EN EL PARKING...
Las palabras de Thaddeus fueron apagándose mientras la mano que le agarraba del cuello apretaba más y más. Los pulmones le ardían y el crucifijo se clavaba en su piel. Pensaba que iba a perder el conocimiento cuando la presión se aflojó y el aire entró de nuevo en sus pulmones a borbotones como el agua en una presa que abre sus compuertas.
Escuchó un sollozo, más propio de un niño que del hombre de talla extra grande que le agarraba del cuello. Un sollozo, y una lágrima deslizándose por la mejilla, y luego otra, y otra. La enorme mano soltó definitivamente el cuello de Thaddeus. Y al mirar su palma Vince pudo ver el signo de Dios dibujado en ella. En llanto vivo el enorme matón cayó al suelo de rodillas dejando caer su arma para agarrarse la muñeca de la mano que tenía dibujada una cruz.
Desde el suelo miró al cielo sin dejar de llorar.
-¡Perdóname Señor! ¡Pues he pecado contra ti en mi ignorancia! ¡Me extravié del camino Señor!- clamó al cielo el gigantón.
Poco le importaba ya la furgoneta, el perro y su jefe, aquel hombre le había abierto los ojos, ¡la violencia no era el camino!, su misión en el mundo era ayudar al prójimo y en aquel momento el que necesitaba su ayuda era El Siciliano, por muy infiel que fuera.
Dejando atrás su arma se levanto del suelo e ignorando a Thaddeus corrió con torpes pasos hacia Arty.
¿Dudar un poco?
¡Con ese post creo que se merece lo que le he dado! :D
EN LA PARTE DE ATRÁS...
La caja salió por fin. La pareja de timadores la sostuvo en vilo en el aire, sujetandola cada uno por un lado. En ese momento en que sus brazos estaban estirados hacia arriba sus caras quedaron a escasos centimetros la una de la otra. Fue entonces cuando sus cercanas narices captaron del aire un aroma que fue creciendo en intensidad. Por las rendijas del plástico que había servido de hogar a Roquero un rancio olor a orín huía a toda prisa hacia la libertad. Aquel canino hijoputa se estaba meando encima en pleno sueño.
EN EL PARKING...
Lotus se había quedado helado, no había tenido tiempo de reaccionar ni salir por patas, con suficiente esfuerzo había conseguido mantener el control del esfinter y ahora se alegraba de la proeza.
Vale mas que salgamos de aquí, antes que ese bigotudo o su mole de perro cristiano se lo repiense. Lotus pone la primera de nuevo y acelera para salir del parking dejando una estela de chispas con la llanta de la furgo.
Reza a Dios para que no atraigamos al loco del la metralleta.
EN LA PARTE DE ATRÁS...
Meted al chucho en la parte de atrás. el cuello de Declan se estiraba por el hueco que había quedado libre como si se tratara de una tortuga. El pollete de la ventana quedaba un poco alto, casi un reto olímpico para su metro sesenta. Apoyó las dos manos en él, cogió aire dos veces y saltó encogiendo las piernecillas hacia un lado para no golpearse. Sus zapatos retumbaron en el asfalto de satisafacción por haber evitado una vergonzosa caida.
Vamonos de aquí. sonrió.
FIN DE LA ESCENA PARA VOSOTROS