Partida Rol por web

Allí se encontraba, tan majestuosa, aparentando no estar provocando nada, pareciendo que llevaba allí años, tal vez década o incluso siglos. Pero vosotros sabíais que aquello no era real.

Esa torre negra, de piedras de tonalidades oscuras casi parecía estar constuida sobre bloques de ónice puro. Un bloque tras otro, uno tras otro, mirabais hacia arriba de la torre y las nubes que giraban en torno a ellas impedían ver el final de esta.

No sabíais si aquello tenía tres plantas o treinta, lo único que podíais ver era que la torre atraía la maldad a la zona, las nubes giraban en torno a ella, en remolinos concéntricos y de vez en cuando soltaban relámpagos, bolas de fuego o bloques de hielo que salían disparados hacia los alrededores.

Las criaturas de la zona habían huido, no quedaba por allí ningún ser vivo, salvo las plantas que no podían caminar o algún que otro druida que se estaba sacrificando por ayudar a los seres vivos que quedaban por allí.

Habíais recorrido cientos de millas para poder llegar hasta donde estáis y ahora lo habéis conseguido. Y por las pintas no estáis solos, otros tantos compañeros se han unido en lo que parece la misma misión.

Destruir la torre del destino final.

Os vais acercando a la torre cuando una extraña sensación os recorre el cuerpo, parece que aquella zona está llena de poder mágico, ya sea arcano o divino sentís en vuestro interior como si la magia os rodease.

Desde dónde estáis podéis observar un foso entorno a la torre, tan solo dos de las cuatro entradas tienen un puente levadizo que además está bajado.

Las puertas están situadas en los propios puntos cardinales, las únicas que tienen un puente levadizo son la del norte y el sur. Pero nada os impide ir nadando para alcanzar las puertas este u oeste. Nada os lo impide, o eso pensáis.

Esta es vuestra primera misión, lograr entrar en la torre. Una tarea que no parece nada complicada, pero algo en vuestro interior os dice que no va a ser tan fácil.

Los mercaderes no se equivocaban, "Solo camina hacia el norte después del paso montañoso", No deje de caminar en aquella dirección por un momento, centrado en no vacilar y salir de la ruta. El camino fue arduo pero prometedeor, al llegar me encontre con más individuos que al parecer también tienen una justa o deuda que saldar. Cada uno paga sus deudas como puede, pero me resulta singular hacerlo de esta forma. 

He conocido un poco a las criaturas del plano material y pueden ser más traicioneras que un azotamentes, si se lo propusieran.. Me mantendre a la espera de alguna presentación hasta que encuentre oportuno decir mi nombre.

Sentado sobre una roca meditando y con una capucha tapando el rostro me encuentro alejado del grupo evaluando la forma más efectiva de abordar la torre...

Observo la torre sentado en la rama de un arbol cercano al edificio mientras como un pedazo de queso.

Vaya, hice bien en comprar este queso en la aquella posada, esta delicioso. Cuando termine con esto creo que pasare y comprare un par de ellos.

Chupeteo las puntas de mis dedos mientras miro despreocupado la inmensa torre que se alza hacia el cielo.

-¡Fiuuuuuuuuuuuuu! - un sonoro silbido sale de mis labios - Es enorme, pense que ese bardo exageraba, pero creo que se quedo corto - digo mientras rebusco en mi mochila en busca de mas comida - Mucho mejor, asi habra mas tesoros, debe haber cientos de habitaciones en una torre como esta.

Una sonrisa picara se dibuja en mi rostro cuando mis dedos tantean una jugosa y gorda manzana, la saco de la mochila y jugueteo con ella haciendo malabares mientras miro a algunos viajeros que miran al edificio con la boca abierta.

Parece que no soy el unico que tiene pensado entrar ahi, creo que lo mejor es que busque a algunos compañeros que sean competentes, pero lo primero es lo primero....

En mi mano aparece una daga como por arte de magia y comienzo a pelar la manzana sin que de mi rostro se borre la sonrisa.

Si los rumores eran ciertos este lugar era un sitio perfecto para ponerme a prueba, olfateaba en el aire la exoticidad del lugar, vi a alguien sentaod en una roca, sin apartar mi espada del hombro me acerque a paso lento y tranquilo, el olor de aquel hombre no era comun, pero Falcon desconfiaba de todas las razas por igual.

- Que el honorable dragon de piedra te sea propicio -salude- Que el ferreo corazon te proteja,que la mente diamantina te guie y que la ira de la garra del tigre no se cierna sobre ti. ¿Tambien pretendes entrar ahi?

Arther había decidido comprobar los rumores que circulaban sobre la torre. Su profesión los últimos anos había sido buscar restos de templos y edificios antiguos abandonados en busca de tesoros olvidados o dejados apresuradamente por algún motivo. Eran lugares normalmente peligrosos bien por trampas o por los nuevos inquilinos que los habitaban. Antes de compartir esto con sus compañeros Decidió hablar. Mi nombre es Arther. Quienes sois? y que os trae a esta torre?. Vaya, parece que tengo competencia.

Varios individuos parecen llegar simultaneamente, la torre a convocado a un sin numero de personas que se preparan a las afueras, y quien sabe cuantas por llegar y/o que estén ya adentro de sus murallas.

Un tipo se acerca a mi lugar de meditación y rompe el equilibrio de quietud, se nota por mi respiración que se a roto mi mantra mental.

levanto levemente la mirada, mi rostro se vislumbra levemente por la capucha dejando ver mi amarillenta piel y entre la sombra de la capucha mis grises ojos. -Asi es- Respondo con escaso vocabulario y un acento extraño.

Pocos pasos me distanciaban de esa maldita torre cuando decidí detenerme.

Mi hermana tenía razón, esa torre desprende maldad por cada una de sus piedras.

Pensar en ella me resultó doloroso. Saber que estaba luchando para que las plantas sobrevivieran...

Tengo que ayudarla y acabar con este mal pensé en voz alta.

Un aire seco me rodeó, haciendo que mi cabello se alborotara.

Hasta el aire es maligno dije mientras me rechinaban los dientes de furia.

Entonces me percaté de la gente a mi alrededor. ¿Cuántos de ellos vendrían a salvar al mundo de este mal? La mayoría serán cazatesoros o aventureros.

Di unos cuantos pasos hacia la torre y hablé:

Señores, mi nombre es Seifer, Seifer Worlid. No se los motivos que los habrán traido aquí, pero es indiferente. La unión hará la fuerza, y os invito a que me acompañéis al interior de esta torre llena de maldad. Tenemos que acabar con ella antes de que perjudique más al mundo. Entraré por la puerta Sur. ¿Quién me acompaña? 

pregunté a todos los presentes

Observo con curiosidad el grupo que se esta formando, parece ser que estan preparando una expedicion al interior de la torre.

Vaya, parecen dispuestos a entrar, creo que deberia presentarme y aventurarme al interior con ellos, es un grupo extraño, pero al fin y al cabo, es tan bueno como cualquier otro.

De un agil salto bajo de la rama del arbol desde la que admiraba la torre, con la manzana aun a medio comer caigo al lado del grupo de personas. Ante vosotros irrumpe un mediano con el pelo rizado y alborotado sujeto por la frente con una simple cinta de cuero, de apenas 90 cm de altura, y unos ojos  llenos de vida, una daga en la mano y una manzana, pelada y a medio comer en la otra, al ver que tengo su atencion centrada en mi hago una exagerada reverencia.

-Saludos forasteros, mi nombre es Dimple Piesligeros - levanto la mirada con mi sonrisa picara dibujada en el rostro mientras - No he podido ecitar escuchar que tienen intencion de explorar la torre - digo señalando el edificio con la daga que llevo en la mano - Seria un placer acompañarlos, creo que puedo serles de utilidad, tengo unos dedos agiles y una vista aguzada que les permitira caminar mas seguros ahi dentro - doy un mordisco despreocupado a la manzana y miro al edificio - Ese lugar debe estar repleto de tesoros.... y trampas mortales....

Falcon vio como estaba rodeandose de gente, olfateo otra vez el aire antes de hablar manteniendo su atencion a todos los presentes.

- Soy el Falcon Rojo de Vingard, o simplemente Falcon -luego dirigio su vista a Seifer especificamente- Yo te acompañare, me caes bien.

Aunque Seifer le traia buenas vibraciones no se podia permitir bajar la guardia, podia ser él el enemigo que lo habia acechado todo este tiempo.

Arther observa la llegada de un mediano bastante bravucon y con actitud un tanto arrogante. Parece tener su misma profesion, lo cual no ayuda a que Arther quiera acompañarles. Desactivando trampas tan solo se fia de si mismo. Si es ese individuo quien toma la iniciativa para desactivar una trampa y acaba resultando fatal seria lo peor que le podria pasar. Asi pues comienza a estudiar las alternativas de entrada.

Una vez aquel individuo se aleja de mi continuo mi meditación sobre la roca.

Una vez las personas se agrupen los sigo. Pero sin soltar palabra alguna.

Uniéndose al grupo aparece un elfo con ropajes usados y sencillos, la cara pintada con una calavera blanca, la piel oscura y largas rastas color ceniza. Porta un par de armas ajadas y un chaleco pesado y largo de cuero con remaches, a la espalda su equipaje parece estar compuesto por tarros llenos de arañas, collares de cuentas y huesos, y demás parafernalia poco civilizada. Con una sonrisa saluda a Dimple a quien cree que vio en una taberna de camino aquí. - Parece que no vamos a ser pocos entrando en ese sitio ¿verdad? -Con un gesto gesto de mano saluda a los demás allí reunidos - ¿Se te ocurre cómo vamos a hacer para entrar pequeño buscatesoros? El elfo comienza a examinar con detenimiento las puertas aunque manteniendo también un ojo de vez en cuando hacia la retaguardia, este es un mal sitio para ser emboscados si algún grupo salió de la torre y fuese a volver en breve.

Observo al recien llegado dedicandole una sonrisa picara y dirigiendome a el le digo.

-Encantado de conoceros Kramoris, creo que coincidimos en una posada no muy lejos de aqui. Tenian una cerveza y un queso magnificos, aunque los animos no eran del todo muy buenos - añado con un tono melancolico - Hace dias que no encuentro a nadie de humor para echar una partida de dados. Debe ser por culpa de esta onerosa torre.

Miro al grupo antes de asentir con un gesto energico.

-Bien creo que deberiamos entrar en ese edificio, un grupo es mas eficaz para explorar un lugar como este, y teneis pinta de haber recorrido mucho mundo, pareceis tipos duros - miro la torre pensativo - Creo que lo mejor es pasar por una de las puertas que tienen el puente levadizo, no me apetece bañarme ahora mismo, no es que no me guste el agua, no me malentendais, pero creo que es mejor permanecer seco en esta epoca del año, pues aunque hace calor un resfriado seria muy mal compañero de aventuras. No se si me entendeis, vosotros pareceis muy fuertes y creo que dificilmente enfermariais, de todos modos nunca se sabe - continuo con mi chachara - Pero no quiero enredarme, creo que deberiamos ir por uno de esos puentes, quiza sea que Olidammara nos sonrie y por eso dispone esos puentes para que pasemos sin peligro, aunque nunca se sabe, el picaro risueño tiene un extraño sentido del humor y quiza sea mas peligroso que atravesar a nado el foso - sigo hablando rapido sin apartar la mirada de la torre mientras gesticulo con las manos, y la manzana a medio comer - pero si he de ser sincero siempre me ha tratado bien, opto por atravesar el puente, con cuidado por supuesto - me encojo de hombros - si, supongo que sera la mejor opcion, aunque tan valida como otra, mucho menos humeda.

Finalmente me callo y le doy un gran mordisco a la manzana, me giro y veo a todos mirandome pongo la mas inocente de mis sonrisas y con la boca llena digo.

-Lo siengto... a vegces ghablo demagziado - trago lo que tengo en la boca - ¿que opinais vosotros?

Cita:

El golgari asiente encantado, mete una mano en su zurrón y saca un pequeño envoltorio cuadrado que rápidamente despide un fuerte olor a queso curado, guiñándole un ojo a Dimple le indica haciendo aros en el aire con el dedo índice de su mano libre que ya habrá tiempo de saborearlo más tarde. - Es cierto joven Piesligeros.- dice sonriendo a los demás esperando que haya queso para todos, los orcos no son especialmente famosos por su poco apetito. Kramoris escucha entonces la avalancha de frases del mediano como quien trata de reconocer el trinar de un pájaro, es cuando Dimple comenta su propia su propia soltura verbal que el elfo por fin le recuerda, es aquel personajillo que con su diminuto tamaño y gran ánimo logró hacer reír a un buen grupo de parroquianos en La Rueda. Gente que había perdido sus casas y posesiones encontraron no sólo algo con lo que divertirse, sino también un recuerdo para llevarse consigo y comentar con un pequeño brillo en los ojos, una chispa de esperanza. - Debemos empezar por algún lado- aprueba - y la puerta al otro lado del puente me parece tan buena como cualquier otra. ¿Permites que los espíritus de este lugar te ayuden a encontrar la entrada correcta? No parecen estar muy contentos con este feo intruso.

Esta bien, en vista de que nadie parece hacerme caso y que ellos tienen un experto de momento en charlataneria, que dice saber de trampas y del que no quiero depender, ire por la puerta contraria. Arther camina hacia la puerta norte dejando atras al grupo. Seguramente lo tenga dificil y una persona sola puede morir facilmente por cualquier fractura o situacion comprometida, pero por otro lado siempre se ha movido mejor en silencio y basandose en su habilidad y eso no parece que vaya a suceder con el grupo. Ademas si ellos entran por el otro lado le serviran de distraccion al ser mas numerosos.

Aramil se baja de su caballo negro y se saca la capucha al ver la imponerte torre, su cabello negro se movía con el viento y sus ojos negros como la noche observaban la torre sin parpadear, al llegar vio que no era el único que quería ingresar a la gran torre, así que observo detenidamente a los demás, noto que ya algunos ya se habían presentado. Bajo de su caballo una bolsa y se la colgó mediante una cuerda, como un bolso de tira, luego de un rato de admirar la gran creación dijo.
-Saludos estimados presentes, mi nombre es Aramil, y vengo de muy lejos con el único objetivo, que creo debe ser el mismo de los demás-dijo con tranquilidad-es un honor compartir suelo con Ud.-

Un orco fortachon y un tanto intimidante pero callado venia caminando luego de haber visto como otros iban hacia el lugar. Habia visto desde lejos la famosa Torre y simplemente deseo ir hacia ahi.
Quizas se escuchaba un tintinear de cadenas y armaduras con unos pasos un poco toscos quizas pero seguros.

Escucho mucho parloteos y solo se acerco a mirar. No dijo nada, unos elfos, algun que otro humano, uno mas bajo de estaturo que suponia un mediano o gnomo o algunas de esas cosas y otro encampuchado quizas un parecido a un semiorco pero mucho mas flaco.
Hizo reojos hacia los costados y se sento un poco a ver que pasa o que planeaba ese grupete. Cuando le agarrara ganas iria hacia la torre para entrar mas no sea por la fuerza.
"Uhhhggg, Gran Torre. Y esos... que seran capaces de hacer?"