Partida Rol por web

Metrópolis, turno 1 (Comienzo de juego de Tass y de Shadow)

Siempre es agradable salir del instituto.

En esta ocasión, el lugar de peregrinación estaba en la misma ciudad: el Cenntenial Park. Cuatro autobuses trajeron al parque a todos los alumnos interesados, las cuatro líneas de segundo curso, aproximadamente un centenar de chavales en total, que ahora os encontráis a la sombra de la inmensa estatua de Superman, un monumento espectacular de muchos metros de altura que representa al hombre de acero con un águila posada en el puño.

A su alrededor se extiende un recinto del que ni siquiera veis sus límites, totalmente ajardinado. Colinas de hierba, senderos de tierra, árboles y arbustos, y una agradable brisa. Cualquiera puede olvidarse aquí de la populosa ciudad de Metrópolis, que rodea este gran espacio; hay niños jugando en la hierba, deportistas haciendo footing y todo tipo de paseantes casuales en busca de un rato de solaz, huyendo de las calles de la gran ciudad.

La Srta. Zane, la tutora del aula de Tass y de Ed, está terminando de explicaros la razón por la que se levantó la estatua, aunque es un tema que todos conocéis en mayor o menor medida.

(Sigue, no escribáis todavía)

"... y así fue como el héroe de la ciudad salvó el mundo, y cómo volvió desde los muertos. Sois libres de opinar acerca de los prodigios con los que los seres humanos compartimos este planeta, pero el hecho es que ese día, al menos uno de ellos, salvó a la ciudad... y probablemente el mundo", termina la profesora.

Los chicos comenzáis a desperdigaros en cuanto termina su discurso, pero ella da algunas palmas bien audibles y os paráis donde estáis. Nadie desobedece a la Srta. Zane. La mujerona alza la voz de nuevo, para que podáis escucharla vosotros y medio parque.

"Tenéis una hora para visitar el parque, pero si alguno de vosotros sale del recinto tendré una charla con él y con sus padres o tutores legales, ¿ha quedado claro?", termina. Y al ver que todavía no os movéis, vuelve a palmear con fuerza; "¡Vamos, vamos, aprovechad el tiempo!".

(Sigue...)

Os vais apartando con los demás, y finalmente os quedáis en un pequeño grupo, paseando y alejándoos de la estatua. Ed camina junto a Rajad, el hermano de Tass, un chico abierto y divertido que siempre está pensando en algo que hacer.

(Sigue...)

"¡Conozco un sitio aquí en el parque en el que siempre hay unos colegas haciendo parkour, ¿queréis pasaros?. Es por aquí", dice señalando uno de los caminos más pequeños, pavimentado de adoquines rojos, que hace eses a través de una de las arboledas. "Podemos unirnos a ellos y pasarlo bien", sonríe.

(Sigue, no posteéis)

La capitana de las animadoras, que va delante junto a su amiga Tass, no parece muy contenta con la idea. "No sé... también hay una pista de patinaje que está genial, a veces el equipo metropolitano entrena allí, me gustaría ver si están. Siempre me ha parecido súper bonito cómo se mueven. Es como si bailasen", sonríe.

(Sigue...)

Mervin, en medio de los dos, camina con una guía del parque en las manos, estudiando atentamente cada pequeño monumento y árbol conmemorativo que os cruzáis. "Mmm.. aquí veo que en los dos caminos hay cosas interesantes. Casi que me da lo mismo, ¿y si lo sometemos a votación?".

(Sigue...)

Estáis en mitad del parque, rodeados de corredores, paseantes y algunos alumnos como vosotros. Hace un día fresco y agradable. ¿Qué decidís?

Camino junto a Rajad y sonrío cuando dice de unirnos a los traceurs, la verdad es que me conoce lo suficientemente bien para saber que me apuntaré a eso sin pensarlo. Pero hoy tenemos chicas con nosotros y como me contó mi padre cuando empecé a interesarme por ellas: "Hijo deja que las chicas elijan que hacer, ya me lo agradecerás". La verdad es que nunca entendí ese ya me lo agradecerás, pero en estos casos y debido a mi nula experiencia con el género femenino le haré caso a mi padre.

- Me parece buena idea Raj, yo me apunto al parkour...pero puede que Megan y Tass quieran hacer otra cosa así que elijan ellas. 

Miro el móvil y reviso si ya salió la demo del último videojuego de la saga Ninja Gaiden Storm, mi videojuego favorito y el causante del cincuenta por cien de mis alegrías y tristezas.

Nunca antes me habría imaginado ser la mejor amiga de la capitana de las animadoras, quizá eran los prejuicios, esos que muchas veces nos anulan y no nos dejan ver más allá de nuestras narices pero aquí estoy en el Centennial Park con ella y muchos otros estudiantes.

Presto atención a la explicación de la Srta. Zane, me apasiona la vida de los héroes que salvan nuestras vidas cuando no lo esperamos, sin buscar nada a cambio, simplemente por ayudar. Ojalá hubiese tenido uno cerca en el pasado.

Cuando nos dispersamos, me quedo junto a Megan la cual casi me obliga a ir con mi hermano Rajad, no es que me lleve mal con él pero si podemos evitarnos de vez en cuando mejor, el caso es que a ella debe ser que le gusta... También están Eddie y Mervin, nunca he interactuado mucho con Eddie, con Mervin algo más ya que muchas veces le pregunto opinión sobre algunos proyectos.

-Cómo me conoces Megan.- le miro de reojo esbozando media sonrisa cuando pronuncia la palabra patinaje, las palabras mágicas. -¡Me apunto a eso de patinar!- ya no porque así fastidie los planes de mi hermano, también porque es una de mis grandes pasiones.

-Atento Mervin a mi última idea, te va a encantar.- echo mano a mi reloj de pulsera y dando a un botón de mis zapatillas salen varias ruedas en línea. Le guiño un ojo al empollón que seguro que debe estar flipando.

-¿Vamos entonces?

- Las chicas quieren ir a patinar Raj... - le comento al hermano de Tass - ...así que tendrás que decidir, el parkour puede esperar. Los obstáculos nunca desaparecen...

Dicho esto veo el artilugio que Tass muestra. Es interesante, parece como si fuera uno de los cachivaches de Batman de esos que siempre se saca de la manga para acabar con los malvados de Gotham.

- Buen gadget Tass... - digo adelantándome a Mervin para luego preguntarle - ...¿qué trucos sabes hacer sobre patines?

Los chicos parece que van a ceder a nuestra petición. ¡Bien! Así podré probar los patines.

-¿Trucos? Soy la mejor patinadora que puedas ver... ¡Ya verás! ¡Ya!- mi ánimo es bastante alto desde que sé que vamos a una pista de patinaje, normalmente no suelo ser tan alegre pero cuando me dan en mis puntos ociosos pierdo un poco el norte.

Metrópolis, turno 2

Clone proviene de "Clone turno 5"

Moonshine proviene de "Moonshine turno 4"

En lo alto del Little Bohemia Night Club dos figuras se asoman a la ensortijada barandilla del balcón, descubriendo la hermosa vista de la ciudad a sus pies. Christopher Archibald, un treintañero atlético y atractivo ataviado con un carísimo traje de corte clásico, y su compañera Saphire Stagg, una joven rubia y delgada como vara de junco envuelta en un hermoso vestido de seda, contemplan a sus pies el Cenntenial Park de Metrópolis, con la impresionante estatua conmemorativa del Hombre de Acero con el águila en el puño alzándose orgullosa. La velada ha salido bien, y ambos, ricos y famosos, se preparan para besarse.

Abajo, junto a la estatua, un muchacho corpulento de masiva musculatura, vestido con una sudadera, aborda a la tutora del instituto que realiza una visita al parque. Es Liam Maslow, y a pesar de su repentina aparición y de su imponente tamaño la mujer a la que aborda, de mediana edad, no se arredra lo más mínimo cuando se dirige a ella;

"Señorita por favor, disculpe que la interrumpa pero necesito su ayuda. Tengo que encontrar a un hombre que me esperaba en este lugar, un hombre con aspecto nervioso y malcuidado. Posiblemente con la ropa sin planchar. Necesito saber si le dijo algo o si vió hacia dónde se iba. Es posible que estuviera hablando sobre un problema que afectaba a todo el mundo".

(Sigue, no postear)

La mujerona observa al joven alzando una ceja; "¿Un hombre de aspecto descuidado y con la ropa sin planchar?. Lo siento jovencito, pero tengo a muchos alumnos de los que ocuparme como para vigilar lo que hacen los vagabundos del parque. Lo cierto es que no puedo ayudarle".

En ese momento se escuchan unas risas y se observa una agitación por allí cerca, cuando un alumno que estaba haciendo equilibrios en una fuente termina por caer a ella. "¡Bryan!. ¡Bryan, qué te tengo dicho!. ¡Al autobús ahora mismo, te has quedado sin visita. ¿Cómo?. ¿Te ríes?. ¡Voy a llamar a tus padres y vas a ver qué risa!", exclama la sargento de hierro sacando un teléfono móvil y dejando plantado a su joven interlocutor.

(Sigue...)

Un hombre de algo más de veinte años, alto y rubio y con aspecto pensativo, se pasea por allí cerca y se aparta de las salpicaduras que Bryan proyecta en todas direcciones mientras sale de la fuente, rodeado por otros alumnos, que se están partiendo de risa ante lo sucedido.

Es Gabriel Redfield, que está recordando momentos pasados en este parque hace ya mucho, mucho tiempo. Viste una chupa de cuero, y se aparta del gentío buscando algo de tranquilidad. El joven puede ver a lo lejos una gran pista de patinaje, en la que otros alumnos también se lo están pasando bien.

(Sigue...)

Uno de los estudiantes, un quinceañero café con leche llamado Rajad, permanece con aire de fastidio apoyado en la barandilla del recinto de patinaje, viendo a la gente rodar en círculos en su interior. "Tendrás que decidir, Raj... ñañaña... el Parkour puede esperar... ñañaña...".

Al lado se encuentra Eddie Benet, un chico bajito con una gorra y aspecto urbano. Rajad parece algo molesto con él; "¡Lo hubiéramos pasado mucho mejor en el complejo de parkour, aquí sólo hay chicas y viejos rodando sin parar, no mola nada", dice Rajad dirigiéndose a él.

(Sigue...)

Otro muchacho, delgado, estirado y con gafas, llamado Mervin, se encuentra un poco alejado de ellos, sentado en un banco junto a las bolsas con los bocadillos y bebidas que se han traído a la excursión. "Pues no me llama ni lo uno ni lo otro, la verdad. Casi que me quedo aquí a cuidar los bultos", afirma con la nariz metida en una guía del parque, levantando de vez en cuando la vista para localizar alguna curiosidad que se menciona en ella.

(Sigue...)

Tass, una chiquilla morena, parece mucho más interesada en el patinaje que sus tres compañeros varones; está frente a la abertura de entrada a la pista, junto a otra muchacha de la misma edad, ésta rubia y tan delgada que parece que se va a romper, que está sentada en el suelo atándose en los pies los patines que acaba de alquilar en una caseta cercana.

(Sigue...)

La chica sonríe alegre, y levanta la vista de vez en cuando a Tass sonriéndole con una boca llena de dientes. "Gracias Tass, creo que no lo hubiera pasado bien allí donde el Parkour. Ya sabes, son casi todo chicos, y bastante brutos. Aquí podemos pasarlo mucho mejor", dice. Luego se gira un momento, sentada, y se dirige a Eddie; "Y gracias también a ti, eres un cielo", afirma terminando de atarse los patines.

Luego, mientras se levanta con bastante gracia dispuesta a entrar en la pista de patinaje, mira de nuevo a Tass; "Oye, ¿tú no alquilas patines?. Se supone que ibas a patinar conmigo, ¿no?".

(Sigue...)

https://www.youtube.com/watch?v=fLI3fSgccZU

Crhis se encuentra en el Little Bohemia, a muchos metros sobre el parque. En la estatua conmemorativa está Clone, en busca de Thomas Dunlay. Ghost Rider pasea entre la estatua y la pista de patinaje, con ambas localizaciones a la vista, disfrazado como su alter ego. Tass y Eddie Benet están junto a la entrada de la pista de patinaje. Es mediodía, el cielo es azul y el sol está radiante.

Hasta ahora.

De repente, el cielo se encapota y una sombra oscurece toda la ciudad, y todavía más allá. Todo el mundo, alarmado, comienza a mirar hacia el cielo, que ha adquirido una extraña tonalidad gris. Nubes densas y grasientas parecen formarse en cuestión de segundos, impidiendo la vista del sol. Se oyen algunos gritos y sofocos en la pista de patinaje, cuando algunos de los patinadores caen al suelo al observar el extraño fenómeno. Una mujer grita cerca de la estatua.

Un viento sobrenatural se alza venido de algún lugar imposible, trayendo olores a ozono y a azufre. Las hojas caídas en el suelo del parque se levantan y revolotean junto a las hojas de los periódicos del quiosco del parque. Ahora los gritos son más numerosos. Las tinieblas que empiezan a ocupar toda la ciudad adquieren una tonalidad rojiza y extraña.

(Sigue...)

Alarmada, la mujerona comienza a pegar gritos para atraer a sus estudiantes. "¡Aquí!, ¡aquí todo el mundo!, ¡formad una fila frente al autobús, vamos!". Corriendo de un lado para otro, la profesora comienza a agarrar a los chicos más cercanos y a encaminarlos hacia los autobuses del aparcamiento.

(Sigue...)