Partida Rol por web

Lazarus sabe que después de Jacq le toca a el pasar por las manos del Sastre para atender su brazo. La cauterización ha evitado males mayores, pero sin duda necesita de reparación. Sigue teniendo el brazo inútil.

Se acerca a la enfermería y observa como proceden el Sastre y la psíquica como ayudante. Sin embargo apenas puede mantener los ojos abiertos y la consciencia y se sume en un duermevela.

Eisengaard tenía mucho en lo que pensar. El noble se había suicidado. Zax Holthane había huido al espacio-puerto de Port Gyre, fuera de la colmena. Seguramente a esas alturas ya estaría fuera del planeta lo que dejaba escasos caminos de investigación. Por otro lado los guardaespaldas habituales del propio Inquisidor, el ex-pandillero Jaq Flair y la Cazarrecompensas Tanda Trix Fatal estaban fuera de combate, uno moribundo y la otra bien muerta. No, definitivamente no podía decir que la misión hubiera ido bien. A pesar de tener el artefacto xenos a buen recaudo.

Aun no había llegado la hora a la que había convocado a sus Acólitos pero debía moverse deprisa. Necesitaba información antes de proseguir. Encaminó sus pasos por la base en busca del Tecnosacerdote Cantus hasta que dio con él. Aprovechó que estaban apartados del resto y decidió que era un buen momento para encomendarle las tareas que tenía pensadas para él.

Los ojos del servocráneo que seguía al Inquisidor parpadearon y éste comenzó a hablar:

- Acólito Cantus. Tengo dos misiones para usted que debe llevar con el más estricto sigilo. – Una breve pausa hizo el efecto de profundizar la cadencia de la voz distorsionada por la armadura.

- Primero, necesito más información sobre ese quirurgo antes de que acabe nuestra próxima reunión. Quién es, de dónde proviene… todo lo que pueda conseguir. – Obviamente el Sastre parecía una buena adquisición para el Equipo Principal y si cumplía con su labor podrían ignorar otros hechos de su pasado, pero era mejor asegurarse de que no tenía nada que ver con ningún asunto problemático o herético.

- Segundo. De ahora en adelante, cada vez que salgan de misión usted no le quitará un ojo de encima a la Psíquica Ferris siempre que sea posible. Ante el menor atisbo de disformidad, posesión demoníaca o comportamiento anormal informe de inmediato. Además tiene el deber de acabar con la Psíquica Ferris si se descontrola y se convierte en un peligro para el Equipo o compromete la misión. ¿Lo comprende? -  La voz firme del Inquisidor no dejaba lugar a dudas. Sin duda una psíquica era una excelente aportación al equipo, pero no iba a permitir bajo ningún concepto que los poderes que manejaba escaparan a su control. Un psíquico descontrolado o poseído era un problema muy grande, y Eisengaard no quería tener que llegar a encontrarse con eso.

Estaba examinando el terminal e intentando acceder a la información de las placas de datos, cuando escucho los pasos inconfundibles del inquisidor acercándose. Me doy la vuelta lentamente, comprobando una última vez la hora para asegurarme de que aún no se han cumplido las dos horas. Escucho atentamente, mientras observo humildemente al Inquisidor Haldane. Mi expresión no cambia nada mientras me informa de dos nuevas misiones, era algo habitual, cuando se terminaban los disparos y matar herejes, tenía que volver a la carga con reparaciones, inventarios de material y procesar información. Al menos la primera misión era mas que obvia para mí, no me apetecía compartir base con un posible hereje, primero habría que ver que decían las terminales y tarjetas de datos de él y con suerte mis compañeros podrían conseguir después mas información en sus círculos de bajo-colmena.

Cuando empezó a comentarme la segunda misión, no pude evitar levantar una ceja. No porque pensará que fuera erróneo, sino más bien porque me la mandara a mí. Pensé por una milésima de segundo y lo vi claro, si tuviese que elegir entre alguna maquina o la psíquica, elegiría sin dudarlo la maquina. Asentí y finalmente respondí tranquilamente, para informar al inquisidor.

-Me pondré a buscar información sobre ese hombre de inmediato. He aprovechado para buscar información útil en las placas de datos que tenía los herejes en su almacén. Intentaré disponerlo todo para la reunión y priorizare a ese tal Sastre. Respondo con mi voz carente de emociones, excepto cuando menciono las placas de datos que digo algo mas emocionado.

-Lo comprendo señor, no le quitaré el ojo cuando estemos de misión. Intentaré desarrollar algo mas adelante, quizás algún medida para poder dejarla inconsciente momentáneamente, quizás un añadido en la armadura de ella, le informaré cuando descubra algo que pueda servir.

Me pongo a trabajar en el tiempo que me queda buscando información sobre el Sastre, el local que ocupaba o cualquier mención sobre él en algún sitio.

TECNOSACERDOTE CANTUS:

TIRADAS OCULTAS:

1) Competencia Tecnológica.

2) Seguridad.

3) Indagar.

4) Escrutinio.

El Inquisidor fue el primero en llegar a la sala de reuniones unos pocos minutos antes de la hora convenida. Tomó asiento en la posición que presidía la sala y escuchó el crujido que hizo su silla al soportar todo el peso de la servoarmadura.

El servocráneo que orbitaba cerca de su cabeza se mantuvo en una posición semi estática cerca de su espalda, fuera de la vista de cualquiera que se sentara frente a él.

Eisengaard depositó algunos papeles en la mesa frente a él y esperó pacientemente a que fueran llegando todos los Acólitos. Tenían mucho de que hablar, algunas explicaciones que darle y él debía tomar una decisión sobre el siguiente paso a seguir.

Cuando llega la hora así se lo indico al Sastre y me dispongo a prepararme para ir a la reunión con el Inquisidor. Me limpio de nuevo concienzudamente y acudo a la sala donde ya aguarda nuestro jefe. Me siento en una posición ligeramente oblicua y aprovecho para ir organizando mis pensamientos y recuerdos de este día extraño y agotador.

BASE INQUISITORIAL:

SALA DE MAPAS:

- El Inquisidor Eisengaard lleva horas revisando la documentación que ha sido recuperada del refugio del contrabandista del Gremio Sable Zax Holthane.

- Entretanto, el Tecnosacerdote está ocupado con el cogitador principal de la base.

- Jaq Flair está sedado en un coma inducido, en la Enfermería, tras la conclusión con éxito de tres operaciones quirúrgicas consecutivas. Su pronóstico es bueno, pero es mejor mantenerlo en su estado actual durante unas dos semanas.

- Sastre se dispone a intervenir al Arbitrador Enoch, que ya está anestesiado, con ayuda de Liri Nerva Ferris como asistente.

- Los dos Doble-Sierra montan guardia en el garaje de la base, junto a la entrada principal.

- El Iniciado Zariel Marius y el Táctico Noctine descansan en sus habitaciones, esperando ser llamados por el Sastre para recibir Primeros Auxilios.

SASTRE:

PRIMEROS AUXILIOS:

1) Arbitrador Enoch: Medicae -10 (Crítico Energético en Brazo Derecho de primer nivel).

2) Táctico Noctine: Medicae -10 (Herido Grave).

3) Iniciado Marius: Medicae -10 (Herido Grave).

TECNOSACERDOTE CANTUS:

- Las conexiones del cogitador principal con el cableado de comunicaciones de la Colmena están fatal. La mitad de las veces ni siquiera consigues obtener respuesta. Supones que un día tendrás que hacer revisión a fondo de todo el cableado de la base, que posiblemente esté en mal estado en algunos puntos, aunque eso supondría días de trabajo. Semanas si tienes también que revisar el cableado del resto del barrio hasta un nodo.

- Averiguas que el Sastre se llama en realidad Uriah Tyruss y que es oficialmente Adepto de bajo rango (el equivalente a amanuense) del Adeptus Administratum. Fue también miembro del Collegium Medicae, una rama del Adeptus Administratum con no poco prestigio, pero hace años fue expulsado oficialmente tras una denuncia de los Sancionarios de Desoleum, en la que se le acusaba de dispensar cuidados médicos a criminales buscados.

Se le tendría que haber expulsado también del Adeptus Administratum y que dejase de ser un Adepto en activo y con salario, pero al parecer este último proceso fue archivado. En resumen, es un Medicae sin licencia para ejercer como tal, pero sigue siendo un Adepto de bajo rango en servicio activo.

Fue destinado hace años al barrio de las Tres Estacas como Medicae, supones que por error, probablemente humano, del teletipista.

Encuentras su expediente académico: formado en la Scholam Administratum, en la parte superior de la Colmena Media. Todo buenas notas. Supones que era de familia humilde, pero no encuentras más datos. Posiblemente datos corruptos o error en el procesado de información.

Preparo los datos obtenidos y los dispongo para entregárselo al Inquisidor en la reunión. Dejo el cogitador principal y hago una plegaria al Dios máquina por mis faltas pasadas antes de encaminarme a la reunión. Una vez allí le doy la información a Haldane y tomo asiento, esperando la llegada de los otros miembros que pueden asistir.

Informe sobre Uriah Tyruss; Alias "Sastre".

Uriah Tyruss y es oficialmente Adepto de bajo rango (el equivalente a amanuense) del Adeptus Administratum. Fue también miembro del Collegium Medicae, (una rama del Adeptus Administratum con no poco prestigio,) pero hace años fue expulsado oficialmente tras una denuncia de los Sancionarios de Desoleum, en la que se le acusaba de dispensar cuidados médicos a criminales buscados. Se le tendría que haber expulsado también del Adeptus Administratum, pero al parecer este último proceso fue archivado.

Es un Medicae sin licencia para ejercer como tal, pero sigue siendo un Adepto de bajo rango en servicio activo. Fue destinado hace años al barrio de las Tres Estacas como Medicae, debido seguramente a un error del teletipista.

Expediente académico: formado en la Scholam Administratum, en la parte superior de la Colmena Media. Tuvo buenas calificaciones.

Necesitaría acceder desde Cogitador en condiciones o revisar todo el cabreado de la base para disponer de más información, tardaría semanas en lo último.

TECNOSACERDOTE CANTUS:

- En efecto, inviertes la totalidad de esas dos horas en averiguar cosas sobre el tal Sastre, lo cual es una proeza debido a la mala calidad de las comunicaciones de vuestra base.

Las operaciones sobre el tal Jaq habían terminado con éxito. O con todo el éxito que habían permitido que las instalaciones y la algo oxidada técnica del quirurgo. Ese pobre desgraciado necesitaría semanas para volver a levantarse, además de una pierna protésica que valdría más de lo que el pandillero hubiera soñado en tener en toda una vida.

- Gracias por su ayuda -dijo el cirujano sin levantar la mirada de su paciente.

Liri lo observó de reojo, incómoda tras recibir el segundo agradecimiento en apenas dos horas. La psíquica no estaba acostumbrada a que la trataran como algo más que una herramienta. No le das las gracias a un martillo cuando clavas un clavo, y lo sustituyes por otro cuando deja de hacer su función correctamente. Pero desde que entrara a formar parte del equipo del Inquisidor Haldane Eisengaard, ya eran dos los hombres que la habían tratado con algo parecido a la camaradería. Con cierta renuencia, tal vez, pero camaradería al fin.

- Todavía hay trabajo que hacer, así que cámbiese la bata y los guantes y pasemos a nuestro siguiente paciente -dijo el hombre al que apodaban el Sastre, sin dejar tiempo a ninguna respuesta por parte de la psíquica.

El quirurgo parecía trabajar como una máquina bien engrasada. Los pasos se iban sobreviniendo como los compases de una melodía vastamente ensayada: vestirse comprobando meticulosamente la esterilidad de su uniforme; sustituir el instrumental quirúrgico y depositar el usado en la cámara esterilizadora; revisar los niveles de gas anestésico de los tanques y el correcto funcionamiento del equipo de soporte...

La hora de asistir a la reunión convocada con el Inquisidor todavía no había llegado, así que el quirurgo y su improvisada asistente procedieron en silencio a tratar las heridas del arbitrador. Su brazo derecho era un amasijo de carne requemada y cauterizada. El médico trató con delicadeza de eliminar el máximo de tejido necrosado, pero tras unos diez minutos de operación, optó por cubrir la herida con una generosa capa de aerosol desinfectante y administrar una fuerte dosis de analgésico al paciente.

- Continuaremos las curas más adelante. Necesito que la piel quemada se reblandezca para acceder mejor a la lesión -comentó el quirurgo, con un tono que se acercaba peligrosamente a la excusa-. Si quiere, puede usted descansar ahora -dijo mirando a la muchacha mientras se quitaba los guantes-. Los dos siguientes pacientes tienen heridas de menor consideración y puedo arreglármelas solo.

El hombre apodado el Sastre apareció en la sala de reuniones con paso pausado. Sus mandíbulas tensas y su mirada huidiza dejaban patente lo fuera de lugar que se sentía. Unas horas atrás, su vida se centraba en asistir cada día a su pequeña y mal equipada consulta, sin más esperanzas que las de remendar a los pandilleros que se dejaban caer por el sucio callejón, sabiendo que tarde o temprano alguno de ellos pagaría sus servicios con un balazo en el estómago o una cuchillada por la espalda.

Mientras apartaba una de las sillas para poder sentarse, contempló la temible figura embutida en una servoarmadura que descansaba silenciosa y amenazadora en uno de los extremos de la mesa. El hombre que se ocultaba tras la máscara de metal podía ser su salvador o su verdugo. Inquieto, el quirurgo saludó con un leve cabeceo hacia el Inquisidor, repitiendo después el gesto hacia el tecnosacerdote que se sentaba al otro lado de la mesa. El reconfortante peso del revólver enfundado bajo la túnica aportaba al médico algo de seguridad, pero en su fuero interno sabía que si el Inquisidor ordenaba su muerte, ni vaciando el cargador entero podría cambiar su destino.

- El Sastre ha terminado su trabajo por ahora, y se encuentra casi al borde de la extenuación. También ha hablado en privado con el Inquisidor.

- El Táctico Noctine ya se encuentra mucho mejor, tanto como para poder asistir a la reunión, siempre y cuando se tome una taza ardiente de cafeína para tratar de combatir el espeso efecto de los analgésicos que le ha administrado el Medicae.

- El Iniciado Marius no entiende a qué tanto revuelo con el Adepto, no le parece que sea tan competente, al menos a él las medicinas que le ha suministrado y el vendaje mal puesto que le ha colocado apenas parecen haber surtido ningún efecto discernible.

- Jaq Flair reposa en coma inducido en la Enfermería, deberá permanecer en ese estado durante al menos diez días.

- El Arbitrador Enoch descansa, bajo el efecto de los somníferos. Posiblemente dentro de unas horas se despierte recuperado, pues lo cierto es que el Sastre ha conseguido salvarle el brazo.

- Liri ha estado un rato en su nueva habitación y ha aprovechado para lavarse la cara con agua bien fría.

- El Inquisidor y el Tecnosacerdote han estado leyendo diversos documentos, y han hablado un rato a solas.