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Danza Macabra. x Cuarto Episodio: El Matrimonio de Iñigo

5. La Boda

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02/05/2012, 21:21
Aleixo d'Ocampo

Aleixo como siempre se mostraba taciturno y silencioso. Muchas eran las preguntas y muy pocas las respuestas... y lo que era peor, ¿aquel enano carcomido se atrevía a levantarles la mano? Vive Dios que de poco estuvo el Caballero a echar mano del acero y abrir en canal al más alto en pos de un poco de respeto a la santidad de la Iglesia que su porte y su blasón acompañaban. 

- A mí lo que me escama es que Don Íñigo tenga tanto inconveniente en que unos extranjeros investiguen las tierras que circundan este lugar y... es más. ¿No os parece curioso que se marche tan apresuradamente al pueblo el día antes de su casamiento?

El santiaguista miró a los ojos a Don Antón... después de todo él era el único al cual tenía en consideración.

- Sigámosle...

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02/05/2012, 22:29
Don Carlos de Mayoral

Se escandalizó al oir las palabras del santiaguista, había oído cosas de los de Santiago pero... ¿perseguir a un Señor en sus propias tierras porque no quiere que unos extraños merodeen por ellas?

Tampoco podía el Hidalgo oponerse a un Caballero y a otro Señor, así que tendría que mantenerse al margen, no sin antes dar su opinión al respecto

- Estáis en un error Aleixo, no podemos ir siguiendo al Señor de estas tierras. Está en todo su derecho a no querer que vayamos de aquí a allá, al fin y al cabo somos huéspedes en estas tierras. ¿Y si Don Iñigo no tiene nada que ver y esa arpía la que tiene toda la culpa? - sacando a relucir su odio al género femenino.

- ¿Váis a dejar solo al barbero? está a punto de anochecer, no sería prudente andar por ahí fuera a la caída de la noche... - os miraba uno  a uno en busca de un alidado que secundase sus palabras.

Don Carlos no era un cobarde y jamás lo había sido, pero iba en contra de todo lo que él creía hacer lo que proponía el santiaguista.

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03/05/2012, 10:58
Don Antón

Tenéis razón-dijo Antón después de meditar unos segundos-pero no nos podemos quedar cruzados de brazos. Si mis sospechas son ciertas alguien está suplantando a la verdadera señora de Medrano... Pero no podemos arriesgarnos a ofender mas al señor de estas tierras y no veo salida de este pantanal en el que nos hemos metido excepto cerrar los ojos y tirar para delante como las mulas-su voz volvía a sonar a desánimo.

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03/05/2012, 16:02
Samuel Sánchez

Madre mía en lo que nos habíamos metido por un maldito caballo... yo desde que hablé con la gente del pueblo y escuché todos aquellos rumores sobre Don Iñigo ya estaba con la mosca destrás de la oreja, que la gente se inventa cosas pero no tanto. Aunque como no creía yo en cosas de maldiciones y cuentos de viejas no me daba por pensar que aquel hombre tuviera la culpa, más bien apostaba yo por la mujer...

- Si me lo permitís, mi Señor - dije antes de hablar.- No debemos olvidar lo que se cuenta de Don Iñigo en este pueblo, yo creo que anda metido en algún asunto sucio... pero aquí me parece a mi que la mujer es la más tiene que callar, después de desenterrar la tumba y todo eso parece claro que la mujer no es quién dice ser, y a nosotros nos engañó porque somos forasteros y no sabíamos quién era la señora... me da a mi en la nariz que la impostora se quiere quedar con los dineros de Don Iñigo, pero tampoco me atrevería a ir más allá.

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04/05/2012, 11:34
Roderigo

Señores, si me permiten decirlo, creo que más razón tiene Samuel que ninguno. ¡Cuán veces he visto a las más pérfidas mujeres sonsacar los cuartos o cazar fortuna de hombres ricos y no tan ricos! Y viendo a éste no creo que el Demonio obrara diferente para en este caso -decía Roderigo atusándose el mentón-. Creo que don Carlos tiene razón... es peligroso "acompañar" a Íñigo al pueblo, más no les privaré yo por ello. Al menos mi persona, si les parece bien, se quedará con Hernán..., pero no sólo para cuidarle: puedo intentar averiguar cosas en este castillo, que tantas veces he pegado la oreja a sitios indebidos y he podido sacar tajada de... bueno... que creo que podré obtener información si hay algo que saber y aún no lo sabemos...

Miré a don Carlos, y creo que me me miró a mi por ponerme de su lado. Tan sólo esperaba saber qué harían mis compañeros.

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06/05/2012, 23:03
Don Carlos de Mayoral

- Parte de razón hay en cada una de vuestras aseveraciones, nada he de añadir a lo ya dicho salvo recomendar a Don Antón y a Aleixo prudencia en su proceder, amén de que la cena será servida en breve y mañana la boda... poco margen tenemos para actuar.

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07/05/2012, 10:30
Don Antón

La teoría de que fuese cosa de la mujer no le resultaba para nada extraña, pero seguía sospechando de Iñigo mas que de ningún otro. En cualquier caso poco podían hacer si no querían acabar bien muertos.

Bueno, pues ya está todo dicho-dijo el noble que veía que se quedaban sin opciones- quiero que cualquier cosa que descubráis acerca de Don Iñigo o su futura esposa me la digáis con presteza. Yo me prepararé para la cena de esta noche. Tened cuidado y no hagáis nada que pudiera hacer que nos quemasen. A las malas espero poder salir de aqui tras la boda por mi propio pie y olvidarme de estas gentes.

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07/05/2012, 11:02
Roderigo

Don Carlos, don Antón, -les dije-, no soy mucho de ostentar buenas mesas como las de esta noche, y mucho menos bodas como las de mañana, por ello, os pregunto: ¿Qué diría don Íñigo o qué pensaría si me ausento esta noche? No mañana, sólo hoy. Podríamos fingir que me quedo con Hernán durante la cena, mientras todos estáis reunidos, y con ello aprovechar yo por "pulular" por el castillo, a ver qué encuentro... ¿qué opináis?

A veces Roderigo parecía contradecirse: pese a querer huir con todas las dudas allí abandonadas (las cuales ni le iban ni les venían), quería desfacer ese entuerto de la mejor manera posible.

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07/05/2012, 12:08
Aleixo d'Ocampo

- Por mí haz lo que te venga en gana Roderigo... pero si te pescan metiendo las narices dónde no te llaman recomiendo que Don Antón haga como que no sabe nada del asunto. Así que estarás sólo. 

El Caballero se encogió de hombros impasible.

- En cuanto a la traición de la señora... supongo que cada cual debiera ser consciente de a dónde se mete. 

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07/05/2012, 12:38
Director

Así se hizo

Don Antón y  Aleixo se refrescaron y acudieron a los salones dignos y con buena facha, Samuel... simplemente acudió allí y se sentó en un rincón junto al resto de los menos relevantes.

Mientras tanto, Hernán seguía inconsciente aunque afortunadamente respiraba con fuerza lo que denotaba una pronta recuperación.

Roderigo estaba junto a la cama en la que se recuperaba el barbero, esperando el momento...

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07/05/2012, 12:42
Director

Una vez ya sentados en la larga mesa de honor, Don Antón y Aleixo intercambiaban miradas de complicidad mientras observaban el gesto ausente de Don Iñigo, no parecía haber ni rastro de la furia que había mostrado con el grupo. De nuevo parecía otro hombre.

¿Se habría desfogado con alguna manceba del pueblo cuando marchó apresuradamente?

Doña Luisa estaba junto a su futuro con aire solemne, aunque al mirarla detenidamente la pillásteis varias veces mirándoos con incredulidad.

Sin embargo esas miradas fugaces pronto cesaron, ya en el segundo de los platos la muchacha miraba aquí y allí sin prestaros la más mínima atención.

 

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07/05/2012, 12:46
Iñigo de Medina

Tras dar buena cuenta de una pata de cordero y tras beber y eruptar como era mandado se inclinó hacia su izquierda y miró fijamente al de Muel

- ¿Está mejor vuestro vasallo? - pensando que era uno de sus hombres - mi médico ha dicho que vivirá* y es un  buen médico ese bribón, algo caro eso sí - parecía estar de muy buen humor, sus hombres dieron carcajadas ante la chanza.

Notas de juego

* se sobreentiende que han pasado unas horas, el médico ha visto a Hernán, etc... etc...

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07/05/2012, 20:16
Director

Cuando te parece que todos han  bajado al comedor dejas la habitación donde reposa Hernán y sales al corredor, las antorchas iluminan el largo pasillo empedrado, decides dar una vuelta por las habitaciones de alrededor intentando no tocar nada.

No encuentras nada ni ves a nadie, por lo que decides ir a dar un paseo al exterior de la torre, al llegar al patio ves a varios de los hombres del Marqués, sin embargo el que llama tu atención es uno de los hombres de la escolta de Luisa (uno de los supervivientes) el cual está sentado en un extremo del patio sobre una roca mirando al cielo con aire distraído.

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07/05/2012, 20:47
Samuel Sánchez

No se me había pasado por alto que la señora no hacía más que mirarnos sorprendida, lo que me sacó completamente de dudas... Aquella arpía había tramado todo lo del cabrón de la ballesta, estaba clarísimo, sólo quedaba averiguar si el futuro marido estaba o no en ajo también, que si así fuera estabamos listos... de aquella no ibamos a salir vivos.

Pero cuando quería yo contarle mis averiguaciones aquí a mi señor y al caballero, resulta que aperece el señor Don Íñigo con una buena melopea, de modo que tuve que esperar. Por si acaso no bebí casi nada, lo suficiente para disimular, que no estaba la cosa para ir dando tumbos.

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08/05/2012, 17:02
Don Antón

Esta mucho mejor, mi señor. Estamos muy agradecidos por el trato que nos habéis dispensado. Desde luego, cuando volvamos a nuestros hogares ninguno de nosotros podrá negar de la hospitalidad de Don Iñigo de Medina-dijo el noble correspondiendo a su etiqueta- En cuanto se recupere marcharemos de aquí, para que vos no tengáis que preocuparos mas por estos viajeros y podáis disfrutar plenamente de vuestra esposa.

Don Antón hablaba raudo pero trataba de observar las reacciones de la pareja ante sus palabras pues no sabía aún que era lo que tramaban.

Notas de juego

Los destinatarios...

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08/05/2012, 19:03
Director

El Marqués asintió sin inmutarse lo más mínimo, como si no esperara otra contestación. En cambio Luisa sonrió abiertamente y se mostró satisfecha con las palabras del Vizconde, tomó su copa y dio un largo trago.

Sirvieron el tercer y el cuarto plato y algunos de los comensales de las mesas innobles se echaron al suelo a dormir la mona- Dios daba nombre y familia a los hombres para que supieran comportarse, estaba visto que los plebeyos no eran mejor que los animales - cuyos ronquidos se oían escandalosamente por encima de las voces de los reunidos, pero por fortuna para todos el juglar del marqués comenzó a tocar una melodía con su laúd.

No era un hombre especialmente hábil y la canción tampoco es que sonase muy bien, pero el ambiente era distentido (para todos menos para vosotros) y la gente charlaba en grupitos de sus cosas, no así Iñigo y Luisa que comían en silencio haciendo ver que disfrutaban de la música (al fin y al cabo ellos daban manutención al juglar y alguna monedilla de cuando en cuando).

Cuando no era ni medianoche, Don Iñigo se levantó y anunció a todos los presentes:

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08/05/2012, 19:06
Roderigo
Sólo para el director

Cuán harta celebración íbanse a dar todos y cada uno, desde el tal Íñigo hasta la mas baja y sucia rata de sus súbditos, ante el banquete preliminar del gran día. Mientras hallábame yo en pos de mis verdaderos oficios: la penumbra, la noche y las largas sotanas que ocultas los más cortantes filos.

Cuando contemplé a uno de los soldados que días antes había visto, de los que se lograron salvar por nuestra ayuda, comprendí que, de haber habido algún "cambiazo" de personalidades entre la supuesta y verdadera prometida de Medrano y la que ostentaba ahora sus lujosas prendas y pedrerías, tal vez una fulana cualquiera (váyase vos a saber), comprendía que él debía saber algo, o al menos conocer más de lo que había acaecido antes de nuestra llegada salvadora. Tomé mi daga y, aun bajo la ancha manga de mis ropas (sin dejar que brillase por el murmullo luminiscente de alguna vela o antorcha), me acerqué con sumo sigilo hasta su posición.

Me acerqué poco a poco, mirando en derredor, acusando si el peligro era inminente o si por el contrario, los vinos ya habrían hecho efecto en los llenos estómagos de los más estúpidos comensales. Un pasito, y otro. El talón lenvantado, en cada uno de ellos, y la potencia de mis dedos en los impulsos hacían avanzar a este ladrón con sumo equilibrio, con suma facilidad... con un infinito silencio. Ahora era un fantasma acercándose.

Una vez estuve tras él, saqué mi mano armada, y con la otra rodeé al tipo por el cuello y la cabeza, y la palma de mi mano tapó con fuerza su boca mientras el filo cortante y tremendamente frío y ansioso (pues tiempo ha que no probaba bocado y furioso ya andaba...) se hacía notar en el cuello de aquel soldado.

A las buenas de Dios. Te diría tal cosa -todo ello diciéndoselo mientras él no tenía posibilidad de hacer nada- si el sol calentara sobre nuestras cabezas y mi rostro mostrase amable. Pero en las manos del diablo te encuentras, desgraciado. Levántate y camina. Si te mueves o intentas algo raro...

...te mato.

Lo suyo era intentar, como así pensó Roderigo, en llevarse al tipo a algún rincón oscuros. No era menester interrogar a nadie allí, en medio de otras miradas.

- Tiradas (1)

Notas de juego

No se si es posible hacer el sigilo con tantos soldados. Si no es así modifico el post si puedo.

También he pensado en ponerlo en privado.

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08/05/2012, 19:12
Iñigo de Medina

- Mañana es nuestro gran día y debo estar despejado, si sigo bebiendo el vino nublará mi mente y esta mujer - señala a Luisa - no se merece tal. Así que hasta mañana a todos - ofrece su brazo a Luisa, que se levanta y toma el brazo de su esposo.

Rápidamente , varios de los criados que sirven las mesas se adelantan y les abren las puertas del salón, por las que ambos desparecen.

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08/05/2012, 19:13
Director

El juglar dejó de tocar y apuró una copa de vino sin dueño de una mesa cercana, tras ésto se recostó contra una de las paredes y se preparó para dormir.

El resto de invitados parecía que tenían ganas de continuar la velada, pero estaba muy mal visto continuar sin los señores así que no tuvieron más remedio que apurar platos y copas y marcharse los unos y echarse a dormir los otros, aunque algunos más se fueron a sus habitaciones del interior del castillo (otros por pereza se quedaron en el salón), pronto vosotros hicísteis lo mismo y subísteis al piso inferior. Al fin y al cabo, los perezosos de los criados habían aprovechado que los señores no estaban para dejar de servir las mesas.

Notas de juego

En cuanto acabe con Roderigo continuamos la acción.

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08/05/2012, 19:22
Pascual

El hombre da un medio respingo pero sin dar un bote, el frío acero en contacto con su piel es más de lo que puede sorpotar y no puede evitar aflojar las tripas.

Está tan asustado que ni siquiera se atreve a hablar en voz alta, mira al resto de guardias como no creyendo que no hubieran visto al bribón que iba a matarle...

Lentamente se levanta haciendo caso al del yerro

- No me mates - susurra

Y deja que Roderigo le dirija hasta un oscuro rincón en un extremo del patio, junto a la muralla, sin darse la vuelta siquiera.

Entonces un fuerte olor impregna el abiente, se ha cagado encima.

Notas de juego

Hemos cruzado tu post con mis mensaje del off :D