Partida Rol por web

Las palabras de aquel hombre, en conjunto con los demás sonidos del antro, le había provocado un auténtico dolor de cabeza. Sacó las manos de los bolsillos al momento, percatándose de que ahora era el centro de atención de aquellos que le obserbavan con ojos curiososos.

Pensó en pedir perdón, pero hizo caso omiso a su mente e hizo lo que se le pedía.

– Soy Frank Stump –no sabía bien qué decir y tenía miedo a que le traicionasen sus propias palabras–, diplomático canadiense...

– Es un placer estar aquí ante usted –concluyó bajando la mirada.

Noelia trataba de pensar claramente pero las sensaciones que estaba experimentando, le hacía dificultoso concentrarse...

Qué debería preguntar? Como formular la pregunta correcta sin responder subjetividades innecesarias? Tendría que confiar en que el hombre que tenía delante era directo y sincero, pero lo dudaba, había algo en él que le llamaba la atención...Donde estoy? Qué es este lugar? Realmente estaré muerta? Porqué no he ido al cielo o al infierno?? Este es el purgatorio??

Sabía ue tenía que hablar, y decidió confiar en el sujeto, a fines de cuenta el también tendría que confiar en ella...y se decidió...

Sé que viva no estoy, o sea que estaré en una especie de purgatorio...dice entre jadeos mirando la reacción del sujeto...Pero quiero que me digas con toda sinceridad...donde estoy??

El rostro de Merv dejó ver cierta decepción. Alejó su mano de Noelia cortando el contacto (y con ello los orgasmos desaparecieron de repente), y se recostó en el sillón.

- Pregunta tonta. Podrías haber elegido una mejor. Solo ganarás información en vano... Ten tu respuesta: estás del otro lado del Manto, en lo que algunos místicos insisten el llamar La Tierra de las Sombras. ¿Dramático no? Cuando los mortales mueren vienen aquí. Hay quienes creen que esta es una especie de lugar de transito, para llegar a la Eternidad, sea lo que eso sea. Pero creéme, hace mucho tiempo que estoy aqui, y esta Eternidad nunca se me ha presentado...

- Oh, vamos Frankie. Exijo respeto, no falsedad. ¿Un placer estar aquí junto a mi? Eso no es nada sincero de tu parte...

El hombre miró alrededor, contemplando el lugar con cara de satisfacción.

- Haremos esto. Te ofresco un respuesta sincera de mi parte a una pregunta que tengas para hacerme, solo una. A cambio me responderas con todo sinceridad que te parece mi club. He pasado gran parte de mi tiempo creándolo, y dándole el toque personal que tiene.

Un escalofrío recorrió todo su cuerpo. Siguió con la mirada al hombre y observó vertiginosamente aquel club pensando con calma lo que diría.

– La verdad es que nunca había visto nada similar. La música es muy estimulante y la capacidad del local es enorme. Están disfrutando como quieren –respondió sinceramente mientras se fijaba en cómo bailaban y hacían sexo desenfrenadamente allí abajo.

Por primera vez se empezaba a relajar.

-Esa no es una respuesta mi amigo canadiense, c'est une description simple. Sé lo que pasa en mi club. Mi pregunta es ¿cómo te sientes tú al respecto? ¿Eres de los que lo condenarían o de los que vendrían a saciar sus necesidades? ¿Sientes repulsión ante este disfrute sin sencura, sin inhibiciones, o mas bien deseo de ser parte de esto y poder dejar salir ese lado oscuro que sé, intentas ocultar...? En realidad sé la respuesta...

La mirada, la vos de aquel extraño sujeto eran realmente seductoras para cualquiera. Denotaba poder, y una enorme sensación de libertad.

De repente el lugar se había llenado de parejas que fornicaban. Una pareja de lesbianas se besaban mientras se masturbaban mutuamente. Una mujer era doblemente penetrado por dos hombres de color, y a su lado un travesti dominaba a un muchacho obligándole a felarlo. Atrás un "tren" de cuatro hombres se movía ritmicamente, mientras a su lado una mujer azotaba a un hombre y orinaba encima suyo. Absolutamente todos parecían completamente desenfrenados, libres.

Frank sintió que a su lado se sentó una persona. Una mujerde bellísimas facciones caucásicas, ojos verdes, cabello cataño completamente ondulado. Tal vez la cara mas bella que él hubiera visto. La atracción fue inebitable. Al seguir recorriéndola con sus ojos vió su torso desnudo, unos pechos increiblemente curvilíneos, un abdonen plano y firme, y para sorpresa suya, al llegar a la zona púbica, un gran pene, completamente erecto.

- C'est un cadeau, prends l'ou laisse-le, mais je sais libre.

Frank se sintió presionado. Pudo traducir lo que había dicho, pues había vivido en Quebec durante muchos años y conocía aquella lengua. En busca de su simpatía, aprovechó las circunstancias para responder en francés:

– Merci, mais non. Il y a une femme dans ma vie, monsieur.

Los que le observaban pudieron ver cómo le temblaban las manos cuando se acarició la mejilla con una de ellas.

Una carcajada flotó en el aire...

- Vie? Quelle vie ?

Frank no supo que responder. ¿A qué se refería?

Frank comienza a temblar sin poder quitar los ojos de "regalo". En un arrebato no logra controlarse y salta sobre ell@, besándol@ animalmente.

Temblaba y a la vez actuaba sin control. Era una experiencia que nunca antes había vivido.

Luego de aquello Frank pareció dormitarse unos intantes. Tal vez buscaba borrar la escena de su cabeza. Pero pronto la voz de aquel extraño hombre lo hizo despertar.

- Oh, Frankie, empiezas a caerme bien. Hacía tiempo que no veía a alguien disfrutar tanto. Descargar tantas... "tensiones" acumuladas. ¿Que te ha parecido?

Se frotó los ojos y finalmente pudo verle, por lo que se levantó y sintió que le cabeza la daba algunas vueltas. Algunas escenas de lo que había pasado anteriormente volvían a su cabeza, a la que se llevó una mano.

– Ha estado genial –respondió un tanto desconcertado.

Miró a su alrededor y se sonrojó. ¿Era posible que hubiese pasado lo que estaba pensando? ¿Allí, en un lugar público a la vista de centenares de ojos que radiaban de goce? En cualquier caso, el hombre con el que estaba hablando tenía razón: se sentía libre de toda tensión.

Noelia no había demostrado demasiada sorpresa ante las palabras del sujeto. Suponía varias cosas y la mayoría la había confirmado. No sabía si era una pregunta estúpida o no, pero esto le sirvió para enfocarse un poco más...

Y ahora? Como sigue todo esto? Supongo que no me querrás para que sea tu camarera por el resto de la eternidad verdad?? preguntó con sorna...

- Me caes bien hombre de la hoja de arce... Soy un hombre de palabra, ahora te daré lo que prometí: te responderé a una pregunta. Mais seulement l'une... piénsala bien!

Aquel extraño hombre parecía sentirse muy divertido con la conversación. Frank había logrado llamar su atención.

- ¿Mi camarera por el resto de la eternidad? Umm... claramente sería una tentación tenerte aquí tanto tiempo... pero mejor no me des ideas. Déjà tenredmos le temps de nous connaître intimement. Ahora partirás con los otros. Alguna duda antes de volver al trou du lapin blanc?

Tras escuchar sus palabras, Frank pareció olvidarse de todo lo anterior. Ahora tan solo le preocupaba concentrarse en la pregunta que tenía que formular.

– ¿Cuál es mi destino? –soltó sin vacilar.

De repente estalló en una gran carcajada. Tanto que casi se ahoga. Luego de unos cuantos segudos de reirse junto fuerza para seguir hablando.

- Oh créeme que soy una persona muy poderosa... pero ¿destino? Por favor eso ni yo lo se... si es que tal cosa existe. Oh Dios, cómo me has hecho reir. - Secó unas lágrimas que habían caído por su mejilla a razón de las carcajadas - Vamos, te daré la oportunidad de hacer otra pregunta.

Frank se asustó cuando empezó a reir con tal euforia. ¿Por qué le causaba tanta gracia una pregunta así? En cualquier caso, detuvo su mirada en su peculiar sonrisa y preguntó:

– ¿Cómo he llegado aquí? –al fin y al cabo, realmente aun no sabía donde estaba ni con quien estaba tratando.