Partida Rol por web

A Kiabi le duró poco la sonrisa, no por nada, sino porque se quedó tan bloqueada que acertó a seguir parpadeando y respirando, poco más, mientras le hablaba Ligeia. Era la primera vez en su vida que alguien hablaba tan tranquila y directamente sobre su aspecto físico. Le había faltado poco para olvidar que, efectivamente, era una mujer y por lo visto agradable a la vista, según la joven.

Por culpa del descoloque su cara se fue poniendo en varias tonalidades de rojo hasta que volvió al tono original, momento en el que se encogió de hombros y sonrió de nuevo -Anda que quién fue a hablar.... si eres preciosa Ligeia.

Toma ya, ni un día en libertad y ya hacía bromas, y cumplidos y se encontraba hasta relajada para decir lo que pensaba, porque vamos, había que estar ciego para no ver la belleza de la chica..... que no la delicadeza, que de eso ya había comprobado que no.

Abrió los ojos como platos a lo siguiente que dijo, vamos que hasta tosió, la saliva se había escapado por donde no era, totalmente flipada con el comentario. No solo había olvidado su género, también sus necesidades físicas, sexuales y de cualquier otro tipo, pero vaya tela la manera de la chica de estampárselas en la cara y de paso recordárselas. Iba a contestar cualquier tontería sobre el pájaro, para escurrir el bulto y salir pitando cuando habló Pratt, de una manera que no le hizo especialmente gracia a Kiabi, la verdad.

Aglomeración de gente y contar cosas que podían descubrir que la habían liberado y que no era del grupo no era precisamente la manera de mantener el secreto de que, citando precisamente a Pratt, “no estaba invitada al refugio”. Lo miró mientras él miraba a Ligeia, detenidamente, y el rostró de la mujer no mostró absolutamente nada.

Yo no tengo ganas de ir al bar. -Negó con la cabeza y se dirigió a su compañera, sentía que era una aguafiestas y que su corazón tendía alrededor de sesenta años -si quieres te espero mientras te duchas, pero luego voy a volver a la reunión, a ver que han decidido -Miró medio segundo a Pratt y volvió a la joven -Por cierto, dentro hay un armario con ropa, una chavala me ha dicho que podemos coger lo que necesitemos. -Misterio de la ropa nueva y en buen estado desvelado.

La verdad es que le apetecía mogollón emborracharse, después de quince años como esclava y primera noche en libertad, se lo merecía con creces. Habría estado dispuesta a empeñar un ovario para comprar alcohol si fuese necesario.... pero quizá era un poco pronto para desinhibirse tanto de los peligros que sentía que la rodeaban.

Bueno.... creo que mejor sí que voy, a pillar una botella de algo fuerte.... ¿Tú que vas a hacer Ligeia?

O quizá sí que había esperanza para ella.

-Nos pilló una puta tormenta y a la vez unos insensatos carroñeros nos persiguieron. Conclusión: los gilipollas palmaron y recibimos una ducha de arena. Todavía la suelto cuando meo. - informó a Andriel.

Así que los suministros tardarían en llegar. Genial. Una puta mierda. No había demasiado a lo que aferrarse.

-Por mí vale. Tres camiones para la tetuda y uno para ti. Te lo tendrás que currar. Te cargas a los motorizados y las patrullas. Otro grupo, a por el convoy de camiones. Quedarán pocos en la madriguera, el tercero que convierta en un infierno las granjas. Como esclavistas, ok.

Terminó de limpiar y montar el fusil. En conjunto, la cosa estaba jodida. Se preguntó ai no hubiera sido más fácil probar de cargarse al cabrón del caníbal. Tal vez les iría mejor.

-Estamos en ello, tíos. Pero antes, insisto, hay que comprobar el terreno. La tormenta puede habernos ayudado.

Miró a la gente.

-Lo que pasa es que no veo que tengamos gente suficiente para todo esto. Igual tenemos que olvidarnos de las granjas y centrarnos solo en los camiones y la droga.

Viste su cara de sorpresa cuando mencionaste a Ray, sus ojos se fijaron rapidamente en ti, cambiando, casi como si fuera algun tipo de arma de esas chungas que detectaban el movimiento y hubiese clavado su objetivo sobre tu bonito y peludo culo. Mas tu rapida respuesta y tus manos levantadas, evitaron nada peor que un escupitajo en el suelo y una sonrisa que aunque amanecio de mala leche, llego al ocaso como si solo hubiera sido una broma entre amigos. - Tu... tu eres un cabronazo si. Esa lengua tuya un dia te metera en un buen lio... y no de faldas justamente. - Se rio ante su propia ocurrencia pero pudiste darte cuenta de que lo peor ya habia pasado.

Cuando dijiste lo dde descansar, el viejo casi se atraganta y acto seguido comenzo a reir levemente a tu costa. - Sois todos unos blandengues Shane... todos... - Siguio con las risas hasta que casi se ahoga por culpa de ellas. Tosio con fuerza un par de veces antes de levantar la voz, cuando tus pasos ya estaban sobre el umbral. - Recuerda venir a por tu sorpresa... te gustara ya lo veras.

Salistte fuera del bar, nada mas hacerlo un bicho enorme se giro y te miro con unos ojos que parecian mas intelignetes de lo que deberian. Un enorme aguial estaba psoada justo delante tuyo, sobre la barandilla, al mirarla a ella no pudiste evitar ver a quien habia tambien mas abajo. La chica de antes, la bollera medico con su novia de pelo azul y el chico que estaba con ella cuando te mando a paseo o algo similar. La medico aprecia haberse dado una ducha y por las voces que daban, sobretodo la peliazul, tenia pinta de que buscaban donde beber un trago.

Aun asi conseguiste captar algo sobre que tenian pensado volver a la reunion, parecia que podian tener algo ya en mente, a falta de los detalles con suerte.

- ¿Yo? – me echo a reír – sí… sobre todo mi sonrisa…

Miro hacia arriba, hacía mucho que no veía a Poe, me aseguro de que anda por ahí arriba y sonrío. El  chico habla aclarando las cosas. Luego miro a Elia, y lo miro a él, haciendo un gesto claro, no sé cuánto tiempo lleva Leia ahí dentro, pero lo primero que yo haría al salir, sería violar a Khan hasta que suplicara clemencia, y creedme, ese hombre no suplicaría en su puta vida.

- Yo voy a quitarme toda esta porquería de encima. Tranquila que nos enteraremos de lo que van a hacer, tal y como parlotea esa gente, seguro que nos cuenta el plan millones de veces.

Voy entrando en la ducha, mirando curiosa el lugar, quiero quitarme toda esta mierda de encima, ver lo que puedo salvar de la ropa, y luego echar un trago.

- Viendo las altas probabilidades de morir, yo creo que lo mejor sería echar unos cuantos polvos antes de salir, pero mira – miro al chico, Pratt, que prefiere hacer las cosas bien e invitar a la señorita Leia a beber antes – te ha tocado el tímido…

Doy por sentado que Leia me acompaña, si no es así, pues voy hablando sola como buena demente que soy, total, suelo hacerlo con poe, me da igual, hasta que no me dé cuenta de que Leia no me sigue, ahí iré yo, parloteando.

- Oye, Leia ¿Y qué hacías tú ahí metida entre tanto cuerpo escombro?

Asintió comprensiva cuando decidió limpiarse, normal, ella misma había agradecido quitarse los kilacos de mierda acumulada en años, que lo suyo no era de la incursión, sino de la perra vida que había llevado.

Sonrió cuando habló de sus compañeros y lo memorizó: Son de hablar mucho y veremos si hacen lo que deben en consecuencia. Si habían unas putas amas en aquel lugar, para ella eran Ligeia y Andrien por igual, pero la chispa que tenía la chica azulada la maravillaba algo más.

Será la primera en mi lista de curar, sea cual sea la circunstancia.

Como no podía ser de otra manera, esa genialidad y desparpajo que demostraba luchando y, que coño, viviendo y disfrutando de la vida, la demostró al hablar mezclando en la misma frase Pratt, tímido y echarle unos cuantos polvos. Fuera de juego. Otra vez.

Kiabi soltó una carcajada que hasta a ella misma la sorprendió, llegando a taparse la boca con fuerza con ambas manos, intentando contenerla -Por no ser exagerada y bueno, también por la parte chunga de que estaba acostumbrada a no reírse, ser invisible, silenciosa, y hasta reir la sorprendía- sin dejar de sonreir ampliamente mientras la miraba a los ojos, consideró mejor no mirar al otro invitado a la cita con varios finales felices que le había montado su amiga en un momento.

Cogió aire, a su espíritu le sentaba bien tener a alguien como ella cerca, y contestó tras estar acompañándola hasta la puerta -Ahora te cuento bien, nos vemos aquí pero voy mientras te duchas a pillar la botella, -sonrió mirándola mientras señalaba con la cabeza a Pratt -....Invita el tímido.

Obviamente se había atrevido a hacer una broma así porque lo conocía desde que tenía uso de razón. Un comentario de ese tipo, a un hombre que apenas conociese, no entraba ni remotamente dentro de sus planes, no le salía, pues de primeras siempre estaba super alerta e incómoda con ellos. El Coleccionista y sus secuaces habían hecho un buen trabajo traumatizándola.

Tiene toda la razón del mundo, así es como deberíamos vivir entre putada y putada.

Sin dejar de sonreír comenzó a alejarse de la joven, con su compi al lado.

El reclamo de Li al decirle a Leia que le ha tocado el timido, me hace abrir los ojos como platos. Negar levemente con la cabeza y como colofon, soltar unas breves carcajadas. - ¿Timido? No, ni mucho menos. Solo evaluo el nivel de amenaza. Sois mujeres de armas tomar y hay ciertas cosas que prefiero mantener pegadas a mi cuerpo... la mayor cantidad de tiempo posible. - La broma dentro de mis palabras no deberia pasarle desaparcibida a Leia. Al fin y al cabo, sabe bien como me las gastaba en mi epoca con las mujeres. Caballero y tranquilo hasta que era necesario soltar la correa, pero eso no es de la incumbencia de la peliazul y sin duda deberia sorprender a Leia por mi respuesta. Mas tambien es cierto que mis años en el Yermo han hecho su mella, no siempre puedes ser un caballero y muchas veces hay que aprender a jugar con las palabras. - Aunque es cierto que a veces... merece la pena perder alguna parte de tu cuerpo por ciertos momentos. - Joder, me consideraba un caballero, o lo mas cercano a eso que se podia ser en este mundo, pero no un maldito monje.

La chica peliazul se mete en la ducha, perdiendose se vista y Leia, como no, me encasqueta mas cosas si cabe. Una vez la Li esta fuera del alcance, la miro con una sonrisa mas picara, la que solia esconder para mis travesuras con ella. - ¿Asi que invito yo? - Me llevo la mano al menton. - No lo veo, la verdad. Eres tu la que ha venido, lo minimo dicen cuando visitas a un amigo es llevarle un regalo y no veo ninguno. - Miro a su alrededor por si pudiera tenerlo escondido, haciendo hincapie en el gesto como la broma que es.

Avanzamos unos metros hasta quedar frente a unas escaleras. En ese momento miro hacia arriba y veo a Shane, justo frente a la puerta del garito al que queria ir, junto al enome pajaro que llevaba la peliazul hace un rato. Le hago un gesto con la cabeza mientras le susurro a Leia. - Es un tipo duro, dicen que tiene la lengua demasiado larga pero os vendra bien alla donde vais. Desde que llego se ha hecho un pequeño hueco por aqui.

Kiabi observó divertida como Pratt defendía su honor ante Ligeia, es curioso las cosas con las que saltan los hombres, es digno de estudio, comentarios que no dejan que se queden en una simple broma sino que parece que se sienten en el deber de dar explicaciones, no vayan a dudar dos mujeres de su hombría ni por un momento y al joven le había pasado dos veces en poco rato. La verdad es que le provocó ternura, eran tan niños para según que cosas.... lo tenía claro, para algunas cosas las mujeres eran mucho más maduras.

Sonrió ampliamente a las bromas de su amigo mientras se alejaban de la joven, entre Ligeia y Pratt había perdido la cuenta de cuanto rato llevaba ya haciéndolo sin parar, una y otras sonrisas iban y venían, si hasta tenía como agujetas, de tantos años sin cambiar el rictus serio, amargado y alerta.

Te ofreciste a pagar, y es lo mínimo que me debes, no sé si te he perdonado que me abandonaras... -La mirada era de inconfundible amistosidad, ni le estaba echando nada en cara ni pensaba que la hubiese abandonado. O ese trauma infantil ya estaba superado, cualquiera sabe.

Además, -se encogió de hombros, acercándose a él con cara exageradamente lastimera – no tengo ni para un triste cuchillo con el que defenderme. -Era verdad, era triste, era una putada, pero no eran esos los derroteros que quería que llevará la conversación, aunque no era tan atrevida como para querer continuar los de Ligeia tampoco - ¿Tu colega Ronald se enrollará y nos dará algo de material? Sino voy a curar a esa panda bastante poco – Sonrió, mirando hacia donde le señalaba Pratt...

El gesto tornó a serio.

A mi me parece un capullo.

Esperé un rato con la esperanza de que empezaran a enrollarse o algo por el estilo, sería algo interesante, y es que después varios días aquí empezaba a ser monótono, pero parece que el otro tipo les cortaba el rollo y necesitaban algo de beber.

¿De qué iba aquel capullo saludándolo como si fueran colegas? Seguro que intentaba quedar de guay, haciendo como que conocía a, posiblemente, una de las tres personas más interesantes de este  sitio, odio la falsa modestia, las cosas como son, no tengo nada en contra del resto, aunque claro, habrá quien dirá que no soy objetivo conmigo mismo.

Si queréis tomar un trago el local del Viejo es el mejor de todo el refugio.

Obvié que no estaba especialmente limpio, pero tampoco creo que les importara

Eso sí, no le miréis el culo a su nieta me encogí de hombros, después de decirlo seguro que no iban a poder resistirse ninguno de los dos, no creo que tampoco le haga gracia que se lo mires tú, por mucha mujer que seas la verdad es que tenía haberle planteado esa pregunta al viejo.

No hice ademán de moverme de la barandilla, estaba bastante relajado  y algo borracho, pero nada del otro mundo.  

Encendi uno de mis puros, no de esos de los que habia repartido el tal Roland hacia un rato. Me daba igual lo buenos que estuvieran, uno hace sus cosas o no las hace y yo era de costumbres. Boquee ligeramente para darle mecha antes de ponerlo sobre los labios y dejarlo a un lado como tocaba. Me limpie las manos en unos pantalones que tenian roña acumulada, pero lo de ir de finolis no era lo mio.

Nuestro lider. - El tono con el que sono esa palabra era completa y absolutamente jocoso. - tiene razon. En cuanto haya un momento deberiamos ir a ver como han quedado las defensas de esos sitios pero aun asi. Saber quien hara que tiene mejor pinta. - Le di un par de chupadas mas al puro y lo cogi con la mano. - Si vamos a asaltar ese maldito convoy sin reventarlo, necesitamos al menos dos buenos conductores para que puedan irle a la zaga a esos cabrones. Yo me apunto a ese carro. Necesitare un buen tirador, o alguien lo suficientemente gilipollas, como para saltar sobre el camion y tomarlo a las bravas.

Escuche a estos lobos, a estos intentos de supervivientes y no podia mas que mirarlos con algo similar al respeto. No demasiado, pero aun asi ahi abajo habian ganado enteros a mis ojos. Sonrei, una sonrisa lobuna, escalofriante, casi de suicida. - Por mi esta bien saltar y descuartizar a esas ratas, lo veo lo mas sencillo para que esa carga no se pierda o acabe reventando. - La verdad me la sudaba que pasara, matar era lo unico interensate pero la vida de mi pequeño escualo podia depender de esto. Gruñi como un animal, mas para mi mismo que otra cosa.

Les habia estado escuchando, escupi al suelo algo de sangre. No podia correr una puta maraton pero podia disparar. - Si me dais un buen asiento, yo me encargare de las patrulla,s o de lo que coño se acerque, mientras el puto colgado salta sobre el camion. - Mire a Khan, moviendo la cabeza, era un comentario, anda mas. Tras la pelea no queria meterme con el como no fuera con un puto rifle de francotirador.

Les mire, sobretodo a Andriel. Maldita zorra que queria dejarme fuera. Por mis malditos cojones que eso no pasaria... aunque tuviera que arrastarme medio muerto. Nadie me quitaria mi parte de toda esta mierda.

Mire sobretodo al del sombrero raro, pero no perdi comba de lo que decian los demas. habia dejado la comida y la bebida y al igual que el viejales, me habia encendido mi puro. El nuevo lider por lo menos parecia tener las cosas claras, o al menos sabia por donde empezar. - Puedo enviar a alguien a que haga una inspeccion rapida del lugar, o podeis mandar a alguno de los vuestros como prefirais. Os recomendaria a Pratt, es uno de los mios, sabe moverse bien ahi fuera y conduce de miedo. Ademas de que conoce bien esa zona. - No por nada se encargaba de conseguir la informacion sobre esos putos roedores. - Aun asi, si vais a meteros en esa mierda de sitio deberiais descansar antes. Parece que vais de monton de mierda en monton de mierda. Recuperaos, quedaos un par de dias tranquilos hasta que esos camiones salgan y reponed fuerzas. Ahora que somos socios intentare reabastaceros lo mejor que pueda. - Mis palabras eran sinceras, pero quedaba claro que lo mejor se quedaria conmigo y que evaluaria todo lo que os llevarais. Al fin y al cabo tenia mucha gente que dependia de mi. Aun asi mis palabras eran sinceras. Podia sacar mucha tajada de esto, si eran tan buenos como ellos creian serlo.

Entonces el lider comento lod e que igual no podian con las granjas. Me quede pensativo. - No sois muchos pero teneis que elegir quien ira a cada sitio. Teneis a uno que sabe de explosivos. Igual no necesitais "entrar" en la primera granja si teneis la droga de su cargamento. Solo destruirla. La segunda sera otro tema, sabran que vais si la liais tan gorda... pero seran menos y vosotros podreis reagruparos. - Señale al tipo que habia hablado de explosivos. - Si sabes crear minas, podras crear algo mas gordo ¿no? - Espere a su contestacion afirmativa antes de continuar, mirando a Isaias. - Elige a tus equipos, las armas que os falten os las proporcionaremos.

Las palabras que me dedico Roland me hicieron mirarle, sin despegarme de Andriel demasiado. - Si, puedo hacer cualquier cosa que necesiteis. - Mire a la rubia y despues a los demas. - Puedo hacer bombas incendiarias, no muchas. Por mucho que él tenga, no son faciles de hacer y son muy inestables pero una vez lanzadas, todo cabron en varios kilometros a la redonda sabra que hay fiesta de la buena. Para la segunda, podemos usar un coche bomba. Solo nos falta un colgado que quiera correr ese riesgo. - Aunque claro, de locos ibamos sobreados en este grupo.

Bueno, bueno. Estamos todos hechos mierda por el motivo que sea. Alcantarillas o desierto. No creo que sea el mejor momento para discutir nada mas. Tenemos el estomago lleno. - Me di un par de leves golpes en el mismo. - Aseemonos, descansamos y mañana podeis seguir con esto. Aun tenemos al menos un dia por delante y parte de otro antes de tener que ir a darnos de ostias de nuevo a la arena. Cuanto mas recuperados estemos, mejor ira todo. - Mire a Roland, el cual parecio asentir de mala gana para todos los presentes.

El resto de ese dia y gran parte del siguiente pudisteis dedicaros a vuestras cosas. Desde emborracharos hasta perder el sentido, encontrar a alguien con quien pasar un buen rato para relajar el estres, o para una conversacion entretenida*. De una u otra forma las horas fueron pasando, dejando que las experiencias vivdas hasta el momento se difuminaran en el tiempo y pudieras, aunque solo fuera por unas horas, olvidaros de lo jodidos que estabais. El nivel de mierda seguia subiendo, pero el refugio de Roland, la forma en que el jefe de este lugar os abrio el sitio os permitio olvidar eso durante un tiempo... ademas de permitiros pensar que al menos parecia que el bando de Moxxy, no era tan precario como podia parecer en un principio. Quedaba claro que si vosotros cumpliais, no solo la madre zorra lo haria sino tambien conseguirias aliados donde antes no habia nada. Debiais favores, pero nada que no se pudiera resolver una vez el problema con Hannibal hubiera sido solucionado.

El sol llevaba ya bastante tiempo en lo alto. Un par de golpes precedieron a que uno de los hombres de Roland abriese la puerta del lugar donde os encontrabais. - Os estan esperando. Estare fuera en el mismo sitio de ayer, no hay prisa pero tampoco os tireis todo el puto dia. Ya es tarde. - Sin nada mas que añadir, cerro la puerta. Asi fue de uno en uno, sin dejar a nadie por perdido.

Vuestras heridas estaban algo mejor. Los que peor estaban, recibieron ademas un chute de una sustancia roja inyectable antes de irse a dormir. La enfermera se encargo de ello personalmente, apareciendo ala donde estabais. Al dia siguiente pudisteis notar los efectos de la misma. Las heridas mas recientes parecian tener mcuho mejor color, las quemaduras ya noe scocian e incluso la piel habia comenzado a regenerarse sobre ellas... fuera lo que fuera ese chute sin duda os habia puesto en una mejor posicion de la que estabais ayer tarde.

Poco a poco os fuisteis reuniendo donde os habian dicho y de alli, os adentrasteis en la estructura mas protegida del lugar. Pasasteis por una serie de compuertas, las tipicas de un barco, antes de llegar a una sala grande donde habia una mesa de madera, en el centro, con lo mas parecido a un mapa del lugar que nunca habisi visto. El lugar sin duda tenia un aire a antiguo, algunos de los muebles del lugar sin duda parecian sacados de una epoca previa a la que vosotros sin duda conociais y aunque escasos le daban un aire imponenete a una estancia donde incluso las paredes mostraban retzaos de madera entre las numerosas placas de metal. Aquellos que llevabais años en la arena, teniais vuestro propios planos mentales, o dibujados para vosotros, pero lo que teniais delante era una escala totalmente diferente. Abarcaba mucho territorio, realmente mucho incluso aparecian las miticas ciudades del Oeste. Roland estaba alli, obsevandoos mientras cruzabais el umbral durante unos segundos mientras seguia mirando el mapa y cotejando datos. Tanto el como la rubia parecian estar en desacuerdo por algo, mas hablaban lo suficientemente bajo para que no llegara a vuestros oidos y cuando esta se percato de vuestra presencia dejo de hablar del todo. Rolando por su parte, espero pacientemente a que tomarais asiento o simplemente os colocarais alrededor de la mesa. En la habitacion habian otra persona, aparte de la rubia que ya habiais visto antes que no hacia mas que mirar el mapa y retocarlo de acuerdo a los papeles que tenia en las manos, habia  otro hombre. De pelo revuelto y porte estilo militar. Estaba en una posicion muy relajada de descanso mientras no dejaba de mirar ni a Roland ni a la rubia, mientras contestaba las pocas preguntas con escuetos monosilabos**. Por sus pintas sin duda era de los que gustaba de estar en el exterior, su tez sin duda estaba morena por ese mismo hecho.

En cuanto estuvisteis todos, el hombre al que conociais menos, se dio la vuelta y os miro a todos, mostrando cierto reconocimiento cuando sus ojos se posaron sobre algunos de vosotros, pero nada mas podia leerse en su lenguaje corporal. En ese momento fue cuando Roland comenzo a hablar. - Parece que la fortuna nos sonrie, las granjas han quedado bastante tocadas pero dejare que el experto os lo explique. Este es Pratt, es nuestro jefe de exploradores ahi fuera. - Le hizo un gesto para que el mismo Pratt comenzara a hablar-

Granja 1

1-50% Nada - 3

50-60% daño a las murallas - 1 - Lateral derecho y frontal, tocados. Partes sin proteccion de madera y huecos en la misma.

60-70% daño a la puerta - 1 - No puede cerrarse adecuadamente ni tampoco anclarse.

70-90% daño a las atalayas -1 - 1 Destruida. 1 en reparaciones. Ametralladora pesada ok.

90-100% daño al interior - 4 - 10 hombres muertos. 5 heridos leves.

Granja 2

1-50% Nada - 3

50-60% daño a las murallas - 0 -

60-70% daño a la puerta - 2 - Puerta arrancada.

70-90% daño a las atalayas -4 - Dos atalayas destruidas. La otra se mantiene a duras penas. Ametralladora pesada destruida.

90-100% daño al interior - 1 - 3 hombres muertos.

Buenas. - El saludo fue algo seco. La verdad es que no estaba de mi mejor humor y al ser extraños, no tenia porque medirme tanto como deberia. Los estudie antes de hablar, reconoci en el acto a tres de ellos, mas no hice gesto ninguno hacia ellos. - Como ha dicho Roland, la zorra de anoche ha hecho de las suyas. Las granjas estan mas que comprometidas, lo cual nos da una oportunidad muy buena de conseguir lo que hemos venido a buscar. - Sin mediar comentario se acerco al mapa, señalando la primera de las granjas. - Mis exploradores han conseguido informes bastante detallados sobre su actual estado. El perimetro de la primera esta comprometido, asi como la puerta. Aun sirve como proteccion pero una embestida la sacara de sus goznes sin demasiado esfuerzo. De las tres atalayas, una esta inservible, la segunda estan reparandola en estos momentos pero por lo que hemos podido observar la ametralladora pesada sigue activa. La tormentaaaprece haberse cebado mas en su numero, sabemos que al menos una decena de los guardias estan muertos, mientras que otra media decena, parecen no ser capaces de moverse. Eso nos deja con aproximadamente una treintena de hombres con los que lidiar.

Levante la mirada antes de continuar. - Se han enviado peticiones de ayuda, nuestros corredores estan interceptandolas. Si hay suerte las pillaremos a todas... pero mas nos valdria ponernos en el peor escenario. Los chinos no son tontos, un convoy saldra de Parody en esta direccion para reforzar la seguridad.. cuanto mas tardemos mas opciones de que nos pillen con los pantalones bajados. - Les mire por si tenian algo que añadir, sino simplemente continuaria.

Marque la segunda granja, mas alejada, lo cual implicaba mas terreno a recorrer una vez se cumplieran los objetivos. - Las murallas estan intactas. La puerta se ha salido de los goznes por lo que la entrada es mas o menos libre, sino tenemos en cuenta que es posible que hayan colocado alguna sorpresa mientras esperan refuerzos. Dos de las atalayas estan destruidas, la tercera esta en reparacion pero la ametralladora pesada esta destruida, eso es un gran tanto para nosotros. Por ultimo sabemos que han tenido bajas, pero minimas, entre dos y tres hombres.

Me aparte de la mesa, mire a Roland antes de mirar al que se me habia indicado que haria de lider de los recien llegados. Espere a que tomara la palabra o dijera algo, ya fuera el o cualquier de los suyos. Se me habia indicado que hiciera de apoyo, al menos hasta estar alli fuera... el plan como la mayoria del peligro corria de cuenta de ellos. Era lo justo, ayudaria en lo que pudiera.