Partida Rol por web

Sentís una sensación que se asemeja a ese sueño en el que crees estar dormido y de repente despiertas.
Aunque crees estar despierto todavía sigues dormido pero todo es tan real!
Suena un teléfono...

... suena un teléfono en la habitación de un Hotel.
Pixel,St.Stein,Loco y Deimos están de píe en medio de la habitación.
Suena el teléfono...

Doy un codazo amistoso a Deimos una vez que estamos despiertos.

_Seguro que tú sí querrías que Liu te despierte con un beso. ¡A que sí, gordito!

Miro a mi alrededor todo. De modo que después de tanto tiempo estamos de vuelta en Matrix, aunque se ve tan diferente ahora... Me acerco al teléfono que suena y lo atiendo.

Después de un microsegundo de perdida de percepción sensorial Deimos se apareció junto con los demás en la habitación de un hotel. Todo parecía mas real que la vida misma, pero sabia que aquel lugar solo existía en sus mentes.

Tras estar casi un año en el mundo real, volvía a estar conectado a Matrix, aunque en aquella ocasión, en una situación muy diferente. Ahora no era un esclavo del sistema, si no una cura para aquel mal endémico al que se veía sometido la humanidad. Cuando le habían despertado al mundo real, sus salvadores le habían informado de que normalmente no despertaban a sujetos de su edad, por que llevaban tantos años conectados que sus mentes solían colapsarse por la dependencia a Matrix. Simplemente no podían aceptar la realidad del engaño sistemático al que habían sido sometidos durante tantos años. Para él, en cambio, había sido sorprendentemente fácil adaptarse a la realidad.

La ira era un sentimiento muy útil, que le había permitido permanecer cuerdo y fijarse un objetivo claro. Desde su nacimiento había sido poco más que una batería eléctrica, el resto de lo que le quedase de vida pretendía usarla para liberar al máximo de personas posibles y destruir aquel sistema hasta los cimientos. Tal vez llevase su tiempo, pero estaba dispuesto a todo para vengarse de las maquinas.

Su primera misión era en teoría un trabajo fácil, pero uno no podía estar seguro del todo. En Matrix las cosas podían torcerse en un abrir y cerrar de ojos.

Salomón volvió a bromear con él pegándole un amable codazo. Desde luego aquel chico no podía tomarse las cosas en serio, pero al menos en aquella ocasión había acertado. No podía negar que no le importaría que la operadora le despertase con un beso. Estuvo tentado de reírle la gracia, pero en aquellos momentos se encontraba demasiado tenso como para hacer concesiones.

De pronto el teléfono situado encima de una mesita de madera comenzó a sonar. Deimos realizó el gesto de aproximarse, pero Salomón se le adelantó y respondió la llamada.

Ya estamos en Matrix. En los últimos meses había pasado muchas horas en el constructor, durante los entrenamientos, y en el programa de salto o en el dojo de artes marciales. Eso era pan comido, pura rutina. Conexiones locales. Código humano. Pero ahora estábamos en Matrix.

Tiro de las solapas de mi chaqueta para acomodarme dentro de ella. Miro mi mano, mi brazo, cubiertos de pelillos, surcados por venas fotorealistas. Respiro y siento el aire entrar en mis pulmones. Que terrible perversión. Estamos dentro de una construcción informática de inabarcable complejidad, programada por inteligencias mecánicas para mantener un engaño masivo y esclavizar a la humanidad. La mente se niega a aceptar algo así. Parece ciencia ficción barata, algo inaceptable. Pero es real, y como tal, resulta estremecedor.

Me había preguntado muchas veces, ¿qué sentiré al volver a Matrix? La respuesta resulta ser miedo. Cierto temor supersticioso y paranoide ante algo tan ajeno a "lo vivo" como una inteligencia metálica. El papel de pared verde, la moqueta de la habitación. Todo mentiras. Mentiras eficientes.

Frunzo el ceño. Me da la impresión de que ésto no va a ser tan divertido como imaginaba. Dedico una oreja a enterarme de que dice Salomon por teléfono, mientras me acerco a la ventana y aparto ligeramente las cortinas.

La habitación está situada en el ático del hotel que puede tener unas 15 plantas.Parece que el edificio no conecta con ningún vecino,más bien se alza a modo de torre en medio de un gran espacio abierto rodeado por un gran parque.A partir de ahí se alza la ciudad.Gigantes de piedra,acero y cristal,iluminados y varias avenidas repletas de tráfico,señales luminosas,bares y mucha,mucha actividad nocturna. El reloj de uno de los colosos marca la 01:43 de la madrugada.
Por el aspecto de la zona parece ser un sector ocio-comercial de buena clase.

Stein se levanta y se tantea la cabeza, empezo a mirar la habitacion y luego miraba a sus compañeros, era muy real todo, tocaba la cama y sentia las sabanas sedosas como siempre, sabia que sus sentidos le jugaban una mala pasada pero todo esto era muy bueno, tan solo habia estado poco en el verdadero mundo para darse cuenta porque era bueno saber la verdad y no vivir una mentira, eso solo era reflejo de lo que en verdad pasaban.

 En eso suena el telofono pero alguien se adelante hacerlo, otro va a mirar hacia la ventana.

- Muchachos, tengan listo sus armas, no sabremos cuando podemos necesitarlas, es hora de la accion

El loco descuelga el teléfono - Estamos dentro -Pixel se deleita con las vistas mientras Stein acaricia las sábanas de la cama pensativo al igual que Deimos que parece absorto. De repente suenan los cuatro móviles a la vez...

Hola chicos,¿que os parece la entrada?.No os preocupéis es muy segura.Como comprenderéis no voy a poder hacer una multillamada siempre ,así que creo que antes de bajar al parking a por el Mustang deberíais organizaros un poco las tareas.

Bueno después ya sabéis bajad al parking a por el carro y hablamos.

-Supongo que lo mejor será designar a uno de nosotros para contactar con Lulu. No podemos estar llamando todos a la vez, -regreso con el grupo. Los cuatro en corro alrededor de un teléfono fijo sobre un mesila ortera. Formamos un extraño grupo de conspiradores, sin duda.

-Oye, Loco, pareces un poco oligofrenético, ¿qué te parece si te encargas tú del movil?

Debajo de las gafas de sol, Deimos puso los ojos en blanco ante la idea de Pixel y casi se le escapó un suspiro de lamento.

Lo ultimo que necesitaban era darle alas a Salomón para que diese rienda suelta a su incesante charla. Además, le gustaba el comportamiento rebelde de la operadora, por no hablar de Liu en si misma, así que comunicarse con ella no le iba a suponer un gran drama precisamente.

   - Mejor me encargo yo de las llamadas.- Respondió con gesto rígido saliendo al paso del comentario de su compañero.- Necesitaremos comunicarnos con Liu con rapidez y eficiencia, no vernos sometidos a parloteo inútil.-

Cruzándose de brazos adquirió una postura que dejaba claro que no admitía replicas.

Salomón sonrió cuando Pixel lo propuso para hacerse cargo del móvil. Asentía con la cabeza a medida que él y luego Deimos hablaban. Para cuando ambos terminaron de hablar la sonrisa del loco iba de una oreja a la otra.

_Excelente, me parece estupendo que todos estemos de acuerdo en que yo me encargue del móvil. Bien pensado Pixel, no todos tenemos estómago para soportar las propuestas indecentes que Deimos podría llegar a hacerle a nuestra operadora en medio de la misión. ¿Quién conducirá? Si quieren yo me encargo además del móvil del auto-móvil. ¿Apropiado, verdad? Aunque no me molestaré si quiere conducir otro, así estoy libre para dispararles a agentes por la ventana.

Stein los mira.

- En el ejercito me enseñaron a conducir y estuve conduciendo tiempo  entre minas y demas... Por lo que puedo manejar, si quieren soy su conductor chicos.

_Perfecto. Vamos al auto para que nos digan dónde tenemos que ir.

- Esperen tendremos que hacer una estrategia, saliendo los 4 pensaran de todo y podremos lograr que nos agarren, iremos en grupo de a 2 para encontrarnos abajo, 1 grupo sale en 5 minutos y nos esperan al lado del auto los otros en 10, oculten sus armas y esperemos poder salir con vida.

_Ohh como quieras, es igual. Vayan yendo, en cinco minutos nos vemos abajo.

Salomón encendió la televisión y puso el canal de los dibujos animados.

Deimos se resignó a que Salomón no entraría en razones, así que se limito a suspirar profundamente en un claro gesto de enojo. Si Salomón quería quedarse de comunicador central con la operadora pues muy bien por él. Después de todo Liu contactaría luego con quien le diese la gana.

Por suerte Stein intervino distrayendo la atención de su compañero evitando así que siguiese pinchándole.

Permaneció en silencio durante el rápido intercambio de palabras de sus dos compañeros. Ya había quedado claro quien se haría cargo de conducir, y además Stein había sugerido que saliesen escalonadamente de la habitación.

Aunque no entendía a que venia una táctica tan estrambótica la acepto sin más. La verdad es que no tenia mas ganas de discutir, y pese a que consideraba una tontería que por que saliesen juntos de la habitación se despertase ninguna alarma en Matrix, decidió limitarse a encogerse de hombros.

- Muy bien.- Respondió con gesto impertérrito.- Voy saliendo, nos vemos abajo.-

Dirigiéndose hacia la puerta echo un último vistazo al resto del grupo y salió sin más.

La intro de digimon retumba en la habitación. Me quedo mirando a Stein.

-Stein, colega, debiste pasarlo muy mal en esa guerra. Agarro mi maletín y salgo de la habitación agitando una mano.

Pasillo, puertas, mujer de la limpieza arrastrando un carrito. -Buenas noches, -sonrío.

Me reúno con Deimos en el ascensor. Él pulsa el botón del parking. Los numeritos del indicador electrónico empiezan a restarse. 15-14-13...

-Ejem, -carraspeo, -así que tu eras rico, alguna clase de magnate empresarial, ¿eh?

Deimos miró de reojo a Pixel mientras enarcaba una ceja. Desde luego no esperaba que nadie del grupo se interesase lo mas mínimo por su vida pasada.

   - Si.- Respondió tácitamente.- Era lo que comúnmente se denomina un tipo asquerosamente rico.Tenia una multinacional bancaria que poseía múltiples empresas repartidas por toda Matrix. ¿El tipo mas rico que puedas imaginarte? Pues yo ganaba el doble de lo que él conseguía en un mes, en un solo fin de semana. -

Sonriendo con feroz ironía volvió su mirada hacia la puerta del ascensor.

   - Pero al final todo resultó ser un engaño que no había existido nunca, así que en realidad, fue como si hubiese estado jugando al Monopoly durante todos aquellos años.-

Tras unos segundo de silencio el ascensor prosiguió su descenso a las profundidades del parking. 6- 5- 4...

   - ¿Y tu?- Preguntó finalmente en un arranque de curiosidad.- ¿A que te dedicabas antes de despertar al mundo real?-

Las puertas del ascensor se abren en la Planta -2 para dar paso al gigantesco parking subterráneo.En el centro de la planta la rampa de caracol asciende hacia el exterior.
El parking está repleto de coches de lujo a cual mas caro y mas ostentoso.Deimos y Pixel conversan con disimulo,maletines en mano,sin pausa pero sin prisa en busca del Mustang.

Suena el teléfono de Deimos.