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Danza Macabra. x Cuarto Episodio: El Matrimonio de Iñigo

5. La Boda

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16/05/2012, 12:10
Aleixo d'Ocampo

El Caballero era un guerrero... pero no un estratega. Miró a ambos lados como tratando de encontrar la respuesta. Súbitamente sacudió la cabeza intentando despejarla de cuantas variables se oponían al resultado fácil, rápido y taxativo. 

- Bien... Don Antón. Tomad mi caballo y a vuestro vasallo y adentraos en el bosque a escondidas. Evitad a la guardia de Don Íñigo a toda costa. Haced lo que sea menester pero traed a el cuerpo de la verdadera Luisa de Medrano aquí. Si la bruja se opone acabad con ella... Samuel, ¿cuento con ello?

- Mientras nosotros entraremos en la habitación de la falsa Luisa y haremos que confiese o la degollaremos. Si nos vemos obligados a ello no tendremos más remedio que partir antes de que el sol despunte. Pero bueno... eso ya se verá.

En un movimiento brusco del cuello hizo crujir los ligamentos y se dirigió a Don Antón.

- ¿Cuento con su espada? - preguntó al noble de Mayoral con una mirada inquisitorial. Después se dirigió a Roderigo... - Tú, ayúdame a colocarme de nuevo la cota de malla... sea lo que sea lo venga ahora me voy a alegrar de llevarla puesta.

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16/05/2012, 12:25
Don Antón

Siempre le habían dicho sus más allegados que era un cristiano de otra época, de los que dejaban hacer y trataban con piedad a sus manumitidos, así que no tuvo ningún tipo de reparo en dejar hacer al resto. Al fin y al cabo el viaje estaba siendo largo y llevaban ya mucho pasado, no hacía mal dejar de lado la responsabilidad de llevar el tono cantante por una vez.

- Iremos en seguida - hizo un gesto a Samuel - colócame la armadura por lo que pueda pasar, haremos más ruido pero contamos con que el vino se ha subido a muchas cabezas a estas horas de la noche. Por suerte dejaron bastante vino sobre las mesas y los soldados no habrán desaprovechado la ocasión. Vamos mi buen Samuel.

Notas de juego

Pnjtizado.

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16/05/2012, 12:31
Don Carlos de Mayoral

Se encogió de hombros

- Poca alternativa tenemos. Pero no mataremos a la mujer salvo que sea indispensable, intentemos hacer que confiese por todos los medios antes - habló ahora a Roderigo -cuando acabes con Aleixo, haz lo propio conmigo.

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16/05/2012, 12:46
Roderigo

Nunca había sido dado a tales menesteres, eso de poner armaduras como un simple siervo. Más bien  me dedicaba a quitarlas las más veces para que los filos entrasen bien en la carne. Pero visto lo cual, no rechisté, sino que ipso facto, apenas sin asentir con la palabra, dispúseme a tomar las viandas de metal y probarlas en el cuerpo del caballero Aleixo. Cuando acabé, hizo lo propio con don Carlos.

Mientras aún estaba acabando con éste último, miré al de d'Ocampo.

Don Aleixo, ¿entonces entraremos sin preámbulos en la misma alcoba suya y la obligaremos a hablar? Si se me tiene en cuenta sería preciso hacerlo cuando don Antón vuelva con el cadáver, pues, si nos ponen espada delante y pared detrás, tendremos algo con lo que demostrar nuestras pesquisas, ¿no lo cree?

Entonces acabé de equipar a don Carlos. Luego saqué mi cuchillo, con aún algún resto de sangre. Ni tan siquiera hice por limpiarlo, pues sospechaba que esa noche no sería la última vez que éste probaría la carne...

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17/05/2012, 16:39
Samuel Sánchez

- Claro, mi señor - dije satisfecho.

Enseguida me apresuré a ayudar a Don Antón a colocarse la armadura, no tardamos mucho pues ya lo había hecho otras veces. No es que me hiciera mucha gracia volver a cavar para sacar de allí el cuerpo de la muchacha, pero lo que había hecho la impostora no podía quedar impune.

- Estoy listo, mi señor - dije, preparado para la acción.- Tened cuidado...

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28/05/2012, 11:29
Don Antón

- De acuerdo, Samuel en marcha- dice saliendo de la habitación.

Notas de juego

PNjtizado.-

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28/05/2012, 13:55
Aleixo d'Ocampo

- No tardéis más que una hora o poco más podremos esperaros. Cuando entremos por las bravas en el dormitorio de la falsa Luisa estaremos entre la espada y la pared por lo que si no llegáis tendremos que abrirnos camino a sangre y acero. Y a esas... me temo que tendremos las de perder.

Aleixo se desperezó como tratando de desentumecer los músculos y luego se dirigió a Roderigo:

- ¿Tu crees que Hernán podrá viajar si tenemos que salir por piernas? Si es un lastre quizá debamos abandonarlo aquí... siempre puede decir que no sabía de nuestras intenciones.

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28/05/2012, 14:58
Director

Una vez preparados, Don Antón y Samuel abandonan la sala y se deslizan por el pasillo bajando las escaleras, la armadura de Don Antón tintinea por todo el pasillo. Tendréis que confiar en que no haya nadie sobrio para no ser descubiertos.

Notas de juego

No marquéis a partir de ahora a Samuel y Don Antón.

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28/05/2012, 15:00
Director

Bajáis por las escaleras hasta el piso inferior, las puertas están abiertas de par en par y a lo lejos en los salones, escucháis los ronquidos de los invitados que han quedado a dormirla allí.

Os asomáis al patio de armas y véis a varios guardias dormitando, ensoñiscados y más en el mundo de morfeo que en este. Tenéis que cruzar el patio con mucho cuidado de no despertar a los guardias para llegar a la garita de salida y enfilar el camino descendente hasta el pueblo y más allá hasta el bosque.

Notas de juego

Tirada de Discrección/Sigilo x3

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28/05/2012, 15:04
Don Antón

El noble pese a llevar la armadura puesta, se desliza pegado al muro exterior desde la salida de la torre de homenaje hasta la garita de entrada. Los guardias no se percatan del tintinear de la armadura contra la piedra del muro y siguen a lo suyo.

Hace gestos a Samuel desde la garita para que haga lo mismo y llegue hasta él, están a un paso de conseguir su objetivo de salir del castillo...

- Tiradas (1)

Notas de juego

PNjtizado.

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28/05/2012, 15:41
Samuel Sánchez

Una vez que Don Antón pasó sin ser advertido me quedé mucho más tranquilo, al fin y al cabo a mi me resultaría mucho más sencillo pasar puesto que no llevaba armadura pesada y estaba más acostumbrado a deslizarme entre los matorrales. Me moví despacio entre las sombras hasta llegar a la garita, donde mi señor esperaba impaciente para salir del castillo.

Por suerte, ninguno de los guardias nos vio.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tengo sigilo 60, he puesto 180 por eso del x3 pero la paso igualmente.

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28/05/2012, 17:29
Director

Gracias a Dios, Samuel es un experto en el arte de pasar desapercibido y los guardias no llegan si quiera a ver su sombra. Así pues, los dos abandonan el castillo.

Pese al ofrecimiento del santiguista, Don Antón desecha la idea de ir hasta las cuadras y tomar el caballo del de Santiago, demasiado ruidoso dice simplemente.

Y los dos hombres corren camino abajo hasta llegar al pueblo, que está extrañamente silencioso. En vuestro camino no os cruzáis con nadie y sin mayor problema, llegáis hasta el lindero del bosque.

Una vez allí, Samuel tiene que encender las dos antorchas que le quedan (la primera la gasta en el trayecto hasta el bosque) y tenderle una a Don Antón. El bosque está lleno de trampas y la iluminación es fundamental para no pisar una.

Gracias en buena medida a las antorchas (y puede que Onofre dijera la verdad, no había más trampas en el sendero), los dos hombres llegan a la choza de la bruja sin dar singún rodeo, como si hubieran memorizado el camino a la perfección. Puede que hubiera sido suerte, pero el caso es que allí estaban.

 

Notas de juego

Samuel réstate las 3 antorchas.

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28/05/2012, 17:34
Don Antón

Hace un gesto a Samuel señalando la tumba

- Cava presto, cuanto menos estemos aquí mejor. Apaga la antorcha antes, será la única iluminación que tengamos para salir del bosque - dijo con un creciente tono de preocupación en su voz.

Notas de juego

PNJtizado.

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28/05/2012, 19:01
Samuel Sánchez

- Como digais mi señor - dije mientras apagaba la antorcha y le echaba un último vistazo a la cabaña de la bruja.

Esperaba que no se alertara y nos tirase encima al deforme de su hijo, claro que con el flechazo que le había pegado la última vez seguro que no quería ni acercarse. Saqué de nuevo mi amada pala y comencé a cavar para desenterrar, otra vez, a la difunta Luisa.

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28/05/2012, 20:06
Director

Samuel cavó y cavó bajo la luz de la antorcha la que se extinguió al cabo de lo que le pareció a Samuel una eternidad. Al acabarse la penúltima de las antorchas, Samuel tuvo que dejar de cavar y prender la última de las antorchas, la cual  estaba casi consumida cuando el cazador desenterró el cuerpo de la muchacha por segunda vez.

Cuando el cuerpo estuvo fuera, Don Antón hizo gesto al bueno de su vasallo para que llevara al hombro el oloroso cuerpo de la muchacha, Samuel vomitó varias veces hasta que sus fosas nasales se acostumbraron a la pestilencia que emanaba el cuerpo y es que llevar un cuerpo que lleva varios días pudriéndose es la cosa más asquerosa que había visto el de Plasencia.

Pero no todo quedó ahí, la antorcha se apagó cuando todavía no habían salido del bosque y hubieron de continuar a ciegas y para colmo estaba el asunto de las trampas...

Notas de juego

Dos tiradas de Suerte cada uno.

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28/05/2012, 20:10
Don Antón
- Tiradas (2)
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28/05/2012, 20:14
Samuel Sánchez
- Tiradas (2)
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28/05/2012, 20:44
Director

Afortunadamente para ambos, pese a la oscuridad  y a no llevar ningún punto de luz, ambos logran orientarse y casi llegan al lindero del bosque, pero , en un momento dado, una flecha silba en el viento y va a estrellarse contra el brazo derecho de Don Antón, pero la armadura detiene el flechazo.

Cuando Samuel escucha el sonido de la flecha y al acercarse a su señor, pisa asimismo una trampa que le levanta varios metros en el aire, cabeza abajo, a la par que el cuerpo de la muchacha es elevado y resbala de las manos de Samuel, cayendo contra el suelo.

Por suerte la muchacha no puede sentir nada...

- Tiradas (4)

Notas de juego

Antón armadura para 2 PV

Samuel queda colgado cabeza abajo

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28/05/2012, 21:01
Don Antón

¡ Samuel! ¿estás bien? no puedo verte con claridad, tan sólo veo un bulto en el aire voy a ver si puedo cortar la cuerda- dice desenfundando su espada.

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29/05/2012, 12:13
Samuel Sánchez

Escuché el silvido de una flecha, y casi ni me dio tiempo a avisar a mi señor cuando impactó contra la armadura, rompiéndose en pedazos.

- Cuidado, mi señor, hay tramp... - algo tiró de mi con fuerza.- ¡Arghhhh!

En apenas un instante me vi colgado boca abajo, con una cuerda atada al pie y balanceándome de una lado a otro. En la oscuridad de la noche apenas podía distinguir la silueta de Don Antón.

- ¡Cagon'to! - exclamé indignado.- ¡Eh! Esperad mi señor... un momento - lo que me faltaba era que encima me pegara un tajo por agitar la espada en mitad de la noche.- Os hablaré para que sepais donde estoy, no vaya a ser que... el árbol, mirad en el árbol que seguro que la cuerda está atada allí o en alguna parte y por el amor de Dios, tratad de sujetarla cuando la corteis, no quiero abrirme la sesera al caer.