La comarca (la Maragatería) no parece tan mala como os han dicho, tierras húmedas sin mucha vegetación y algo escarpadas, de caminos rectos y algo más cómodos de lo habitual, aunque en efecto, las pocas aldeuchas por las que pasáis son las propias de gente que se muestra hostil y sobre todo, desconfiada con los forasteros como vosotros. Son estos Maragatos más desconfiados de lo normal, pero tampoco es que os extrañe mucho tal y como está el mundo...
Atravesáis varios pueblecillos, aldeas y aldeuchas hasta llegar al Monte Idago, donde se encuentra una alta cruz de hierro retorcida, que tiene a sus pies un enorme montón de guijarros.
Bajo la cruz, hay un buhonero que come despreocupadamente pan y queso, pasándolo todo con buenos tragos de vino. Don Carlos hace un gesto al grupo para que se detenga a cierta distancia y se acerca él solo llevando su caballo al paso.
El hombre mira con suspicacia a Don Carlos mientras se acerca, no obstante, no cambia un ápice su conducta y continúa comiendo a lo suyo.
- Buena tarde, ¿ es esta la Cruz de Foncebadón? ¡ qué me aspen ! creí que era mucho más baja- mira el enorme montón de guijarros a los pies de la cruz - ¿ Sóis de esta comarca señor?
- Así es señor, esta es la famosa cruz ante la que todo peregrino respetuoso del camino arrojará un guijarro a sus pies y rezará a Dios nuestro Señor para que le proteja durante el tránsito a la ciudad del Santo. No soy de esta comarca aunque en ella me halle, y a gusto por cierto.
- Conozco la historia buen hombre -dice desmontando del caballo y colocándose muy cerca del hombre ya- ¿ qué sabéis de las gentes de por aquí? hemos oído cosas horribles sobre ellos - entonces recuerda que no se ha presentado como era debido - mi nombre es Don Carlos de Mayoral y voy de camino a Santiago de peregrinación junto a estos buenos hombres -dice señalando al resto que se encuentra a medio centenar de metros.
Ambos hombres hablan lo suficientemente alto como para ser escuchados por el resto sin problemas.
- Teolfo de Castrillo para serviros a vos y los vuestros. Vendo y compro cosas aquí y allí y estos Maragatos no me parecen peor que las gentes de otras partes a decir verdad. Son algo raros eso sí, pero por lo demás no hay que temerlos. Vengo ahora mismo del pueblo de El Acebo, cerca de aquí donde por cierto he hecho un gran negocio- dice satisfecho de sí mismo.
- Poco me contáis, pero contadme más. ¿ Qué es lo que os parece haber ganado para afirmar tal cosa? ¡ no sabía que estos pueblos fueran tan ricos como para afirmar que habéis hecho un buen negocio!
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- En las últimas semanas, parécese que las gentes enferman y algunos están a punto de morir en estos momentos, yo como no sé qué puede ser me voy de aquí lo antes posibles antes de que los vapores pestíferos me alcancen y me impidan yacer con hembra en el futuro -al ver que puede haber ofendido a Don Carlos- ,con perdón.
-Don Carlos, este hombre parece que sabe de lo que habla y no nos cuenta zarandajas de demonios ni brujerías. Creo que deberíamos echar los guijarros, rezar y luego marchar de aquí y seguir nuestro camino. Solo nos faltaría coger alguna cosa mala-le recordó a Don Carlos que había estado malo durante buena parte de su viaje.
¿Un buen negocio? ¿entre estas aldeucas? -dije a mis compañeros lo suficientemente bajo para que oyera don Carlos ni aquel hombre-. Tiene razón, don Carlos, no fuera malo salir de aquí... ¿Y si hubiera robado en las poblaciones y ahora le buscan, y, por ende, nos encuentran de cháchara con ese tipo? Mal asunto... Creo, don Carlos, que podríamos ir rezando ya, para ahorrar tiempo si tenemos que salir por piernas y galopes de cualquier persona... o tales brujas que dicen haber.
La idea no era buena, en absoluto. Desde Castrojeriz la desconfianza fue durante unos días el plato principal del que se sustentaba Roderigo, como algunos otros. Parecía que don Carlos no tuviera suficiente y quisiera sufrir penalidades y peligros, pese a las indicaciones... claro que la fe mueve montañas... ¿Quién diablos puso esa cruz en medio de esta nada?
Creo haber visto esta cruz (o tal vez alguna parecida, no se si esta es real) en una peli cutre sobre unos caminantes de santiago hace ya un tiempo. LLegaban a la cruz, y no recuerdo bien si eran piedras lo que había a su alrededor, o algo clavado en la misma (papeles escritos, telas o quizá conchas del caminante... no recuerdo), pero era algo tal que así...
Lo dices lo suficientemente alto para que te oiga el buhonero?
No, quise poner "lo suficientemente bajo para que NO lo oyera don Carlos ni aquel hombre", que me confundí ! Lo sientor
- No tienes por qué disculparte -dijo hablando en voz bien alta para que todos le oyeran, miró hacia vosotros y al ver que nadie se acercaba a la cruz- quizá por miedo a contagiarse de aquel hombre, nunca se sabe... -continuó hablando - pero decidme, ¿qué más ocurrió en el Acebo que ha hecho que os vayáis así tan de sopetón?
Limpiándose la boca con la manga tras dar un buen trago de vino al pellejo
- Según relataron los patanes - dijo despectivamente - la enfermedad, o la peste o lo que sea, la provocó un idiota llamado Xelasio, el cual dicen estaba poseído por el mismísimo Lucifer, o no sé si dijeron el Diablo... en cualquier caso ese tiró al río de la Trucha - pues así lo llaman los del lugar a un arroyo de poco caudal que discurre muy cerca del pueblo - sangre y carne de animales muertos que al corromperse envenenaron las aguas. ¡ O quién sabe si esos animales eran obra del Demonio también!
Xelasio fue descubierto por el cura del pueblo, Lope de León, que según los del pueblo es un santo varón que ha estado muchos años viviendo como un ermitaño en el Valle del Silencio y que al parecer tiene revelaciones divinas -dice con una sonrisa -aunque si os dijera todos los curas con revelaciones divinas que he visto a lo largo de mis viajes jajajaja
- Extraños tiempos nos han tocado vivir ¡ Valga Dios! ¿ y qué le van a hacer a ese pobre desdichado? ¿alguien le vio poseído por el Diablo? ¿ cuándo tiró los animales a la Trucha? ¿alguien le vio?
Se encoge de hombros
- No será ni el primero ni el último que nada ha hecho y será juzgado. Lo único que puedo deciros Señor, es que será quemado esta misma noche en una pira en el centro del pueblo.
-Don Carlos-dijo el noble- no nos lancemos a una cruzada sin sentido. Os veo las intenciones y pienso que será mejor que simplemente nos enteremos de que ocurre antes de interceder por aquel hombre, poseído o no. Dime buen hombre-le habló a Teolfo- ¿Que ha dicho ese hombre? ¿Que motivos a dado por aquello?
- No es nuestro problema, entiendo -y diciendo ésto tomó un guijarro y se arrodilló frente a la cruz cerrando los ojos y rezando aparentemente.
En cuanto comprobamos que aquel tipo no tenía oscuras intenciones, o al menos no por el momento, me acerqué para ver qué pasaba y fue una grata sorpresa descubrir que tenía cosas con las que comerciar. Era un buen momento para reabastecerme.
- ¿Qué vendes, buhonero? - le pregunté directamente.- Igual podemos comerciar con algo... tengo aquí una ballesta de la que me quiero deshacer, ya ves que se encuentra en buen estado, todavía se puede ensartar algún bribón con ella.
Permanezco donde estoy, escuchando lo que dice el buhonero. Cada vez tengo menos ganas de ver qué pasa en ese lugar.
Espero a que quién quiera rece, mientras observo al buhonero. Desde luego, el cristianismo no es mi religión. Nadie puede culparme por ello. Mi motivo para ir a Santiago es otro, no el peregrinaje.
Hay algo que no me gusta en el buhonero. ¿Qué pinta aquí sentado? Algo me dice que no es trigo limpio...
Motivo: Psicología
Tirada: 1d100
Dificultad: 60-
Resultado: 16 (Exito)
Tiro Psicología para ver si el buhonero es sincero