Partida Rol por web

- Señora Brent, le ocurre algo?, pregunto al apreciar algo en su estado... no pretendo importunarla, pero yo no saldré corriendo de esta isla... Pero he de decirle que el poder de alguien reside en la cantidad de informacion que dispone de otras personas... y me mucho me temo, que ese alguien dispone de demasiada informacion de cada uno de nosotros... es eso lo que realmente me aterra..., termino diciendo, acabo el cognac y poso el vaso sobre la mesa...
- Creo que poco podemos hacer... si me permiten, creo que iré a mi habitación a asearme un poco... si necesitan algo, no tienen mas que llamarme.

Durante todo estos sucesos me habia limitado a prestar atencion medica aunque este no era el fin de mi visita a esta isla por lo que un poco de incomodidad se apodera de mi

Creo que de lo unico que soy culpable es de aguantarme por tantos años a montones de pacientes cansones y diabeticos Digo de mala gana En todos mis años como fisico de excelentes instituciones y empresas de reconocido renombre mundial es la primera vez que me faltan al respeto asi nomas...

Luego sigo hasta el minibar para servirme un whisky Ahhhhh...

Cita :

-Estoy perfectamente gracias. Dicen que la información es poder, pero lo pasado, pasado está.-contesto bruscamente, consciente de que se ha dado cuenta de mi estado.- suba a descansar, seguro que mañana le hace falta.-

Vuelvo a mi asiento, intentando recuperarme un poco, dejando la bebida a un lado. Miro con indiferencia al señor Armstron. 

-Soberbia..- murmuro repasando mentalmente todos los pecados capitales y sus castigos en el Infierno.

Creo que todos deberíamos hacer como la señora y retirarnos a descansar...ya mañana veremos que sucede y qué clase de explicaciones recibiremos. Apuro el resto de agua que me quedaba en la copa y me levanto. Les pido que me disculpen, por favor. Y salgo del comedor en dirección a mi habitación.

Todos aquí afirmamos nuestra inocencia...o por lo menos saben qué es lo que hicieron. Me pregunto cómo alguien que hasta ahora no conocemos, como los Owen, pudieron llegar a saber eso. Y me pregunto que derecho tienen a jugarnos semejante mala pasada.

Al llegar a mi habitación, tomo la hoja que estaba sobre mi cama y la dejo en la cómoda, me cambio la ropa nuevamente y me pongo un camisón de dormir, rezo unas pocas oraciones, apago la luz y me acuesto a descansar.

Esa canción...qué tendrá que ver? qué tétrica. Espero que mañana sea un mejor día...

Con esos pensamientos en la cabeza me quedo dormida.

 Cuando todos nos vayamos a la cama, dejo a mi mujer en su dormitorio y en mitad de la noche salgo de mi habitación, en silencio entro en la habitación del general MacArthur e inyectándole un tranquilizante para hacerla cosa más sencilla e inculpar al doctor tapo su cara con la almohada hasta que muera asfixiado. Tras esto me vuelvo a mi habitación y continúo la noche con normalidad.

Despertais todos a la mañana siguiente, sabeis que hasta dentro de dos dias no llegara un barco a la isla asi que bajais a desayunar un tanto desanimados por los echos. Vais apareciendo uno a uno en la mesa mientras el señor y la señora Rogers van poniendo el desayuno. Cuando ya estais todos os dais cuenta de que el general no ha bajado aun.

Luego de una noche tranquila gracias a mi dosis personal de amitriptilina compuesta con unas gotas de diazepam para el sabor, me despierto cual bebe para volver a recordar que me encuentro en esta maldita isla donde al parecer nos juegan una broma de mal gusto.

Al bajar a desayunar me encuentro con que soy el primero lo cual no me parece extraño ya que desde los años de escuela siempre me he caracterizado por ser el primero en todo.

Luego de un momento me preparo a consumir los alimentos que se ven deliciosos

Bon apetit decian en Francia durante aquella convencion de terapistas respiratorios en los cuales me fue necesario asesorar..tiempos aquellos..cuanta envidia sentian esos medicuchos por mi

Despierto temprano en la mañana y dedico un tiempo en hacer algo de calistenia y asearme, costumbre que tomé mientras enseñé cultura física en el colegio. Al salir del baño, me dirijo hacia el armario y tomo un vestido azul claro con algunas flores bordadas en el ruedo de la falda. Luego de peinarme, bajo hacia el comedor, justo a tiempo para tomar el desayuno. Por el camino recuerdo que estoy en una isla, y en manos de alguien que al parecer sabe cosas que nadie en el mundo debería. Mi anímo decae ligeramente, pero sube de nuevo cuando recuerdo que hoy es la fecha en que deben llegar los Owen y darnos las explicaciones pertinentes.

Ya en la sala, veo que el doctor ha llegado antes que yo.

Muy buenos días, doctor Armstrong. Tuvo usted una buena noche?

Mientras digo esto tomo el mismo asiento que tomé la noche anterior para la cena, y me dispongo a tomar el delicioso desayuno que preparó la señora Rogers. Se ve exquisito, señora Rogers...muchas gracias.

Señorita..Respondo levantandome de la silla como gesto de saludo Perfectamente, a pesar de lo sucedido tengo mis truquitos para no desvelarme..y como la ha pasado usted?

Bien, gracias. Tuve una noche tranquila, para lo que sucedió en la cena. Me place enormemente que usted también haya podido descansar bien.

 Thomas entra en la habitación con una bandeja de huevos pasados por agua y la coloca en medio del desayuno continental que ya han servido entre Ethan y él.

 Buenos días a todos los presentes, espero que hayan podido conciliar el sueño trás el altercado de ayer.

 Se le ve más tranquilo que anoche. Una vez servido el desayuno espera detrás del bar a que sus servicios sean requeridos.

   Algo más tranquila atiendo a los invitados junto con Thomas. Los ánimos no están muy animados, pero mi trabajo es lo primero, así que con un pequeño esfuerzo y tras los cumplidos de la señorita Vera, consigo esbozar una pequeña sonrisa de agradecimiento. Gracias señorita, si desea algo más...

Tony está aún en la cama, resistiéndose a despertarse a pesar de que la luz matinal va haciendo su trabajo.

-¡Maldita luz...! -murmura gruñón.

En el suelo de la habitación hay una botella de whisky muy cara que yace vacía y otra a medio acabar en la mesita de noche. Se frota la cabeza mientras se sienta en el borde de la cama y se despereza.

<<Suerte de mi veterano amigo...Vaya día me espera hoy...>> piensa mientras abre el armario y se da cuenta que sus maletas aún están por deshacer.

Abre su maleta y se viste con ropa aseada. Y así, con cara de resaca, algo despeinado y atolandrado baja por las escaleras de la casa hasta el salón, dando bostezos a diestro y siniestro. Cuando entra en el salón recupera algo de su compostura y logra articular un saludo de buenos días tras carraspear un poco:

- Buenos días... je..."buenos"... Tiene gracia... -dice con su característica sonrisa encantadora.

Toma asiento al lado de los presentes y se va preparando el desayuno con un apetito voraz.

-¿Han descansado bien? Yo he dormido como... un angelito -sonríe tras decir esto último.

La luz del sol que entra por la ventana y me da en los ojos me despierta.
Un poco atontado aún, miro a mi alrededor y finalmente recuerdo dónde estoy y también los acontecimientos de la noche anterior. Tras descubrir que no había posibilidades de salir de aquella isla por el momento, me había ido a dormir bastante enfadado, y no había pasado muy buena noche.
Pensando en que no tenía nada que hacer en todo el día me quedo en la cama un buen rato, aunque finalmente, aburrido, me levanto, me arreglo y me dirijo al comedor.
¡Que aproveche! Digo al entrar en la sala, y me siento silencioso a la mesa, observando el opíparo desayuno.
Supongo que no habrá posibilidades de conseguir un periódico del día en este sitio, señor Rogers. ¿me equivoco? digo mientras empiezo a comer pausadamente.

Me despierto tan temprano como de constumbre, al alba. En cuanto abro los ojos, me levanto para arridillarme al lado de la cama y rezar durante media hora el señor. Después leo un par de pasajes interesantes de la Biblia. Mi dedos me guían hasta Corintios-13.  Arrugo la nariz cuando acabo de leerlo. Aunque forme parte de las sagradas escrituras, siempre me ha parecido demasiado blando.

Sigo mi rutina diaria minuciosamente, me aseo y me arreglo antes de bajar. Escojo uno de mis trajes, adecuado para el día, falda y chaqueta azul marino. Desciendo a desayunar, recordando con gesto agrio a mis anfitriones. 

-Espero que tengan pensado volver pronto, desde luego no voy a dejar que semejante insulto que de así. La justicia de nuestro señor es implacable.-

-Buenos días.- saludo con una inclinación de cabeza.- parece que la mayoría hemos descansado bien, así ha sido la voluntad de este señor.-

Cojo unas tostadas y un té. Un desayuno discreto.

-Debería salir a dar un paseo después de desayunar.-

Respondo a la señora Rogers. Nada más, señora Rogers, no pienso molestarla más.

Vuelvo mi rostro hacia los recien llegados y los saludo con cortesía. Buenos días, señora y señores. Espero que hayan podido descansar tan bien como fuera posible. Tomo una tostada y le doy un pequeño bocado, y luego bebo un sorbo de té. Y después empiezo a tomar el desayuno.

 No, me temo que no estamos muy bien informados en la isla, señor, quizá nuestro anfitrión traiga noticias consigo cuando llegue. 

 Sonrío desde la barra y le preparo algo fuerte a Mr Anthony, 

 Si me permite el consejo, una de las mejores maneras de aliviar la resaca es bebiendo más alcohol, he sido barman mucho tiempo, esto le sentará bien.

 Le pongo una bebida fuertecilla, no una barbaridad, pero si algo fuerte, que me parece que este no va a volver a tener resaca nunca.