Partida Rol por web

Me giro hacia la clerigo y le digo de tal forma que solo oiga ella:

-Estoy ulitmando los detalles. No te alejes, a ver si el mercader al ver que somos dos aligera un poco sus ganas de hablar y se pone ya a trabajar.

¿Seguro que Los Escudos Rojos os van a proveer el carro? No parece muy propio de ellos... Tengo una idea. ¿Y si os espero en el lugar que me indiquéis con uno de mis carros por si hubiera problemas? En caso de no necesitarlo uno de mis subditos se lo llevará y nos iremos.

Durante la conversación de algunos de vosotros y el corto viaje fuera de la taberna del gran semiorco, el tabernero se ha tomado la libertad de prepararos un buen surtido de jarras de cerveza. 

¿Uno de vosotros dijo que quería celebrar algo con cerveza no es así? Aquí solemos hacerlo con torneos de quién bebe más. Todo aquel que quiera que coja una jarra ahora mismo, abra el gaznate y no deje ni una sola gota en ella. 

Dicho esto, el tabernero coloca una bandeja con jarras en la mesa. 

Se admiten apuestas y aquel que gane se llevará de premio el dinero apostado. 

Algunos de los aldeanos allí presentes comienzan a acercarse y a murmurar entre ellos. Pocas veces ven un torneo de cervezas y menos aún si participan extraños. Uno de ellos da un paso al frente y cogiendo una jarra verifica que se apunta al torneo. Es un antiguo miembro de Los Escudos Rojos ya jubilado

¡Apuesto 30pp a que voy a ser el ganador!

Dicho eso, coge la jarra y la alza e inclina bien. Comienza a beber a gran velocidad sin derramar apenas unas pocas gotas por sus mejillas. Tras un último trago, hace un pequeño sonido de saciedad y golpea con la jarra sobre la mesa.

¡Venga, a ver quien puede conmigo!

Sus palabras animan a todos los aldeanos a acercase mientras ríen, lo vitorean y cantan para animar el cotarro.

https://www.youtube.com/watch?v=f5zXMokthgE

Toda vez que ya estan terminados los asuntos que tratar con el mercader, procedo a coger una jarra de ese brebaje que toman por cerveza:

-Que gane el mejor.

Y dicho esto, me voy a sentarme de nuevo junto a la hoguera repasar mi equipo con mi jarra. No es momento de fiestas, y mucho menos si al día siguiente empezaba una dura cabalgata. Sonrio al pensar en la dura resaca que tendra aquel que participe al día siguiente al marchar.

El mercader Gar, tras hablar con el semielfo en privado, recoge sus cosas y abandona la taberna mientras comienza el torneo de cervezas. 

Tengo que preparar todo para mañana y lo último que me apetece es quedarme inconsciente por una borrachera. 

Por fin el momento que tanto esperaba. Quizás es una imprudencia dado que mañana comenzamos una importante misión, aún así ¿quién sabe cuántas oportunidades tendremos de divertirnos de esta forma? Me acerco a la mesa de las jarras y cojo una.

- ¡Salud y que gane el mejor!

Dicho esto comienzo a beberme la jarra.

En el dado saqué un 11.

No se siquiera si mañana tendremos carro o que ha pasado, pero ya a estas alturas de la noche da igual, y la idea de beber hasta perder el conocimiento y ver que pasa mañana es muy atrayente.

Me acerco a la barra, cojo una cerveza, brindo al aire y me la bebo de un trago.

Humanito, si juegas en esta liga tienes que apostar fuerte.

Le digo al borrachuzo que ha soltado antes 30 platas, dejando 5 oros en la barra.

Se me olvidó poner que me juego 1 de oro

Paso de perder el tiempo emborrachándome con estos tipos.

Sin perder el tiempo, en cuanto sale el monje de la taberna salgo tras él con tal de acompañarle y evitar el riesgo de perderme por el camino al monasterio.

Una vez fuera, ves como una espesa niebla invernal ha caído sobre la Villa sumado a la oscuridad de la noche. Incluso con ayuda de las antorchas por las calles apenas puedes llegar a ver a varios metros de distancia y entre las sombras negras que puedes distinguir ninguna es el monje que estas buscando. Pequeños copos de nieve están empezando a caer y cada vez hace más frío. Será mejor que no te alejes mucho antes de que te pierdas...

Dónde coño va éste tan deprisa...

Me cago en el puto monje y vuelvo a la taberna.

Viendo el ambiente prefiero cenar tranquilamente, quien sabe cuando volvere a comer caliente y bajo techo

-Una señorita como yo no puede ganar a semejantes hombres-digo en tono irónico- pero seguro que los dioses escogen sabiamente al vencedor

Tras esto me dirijo a la barra a cenar y a charlar con la hija del tabernero

El humano y el resto de los aldeanos se sorprenden al ver la acción del semiorco. No queda muy claro si es por que no saben que hace con tanto oro o no saben que está haciendo realmente. 

Mi jubilación no da para mucho pero aún así veo tu apuesta. 

Diciendo eso golpea fuertemente la mesa con 10pp mas y 1po. En total su apuesta suma 5po. 

Coge otra jarra del quemagaznates que sirven en la taberna y bebe con gran entusiasmo. Tras beberse la jarra entera otra vez en apenas unos segundos se limpia la espuma de la barba y os mira sonriente.

¡Vuestro turno!

-Y dime muchacha, ¿que tal te tratan los paisanos?
 

...

Narta mira a la joven humana mientras limpia las mesas sucias del local.

Pues no me puedo quejar. Un par de piropos, algún que otro comentario obsceno referente a mis pechos y me llevo más de un pellizco en el culo al día.

Sus voluptuosos senos tiemblan al ritmo de su mano pasando un trapo sobre las mesas

Pobre hombre, espero que cuando me toque a mi este muerto antes que viejo y cansado, sin poder aceptar un desafío de borrachos en una taberna de mala muerte en un pueblo ruinoso.

Ningún ser que haya batallado merece tenerle mas respeto a este metal blando que al acero de su arma.

Digo mientras toco las 11 monedas de oro que aun me quedan.

Toma, esta es de mi cuenta.

Le digo al veterano mientras pongo cinco oros enfrente suyo.

Y como ya he dicho, es un metal sin valor comparado con el acero.

Tras decir esto lanzo las otras seis monedas detrás de mi procurando que se dispersen bien por el resto de la taberna. Cojo la jarra y doy un buen trago.

Estamos aquí para beber, no para jugar a ver quien es mas remilgado.

¿Nadie se apunta? Eso facilita las cosas, más o menos, al menos eso pienso al semiorco que aún borracho decide participar también desperdiciando tal cantidad de oro, imagino que tendrá otras formas de hacerse con lo que necesite.

- Si tanto desperdicias el oro compártelo con tus compañeros en lugar de desperdiciarlo de esta forma, que seguro falta nos va a hacer en este viaje.

Y dicho esto bebo la siguiente cerveza.

Volviendo a la taberna, observo a los que están en el concurso de emborracharse.

Seguro que alguno se queda inconsciente... - pienso mientras me froto las manos y sonrío con cierta malicia.

Mientras beben, hago un poco de tiempo acercándome a un mercader y poniendo la espada corta sobre la mesa:

¡Mercader! ¿Cuánto me das por esta espada? Está en buenas condiciones, así que dame un buen precio.