Partida Rol por web

La canoa dio la vuelta a la isla, y se vio la casa. El lado sur de la isla era diferente del resto; descendía en suave pendiente hacia el mar.
La vivienda era baja y cuadrada, de estilo moderno. Estaba orientada hacia el Mediodía y recibía la luz a torrentes.
Una vivienda espléndida que respondía a todo cuanto se puede soñar.
Philip Lombard observó secamente:
—Debe de ser muy difícil llegar hasta aquí con mal tiempo.
—Cuando sopla el sudeste es imposible acercarse. A menudo las comunicaciones con la isla están cortadas durante una semana o más aún.
Vera Claythorne pensó:
«El aprovisionamiento debe de ser difícil. He aquí el inconveniente de una isla, cualquier disgusto con los criados se convierte en verdadero problema.»
Un lado de la canoa chocó suavemente con las rocas. Fred saltó a tierra; él y Lombard ayudaron a los demás a desembarcar. Narracott amarró la canoa a una argolla empotrada en la piedra y después dirigió al grupo hacia una escalera tallada en las rocas.
El general MacArthur exclamó:
—¡Esto es espléndido!
Sin embargo, en su fuero interno, no se encontraba a gusto. «Estrafalario lugar para vivir», pensó.
Al final de los peldaños se encontraron sobre una terraza. Ante la puerta abierta estaba un mayordomo de bondadoso semblante, esperándoles, y su cara pacífica aunque seria, les tranquilizó. En cuanto a la residencia de los Owen era admirable y el panorama que se vislumbraba desde la terraza superaba cuanto se hubiese visto o imaginado.
El criado se adelantó y haciendo una reverencia les invitó:
—Señoras y caballeros, ¿tienen ustedes la amabilidad de entrar?
En el inmenso vestíbulo había refrescos preparados para los invitados.
A la vista de las hileras de botellas Anthony Marston recobró su buen humor. Esta mezcolanza de gente no era de su gusto. Pero ¿qué idea tan tonta tuvo ese idiota de Badger de hacerle venir a esta isla? Sin embargo, las bebidas eran buenas y no faltaba el hielo.
Mister Owen, a causa de un fastidioso retraso, no podía venir hasta mañana.
El mayordomo se ponía por entero a disposición de los invitados. ¿Deseaban subir a sus habitaciones...? La cena estaría servida a las ocho...
Vera siguió a la señora Rogers hacia el otro piso. La criada abrió una puerta al final del pasillo y la joven entró en un dormitorio espléndido con un gran ventanal que daba al mar y otro hacia el interior; no pudo por menos Vera Claythorne que lanzar una exclamación de asombro.
Espero que no le falte nada, miss —le decía la señora Rogers.
Vera miró a su alrededor. Sus maletas deshechas ya y puesto todo en su sitio.
En una esquina de la habitación había una puerta que Vera supuso sería el cuarto de baño.
—Si desea algo más, miss, no tiene más que tocar el timbre.
—No tengo necesidad de nada, gracias.
Vera examinó a la mujer. Estaba tan pálida que parecía un fantasma. De tipo muy correcto, con los cabellos echados hacia atrás, y su traje negro, pero sus ojos no dejaban de mirar en todas direcciones. «Parece que tenga miedo de su sombra», se dijo Vera.
Y era cierto. La señora Rogers parecía presa de un pavor mortal.
La joven sintió un ligero estremecimiento. ¿De qué podía tener miedo esta mujer?
Amablemente dijo:
—Soy la nueva secretaria de la señora Owen, seguramente ya lo saben ustedes. La señora Rogers respondió:
—No sé nada, miss. Sólo me han dado una lista de las personas que venían y la habitación que tenía que dar a cada uno.
 

William disfrutó bastante el paseo en barca hasta la isla, siguiendo con su actitud de intentar entablar conversación con los demás y crear buen ambiente. al ver la otra costa de la isla comentó sorprendido Es tremendo, qué diferente puede ser una isla en sus dos lados, . Una vez en la casa,optó por despedirse de momento de los demás y retirarse a su cuarto a colocar el contenido de sus maletas. Cuando llegó, vio que todo estaba ya colocado, ante lo cual no sabía muy bien qué pensar. Recorrió el contenido de los armarios y del baño reajustando las cosas que no estaban colocadas a su gusto, y cuando todo estuvo listo, miró el reloj y decidió que leería un rato hasta que se hiciera la hora de cenar. Era una lata que la persona que les había invitado no estuviera allí para explicarles sus motivos, pero bueno, al día siguiente esperaba que apareciese y lo aclarara todo. Cogió el libro que había llevado consigo, se sentó cómodamente en una butaca y se sumergió en la lectura.

Vera se había sorprendido con el contraste que ofrecia una msma isla vista desde dos partes diferentes. Quien hubiera pensado que una misma isla tuviera dos caras tan diferentes? Es como las personas, todos tenemos dos lados, algunos más contrastantes que otros.

Al llegar a la habitación, la preciosa vista atrajo de inmediato su mirada y su atención.Que habitación más hermosa, definitivamente no hace juego con el otro lado de la isla, y que vista! En cuanto se retire la señora la conoceré más a fondo. Es mejor que me acostumbre a ella, puesto que no se cuanto tiempo vaya a estar aquí. Pero no será muy dificil, es una de las habitaciones más hermosas que haya visto en mucho tiempo.

Cita :
 

El estado de esta mujer se ve preocupante. En caso de que pudiera ser de utilidad, le pregunto: Señora, esta usted bien? Perdone si me entrometo, pero esta usted pálida. No gustaría tomarse un descanso? Y le señalo alguna de las sillas de la habitación.

-Gracias Miss Claythorne, pero tengo mucho que hacer, debo tenerlo todo preparado para la cena...-haciendo una pequeña reverencia de agradecimiento me despido de Vera Claythorne y sigo con mi cometido, intentando que todos los invitados esten bien atendidos. -Si necesita cualquier cosa solo toque el timbre.

Viendo que mi cansancio resulta obvio, tomo aire y me pellizco las mejillas para que el color vuelva a ellas, me resulta incómodo ser el centro de atención, mi estricta formación no me permite tomarme ningún respiro, ni tomarme ninguna libertad.

 Mientras se acerca el barco, atisbando el horizonte desde el puerto.

 Querida, he ahí nuestros nuevos huéspedes. Menos mal que ya llegan, esta isla puede se hace tan tediosa... No sé que sería de mi persona sin tu apoyo sinceramente. Te diré, si me permites este asalto de sentimiento, que eres lo más valioso que he llegado siquiera a atisbar en mi ya no tan corta vida. Ahora si me disculpas, iré a la casa a arreglar todo para que sea del agrado de los recien llegado, recíbelos tú en el puerto. 

 Thomas se aleja caminando elegantemente.

Tras la salida de la señora Rogers, me aproximo a la ventana que da al mar, y dedico unos minutos a admirar la vista, sin pensar en nada en especial. Luego reviso la habitación, y ordeno algunos adornos y detalles para sentirse cómoda. Se tomo otro instante para ver el interior de la casa desde el otro ventanal, y finalmente se dirigió hacia la puerta de la esquina para conocer el baño y disponer sus elementos de aseo personal.

Vuelvo al vestíbulo dónde se hallan el resto de huéspedes, y me dirijo a la señora Emily Brent: -Disculpeme señora, si quiere que la acompañe a su alcoba...porfavor...

Espero su respuesta y le indico con la mano el camino que debemos seguir. Me quedo a su lado esperando las indicaciones para subir sus enseres. Observo al resto de invitados por si falta algun detalle, o si alguien necesita de nuestro servicio. Me parece ver que todo esta bien.

<<Menudo lugar este. No sé cómo me pude dejar convencer por Badger para venir a esta especie de entierro con una buena barra libre a mi disposición. ¿Y esta gente? No sé muy bien qué hacemos aquí, pero espero no estar perdiendo el tiempo. Me he tenido que perder otra fiesta que esa sí era una bomba>> pensó Tony Marston mientras recorría el salón con una copa de Brandy en la mano que tomó de entre todas las bebidas que el servicio de la casa les había ofrecido en el vestíbulo. Se sentía soberanamente aburrido ante tanta quietud. Apenas había movimiento en la casa y hasta ahora no había estado tanto tiempo sin que alguna muchacha suspirase a su paso. No estaba acostumbrado a esa especie de jaula lujosa ni lo estaría nunca. <<¿Quién diablos puede decir que vivir aquí es "vivir"? Suerte de la buena bebida, que si no esto ya sería de locos>> pensó mientras deambulaba hasta uno de los ventanales y obserbava el exterior. Quizás durante la cena la cosa mejorase.

El general estaba algo hastiado por aquella casa. Era grande, sí. Y en parte era bonita, sí. Pero... demasiado fría incluso para un hombre como él. Una vez en el vestíbulo se tomó la libertad de servirse uno de los refrescos ya que su garganta reclamaba algo de líquido fresco.

Tengo ganas de cenar y de que llegue el señor Owen... ¿Alguno de los aquí presentes tendrá alguna historia interesante que recordar?

Observo fijamente a todos los que siguen en el vestíbulo, mirando con algo de desaprobación al joven Marston. Creo que ese chico está fuera de contexto.

El trayecto en barca no habia sido particularmente de mi agrado... soy un hombre de tierra, eso es indudable, me digo a mi mismo mientras sonrio y a la vez observo la isla con interés, tan diferente el sur del norte, como la vida misma...

Al llegar a la isla, y ser atendidos por el señor y la señora Rogers, es inevitable fijarme en el lamentable estado fisico de la señora Rogers, que le ocurrirá? demasiado trabajo? seguro que el resto de mis compañeros se estan preguntando lo mismo....

Aun no entendía demasiado bien el motivo de mi visita a la isla acompañado de toda esta gente tan variopinta... sin embargo algo me dice que esto promete ser cuanto menos entretenido... intentare evitar las batallitas del general... aunque sigo pensando que parece un hombre honrado y entero... no como ese joven...

Una vez en la mansión, en el salón, observo las bebidas, y siguiendo el ejemplo del joven Marston, me acerco al mueble bar y me sirvo un delicioso y aparentemente caro cognac...

- Espero que a nuestro anfitrion no le importe que nos autosirvamos... señora, podemos? le pregunto a la señora Rogers... Mientras hacemos un poco de tiempo para la cena, no le parece señor Marston? Creo que tenemos tiempo para una copita, e ir a acomodarnos y asearno, supongo... por cierto señor Marston.... que le trae por aquí?, le pregunto mientras me sirve finalmente la copa, apenas sin esperar la respuesta de la señora Rogers, puede parecer de mala educacion, pero todo este viaje merece una buena copa, pienso para mi...

Se gira y mira al señor Lombard, como si le sacase de inesperado de sus pensamientos. Sonríe de esa forma tan curiosa, entre cortés y canalla sosteniendo la copa de Brandy en su mano.

-Tiene usted razón señor...-hace una pausa como intentando recordar su nombre, pero resulta obvio para ambos que no se han presentado como es debido. Observa la bebida que el señor Lombard se sirve.- No hay duda de que sabe lo que quiere - dice alzando su copa a modo de brindis y toma un trago de ella.

<<Y he aquí al típico hombre rudo de cognac inglés. Al menos es el único que sabe apreciar lo bueno de esta mansión fría y silenciosa. Ya tenemos algo en común>> piensa.

Manteniendo esa sonrisa tan característica responde a la pregunta del señor Lombard:

-Verá, un conocido mío me hizo saber acerca de este... evento, y me dijo que estaba invitado. Créame cuando le digo que no está en mi lista de prioridades el venir a una isla tan pequeña y con mi "pequeño" esperándome en tierra impaciente por volver a la carrera, pero consiguió persuadirme. ¿Y vos? ¿Qué os trae a la mansión de tan magno y étereo anfitrión?

Echa un vistazo en general a las personas que aún deambulan por la planta baja mientras habla con el señor Lombard y repara en lo fantasmal del semblante de la señora del servicio. Lo que faltaba, parecía sacada de una cripta siniestra.

 Caballeros, Señoritas, me alegro de que todos hayan llegado según lo previsto, mi señora Ethel a quien ya han tenido el gusto de conocer y yo, somos los encargados de mantener el lugar y de resolver cuantas necesidades les surjan durante su estancia, por lo que no duden en recurrir a nosotros en cualquier momento para cualquier cosa. 

 Ahora, y si ellas me lo permiten, me llevaré a los señores a enseñarles la sala de juegos mientras la cena termina de prepararse... Veo que ya están disfrutando del bar. Tengo bastante experiencia en cocktails y mezclados, por lo que pueden requerir mis servicios en este campo si también lo desean.

Durante el viaje en la canoa no dude un segundo en tomarme uno que otro sorbo del buen Whisky que compre en un viaje a Inglaterra Arriesgandonos a deshidratarnos por exponernos a estos soles y rodeados de agua salada Pense durante un momento

Finalmente y cuando llegamos a la casa no puedo evitar asombrarme por lo elegante y agradabe del lugar

No puedo evitar pensar en el radon que nos rodea en estos momentos..recuerdo un ensayo para la revista Heatlh Spirit en el 99...logre alcanzar el premio Jake Ballard... Digo mas para mi mismo mientras me dirijo a mis aposentos

Creo que un sueño reparador caeria bien...permiso señores

Observo a mis compañeros mientras viajo en la canoa, parece un grupo muy variopinto. Me mantengo en silencio mientras leo un paseje especialmente reconfortante de mi querida biblia.

Cuando por fin vemos el hogar de mi amiga,levanto la vista del libro para admirarla. El estilo de la casa me impresiona, negativamente. Demasiado ostentoso para mi gusto. Observo a mis compañeros y sus reacciones.

-Disculpe señorita Rogers, me temo que me he despistado. Indíqueme mi alcoba.- digo con mi acostumbrada sequedad.

-Hasta la cena.- me despido de mis compañeros para dirigirme a descansar un poco antes de cenar.

Acercandome al señor Marston, con mi copa de Cognac en la mano...

- Tendrá que perdonarme, no estoy acostumbrado a presentaciones formales... Soy Phillip Lombard... podemos decir que aventurero, voy de aqui para alla viviendo experiencias y ganandome la vida en lo que va saliendo, para poder continuar viajando... Y por eso estoy aqui... Escuche en la radio sobre esta desconocido isla... y me dije, que diantres!!! Tengo que ir a explorarla!!! Jajajaja, le comento, y al terminar doy un largo trago... AHHHH Mmmm, delicioso este cognac...

Observo por la ventana...

- Menuda mansión y alrededores, no? Nuestro anfitrión no anda con chorradas....

Dejo a la señora Brent en su habitación Si lo desea la aviso para la cena...espero que la habitación sea de su agrado señora. Espero su aprobación y le recuerdo que para cualquier necesidad solo debe tocar el timbre para que alguien se persone en la alcoba.

Empiezo a notar la fatiga, el cansancio de todo un dia de preparativos, pero mi estricta educación britanica le exije mantener la compostura, almenos ante los demás, así que vuelve a coger aire, endereza su postura y sigue con sus quehaceres....demasiado trabajo para dos personas piensa, y recuerda los tiempos en que aquella casa estaba en pleno rendimiento, y ella era una joven doncella que podia con todo...como pasa el tiempo...

-Le agradecería que me avisase, me temo que mi cuerpo ya no es el que era y me tendré que tumbar un rato. El cuarto está bien, no se preocupe. Puede ocuparse de los otros huespedes de la casa.- la despido en tono serio.

Ordeno mi ropa, como siempre por colores, desde el gris, pasando por el azul marino, hasta llegar al verde botella y el negro. No es que tenga muchas prendas, por lo que acabo pronto. La vanidad es un pecado.

Me cambio de ropa por uno de mis camisones y me echo a descansar un rato antes de la cena.

Me dirijo al señor Lombard:

-No se preocupe, no estamos tampoco en una situación demasiado normal. Encantado señor Lombard -dice.

Dirije su mirada hacia el exterior de la casa y asiente:

-Sí, muy cierto, pero creo que es un desperdicio de lugar. Si estuviese bien comunicado con un ferri, algunos caminos transitables para autos, una casa de juegos... sería un lugar más atractivo sin lugar a dudas.

Oye al mayordomo de la casa decir que les enseñará la sala de juegos y que es un maestro en preparar cocktails y piensa <<Mi ángel de la guarda lleva un delantal negro y tiene un acento inglés muy cerrado>>.

Por otra parte observa como la señora Brent y el señor Armstrong se despiden para ir a sus aposentos a descansar:

<<Y hete aquí a la mujer de hierro de esta era... Me recuerda a la señora Nesson, todo el día con ese diantre de libro arriba y abajo como si ello las hiciesen mejores personas... Ya puedo imaginarme como será la cena>>.

-Vaya, noticias frescas -dice al señor Lombard tras lo que el mayordomo les dijo a los presentes sobre la sala de juegos y que sabía preparar cocktails- Quizás aún pasaremos un agradable rato entre caballeros apostando algo de dinero mientras los flamantes elixires nos hacen fanfarronear acerca de nuestras proezas, ¿no le parece? -bromea en un sutil humor "entre caballeros".

El juez Wargrave había permanecido en silencio hasta ese momento, observando todo a su alrededor, tanto el precioso paisaje como al resto de invitados a la extraña reunión de la isla del Negro, a los que intentaba analizar por medio de su forma de hablar o por sus movimientos. Finalmente, se decidió a acercarse al anfitrión y aceptar su invitación.

- Señor Rogers, permítame decirle que viven ustedes en un lugar precioso y, además, que aceptaré encantado esa invitación a algo que echarme al cuerpo...