Partida Rol por web

Creo que aunque bien podemos defender este pueblo, quizás podámos hacer algo mas por ellos. Si nuestras sospechas no son erroneas, en aquel monasterio hay mas de lo que cuentan. Quizás podamos ir allí y...bueno, explicarles la situación en la que se encuentran. No creo que se atreviesen a negar o desafiar a un Vizconde y quizás así derramaríamos menos sangre. Eso contentaría a Dios, a la Señora y a nuestros compañeros aquí presentes-dijo seguro de su idea pero mirando a Don Carlos buscando su aprobación-. 

Me había limitado a mirar la escena en silencio, no me hacía ninguna gracia tener que enfrentarme contra los bandidos, y menos ahora que sabía que eran enviados por parte de la iglesia.

Coincidía con el judío en que no deberíamos batirnos a espada, pero quizás hubiese alguna otra manera de ayudar a esas pobres gentes.

-Mi señor -Digo dirigiéndome a Don Antón-, opino que Kalev tiene razón, quizá debiésemos pensar en otro plan que no incluya batirnos a espada contra esas malas gentes.

Parece contrariado, enarca las cejas en señal de desaprobación- Mi Señor, con todos los respetos que le debo un Vizconde y a vos en particular, ir al monasterio no serviría de nada, el Abad lo negaría todo, incluso podría no recibirnos. Tal y como yo lo veo o buscamos alguna manera de defender el pueblo, bien sea a través de una emboscada o alguna argucia o seguimos nuestra peregrinación. Esta buena señora no nos dirá nada, ni nos echará nada en cara, sólo quedará en nuestra conciencia.- Dice con amargura.

Esta bien, que no se diga que pecamos de cobardía-dijo dando una palmada-. Necesito pues, un mapa del pueblo y también saber de cuanta gente en edad de combatir hay. Necesitamos movernos rápido y sin llamar mucho la atención, quizas podamos hacer creer a esos bandidos que una vez más vienen al pueblo para salir de rositas y sorprenderles con una pequeña tropa, seguramente un par de certeras flechas les haga cambiar de opinión-dijo con una amplia sonrrisa mientras en su cabeza empezaba a elaborar un plan-. 

"Mierda, mierda y mas mierda" dijo Rodergo para sí mismo cuando el Vizconde empezó a hacer preparativos de guerra. El no era para nada hábil en esas artimañas, y mucho menos en la desventaja que iban a estar. Pero lo que era peor aún, es qe no reunía valor suficiente para negarse, ya que no sabía como hacer para disculparse y no participar, las palabras tampoco eran su fuerte. Seguramente, acabaría evadiéndose a hurtadillas, escapando como una rata para salvar la vida. Pero al menos de momento dejaría las cosas fluir. Puede que el enano propusiera algo mas sensato en lo que si podría ayudar, y no quedaría mal .

Asitiendo , se distancia y se adelanta para comentar a la Señora , - Señora, estamos dispuestos a ayudarles, no le dejaremos. Somos sólo seis hombres y mi perro que vale por otros dos hombres, pero haremos lo que podamos e intentaremos obtener alguna prueba que inculpe al abad. 

- ¡BENDITO SEÁIS DON CARLOS! ESTAREMOS ETERNAMENTE AGRADECIDOS A VOS , BUENO Y A TODOS. PROMETO RECOMPENSAOS COMO MERECÉIS. - Dice chillando de la emoción.

Sonríe satisfecho mientras se vuelve para mirar al grupo - No me lo agradezcáis a mí Señora, sino a Don Antón , pues es él quien decide. Yo sólo obedezco sus órdenes. Y en cuanto a la recompensa Señora, por lo que a mí respecta, acabar con la villanía y la traición ya es suficiente recompensa. - Mira a kalev fijamente para añadir - Aunque no puedo hablar en nombre de todos.- se vuelve a girar hacia la Señora y pregunta ahora con tono serio - Si tenemos que defender este... esta villa, ¿ con cuántos hombres podemos contar ? , hemos oído que tiene su merced cuatro soldados bajo su cargo. ¿ hay algún hombre de armas más o algún campesino que pueda sernos de ayuda ?

- Así es Don Carlos, tengo cuatro soldados bajo mi mando, además un puñado de campesinos, todos cuantos estén en condición de empuñar un arma os ayudarán. ¡ pardiez que yo misma empuñaré una espada!. - hace una pausa y da una orden a su criada que vuelve a salir una vez más. Hecho esto empieza a gritar - ¡GORKA , GORKA , GORKAAAA!

Pasos se escuchan desde la entrada , la puerta se abre y el viejo soldado entra en la sala, a punto está de hacer una reverencia, pero debido a su última experiencia parece pensárselo mejor y sólo baja la cabeza- Señora...

Con voz autoritaria - Desde este mismo momento, tus hombres y tú estáis bajo el mando del Vizconde de Muel, Don Antón González, - dice con una sonrisa en el rostro -a cuyo mando está la defensa de la villa. Leva obligatoria para todos ¿ ha quedado claro Gorka ?

Sin levantar la vista , pero véis como una sonrisa asoma a su rostro, habéis dado a estas gentes lo que necesitaban: esperanza.

El hombre contesta casi gritando, orgulloso por primera vez en mucho tiempo- Como mandéis.- Y diciendo ésto se retira apresurado fuera de la sala, seguramente a poner a sus hombres en movimiento.

Bien, pongamonos en marcha-dijo con resolución-. Necesito que todos los hombres se reunan en la casa mas grande del pueblo antes del medio dia. Mi señora, si todo sale bien no hará falta que vos empuñeis la espada, ni que se derrame sangre de cristiano en el pueblo. Ni la tuya mi buen Kalev-se apresuró a decir-. Esos bandidos se van a llevar un buen escarmiento.

- Un momento, mi señor - dije antes de que todo se pusiera en marcha- ¿estais seguro de que quereis poner en peligro la vida de los habitantes de este lugar? Ya habeis visto en que estado se encuentran, morirían demasiados inocentes y tendríamos que vivir con la conciencia atormentada por ello. Puede que un ardid no sea honorable a vuestros ojos, pero será mejor que poner en peligro vidas ajenas.

Hice una pausa y respire hondo antes de contarles el plan en el que había pensado. Tenía un poco de miedo, pues mi señor no lo vería con muy buenos ojos, pero temía aun más por mi vida y era bastante más seguro para todos.

- Don Antón, de seguro esto que voy a proponer no os gustará de entrada - comencé con cierto temor en la voz- pero debeis pensarlo bien... Propongo que engañemos al abad. Allí no saben que estamos con la Señora y tenemos que aprovecharlo. Si vienen a saquear el pueblo como siempre y ven a los aldeanos en pie de guerra quizás no se aventuren a entrar y nosotros no estaremos siempre aquí, en cuanto marchemos volverán y tomaran represalias, además de saquear violarán a las mujeres y Dios sabe qué más... La Señora debe informar al abad de que quiere aceptar el trato, invitandole a venir al castillo. Bien sabe el abad que la guarnicion es escasa y su escolta será escasa también. Le emboscaremos en el castillo y le obligaremos a claudicar. Así no habrá que derramar sangre y será lo más seguro para todos.

Si ya estaba muerto de miedo, ahora aún más. lo que proponía aquel siervo era atacar y secuestrar nada más y nada menos que a un Abad...y la iglesia puede dar muchos problemas.

- Pensad que la Iglesia puede tomar represalias por secuestrar a uno de sus sirvientes...

- Pues tienes razón - le dijo a Roderigo- pero eso puede pasar de todos modos, si el abad ha reunido un ejército para amenazar este pueblo y lo rechazamos ¿no creeis que recurrirá entonces a la Iglesia de algún modo? Mi señor - me dirigí ahora a Don Antón- sabeis que os seguiré hasta la muerte si es preciso, pero no voy a engañaros, tengo miedo, no soy un guerrero aunque haya participado en batallas. Solo os pido que tomeis en consideración otras opciones.

Tras meditar sus palabras unos minutos por fin habló.

-No debéis temer, mi buen Samuel. Puesto que no pienso enviar a la gente a morir sin mas. Como he dicho si Dios nos ayuda no habrá sangre inocente. No tengo intención alguna de dejar morir a estas pobres gentes, pero si comprometemos a la condesa quizás, como el buen Roderigo afirma, se precipiten los acontecimientos. Si todo sale bien, el susto que les daremos esta noche hará que se lo piensen un tiempo antes de volver y para cuando eso ocurra es posible que el Rey ya esté enterado y no dependa mas de nosotros la defensa de este lugar-afirmó seguro de si mismo.

Un poco molesto- Creo que este no es el mejor lugar para discutir todo esto - dice entre dientes - mejor salgamos fuera al patio de armas o al pueblo y preparemos la defensa. - Dirigiéndose a la Señora hace una reverencia y dice - Señora, nos despedimos por ahora, quizás la próxima vez que nos veamos la amenaza que se cierne sobre Ibarrela haya desaparecido y tengamos pruebas concluyentes contra el Abad. Rezad por nosotros.-

Entrecerrando los ojos - Así lo haré Don Carlos. Vayan Ustedes con Dios, y que sea propicio a nuestra noble causa.- Don Carlos se encamina a las puertas sin más, y antes de que salga (una vez las ha abierto) , la mujer parece recordar algo y añade - No hace falta que les diga que cualquier cosa que necesiten, o cualquier gasto que puedan tener, corre de mi cuenta. Nula Dies Sine Honos-

Sonrie complacido y añade - Nula Dies Sine Honos - y diciendo esto sale fuera.