Partida Rol por web

[D&D 3.5] En Busca de Feyrya.

Capítulo 11. Iakhesis, Feyrya y el Dragón.

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17/04/2021, 22:37
Narrador

Valyëvan salió corriendo para tratar de alcanzar a Nozgüg y descargae toda su furia sobre él. Mientras tanto, Raikon agarró del cuello de la armadura a la Thogain y tiró de ella para sacarla del peligro en el que se encontraba corriendo tras los pasos de la vovit. Los hombres lagarto a los que ambos enanos y también la pelirroja superaron para reunirse con el resto de enanos, vovits y anaznos, no les atacaron, la tregua parecía que continuaba.

De hecho, los hombres lagarto se agruparon entorno a su chamán y éste comenzó a lanzar cargas curativas de varita sobre éstos. Todo indicaba que se estaban preparando para la batalla final, lo cual, para nada eran buenas  noticias, pues aunque el combate había sido duro y estaban heridos, lo peor era que los conjuros se les habían prácticamente agotado y eso si que resultaba terriblemente peligroso.

Yoon-Shun se encargó de resucitar al pobre Xhu Lei Hanzo descargando su varita sobre él. El anciano monje abrió los ojos horrorizado por lo que le había sucedido y realmente desconcertado por seguir vivo y no haber viajado al semiplano donde reinaba su diosa predilecta Amaterasu. El pobre Xhu no estaba acostumbrado a aquel tipo de violencia y temblaba asustado y hubiera llorado e haber podido, pero sus graves deformaciones faciales le habían privado también de dicha capacidad.

Las miradas de todos se centraron en la última amenaza trasgoide, Nozgüg.

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17/04/2021, 22:48
Nozgüg

Aquel enorme gran trasgo apretó las manos entorno a su alfanje. Miraba con odio y lleno de ira como estaba su instinto le invitaba a morir matando. No hubiera sido demasiado difícil hacerlo, Draxler, aunque había revivido gracias a las curas de la enana, se encontraba todavía al borde de la muerte y en el suelo era un objetivo fácil de batir. Álex pese a que aún no había desfallecido, no estaba mucho mejor y uno de los demoledores golpes de alfanje, podían segar su vida y sin embargo, matar significaría para Nozgüg, morir.

- ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaah! - Gritó terriblemente enfadado. La rabia le corroía por dentro. - ¡Mi venganza será terribleeee! - Anunció antes de darse media vuelta y salir corriendo a gran velocidad camino no las minas de la ciudadela.

Álex, Belbara y el propio Draxler trataon de seguir a Nozgüg, pero la zona cubierta de grasa por el conjuro que había lanzado la pequeña Yoon-Shun, les hizo resbalar y aquellos instantes los aprovechó el gran trasgo para perderse entre el entramado de pasadizos y estancias de aquel lugar.

Álex y Draxler empezaron enseguida a organizarse con el resto para la persecución, querían ver muerto a aquel ser, sin embargo, Tarkhan intervino para quitarles aquella idea de la cabeza. En esos momentos tenían cosas más importantes en las que pensar, como por ejemplo los hombres lagarto o la thogain, frente a quien estaban por fin de frente.

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17/04/2021, 22:59
Feyrya

La Thogain se acercó a sus valientes salvadores. La enana mantenía una posición regia, pese a estar cubierta de sangre y otras excrecencias producto del combate. Su semblante era serio. Se la veía afectada y triste, pero también llena de orgullo. Raikon avanzaba a su retaguardia como su fiel guardaespaldas y sin dejar de mirar con desconfianza a los reptilianos. Cuando la Thogain llegó a pocos pasos de donde se reunía el grupo de rescatadores, se detuvo y apoyó el mango de su hacha enana contra el suelo y ella se recostó sobre la misma aguantando su peso sobre la misma.

Buen trabajo Draxler. - Le dijo esbozando una sonrisa, aunque no llegó a ser completa, pues la pérdida de tantos de sus valerosos enanos, había sido un palo muy grande para ella. - Nunca pensé que cuando te mandé a por refuerzos, lo hicieras de forma tan eficiente...  - Entonces miró a Tarkhan. - Tarkhan... - Asintió con la cabeza. - El embajador anzano del thogado de mi hermano. Está no es una coincidencia, ¿verdad?

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17/04/2021, 23:47
Tarkhan

El Gato Sonriente se enjugó el sudor de la frente y apretó a Yoon-Shun contra sí. Por fortuna, había recuperado la audición cuando la Thogain se dirigió a él. Del grito del trasgo solo quedaba un molesto pitido casi en el umbral de la audición.

No, no es coincidencia, mi Thogain —dijo el anzano, dirigiendo una reverencia respetuosa hacia la enana, guardando las manos en las mangas —. Vuestro hermano el Kark Belgarosh nos envió a buscaros al enterarse de la inminente llegada de vuestro padre, el Kark Thordu.

»Nos alegra haber ayudado en la medida de lo posible —continuó—, aunque sé que podríais haber ganado este combate por vuestra cuenta. Tenéis a vuestro servicio unos guerreros admirables y dedicados.

Dedicó un gesto en dirección a Draxler, que había estado a punto de dar la vida por su thogain.

Pero mis servicios pueden servir tanto en la guerra como en la paz, no en vano soy embajador de la gran nación de Anza. ¿Quizá desea mi Thogain que parlamente con estos hombres lagarto el fin de este conflicto? Conozco su idioma y creo que podría ganarme su confianza. Demasiada sangre se ha vertido hoy.

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19/04/2021, 19:13
Belbara

Belbara alzó su hacha y gritó desencajada como si amenazase con arrancarle la piel a mordiscos a aquel maldito trasgo que huía.

-AAAAAAHHHHH!!!!- pero todo quedó en eso, pues pisar la zona engrasada haría que diese con sus posaderas en el suelo, perdiendo el control de su hacha, que a saber contra qué o quien caería. Sin embargo en su fuero interno demandaba la vida de aquel tipo despreciable que corría prometiendo venganza, y ella temía que regresase con más de los suyos.

-¡Maldito saco de huesos apestoso!¡Huyendo como un cobarde!-

 

Notas de juego

falta terminar

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22/04/2021, 00:57
Aenifer

Por ahora teniamos un respiro y Drax parecia estar recuperado por lo fui hasta donde estaba Alex, mi amiga y Yoon, para asegurarme de que estuviesen en buen estado. 

No sabiamos cuando tiempo mas tendriamos que aguantar en esas cuevas aunque nuestra determinacion no habia menguado, por ello debiamos descansar cuando se podia. 

El viejo parecia el mas afectado y la mujer que habia llegado con mi amiga. Me acerque hasta ella para saber si queria una pocion de curacion, no me quedaban muchas pero curarnos en combate era casi imposible, era mejor hacerlo de una vez.

Y al parecer habiamos conseguido nuestro objetivo principal de conseguir a la Thogain. Que demonios hacia esa mujer en estas cuevas?

A primera vista parecia una enana normal, pero despues de verla luchar no podia mas que sentir respeto asi como por sus amigos caidos. Era una desgracia perder tanta gente valerosa en estas cuevas llenas de escoria. Pero sus muertes no serian en vano, ibamos a limpiar esas cuevas, estaba segura de ello. 

Y ahora faltaban los lagartos. No eran tan resistentes, pero los que les faltaban en fuerza lo tenian en valor. Una raza apreciable y tambien habian tenido bajas. Tal vez podiamos ayudarnos mutuamente a salir de aqui.

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24/04/2021, 13:37
Valyëvan

Haber sobrevivido a tal batalla, me llenaba de orgullo, pero no era tanta mi felicidad por ello como porque Aenifer también lo hubiera conseguido. Tenía la sensación de que por fin, todo había acabado y de que aquel viaje, que tan malos momentos había contenido, mostraba ya un final muy diferente, lleno de optimismo.

Por mucho que odiase aquellas cuevas, para mí no había diferencia en donde luchar, sino cómo hacerlo y con qué resultado. Al final, todo había acabado bien.

-Bueno, ha sido duro, pero estamos de una pieza. Ahora solo tenemos que salir de una maldita vez de aquí. Me gustaría volver a ver el cielo algún día. Quizás los enanos estéis acostumbrados a vivir entre rocas, pero por mi parte, no hay nada comparable a un cielo estrellado.

Acto seguido, me acerqué a Aenifer. Apenas habíamos tenido tiempo de decirnos algo tras volver a encontrarnos.

-No ha estado mal. Casi pareces una guerrera -le dije bromeando, para a continuación abrazarla. Si sobrevivía, mi misión habría sido cumplida.

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24/04/2021, 19:40
Belbara

Belbara recobró la compostura cuando aquel último trasgo desaparecía en la negrura del corredor.

Entonces se volvió a Draxler, para examinarle. No creía que pudiese aguantar si ahora debiesen enfrentarse a los lagartos, aunque esperaba que ya hubiesen tenido suficiente sangre por hoy. Murmuró algo ceñuda cuando la Thogain se dirigió a Tarkhan, pero dejó que se pusiesen al corriente entre ellos del modo que considerasen mejor, aunque tarde o temprano Feyrya sabría la verdad absoluta de todo.

-¿Marcharnos? Yo todavía no, aquí hay mucho trabajo que hacer aún.- Y es que para Belbara aquello era solo el principio, aunque la misión de rescatar a Feyrya  casi pudiese considerarse lograda, bueno, la mitad, porque ahora tocaba deshacer lo andado, y posiblemente volviesen a encontrar trasgos, muchos, y hombres cabra... -Y vosotros, antes de partir deberíais reponer fuerzas- dijo a los vovits, recordando la noche en que se encontraron y cómo todos se vieron uniendo fuerzas contra todo pronóstico por causas forzadas.

 

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24/04/2021, 19:45
Belbara

Cuando Belbara murmuró ceñuda estaba junto a Draxler, examinándo sus heridas y tratando de que el enano recuperase sus fuerzas y salud, no podía hacer lo mismo por su barba y cabellera. Por eso Draxler fue el único que pudo escuchar sus palabras, aunque no fuesen dirigidas a él especialmente.

 

-¿Coincidencia? pf... que no sabe guardarse la polla quieta-

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25/04/2021, 06:14
Feyrya

No hace falta que mientas conmigo Tarkhan al que llamen "El Gato Sonriente". - Dijo la Thogain con amargura en la voz. - De no ser por vosotros, ahora mismo estaría criando malvas, como el resto de mis valerosos enanos salvo ellos... - Señaló con la mirada a Draxler y Raikon. - Quizás mi padre tenía razón. Soy demasiado impetuosa. Nunca debí... - Apretó los puños y bajó la mirada. - Si, parlamenta con los lagartos... - Le dijo a Tarkhan dejando en el aire sus reflexiones sobre si misma y su carácter. - Han demostrado al menos no ser enemigos y quisera saber cuales son sus intenciones...

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25/04/2021, 06:15
Tarkhan

Habéis combatido bien y de forma valerosa. - Dijo el anzano en el idioma dracónico. - No deseamos pelear con vosotros, ya se han perdido suficientes vidas. - Argumentó. - Ella es Feyrya, hija del Kark Belgarosh y reclama par si esta fortaleza enana.

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25/04/2021, 06:15
Hombre lagarto jefe

Esto no ser fortaleza enana. - Dijo en común el líder de los hombres lagarto. - Esta fortaleza ser templo de Iakhesis, Dios de la magia. Nosotros ser sus humildes seguidores...

Entonces el hombre lagarto se acercó a donde se encontraba su interlocutor. El chamán y el resto de guerreros reptilianos le siguieron y para cuando se plantaron frente a Tarkhan se miraron asombrados y comenzaron a hablar entre ellos. Parecían confusos, asombrados y totalmente desconcertados. Señalaban a Tarkhan y parecían no acabar de comprender lo que estbaan viendo.

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25/04/2021, 06:16
Hombre lagarto chaman

Fue entonces cuando el chamán se arrodilló frente a Tarkhan y el resto de reptilanos imitaron su comportamiento. Tras unos segundos en los que los confusos y desorientados pasaron a ser anzanos, vovits y enanos, el chamán alzó la mirada y pidiendo permiso con la mirada al anzano frente al que estaba agachado, se puso en pie.

Tú deber venir con nosotros. - Le dijo el chamán  a Tarkhan. - Deber ver algo...

Guiados por el chamán, hombres lagarto, anzanos, enanos y vovits accedieron a la última estancia que quedaba por explorar de aquel enorme complejo. 

Notas de juego

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25/04/2021, 06:17
Narrador

 

Aquella sala, aquel templo tenía que haber sido sin duda alguna un lugar digno de ver en el pasado. No obstante, en esos momentos no era más que la sombra gris de lo que otrora fue.

En el centro de la estancia, entre escombros y trozos de estatuas, brazos, piernas, troncos o cabezas cercenadas, se encontraban los restos de las bancadas que antaño debieron congregar a cientos de fieles y vidrios rotos. Frente al altar al fondo norte del templo. Además, había restos de hogueras en diferentes puntos, pintadas en las paredes y por desgracia, aquella estancia, aquel templo no era una excepción, pues olía a heces y a orín como el resto de estancias de aquel complejo.

Era una sala amplia, con columnas de bella talla, solo embrutecidas por las desagradables y obscenas pinturas de los vándalos que habían habitado el lugar desde hacía demasiado tiempo ya. Unas columnas que se elevaban hasta el techo abovedado de más de veinte pies de altura. Un techo que dejaba ver el exterior el cielo desde el interior de la montaña. Una obra de arquitectura increíble que debieron llevar a cabo los mejores ingenieros enanos de épocas pretéritas. El suelo pese a estar cubierto por una gruesa capa de polvo, todavía conservaba las baldosas de mármol de varios colores que debieron ser transportadas desde muy lejos para resaltar la belleza de un templo al que el paso del tiempo había oscurecido su luz.

En los laterales del templo, se sucedían una serie de pequeñas capillas con motivos orientales, del Gran Reino. Los anzanos lo supieron enseguida y eso les extrañó. Además, la apariencia de las grandes estatuas que en dichos templetes de encontraban era inequívoca; representaban a personajes con rasgos anzanos y vestidos con ropas del Gran Reino. Aunque todas ellas habían sido destrozadas. La mayoría decapitadas, desfiguradas o rotas desde su base. Era un escenario bastante desolador, que llenaba de tristeza y melancolía al que lo estuviera viendo, pese a que nunca conoció el esplendor pasado de aquel lugar elevado y mágico.

A medida que se acercaban al fondo del templo, pudieron observar una enorme estatua de piedra se alzaba tras el altar y tras esta un enorme ventanal con sus cristales rotos y que daba al exterior, al gran valle donde se encontraba aquella ciudadela convertida en guardia de trasgos. Del exterior provenía una brisa fresca, que aunque era fría, de alguna manera, tras tanto tiempo bajo tierra, les reconfortaba. Entonces se fijaron en la estatua.

Se trataba de un hombre vestido con un kimono hasta el suelo, un grueso libro en la mano izquierda y una vara en la derecha apoyada en el suelo. La cabeza de aquella estatua había sido apedreada hasta desfigurarla por completo, pero lo que fascinó a Tarkhan fue el símbolo que pendía del cuello de aquella estatua. Se trataba de un amuleto de forma más o menos circular, dividido en dos mitades. Una de ellas, la parte izquierda del rostro de un gato y la otra, encajando a la perfección con la cara del felino para formar una sola, el rostro de un dragón.      

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25/04/2021, 06:17
Xhu Lei Hanzo

Fue entonces cuando Xhu Lei Hanzo, muy debilitado todavía por las heridas recibidas, se adelantó y le pidió la figurilla a Tarkhan. Éste, bastante desconcertado ante lo que tenía delante, no dudó en entregar la figurilla de arcilla a su antiguo mentor. Éste se acercó hasta el altar y fue a colocar la figurilla sobre el mismo. Xhu se dio cuenta entonces de que sobre dicho altar se hallaba una especie de ranura que coincidía con la base de la figurilla y sorprendido, el viejo monje la depositó sobre la misma con cuidado.

La figurilla encajó a la perfección y el sonido de un resorte en medio del silencio sepulcral que todos estaban guardando en aquella sala se vio interrumpido por el sonido de un resorte. Xhu Lei, sobresaltado dio un paso atrás soltando la figurilla y volviendo la cabeza hacia Tarkhan y conectando las miradas de ambos por un momento. La tensión en todos los miembros del grupo se hizo notable e incluso los reptilianos, aquellos seres imperturbables de sangre fría, parecían nerviosos. Esperaron unos instantes a ver que sucedía pero... nada más pasó.       

Pensaba que... - Dijo decepcionado el monje anzano, pero no acabó la frase.

Xhu Lei Hanzo carraspeó y titubeó a unto de caer al suelo. Fue entonces cuando Valyëvan, que estaba a su lado, le agarró por debajo de los hombros para que no cayera a plomo al suelo. Tuvo que ser Yoon-Shun quien acudiera junto a ellos y descargando una de las cargas de su varita, sanó parte de las heridas que le habían sido infringidas al viejo monje.

Gracias, Yoon-Chan Sama. - Le dijo sorprendiendo a todos con aquel trato que normalmente no se atribuiría a una pequeña niña de ocho años. Pues el sufijo Sama, implicaba respeto y veneración y se utilizaba para dirigirse a alguien con un rango superior al de uno mismo. - Ha sido una suerte para mi conocerte. - Le dijo sonriente.

Fue en ese momento, cuando algo sucedió. ¿Una brisa? ¿Un parpadeo? ¿Un latido? Algo se había movido en aquella sala, aunque no había sido ninguno de los anzanos, vovits, enanos o reptilianos, no. Lo que se había movido era quizás la propia sala...

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25/04/2021, 06:18
Narrador

Entonces, algo maravilloso sucedió. Una brisa se coló en el interior del templo a través de los rotos ventanales, pero no era una brisa cualquiera, no era una brisa como la de antes, era una brisa especial, mágica, renovadora, una brisa espiritual que todos pudieron sentir como algo reconfortante y lleno de vitalidad. Una brisa que iba llenando la sala del templo y llenando de luz el lugar.   

En un abrir y cerrar de ojos, el templo empezó a recuperar su color dejando atrás aquel gris mortecino y iluminándose con el dorado del sol que se colaba a través de los ventanales. Ventanales, tanto los del techo abovedado como los del amplio ventanal tras el altar, que ahora lucían impolutos, brillantes y de una pieza, como si nunca hubieran estado rotos. Ya no estaban rodeados de polvo y las columnas y paredes ya no estaban cubiertas de pintadas y ya no olía a heces, ni a orín, sino a incienso, sándalo, a flor de champaca y a jazmín. Las bancadas estaban agrupadas a los lados del templo y lucían brillantes y cuidadas. Ya no había restos de hogueras en el suelo y las baldosas de mármol relucían con el brillo de Seyran que se colaba desde el techo iluminando de forma cálida el templo.

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Fue entonces cuando se fijaron en que en el centro del templo, en el suelo, donde antes se acumulaban escombros, desperdicios y restos de estatuas, ahora se hallaba un mosaico circular con un símbolo que Tarkhan reconocía como suyo sin haberlo sido nunca. El mismo símbolo que portaba colgando del cuyo la estatua que presidía el altar. Un símbolo circular que mostraba la fusión de un felino y de un dragón.

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25/04/2021, 06:19
Hombre lagarto chaman

El chamán de los hombres lagarto de acercó a Tarkhan y le miró de arriba abajo centrándose en su rostro. Su expresión, a priori seria, se tornó en una mueca divertida la cual pretendía imitar una sonrisa, aunque no lo conseguía con demasiado éxito, pues por todos es sabido que las expresiones faciales no son el fuerte de los reptilianos. Fuera como fuera, el chamán señaló el símbolo que lucía en el mosaico del suelo, luego señaló la estatua y luego a Tarkhan.

Iakhesis. - Dijo entonces. Volviendo a señalar al anzano. - Iakhesis, Dios de la Magia. Gato sonriente.

Acto seguido los reptilianos se colocaron alrededor de Tarkhan realizando una reverencia y todos repitieron al unísono aquel extraño nombre, "Iakhesis". Un nombre que aunque Tarkhan no lo había escuchado en toda su vida, le era del todo familiar.

Fue entonces cuando las estatuas distribuidas por toda la estancia, recuperaron su esplendor perdido. Las cuatro estatuas situadas en los altares de la derecha de la sala representaban unos rostros bien conocidos para muchos de los allí presentes. Xhu Lei Hanzo, Valyëvan, Aenifer y Álex se vieron reflejados en dichas estatuas. En la izquierda Yoon-Shun, Draxler, Feyrya y Belbara se veían reflejados en ellas. Tras el altar, la enorme estatua no era otra cosa que una representación del propio Tarkhan.

Notas de juego

Os dejo un post para que podáis reaccionar a lo que ha pasado hasta ahora y luego os meto una explicación final y poco más!

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25/04/2021, 09:17
Valyëvan

Estaba equivocada, porque aquello aún no había terminado. Sorprendida al oír hablar a uno de los hombres lagarto, me volví hacia él con la mano en la empuñadura, una acción refleja que tras unos segundos, pasó a ser innecesaria.

Iakhesis...

Así que todo aquello era un templo. Vaya con el maldito templo, que era un laberinto desesperante y en el cual habíamos estado a punto de morir mil veces.

No dije nada, pero al observar cómo se acercaban a Tarkhan y reaccionaban, entendí que se habían dado cuenta de algo.

-Tarkhan, está claro que se acaban de fijar en ti por primera vez y hay algo que les ha confundido.

Dicho y hecho, al arrodillarse quedó claro que nuestro compañero era visto por aquellos seres como alguien a venerar. Era un mago poderoso, pero ¿qué tendría que ver con aquellos lagartos que se proclamaban seguidores de aquel Iakhesis?

-¿Entiendes algo? -le pregunté en voz baja a Aenifer, mientras reanudábamos la marcha, esta vez, siguiendo a los hombres lagarto. Aquello era demasiado misterioso y lo misterioso, a menudo, era peligroso.

Finalmente, llegamos a una gran sala, hermosa, pero envejecida, con los restos de otros tiempos que sin duda, habían sido no solo mejores, sino inigualables. Si alguna vez aquel laberinto había sido, en verdad, un templo, aquella sala lo habría representado completamente, y si en verdad había algún tesoro debía ser ese lugar, aunque ahora estuviese apagado y silencioso.

Pero cuando llegamos al final, o el principio, de la sala, y vimos la estatua que había al fondo, empezamos a entender un poco mejor todo. A pesar de no tener cabeza, su aspecto recordaba mucho al de Tarkham. Lo que siguió, pareció formar parte de una broma del destino. La figurilla en manos de Xhu Lei, su último esfuerzo para darle forma a todo, y sobre todo, el renacer de aquel lugar que en un abrir y cerrar de ojos, debido a la magia, recobró el que debía ser su aspecto general.

-¡Increíble! -exclamé, sin poder dejar de mirarlo todo como si fuera la primera vez que lo veía. Pero más increíble fue como todos dejaban meridianamente claro que Tarkhan, era Iakhesis, o la reencarnación de Iakhesis, y que las estatuas que nos rodeaban eran representaciones de cada uno de nosotros, con la que se encontraba al fondo, totalmente reestablecida... e igual al propio Tarkhan.

Era como si aquella sala nos hubiera estado esperando y al entrar, le hubiéramos devuelto la vida, reconociéndonos a todos como parte de su vida y su historia, porque a partir de ese momento, quienes llegasen a ella, nos contemplarían a todos como si siempre hubiésemos estado allí.

-De repente... tengo la sensación de haber viajado con un Dios -comenté, mirando a Tarkhan.

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26/04/2021, 19:07
Belbara

Aquella brisa mágica que dejó transformada la estancia, devolviéndole todo el esplendor que había perdido, dejó a Belbara perpleja. Admirada por todo lo que les rodeaba observó las columans, inspiró llenando sus fosas nasales de aquel agradable y embriagador olor y no pudo contener una sonrisa cuando la luz de Seyran les iluminó regalándoles su luz y calidez. Solo los enanos eran capaces de trabajar así la roca, de convertir el interior de una montaña en un hogar.  Observó achinando los ojos la estatua del colgante, aquella que querían mostrar los hombres lagarto al gato sonriente. 

-Que me aspen...- murmuró cuando los reptilianos se inclinaron hacia Tarkhan y vio como la estatua se parecía mucho al mago. -...esto es más raro que...- pero ahora se recompusieron el resto de estatuas y Belbara se vio a ella misma representada en una de ellas, el resto del grupo eran las otras. Dio varios pasos atrás y casi cayó de culo -¿Qué brujería es esta?- porque una cosa era que Tarkhan se pareciese a un dios, incluso que lo fuese. ¿Pero qué pintaban allí todos ellos? ¿Acaso habían saltado al futuro? ¿Cómo era posible que supiesen que todo aquello ocurriría y quiénes compondrían el grupo?

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26/04/2021, 20:00
Alex Ryder

Alex regresó de intentar alcanzar al fugitivo frustrado por no haber podido vengar en él las salvajadas sufridas por él y sus compañeros a manos de sus congéneres, especialmente la violación de Aenifer. Apenas llegó, y tras asegurarse de que todo estaba calmado con los hombres lagarto, se acercó a Aenifer y acarició su cabello desde las alturas, dedicándole una sonrisa y un guiño cuando lo miró.

No tenía idea de cuanto tiempo le quedaba como gigante, y si bien quería abrazar a su chica y darle un beso se sentía incómodo para ello con la diferencia de tamaño. Sabía que podía revertir el efecto cuando quisiera con una sencilla orden al cinturón, pero la presencia de potenciales enemigos hacía necesario que siguiera pareciendo amenazador.

A medida que el tiempo fue pasando y los sanadores comenzaron a sanar las heridas de los presentes, y sobre todo cuando se hizo evidente que los hombres lagarto no eran una amenaza, Alex fué relajándose, y para cuando entraron a la sala había retornado a su tamaño y pasaba un brazo por la cintura de Aenifer.

- Parece que ha pasado lo peor hermosa, ahora tenemos que ver donde está el tesoro y largarnos de aquí con algunas joyas en los bolsillos, esa casita en el linde del bosque no se va a construir sola. - claro que Alex no estaba preparado para lo que seguiría, sería justo decir que nadie, salvo el lagarto, lo estaba, y cuando vió su rostro en una de las estatuas sólo pudo decir - Joder...

Miró a Aenifer, a la estatua de su chica, luego a la suya y nuevamente a la joven - Mierda, ahora siento que saquear este lugar no sería justo, sería robarnos a nosotros mismos. - miró entonces la estatua del gato sonriente - Y aquí Tarkhan es más grandote y nos puede aplastar - rió y se giró para encararse al anzano.

- ¿Un Dios? ¿En serio? y eso en que nos convierte a nosotros - dijo señalando las estatuas.