Partida Rol por web

Draxler entró en un intercambio de mandobles con el trasgo que tenía en frente pero el muy advenedizo se defendía bien. Ya sabía el enano que el miedo daba alas a algunos pielesverdes. El guerrero logró conectar un tajo rápido en el hombro de su enemigo, que tenía una bonita colección de heridas potencialmente mortales y aún seguía en pie. Eso no hizo más que frustrar al gruñón enano, que la emprendió a injurias para socavar la poca honra que le quedaba a su oponente.

-¡CUANDO ACABE CONTIGO NO TE VA A RECONOCER NI TU MADRE!-.

Un momento... 

¿Estaba sintiendo remordimientos por dejar a una madre sin su feo hijo...?

...

Eeeeh... No.

- ¡Dejame sitio Tarkhan! - Le pidió el monje desfigurado. - ¡Curaré a vuestro amigo!

Yoon se frotó  la barbilla mientras pensaba, pero no se le ocurría nada mejor. No sabían qué problemas podía haber más adelante y los enemigos estaban a punto de caer. De modo que sacó la varita y le dio un topetazo a Álex con ella. Una chispa pobre y casi desganada brotó de la punta. Yoon empezó a darle golpes a la vara de madera.

-Debe estar pocha -murmuró.

—¡Voy!

Tarkhan canalizó la magia de sus guantes y envió una andanada de proyectiles arcanos contra el varag. Los cuatro dardos mágicos se clavaron con violencia en el cuerpo del trasgoide y cayó al suelo fulminado.

—Todo tuyo, Xhu Lei.

Tarkhan usa una carga de sus guantes de la noche estrellada para cambiar uno de sus conjuros de embaucador por proyectil mágico. Se los tira todos al varag. Dice el DM que palma.

Después, paso de 5' a la derecha para dejar pasar a Xhu Lei.

- ¡Bien! - Le respondió Xhu Lei a Tarkhan adelantándose. 

En ese momento tocó la espalda de Álex y rezando a la Luz Radiante, ésta le concedió poderes para cerrar las heridas del maltrecho explorador. Enseguida las heridas del joven vovit empezaron a sanar, aunque todavía le quedaba mucho para encontrase totalmente recuperado.

Entonces el shuriken mágico trató de herir al enorme y feo ogro que tenía delante, pero no lo logró. La gruesa piel de aquel gigantón, evitó que el shuriken espiritual le hiciera un solo rasguño.

- ¡Aaaaargh! - Gritó de desesperación al ver que su conjuro no había devuelto la vista a sus esbirros. 

Se detuvo unos instantes pensando que podía hacer y finalmente salió corriendo perdiéndose al otro lado del enorme portón.

El último de los varag, aunque cegado, atacó con su cimitarra hacia adelante, donde recordaba que estaba Aenifer y dónde ya le había herido anteriormente. La suerte quiso que diera en el blanco, aunque tan solo fue de refilón. Un pequeño corte en la mejilla dibujó una fina línea carmesí en su rostro.

El pequeño trasgo, único de los enemigos que quedaban en la sala miró a su alrededor. Estaba rodeado por adversarios temibles y su única vía de escape estaba cubierta por una densa telaraña. Sin pensarlo mucho más atacó y al ver que no podía herir al enorme enano dio un pequeño paso atrás y dejó caer si arma. Se puso de rodillas y colocó las mando en la nuca. 

- ¡No matar! ¡No matar! - Imploró.

Me habia distraido buscando a Alex hasta que senti el corte en mi mejilla. No podia creer que aquel ser ciego y atrapado como estaba aun podia atacarme, o tenia ganas de ello. Se hubiese sido un humano podria pensar en respetarlo, pero era una alimaña y solo podia hacer una cosa con el. Matarla. 

- Porque no te mueres!!!!!

Volvi a clavar mi estoque una vez mas contra su cuerpo buscando acabar el combate y cuando senti que penetraba su piel le daba vueltas para hacer el mayor daño posible y sentirme muy feliz por ello, si gritaba seria el extasis.

Alex se pasó la mano por la cara para quitarse la sangre del rostro, ignorando el dolor que sintió al apretar sus heridas, y ante una nueva orden sus brazos volvieron a crecer para alcanzar al Ogro que se negaba a caer. Esta vez sus armas dieron en el blanco al menos dos veces, pero el daño nuevamente fué mínimo, sólo restaba esperar que fuera suficiente para derribarlo.

Belbara había logrado impactar en el ogro, pero seguía en pie y la enana rio mientras alzaba de nuevo su hacha.

-¡En nombre de Brook, que tu sangre riegue la tierra de Gea!-  gritó mientras el filo descendía con fiereza para herir de nuevo al ogro y, si todo salía como ella esperaba, cayese al suelo como un saco de huesos, carne y piel. 

Por otro lado el arma espiritual que había invocado salía en ayuda de Aenifer, pues su oponente estaba pasando a ser un grano en el culo a opinión de Belbara, y la semielfa no parecía terminar de poder con él fácilmente.

El único ogro que se mantenía en pie, atacó a la desesperada tratando de conectar alguno de sus golpes sobre su objetivo, pero si no era ya suficientemente difícil hacerlo viendo a que estaba golpeando, totalmente ciego como estaba, le fue del todo imposible. Llegaba el momento de finiquitar el combate y Draxler podía empezar a hacerlo acabando con la miserable existencia de alguno de aquellos detestables seres.

Draxler señaló al trasgo que se rendía con su rollizo índice metalizado.

-ERES MÁS FEO QUE UN AGUACATE... SI TE MUEVES DE ESA BALDOSA, PEQUEÑA ESCORIA, TE DESPEJO LA COCOTERA MÁS DE LO QUE YA LA TIENES... "CARVO"-, le advirtió mostrando el filo de Frustración, ya bañado en sangre y trocitos de hueso. Una amenaza capilar de lo más clásica, por otra parte.

El enano encaró entonces al ogro cegato. Bajo su frondosa barba se dibujó una sonrisa peligrosa. Se avecinaba tormenta de acero.

-HORA DE SALDAR CUENTAS, MI OGROIDE "AMIGO"...-.

De amigos nada de nada. Menudo leñazo le arreó Draxler al gigantesco ogro sin prolegómenos de ningún tipo... ¡Aquello parecía un duelo de titanes! ¡Hasta polillas estelares brotaban por doquier a cada mandoble! Recuérdese que Drax no era muy ducho en magia y a él todo eso de las armas mágicas y los sortilegios de salón le parecían efectos especiales y poco más.

-¡¡¡ESTE ES MÍO!!! ¡¡¡AVANZAD!!! ¡¡¡AVANZAAAAAAAAD!!!-, bramó sin dejar de descargar hachazos sobre su adversario. Como buen irreductible que era, había aislado la derrota en su cabeza hasta solo concebir la victoria como única posibilidad. No obstante, no olvidaba que más adelante estaba su thogain y el trasgo que se le había escapado podía reclamar refuerzos. No iba a permitirlo.

Tarkhan se detuvo, esperando el mejor momento para actuar.

Tarkhan retrasará iniciativa hasta después de Aenifer.

Yoon golpeó la varita para hacerla funcionar y volvió a pinchar a Alex con la punta para restaurar sus heridas.

El arma espiritual de Xhu Lei trató de incrustarse en la frente de aquel ogro, sin embargo falló y finalmente desapareció. El monje repitió la operación y de nuevo impuso sus manos sobre Alex curando alguna de sus peores heridas.

- ¿Estás mejor, joven? - Le preguntó.

El varag lanzó un ataque desesperado en la dirección dónde recordaba que se encontraba Aenifer, pero falló. Empezó a gritar aterrado, pues sabía que era su final. No me serviría de mucho, aunque trataría de morir matando.

Mientras eso sucedía, el trasgo, ya rendido permaneció inmóvil y tembloroso. De hecho, al ver que las cosas no le iban nada bien al ogro y al varag, si pantalón empezó a oscurecerse desde la entrepierna hacia abajo... Se estaba meando de puro pavor.

Estaba cansada. 

Parecia interminable la vida de aquel ser, pero estaba ciego y su existencia se hacia patetica al tratar de golpearme. 

... muereeee.....

Volvi a penetrar su piel para lo que parecia seria su ultimo aliento.

La hoja entro por su piel una vez mas y pero ahora sus ojos aunque ciegos mostraban verdadero dolor, una agonia que demostraba que era el fin de su miseria y lamente no poder alargar su sufrimiento. 

Matar a aquel salvaje me resulto tan satisfactorio como vigorizante y atenta me quede observando como la vida se apagaba de sus ojos aunque luchaba por mantener su aliento dentro de su cuerpo. 

- Esta perra fue la que te mato... maldito......

El Varag trato de hablar pero disfrute al darme cuenta que se ahogaba en su propia en sangre y solo se mantuvo en pie hasta que saque mi estoque y su cuerpo cayo inerte.

Aun quedaban enemigos vivos, no habia razon para hacerles esperar. Respire profundo y busque mi proximo objetivo.