Partida Rol por web

D&D 3.5: Expedición a Bajomontaña

001- La aventura comienza

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04/03/2009, 06:20
[Ag-Yp] Durnan

La posada de El Portal Abierto está construida con piedra gris, tiene un tejado de pizarra y tiene plantas superiores para habitaciones. Como el resto de los negocios vecinos, la posada se anuncia al mundo con una cartel colgado en la puerta. Éste simplemente reza “El Portal Abierto”. Las palabras están fuertemente talladas en un tablero de madera que se sujeta por dos vueltas de cadena a una barra metálica pintada de negro en lo alto de la puerta.

Durnan, un humano, construyó la posada encima de los cimientos de la otrora desaparecida torre de Halaster Capanegra. Dentro, el lugar está desordenado y oscuro, pero da la sensación de ser cómodo y no sucio y descuidado. Tablas desgastadas cubren el suelo. Paneles de madera adornan los muros, con un raíl destinado a sujetar las jarras no vacías. Diversos tapices de azul intenso están colgados a lo largo de los paneles en los muros. Los clientes que llegan de la calle se topan directamente con la sala común, que se usa mayormente para cenar y beber. El Pozo Seco que conduce al primer nivel de Bajomontaña domina la estancia.

Algunas de las mesas de la habitación principal no se pueden mover: están construídas alrededor de pilares de madera que soportan el techo. Todos los muebles están hechos de pesada y sólida madera. La luz proviene por velas-móviles (candelabros cuya base es un vagón horizontal con ruedas que están colgados del techo por cadenas y repletos de espesas velas).

Hay tres plantas con habitaciones para clientes, comunicadas con escaleras situadas en un aparte en la sala común.

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07/03/2009, 01:10
[Ag-Yp] Durnan

Hoy la posada estaba tremendamente animada. Ya de por sí era normal encontrar allí a grupos de aventureros, algunos de los cuales se preparaban para embarcarse en la que posiblemente fuera la última expedición de sus vidas, pero tras el revuelo del día anterior ni siquiera había sitios libres para sentarse.

Como toda posada, el Portal Abierto tenía sus clientes habituales y fieles, pero hoy había que sumarle también las docenas de curiosos que querían ver a la gente descendiendo por el Pozo Seco hacia Bajomontaña. Ciertamente ésto no era algo anormal, pero la mayor afluencia de aventureros hoy sumados a los rumores producto de las visiones del día anterior hicieron que aquel día se vaciaran decenas de barriles y los almacenes de Durnan quedasen como si un ejército entero hubiese pasado por allí.

El Pozo SecoAquella ajetreada mañana, como muchas otras, varias atractivas camareras se afanaban en mantener a raya la sed y el hambre de la clientela mientras que Durnan, que normalmente estaría ayudándoles se dedicaba a accionar el mecanismo que subía y bajaba el ascensor hacia el primer nivel de Bajomontaña, también conocido como la Mazmorra. La cuerda de 200' que lo sostiene es tan gruesa como el brazo de un hombre y es capaz de soportar el peso de diez hombres con armadura y bien cargados. Acaba en un gancho metálico que sujeta una amplia plancha de madera.

Durante el día ya habían sido varios los pequeños grupos de preparados luchadores que habían pagado la correspondiente moneda de oro por utilizar el ascensor, e incluso algunos comentan que cierto sabio decidió descender él sólo. La opinión general da por hecho que no se volverá a saber de él. Pero todos, incluyendo éste sabio, están siendo apuntados por un afanoso clérigo de Tymora que lleva las notas de quién baja y quién asciende.

Pese a que han sido muchos los que se han ido ya, el trabajo de los mecenas es constante. Éstos personajes de grandes músculos (aunque no tanto como las bolsas de sus cintos) miran, tantean e incluso apuestan con los dispuestos a entrar a Bajomontaña pues, pese a que hoy la gran mayoría está interesado en resolver el misterio relativo a las visiones, también los hay que simplemente quieren ganarse unas buenas monedas realizando pequeñas misiones de investigación o incluso posibles rescates.

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07/03/2009, 02:07
Director

Pero pese al continuo trasiego de gente, muchos habían fijado su atención en varios personajes que a todas luces no eran simples lugareños, pues no vestían como tales y portaban armas, ni tampoco avezados aventureros, pues no mostraban la seguridad que les es propia a los más expertos. No, eran principiantes. Ninguno de ellos tenía claro si el descenso a Bajomontaña era lo que respondía a sus propositos, pero tenían bastante claro que debían hacerlo por una u otra razón.

Por una parte estaba el guerrero. Aunque mostraba seguridad en sí mismo y estar preparado para el descenso era más que obvio que no se le pasaba por la cabeza el hacerlo solo, y ése era su principal problema: la mayor parte de los que decidían explorar Bajomontaña no estaba dispuesto a contratar a un espada de poca experiencia, y menos aún si tampoco había estado nunca ahí abajo.

Junto a él estaba el orco. El porqué se había dejado pasar a la ciudad a un orco era algo difícil de saber, pero puesto que no mostraba un comportamiento violento nadie en la posada dijo nada. Mas que no se dijera nada no era lo mismo que no se pensaba y a excepción del guerrero, nadie se había sentado cerca de él. No parecía muy espabilado, con la mirada fija en el mecanismo que accionaba el ascensor y observando, en ocasiones con la mirada perdida, el cómo los más valientes descendían hacia las profundidades de la mazmorra. Seguramente trataba de aprender qué tenía que hacer para seguirles.

Pese a que el olor corporal del orco era prácticamente inexistente, una delgada y un tanto atractiva elfa gris se había ubicado en la esquina opuesta de la sala común y miraba con indignación a Durnan al no entender cómo podía permitir el que un fétido orco se hayase en la misma sala que ella. Pero perdía toda la seriedad cuando agachaba la cabeza para hablar con un ratón albino que llevaba en el bolso.

Cerca de la elfa se hallaba un miembro de su misma raza que en un principio todos tomaron por su acompañante pero que, viéndose que mientras él vestía conunas ropas desgastadas bajo el camisote de mallas aquella portaba lujosas ropas con múltiples adornos y que además ésta lo miraba con arrogancia por su clase inferior quedó claro que no tenían nada que ver.

Y si había alguien que llamaba la atención, ése era el clérigo de Lazhánder. Por su corta edad no podía ser más que un novicio, pero en su rostro se mostraba una decisión y firmeza propias de alguien de experiencia. Iba cargado con una armadura pesada con el símbolo del señor del Sol en el pecho que, por otra parte, al taparle casi por completo ocultaba lo cansino que le resultaba moverse con ella.
 

Sin embargo, en lo que pocos se habían fijado era en el hombre de pelo canoso y bigote señorial que había fijado su atención en cada uno de ellos. Sabía que el juntarlos no iba a resultar nada fácil, pero que de ser poseían un potencial suficiente como para traerle grandes beneficios.

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07/03/2009, 08:24
Antherion

Por alguna extraña razón la frente del elfo estaba cubierta por finas perlas de sudor, algo le decía que allí debajo se encontraba el objeto de sus anhelos, durante algunos segundos se pregunto si su familia podría estar allí debajo, pero ante lo absurdo de tales conjeturas no le quedo mas que resignarse a que toda aquella súbita necesidad de descender se debía a motivos mucho mas mundanos, después de todo el elfo había sufrido fuertes privaciones y jamas había tenido la oportunidad de estar en un lugar como aquella famosa mazmorra. Miles y miles de tesoros y cientos de cadáveres, eso es lo que se dice de este lugar... Luego de un instante recompone... Al menos espero que no se trate de miles y miles de cadáveres y cientos de tesoros... En su rostro se dibuja una mueca de repulsión ante el ultimo pensamiento.

La sala estaba atestada de gente, sin embargo el individuo que mas llamaba su atención era una elfa cercana de gran belleza, belleza rival únicamente de su evidente altanería. Ojala tuviera algunas miles de monedas para pagar sus servicios jeje...

La variedad de razas atendidas en la posada no podía sino sorprender al pícaro, después de todo en Eternion estaba acostumbrado a ver elfos y mas elfos por todas partes, los extraños eran eso, extraños y muy contados.

Ojala tuviera con quien bajar a ese lugar...

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07/03/2009, 11:43
Zhar

Zhar ya había llegado a una conclusión, había que darle una moneda al posadero, una de aquellas que tenía más valor para los demás que para él, una moneda de oro, que los humanos valoraban más que el cobre, al contrario que los dragones como él mismo que valoraba más el cobre por ser el color de su señor.

También notaba a su alrededor un pequeño vacío pero no le importó, era lógico que los asistentes se alejasen de un dragón.

Tras varias horas de observación, notó que en la mayoría de los casos, los aventureros no bajaban sólos, así que quizás sería una buena idea buscar a alguien listo y bueno para descender con él. Su maestro había insistido mucho en ambas cualidades, que buscase alguien listo y bueno. La fortuna le sonrió por casualidad, tras fijarse en un hombre ya entrado en años con el rostro cubierto por varias cicatrices, dos cuchillos a la cintura, manos de dedos largos y una mirada que Zhar encontró inteligente por la forma en que evaluaba a cada aventurero que entraba; su atención pasó después a una mujer de algo más de cuarenta años, grandes pechos que llevaba casi totalmente descubiertos -como también sus piernas-, fuerte maquillaje que pitaban de rojo pómulos y labios; y que tamibién repasaba visualmente a cada nuevo cliente del local. Cuando alguien observa así a la gente que no conoce, sin duda debía ser un clérigo tratando de examinar la moralidad de sus sumejantes -se dijo-.

Finalmente se había decidido a acercarse a la mujer de gran maquillaje, ropa de colores fuertes, y tetas grandes para solicitarle sus servicios como exploradora de la moralidad de sus vecinos, cuando por el rabillo del ojo vio a algo que le llamó la atención: un sol pintado sobre una armadura. Durante casi dos minutos se quedó paralizado en el medio de la taberna observando el símbolo, recordando algo que le había dicho su maestro, y al final se volvió a sentar, tratando de recordar si le había dicho que buscase aventureros con ese símbolo, o que los evitase; dudando entre si eran seguidores del dios bueno de Lazhander, el Señor de la Luz, el Señor del Alba, o creadores de muertos de la profundidad del inframundo.

Mientras se decidía a resolver el misterio, la sacerdotisa pareció encontrar un pecador quien inició allí mismo un ritual de purificación tocando a la clériga por toda su piel visible, tras lo cual ambos se fueron por la puerta; y el hombre de dedos largos desapareció rápidamente cuando un guardia de la ciudad entró un momento en la taberna a ver que todo estuviese en calma. Eso dejó a Zhar sin sus dos referentes morales al alcance, así que tendría que jugársela con el posible seguidor del Señor del Alba, tendría que preguntarle si era un seguidor de la luz o la oscuridad.

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08/03/2009, 13:29
Daaron Thucke

Daaron Thucke no estaba borracho, todavía. Llevaba ya un buen rato en la posada tratando de aclararse, con poco éxito, pero era un cambio muy importante en su vida. Siempre había tenido oportunidad de haberse iniciado como aventurero, pero jamás se había lanzado a ello, por diferentes motivos, ya sea por comodidad, desagrado a los cambios, pereza... bueno, todo era casi lo mismo. El caso es que al fin había tomado la determinación de buscar fortuna y ahora no sabía como empezar.

 

De cualquier manera eso no se notaría, al menos no al que no prestara una excesiva atención. Pasó un buen rato hablando con los presentes, preguntando a las personas que iban a bajar a la mazmorra, charlando con las mujeres: -Eh, hola joven. ¿Necesitas un hombre? ¿no?  Tú te lo pierdes.

 

Un par de jarras de vino después ya estaba totalmente decidido a bajar, tan sólo faltaba encontrar a alguien que le acompañara en la aventura, pues ir solo a las profundidades de bajomontaña tenía visos de ser un suicidio, y morir no era parte del plan.

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09/03/2009, 08:14
Mangred

Mangred al entrar en la posada se aturdió , después de 10 años de permanencia en el templo , de quietud de rígidos mandatos e inflexibles directrices , el bullicio de la taberna , la muestra descarada de falta de pudor y de mercadeo con las mas bajos instintos de los hombres le confundió unos momentos. Pero al fijar su mirada en el pozo , y comprobar que ese era el lugar donde iba a iniciar su andadura en los designios que Lazhánder había dispuesto para él le devolvió a su realidad . Buscar un grupo con el que bajar a cumplir con los designios de Lionel , demostrar su valía y hacerse merecedor del perdón del templo .

Bueno , y ahora como encuentro a los que me van a acompañar , penso el joven mientras recorria con su mirada el salón buscando acompañantes .

Su mirada se detuvo en el orco , como casi todos , tenia prejuicios contra los de su raza , ... si Lazhánder quiere acompañare a ese orco que parece fuerte , murmuro en voz apenas audible . Siguió su inspección y se detuvo en otro guerrero con aspecto fiero , pero inexperto , bien ese parece entrenado en las armas , será un magnifico defensor de mi investigación , pensó mientras buscaba mas elementos a los que unirse en su bajada .

La armadura comenzaba a molestarle ya que la falta de costumbre se hacia patente en él . Busco un sitio en el que sentarse y vió con amargura que solo cerca del orco se podia sentar , dado que la gente lo evitaba . Sopesando su incomodidad con la armadura con la de la presencia del orco decidió que lo mejor era sentarse .

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09/03/2009, 17:38
Amara Ritz

Oh-Dios-Mío.

Aquello era totalmente asqueroso y patibulario y hortera y feo. Mientras trataba de meterse en el ambiente (y fracasaba miserablemente, Amara pudo sentir cómo montones de lascivas miradas se posaban sobre ella (algo que, muy en el fondo y pese a que nunca lo reconocería, le encantaba). Pero una cosa era que la miraran con deseo, y otra muy distinta era meterse con ellos en aquel enorme y oscuro agujero. No estaba segura de qué debería hacer ahora...

Normalmente, ante una situación así, Amara solía tomarse varias hidromieles bien especiadas y esperaba que el alcohol decidiera por ella, pero su situación financiera no era todo lo boyante que ella desearía. Así pues, si no podía recurrir al consejo del alcohol, quizás su fiel Campanile podía serle de ayuda...

Con un amoroso gesto, sacó a su ratita albina de su bolso y la acarició suavemente.

-Qué te parece, Princesita? Hay alguien por aquí que se merezca estar en nuestra compañía?

No sería aquella la primera ocasión en que su ratita mostraba poseer más sabiduría que ella misma...

Notas de juego

Perdón, no vi esta escena. No entiendo por qué no me entero de las novedades de esta partida...

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10/03/2009, 01:31
[Ag-Yp] Volkaran Haplo

- ¡Eh, tú, tú, tú, tú y tú!- empieza uno de los mecenas señalando uno a uno a cada uno de los inexpertos aventureros. Se trata de un humano de aspecto canoso, con bigote señorial y mirada inteligente. Aunque con unos modales que dejan que desear, se planta en uno de los laterales de la taberna indicando que espera que se acerquen a él-. Sí, tú también jovencita- repite al ver cómo Amara trataba de mirar hacia otro lado, como si el asunto no fuese con ella.

- ¿Es que os pensáis pasar la mañana bebiendo, mirando a otros bajar o tratando de uniros a aventureros con experiencia?- preguntó levantando cada vez más la voz, hasta el punto en que empezaba a llamar la atención en la taberna-. Pues ni lo primero ni lo segundo os hará bien alguno, y jamás conseguiréis lo tercero. Juntos formarías un equipo al menos competente y vuestras posibilidades de sobrevivir ahí abajo se multiplicarían. Tal vez cuando salgáis y estéis dispuestos tenga algún encargo para vosotros. Por cierto, mi nombre es Volkaran y soy vuestro patrón.

Así, de manera contundente, se presentaba aquel anciano ex-aventurero especializado en reclutar aventureros noveles que le fueran fieles a lo largo de sus carreras. Será difícil conseguir que estos se junten, sobretodo la elfa con el orco; pero ambos tienen un potencial muy grande.
- ¿Qué decís? ¿Estáis listos para descender?- su discurso apenas permitía decir nada, con lo que la sensación de atropello se veía aumentada. Por si fuera poco, ahora echaba mano a la bolsa y la movía de una mano a la otra. Las monedas tintineaban en su interior-. ¿Cómo habéis dicho que os llamabais?

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10/03/2009, 05:07
Antherion

Antherion observa sorprendido como el extraño le señala, le da una serie de ordenes e incluso tiene la seguridad de que unas cuantas monedas de oro le comprarán un sirviente... Que diablos tiene razón, quiero bajar...

El elfo se levanta de su asiento y se acerca a su posible "patrón", Claro, pero que es lo que quiere de nosotros, no creo que nos pague solo por bajar y ya, querrá un porcentaje me supongo, ¿No es cierto?.. El elfo había tratado con muchos "hombres de negocios" y sabia que siempre había un motivo, oculto, pero simple, dinero...

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10/03/2009, 08:09
Mangred

El joven Mangred se sorprende al verse interpelado y señalado por el extraño , pero en ello el joven vuelve a ver la mano de Lazhánder ... si sin duda Lazhánder me bendice ya que por medio de ese extraño me reune con los que me van a acompañar a realizar mi misión .Piensa el joven mientras se levanta cansinamente de su silla y se acerca hacia donde se encuentra el hombre .

Mi nombre es Mangred y como puede ver soy un sirviente de Lazhánder , al que su Dios le ha encargado la sagrada misión de descubrir que ocurre bajo nuestros pies . Dice el joven mientras se sienta esperando a ver que contesta el experto aventurero .

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10/03/2009, 09:41
Amara Ritz

Amara miró a uno y al otro lado: sin duda, la llamaban a ella. Su corazón se aceleró y, durante un momento, estuvo tentada de salir de allí por piernas y buscar refugio en el cálido abrazo de su padre. Después de todo, nadie la obligaba a someterse a una muerte cuasisegura, ¿verdad?

Como si de una señal de advertencia se tratara, una dolorosa descarga eléctrica sacudió su cerebro, y la imagen del viejo barbasblancas la asaltó de nuevo. Parecía que si no quería sufrir aquellas jaquecas toda su vida, no tendría más remedio que juntarse con aquellas otras... "cosas", a falta de encontrar una palabra mejor.

Bajando los hombros, Amara avanzó hasta llegar al resto del grupo.

Mi nombre es Amara Ritz, hija de Zanthor Ritz. Los Ritz somos una familia con muchos posibles, y si lográis que no me pase nada, mi padre os recompensará generosamente. Pero si me ocurre algo, mi padre os perseguirá para siempre jamás.

Empieza mintiendo: esta es la primera norma de la supervivencia.

Estoy aquí porque un viejo chivo me atormenta en sueños y me empuja hacia este agujero. Bajemos, hagamos lo que debamos hacer y subamos tan rápidamente como sea posible.

Y que este ser deforme no se me acerque o le frío el cerebro, si es que tiene.

Concluyó señalando al orco del grupo con una mueca en la que se mezclaban asco y desprecio a partes iguales.

Hm, creo que mis amenazas habrán funcionado...

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10/03/2009, 20:45
Zhar

- No me gustas -dijo Zhar a la elfa- y yo soy un dragón, no una cosa deforme -aclaró.

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10/03/2009, 21:05
Daaron Thucke

Daaron se acercó cuando le llamaron, más por curiosidad que por acatar la orden, luego escuchó la perorata del anciano bigotudo, sin hacer amago de cortar la conversación, hasta que sus supuestos compañeros comenzaron con sus diatribas.

-Uhm... pues vaya grupo has escogido, anciano. Una elfa de la casa de nosequé con delirios de grandeza y pocas ganas de mancharse las manos, a la que un chivo le habla en sueños y le dice que baje a la mazmorra. Toda una promesa de riquezas, sin duda, sobre todo cuando quiere bajar y subir, qué entusiasmo.

Señaló a la elfa, sin perder la oportunidad de echar un lento e indecoroso vistazo a todo su cuerpo. Luego, continúo hacia el clérigo, pero sin detenerse en sus curvas, que no era de esos.

 

-Y el clérigo... otro que quiere riquezas y aventuras, míralo. Sagrada misión, ¿hay algo más sagrado que enriquecerse, criatura? El elfo todavía no ha hablado, pero es capaz de decir que su misión es que los habitantes de bajomontaña le rindan pleitesía o algo parecido, y el orco... bueno, es el único que me cae bien de primeras.

 

Tras sus palabras en idioma común, dijo dos más en un idioma extraño, que quien supiese, lo catalogaría como orco:

- Hola dragón, bonita capucha.

Luego Daaron volvió a usar el común para dirigirse al anciano:

-Vaya que en mi opinión un grupo tal tiene las mismas posibilidades de enriquecerse, y por extensión de enriquecerte a ti, que una gallina de sobrevivir en las calles de mi barrio los días de fiesta. Cero.

Con una sonrisa de auténtico cretino, Daaron se apoyó sobre una de las paredes a dar un largo trago a su jarra de vino. La verdad es que era difícil saber si el hombre había hablado con cierta inteligencia, o con absoluta necedad. Así era él: un necio inteligente, o al revés.

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10/03/2009, 23:43
Antherion

Antes de que el extraño patrón se dignase contestar a ninguno de los aventureros, estos ya se habían enfrascado en el primer duelo de declaraciones y descalificaciones...
- Pues si, vaya grupo, al menos es bueno saber que aquí hay quien se toma su tiempo en aprender cosas útiles, como orco...- Dice en el mismo lenguaje que Daaron.

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10/03/2009, 23:48
Zhar

Zhar miró al curioso guerrero de una forma peculiar, aunque era difícil saber si se trataba de sorpresa, curiosidad, sospecha, estupidez o miopía.

- Si que soy un dragón -insistió al fin, y para ello dijo la frase en dracónico.

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11/03/2009, 00:21
Antherion

-Vaya, entonces quizá yo también soy un dragón- Dice el elfo en el extraño lenguaje usado por el orco... Aun que pensándolo bien, de ser así todos los magos también serían dragones... Dice ahora en común, jugueteando y divirtiéndose a costa del orco...

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11/03/2009, 00:30
[Ag-Yp] Volkaran Haplo

- Eh, eh, eh, eh, ¡EHHHH!- interrumpió Volkaran la discusión que se estaba llevando a cabo paralelamente en un idioma completamente desconocido para él. No sé de qué estaréis discutiendo tú y el orco- dijo hacia Antherion-, pero antes de discutirle si es o no un dragón deberías preocuparte más por ver más allá de las apariencias. Si queréis discutirle, adelante, pero a juzgar por las runas de su capa tal vez quedéis como bobalicones antes o después.

- En realidad ahora mismo no quiero nada de vosotros, únicamente pretendo daros el empujón que parecéis necesitar para daros cuenta de que os cumplimentáis bien. Este joven- ahora había aferrado del hombro a Mangred y, pese a la cota de bandas el clérigo notaba la presión ejercida por una mano hecha a empuñar la espada- muestra más decisión y firmeza que todos vosotros, juntos. Además le acompaña la bendición de Lazhander, lo cual siempre es algo de agradecer. Y "el elfo" posiblemente podría soplarte tras la oreja y no sabrías por donde ha llegado. Si queréis avanzar por ahí abajo necesitaréis alguien ligero que inspeccione los alrededores y vea sin ser visto.

Entonces, cuando todos esperaban que rebatiera los comentarios hechos sobre Amara, el mecenas titubeó: Amara de todos los Ritz de los elfos que viven en lo alto de la montaña... ¿tú ves a otro mago por aquí dispuesto a acompañaros?- preguntó a Daaron- ¿ves a otro que sea capaz de utilizar la magia durante el combate? Pues yo tampoco. Y créeme, por alguna extraña razón uno siempre necesita a un mago cuando no tiene uno a mano.