Partida Rol por web

- "Yo denuncié su desaparición. Sospechaba que podía estar muerto, pero no lo sabía con certeza. ¿Quiénes sois vosotros y qué queréis de mí?" - La mujer parece muy apenada y triste por la confirmación de la muerte de su hermano.

- No somos nadie - respondió el psíquico -. Lo único que necesitas saber es que tu hermano tiene a alguien a quien no le gusta lo que le ha pasado y que tiene la suficiente pasta como para contratarnos para averiguar qué le pasó. Y querer de ti... No contábamos contigo, pero puedes venirnos bien. Dinos todo lo que sepas de Saúl y de paso, qué hacías aquí. ¿Has roto tú el cierre?

Terminada la ceremonia con el óleo sagrado, Lazerus recogió todos los enseres y pasó a dedicarse al estudio de todos los datos que habían sido incorporados a su criptex.

Quizá pueda lograr alguna deducción útil para la misión se dijo el tecnosacerdote, que permanecía en un mutismo total.

Horas después, Lazerus alzó la vista hacia el pequeño ventanuco de la estancia. La luz se ha ido ya. Espero que no hayan tenido complicaciones...

La mujer está muy nerviosa y asustada. Con voz entrecortada y a ratos llorosa comienza a hablar:

- "Ni siquiera me enteré de la desaparición de mi hermano hasta días después. Conseguí un contrato en la zona superior de la Colmena, y cuando llegaba de vuelta estaba demasiado cansada como para que me importase.

Para ser honesta, Saúl llevaba tiempo bebiendo demasiado, ahogando sus penas y durmiendo la mona. Para cuando me di cuenta de que había desaparecido, hacía días que lo había hecho. Me pasé horas y horas llamando a la puerta y empujándola, hasta que finalmente el cierre se rompió y vi que mi hermano no estaba.

Busqué en todas partes..." - Se atraganta y su rostro se pone pálido al recordar lo que pasó después.

Itsua frunció levemente el ceño ante la súbita palidez de la mujer. Sin duda alguna estaba asustada y la brusquedad que ambos había demostrado hacia ella, en su afán por cubrir su verdadera identidad bajo la de mercenarios, no había ayudado a tranquilizarla.

- Entiendo - dijo -. Siéntate, pareces cansada y enterarse de la muerte de tu hermano no ha tenido que ser fácil. Y además, te hemos dado un buen susto. Tienes que entender que tu presencia aquí, resultaba sospechosa y no nos la esperábamos. Dinos, ¿cómo te llamas? ¿Y qué es lo que ha pasado aquí? Tengo la sensación de que no nos lo has contado todo. Arrocito - dijo dirigiéndose a Arlesha -, ¿podrías darle un vaso de agua a la chica? No quiero abandonar la posición - dijo en referencia a que cubría la puerta de salida.

-No, no te separes de la puerta, yo le alcanzaré el agua.

En dos zancadas Arlesha llegó a lo que se suponía que era la cocina. Después de abrir un par de muebles localizó los vasos y rebuscó en el frigorífico a ver si había algo mas interesante que el agua.

-¿Tu quieres algo? -le preguntó a Itsua sin volverse- Tenemos para elegir entre...a ver... aquí hay una botella de agua y algo de tanna...no hay nada más para beber -dijo a la vez que comprobaba que lo poco que quedaba en la nevera estaba pasado de fecha o poco le quedaba para ello.

Cogió las dos botellas y un vaso que puso en la pequeña mesa de la habitación.

-No te preocupes Lili, no te vamos a hacer daño. No estamos aquí para eso, todo lo contrario. ¿Agua o tanna?

- "Agua, gracias." - Dice cogiendo el vaso y bebiendo un largo sorbo.

- "Le busqué por todas partes. Incluso llegué a buscarle en la Unión de Trabajadores, aunque el lugar hace que se me ponga la piel de gallina. Cuando pregunté, todo el mundo se me quedó mirando con ojos muertos, y entonces lo supe, ¡lo supe! Supe que tenía que haber pasado algo terrible." -

-¿Pero nadie te dijo nada de donde encontrar a tu hermano, o de que le había pasado?- le preguntó mientras le llenaba el vaso de agua de nuevo- Supongo que alguien te daría alguna información....

- "No, nadie sabía nada y yo al principio tenía miedo de informar de su desaparición, pero vi al guardia Locan sólo en la plaza, y parecía... no sé... perdido.

Le dije que Saúl había desaparecido, y primero pareció enfadado, y luego se quedó en silencio y me miró como si fuera a romper a llorar allí mismo. Me hizo jurar por el Dios Emperador y por San Drusus que no lo diría nunca más, en especial a los demás guardias. Es extraño, pero creo que estaba más asustado que yo. No sé si llegó a informar de la desaparición." -

Itsua había negado con un gesto el ofrecimiento de Arlesha de algo de beber. Su atención estaba centrada en la mujer y en lo que decía. No había muchos datos de importancia. En su mayoría la verborrea propia de alguien asustado y que no sabía gran cosa. Pero aquel nombre, el tal Locan, quizá pudiera ser lo que estaban buscando, quizás un hilo del que tirar para obtener más información.

- El guardia Locan, ¿quién es y dónde podríamos encontrarlo? - preguntó a la mujer -. Y Arrocito, sería conveniente registrar la habitación en profundidad y lo antes posible. Tal vez hallemos algo que nos sea de utilidad para saber qué pudo ocurrir exactamente. Muchacha, no sé si has revisado o no la habitación, pero si lo has hecho y has encontrado algo, sería mejor que nos lo enseñaras. Además, ¿sabes de algún sitio en el que tu hermano hubiera podido guardar algo que no quisiera que otros hallaran? ¿O te dio algo a ti para que se lo guardaras? Piensa que ahora mismo, nosotros somos los únicos con los que puedes contar para que se sepa la verdad y se haga justicia.

- "El guardia Locan es algo así como el jefe de la Comisaría local del Magistratum, pero después de lo que me dijo es mejor que no habléis con él. He registrado este cuarto una y otra vez, pero no he encontrado nada, ninguna pista sobre el paradero de Saúl...

Ya me he decidido a irme de aquí; cada noche hay más desapariciones, ya no sé cuánta gente ha desaparecido, ¡y nadie dice nada! No sé si será cierto o será un rumor falso, pero dicen que quienes denuncian desapariciones de sus seres queridos acaban desapareciendo también...

Pasé la noche aquí ayer, una última noche, con la esperanza de que Saúl regresase a casa. Estúpido, lo sé, pero me salvó la vida.

Cuando regresé a mi habitación esta mañana, en el nivel tres, habían arrancado la puerta de sus goznes y habían arrasado todo lo que había dentro, aunque no había nada que robar. Si hubiera estado allí..." - Rompe a llorar.

Itsua escuchó pacientemente a la mujer. Sus palabras estaban resultando muy reveladoras. Algo olía a sucio en aquel lugar y parecía que se encontraban en el epicentro de aquella basura.

- Entiendo lo que dices. Entonces, el tal Locan pertenece al Magistratum - dijo mirando significativamente a Arlesha. No podía dejar de asociar ese dato con el mensaje que Tauron había enviado a través del vox -. Y dices que las desapariciones siguen. ¿Quieres decir que esas desapariciones están ocurriendo en este bloque de edificios? - preguntó. Al tiempo que esperaba una respuesta, no dejaba de pensar en que las posibles denuncias de desapariciones eran cortadas por lo sano. Cualquier denuncia no solo no era investigada sino borrada antes de que pudiera trascender a instancias superiores. El tal Locan era, sin duda, alguien a quien tendrían que echar mano. El vostroyano se encargaría de sacarle toda la información necesaria. Él mismo estaría dispuesto a ayudarle gustosamente -.  Has tenido suerte, en efecto. Pero este ya no es un lugar seguro para ti. ¿Tienes un sitio donde poder esconderte sin miedo a que te localicen?

- "Sí, en todo Coscarla Sur.

Voy a huir de aquí. Estaba esperando a que volviera el turno de trabajo y a que llegue el último tren, y entonces saldré corriendo hasta la estación y lo cogeré. Tengo una vieja amiga que trabaja como escribana en el distrito pórfido; si se lo pido me dejará quedarme con ella. No es mucho, pero es mejor que estar muerta, ¿verdad?" -

162.810M41.

FALTA MENOS DE 1 HORA PARA EL CICLO NOCTURNO...

- Mucho mejor. Debes seguir viva. Queda ya solo una hora para el ciclo nocturno. Deberías aprovechar para huir. Nosotros también deberíamos abrirnos, Arrocito. Aquí no parece que vayamos a encontrar gran cosa si ella ya lo ha registrado todo y no ha encontrado nada. Y cuanto menos tiempo perdamos y nos reagrupemos antes, mejor que mejor. Y una cosa antes de que te vayas. Esa Unión de Trabajadores de la que hablabas, ¿dónde está?

- "Está en la plaza que está justo al sur del Bloque Habitacional vecino, el 6/17. Seguramente hayáis pasado por delante.

Bueno, será mejor que me vaya ya a la estación. Adios, y que el Emperador os proteja." -

La mujer coge su mochila y sale de la cámara.

TERCIO VERIDIO:

- Del apartamento en donde están tus compañeros Arlan y Arlesha, sale una mujer rubia con una mochila.

- Parece tener prisa y se dirige a las escaleras de bajada.

"Por fin... ¡pasa algo!". Aunque Tercio había hecho muchas interminables guardias en las que nunca pasaba nada cuando estaba en la Guardia de Hierro, lo cierto es que por su carácter se aburría con facilidad.

Aparentemente la misión había terminado, así que se sacó una de las varillas de lho que acababa de comprar y empezó a fumar, esperando a que Arlan y Arlesha salieran.

TERCIO VERIDIO:

- Al aspirar el humo de la varilla de lho te invade una sensación de placidez.

- Sin embargo, un horrible pensamiento turba tu calma: la imagen pasajera de Arlan y Arlesha degollados y tirados en el suelo...

"Joder... qué mal presentimiento"

Tercio tiró la varilla y entró en la habitación.