar?

Además de acercarle el plano de la primera planta, le da una hoja de papel con algunas arrugas y marcas de doblaje, esto para alguien que se dedica a trabajar con papel y otros materiales de manualidades puede verlo perfectamente y entender que es un papel que lleva tiempo colgado, en éste puedes ver la listas de alumnos.

Yoshida también muestra la pegatina de Monokuma despegada y la carta de bienvenida del Director de la Academia; pero se queda ambas dos.

YoYo:

Antes de que llegaras encontré algunas cosas interesantes en el tablón, he leído lo que te he dado; pero no le encuentro sentido, te lo encomiendo a ti, no soy, *ejem*, bueno con estas cosas...

Aunque era una mole enorme de 90 kilos y 2 metros de altura, Yoshida no era bueno en todo y a veces mostraba un lado más humano.