Detrás de Falcon, Aramil entra cargando a Seifer junto con Arther. Al ver que la mujer está despierta, posa a Seifer en el suelo y se dispone a tomarle el pulso, buscando signos de vida en él.
-¿Por qué el que estaba despierto no viene con nosotros? - Pregunta al aire, sin dirigirse a nadie en concreto.
Las palabras del elfo me dejan aún más perdida.
- ¿Despierto? ¿Quién?
Pregunto intentand encontrar algo de lógica en todo éste caos.
Urkk estaba confundido, el espíritu dragon se había quedado atrás y no entendía por que. volvió hacia al puerta anterior y miró en la habitación intentando llamar la atención de su compañero.
-dagon, ¡DAGON! guimos, kiiii ... ¿dagon?-
Bueno, pues podéis seguir roleando mientras tomáis una decisión sobre qué ahcer
Aramil examina extrañado el cuerpo inerte de su compañero. Todavía agachado, mira a Dama Roselina y se dirige a ella.
-¿Cómo acabaste en esa habitación? ¿Se te ocurre por qué tú has despertado y ellos no?- Después se vuelve a Stanley.- ¿Qué es lo que me he perdido? Si el tal Mal era el que estaba despierto, ¿por qué dices que está muerto?
Los ojos del mago recorren a los dos con gesto exasperado; odia no entender las cosas, y ahora mismo su cabeza intenta entender las palabras de sus compañeros sin ningún éxito.
¿Tiene pulso Seifer? ¿Alguna muestra de vida/muerte?
A ver, en el tema Mal me he perdido bastante xD hasta donde yo sé estaba despierto. Su PJ se llamaba Muerto - Mal Carlson, pero eso mi PJ no lo sabe; de ahí que ni él ni yo entendamos muy bien por qué Stanley insiste en que estaba muerto.
Extraño, acaso nos había engañado, pero de no ser así se habría tomado la molestía de sacarnos de la habitación. Era lógico.
- Carlsson se rindió a la torre, o éso nos dijo el mago de hielo.
Les confieso confusa por la situación.
Bueno, pues podéis seguir roleando mientras tomais una decisión.
Como el resto continuaba dialogando y no parecía que fuesen a moverse pronto, el orco se escabullo a la habitación anterior para convencer a su antiguo compañero de que abandonara la habitación.
Al final en el mensaje pasado no te explique lo que hacia, errr ... en fin.
El orco se asoma ala puerta de la habitación anterior y llama a Mal. Y ahora, como no se mueven decide hacer una pequeña incursión "rapida" para coger a su compañero y traerselo con él. Ya me dirás tu que pasa.
El mago se da por satisfecho con las explicaciones, y vuelve al cuerpo inerte que estaba examinando. -Tiene pulso pero no despierta...
Prueba a abofetear suavemente a Seifer, para comprobar si eso le saca de su letargo.
Kami, ¿Puedes aclararnos que ha pasado con Mal y con Saulericos?
Aramil abofeteó ligeramente a Seifer y éste salió de su profundo sueño. El caballero miró a su alrededor para darse cuenta de que estaba en las escaleras por donde antes ya había pasado. Eran las que conducían a la cuarta planta.
A su alrededor, había un montón de gente, compañeros con los que se había cruzado al tratar de destruir la torre.
Mientras tanto, Urkk apareció con el cuerpo de Mal que aporreaba al orco para que lo bajara de sus brazos. Diciendo que debía dejarlo en paz.
El Orco tiro bruscamente a Mal contra un pared para que se calmase, miro luego a todos sus compañeros como intentando encontrar una respuesta.
-Ta oko ezt-
Dijo, aunque cada vez hablaba menos.
¿Quedan mas en la otra habitación? Si es así voy a traer a otro... y así hasta que se acaben.
Abrí los ojos. Los volví a cerrar y los abrí de nuevo. Era maravilloso haberse despertado de aquella pesadilla.
¡Vaya, jamás pensé que me haría ilusión encontrarme con tanta gente al abrir los ojos! Debo daros las gracias, nos era imposible salir de esa pesadilla. ¿Y Kaalim? ¿Habéis despertado a Kaalim? Ese hechicero azul de pacotilla no puede hacerle nada, pero no es agradable pensar que te quedarás para toda la eternidad allí encerrado con él.
Miré a mi alrededor y mis ojos se posaron en Urkk que agarraba a Mal.
Tened cuidado con él. En la pesadilla, nos dijeron que Mal estaba siendo controlado por los hechiceros de la torre, que se había rendido.
- Ya les advertí, pero tampoco debemos confiar en sus palabras.
Pero si en verdad juzgábamos su comportamiento, no parecía que hubiera intentando engañarnos, si no más bien desmoralizarnos para que siguiéramos su camino.
- ¿Que le pasa Urk?
Le pregunto tratando a Carlsson como un completo extraño.
Mientras hablabais Urkk trajo consigo el cuerpo de Kaalim, que también estaba dormido y el de Saleuricos, que también parecía haber cedido ante la voluntad de la torre.
Ahora había tres cuerpos tendidos frente a vosotros, pero solo uno de ellos estaba consciente.
¿Cuidado conmigo? ¡No será, que con quien hay que tener cuidado es contigo? Dije mirando con cara de sorpresa a Seifer.
¡Yo hasta ahora no he acusado a nadie de nada, y tú, llegas de ese sueño en el que estabas e insinúas que yo he sido controlado! ¡Qué poca vergüenza! ¡No le creáis! Yo estoy de vuestro lado y lo habéis podido comprobar en numerosas ocasiones.
El Orco depositó a Saleuricos delante de La Dama con algo de dificultad, luego un poco cansado por el trabajo de cargar con todos retomó el aliento y se seco el sudor de la cara en un acto reflejo bastante infantil.
Miró a Roselina directamente y se encogió de hombros.
-Nah sepo.- dijo, y siguio resollando.
Aramil observa en silencio el intercambio de ataques verbales entre los recién llegados. Se incorpora una vez que Seifer despierta, sin preocuparse de ayudarle a levantarse y dirige una mirada penetrante a Mal.
-No ha sido tan difícil despertarle de su letargo, y sin embargo tú no lo intentaste.- Habla sin alterarse y deja la acusación en el aire, metiendo con tranquilidad la mano en el zurrón en el que guarda los materiales de los conjuros. Cuando encuentra lo que busca, recita unas palabras, que combina con unos gestos y finalmente señala a Mal desencadenando un conjuro.
Conjuro detectar magia, si está controlado es posible que haya algún resto mágico en él.