Partida Rol por web

Tras descubrir el truco del gramófono, que por un momento me había distraído, mi ira aumenta cada vez más en mi interior y se muestra con un color rojo vivo en mi cara. Salgo de la salita de vuelta hacia el comedor mientras voy protestando por el camino, y finalmente me detengo cerca del señor Rogers. - ¿Así que estas eran las intenciones de nuestro presuntuoso y maleducado anfitrión?, bien, pues no pienso aguantarlo ni un minuto más, me largo de esta isla. Respecto a él, espero no volver a verlo nunca, a no ser en el infierno.
Señor Rogers, ¿es posible abandonar la isla y volver a tierra firme esta misma noche? no quiero quedarme en esta casa ni un segundo más de lo imprescindible. Habrase visto...
y dicho ésto separo un poco las piernas y me quedo quieto aguardando la respuesta del criado, listo para salir a mi habitación a recoger todo para marcharme.

Wargrave observa el artilugio de la habitación contigua con el gesto impasible aunque casi podría decirse que la situación, más que incomodarle, le estaba divirtiendo.

Acusados, ¿tienen algo que alegar en su defensa?

El juez se sentía bien entre esos términos y, aunque la manera de plantearlo no había sido nada ortodoxa e incluso él había sido uno de los acusados, no se había puesto nervioso, sino más bien al contrario.

- Señoras y señores, no se alteren, esto debe ser algún tipo de broma de nuestro anfitrión. Y he de decir que aunque él no estuviese hablando, al pedir nuestras respuesta estoy seguro de que debe andar cerca o bien tener otro artilugio de este estilo para escucharnos.

Wargrave comienza entonces a dar vueltas por la habitación, buscando el lugar donde pudiera estar escondido el anfitrión. Armarios, puertas laterales, etc...

- Salga ya y venga aquí con nosotros de una vez. Sus palabras no me intranquilizan, pero uno no puede defenderse sin mirar a los ojos de quien le acusa...

Guapisima, si que esta en la misma sala ^^

 Corro hacia mi esposa.

 ¿Ethel, estás bien? No pudimos hacer nada, no fue nuestra culpa. Ethel, tranquilízate, hay una lancha motora en el puerto, buscaremos ayuda, nos iremos de aquí. 

   Esto no me gusta nada, quiero irme de aquí! No he venido para que me insulten de ese modo...que vamos a hacer? Estoy realmente alterada, me siento muy molestas por esas palabras...como podía ser, quien lo sabia...no podía estar sucediendo...

Me levanto de mi silla y se la cedo a la alterada señora Rogers, que parece necesitarla más que yo. Señora Rogers, por favor, tome asiento. Busco una copa limpia y la jarra de agua y se la ofrezco, para tratar de calmarla un poco. Luego de eso, me dedico a pasear un poco por la habitación, analizando la actitud de los demás. Todos están irritados...todos con excepción del señor Wargave. El parece tomarlo con humor, aunque no sé quien pudiera tomarse semejantes acusaciones con gracia. Eso es lo que tenemos en común...un esqueleto en el armario...que frase más apropiada para este encuentro. Pero no fue mi culpa, la muerte de Cyril no fue mi culpa. Y me absolvieron, eso demuestra que no fue mi culpa. o intenté salvarlo, y no pude...

Cruzo los brazos y me dirijo a la chimenea, buscando algo de calor. Recordé el frio del agua de mar ese fatídico día...y al mirar sobre la chimenea me encuentro una hoja de papel. De inmediato, le comunico a los demás mi descubrimiento: Señoras, señores, esto estaba encima de la chimenea. Dejo la hoja a la vista de todos, y su contenido es el siguiente:

Diez negritos se fueron a cenar.

Uno de ellos se asfixió y quedaron

Nueve.

Nueve negritos trasnocharon mucho.

Uno de ellos no se pudo despertar y quedaron

Ocho.

Ocho negritos viajaron por el Devon.

Uno de ellos se escapó y quedaron

Siete.

Siete negritos cortaron leña con un hacha.

Uno se cortó en dos y quedaron

Seis.

Seis negritos jugaron con una avispa.

A uno de ellos le picó y quedaron

Cinco.

Cinco negritos estudiaron derecho.

Uno de ellos se doctoró y quedaron

Cuatro.

Cuatro negritos fueron a nadar.

Uno de ellos se ahogó y quedaron

Tres.

Tres negritos se pasearon por el Zoológico.

Un oso les atacó y quedaron

Dos.

Dos negritos se sentaron a tomar el sol.

Uno de ellos se quemó y quedó nada más que

Uno.

Que clase de extraño relato es este? parece una canción...si bien algo tétrica para mi gusto.

   En mi cuarto también esta ese escrito... digo algo más calmada Disculpen mi actitud...agradezco que la señorita Claythorne desvie nuestras tensas mentes hacia lo que en principio parece una anecdota. Me levanto y me sirvo un whisky sin hielo, y de un trago me lo bebo, la verdad es que lo necesitaba hacia rato...Alguien quiere una copita? Me ofrezco cortesmente para servir algo a los invitados, creo que todos lo necesitamos...

No se preocupe por mí, señora Rogers, yo estoy bien.

Aunque curiosa, la aparición de este escrito parece haber distraido la mente de los demás de las graves acusaciones lanzadas por el fonógrafo. Me pregunto que relación tiene este papel con la grabación de hace un momento...no me gusta, no se porqué.

Me dedico mentalmente a repasar la cancioncilla, tratando de establecer alguna relación, o mejor, de recordar si alguna vez la había oído antes.

Cojo el papel de la chimenea y hago una bola con él, dejándolo luego caer al suelo. De hecho, no importa, ya que al parecer la señora Rogers ya sabe que hay un duplicado en cada habitación sin moverse del salón.

- Patrañas, patrañas absurdas. ¿Quién se habrá creído que es para tratarnos, para tratarme A MÍ de este modo? Yo propongo que descansemos y que mañana a primera hora de la mañana todos estemos listos para partir hacia tierra firme. Está visto y comprobado que esto ni es una fiesta ni una reunión nada agradable.

Dicho esto, me dirijo hacia el vestíbulo para encaminarme hasta mi habitación en la planta de arriba, con las manos en los bolsillos, acariciando el llavero de mi "pequeño", que espera en tierra firme.

<<Y pensar que me he perdido la fiesta de Leo Monero en Montecarlo por esta estúpida reunión de borrachos anónimos y decepcionantes dementes que no tienen nada mejor que hacer que remover cosas que no son de su incumbencia...Eso sí que seguro resultó una buena fiesta...>> piensa mientras niega lentamente con la cabeza y se pasa una mano por el pelo.

Yo tomaré un whisky, se lo agradezco mucho señora, necesito algo que me reconforte. No sé qué pensarán ustedes pero si hay una lancha en el puerto, yo no pienso pasar en esta casa ni un minuto más de lo necesario para recoger mis cosas y largarme. y dicho ésto me dirijo a la ventana más próxima, aparto las cortinas y miro al exterior.

-Gracias, señora Roger.- contesto a la camarera.-Me temo que esa estúpida cancioncilla tambien estaba en mi cuarto.

Me acerco a la señora Rogers, sirviéndome un buen vaso de brandy que me bebo de un trago, casi sin saborearlo. Miro escrutadoramente al resto de los comensales.Observo con desprecio como el señor Marston tira el papel.

-Menudo necio, como si no hubiese muchos más de ellos repartidos por toda la casa.- pienso mientras me sirvo un segundo vaso, tan completo como el anterior. Esta vez,sin embargo, me siento a saborearlo con más calma. Mis nervios empizan a relajarse gracias al brebaje.

-Si ustedes quieren irse, es su problema. Pero yo no pienso moverme de aquí hasta que no lleguen nuestros anfitriones. No voy a dejar esta cuenta si saldar. Semejante insulto merece, al menos, una explicación.- digo de forma inflexible.

-En cuanto llegue a mi cuarto, tengo que volver a ver ese papel. ¿Qué sentido tiene dejarlo en todos los cuartos?.-

 Me levanto, y apenado por el recuerdo de aquella muerte, me acerco a mi mujer y la abrazo. 

 No te preocupes, no fue tu culpa, no fue nuestra culpa. 

   Me abrazo a mi marido y dejo que el recuerdo de lo ocurrido me invada...las lágrimas empiezan a bajar por mis sonrosadas mejillas.

Vamonos de aqui Thomas, vamonos....me quedo abrazada a él un largo instante, y luego doy un sorbo al whisky, decido salir de la casa, quedarme un rato en el porche y observar una posible salida...Ahora vuelvo querido, necesito estar sola un rato y ordenar mis pensamientos, necesito encontrar una salida...y dicho esto desaparezco por la puerta...

Callado desde que localicé el gramófono, observo las reacciones de cada uno de mis "compañeros". Sigo con la mirada al arrogante señor Marston abandonando la sala... Me acerco y me agacho a por el papel que acaba de tirar, suponiendo que en mi cuarto haya otro ejemplar como comentan algunos de los invitados, aunque no he tenido tiempo de pasar todavia por mi alli... mientras me acerco al papel voy mascullando...
... se supone que lo sucedido en Africa no lo tenia que saber nadie....
Recojo el papel y leo la canción rapida y unicamente para mi... Al acabar doblo el papel arrugado y me lo guardo en el bolsillo...
- Creo que necesito un cognac!!, digo mientras me acerco al mueble bar y me sirvo una copa del mismo y delicioso cognac que probé con anterioridad...
- Señorita Brent, le aconsejo que si mañana no ha venido nuestro anfitrión abandone la isla como los demás... por lo menos es lo que pienso hacer yo...

Creo que ese no podrá ser mi caso. Después de todo, fui contratada como secretaria, y hasta no recibir noticias de los anfitriones al respecto no podré dejar la isla. Pero si desearía recibir una muy buena explicacion. Sobretodo, porque parece que lo escrito aquí no debía saberlo nadie que no fuésemos nosotros mismos. Me pregunto qué tendrá que ver una cancioncita con esta situación tan absurda...

Irritarnos, creo yo, no resolverá nuestras dudas ni la ofuscación de algunos de los presentes. No tenemos más opción que esperar hasta mañana para recibir una respuesta...eso en el caso de aquellos que quieran permanecer aquí esta noche.

Tomo mi copa y la lleno con agua. Esta situación, y la gravedad de los asuntos que ocurrieron, me han resecado la boca. Luego empiezo a beber con pequeños sorbos.

Cita :

Observo con una fría sonrisa al señor Lombard desde mi butaca, mientras giro lentamente el vaso de licor.

-Lo siento, señor Lombard, pero me temo que la cobardía no está entre mis defecto. Me quedaré aquí hasta que sea necesario.  Además, no creo que pase nada peor que los insultos que hemos recibido.-

El licor hace que, por primera vez en años, las mejillas de la señora Brent cobren un poco de color, mientras que sus ojos adquieren un extraño brillo.

Me giro hacia la señorita Claythorne.

-Estoy de acuerdo con usted, pero me temo que no quedaremos muchos en la casa después de la jornada de mañana.- digo con un gesto de desaprovación- Si el parece bien, podríamos calmar los nervios con una pequeña partida de la brisca. No creo que nos sea fácil conciliar el sueño después del día que hemos tenido, y no estoy muy acostumbrada al alcohol.

Mi tono se vuelve un poco más suave, tomando un tono casi agradable. Casi.

- Jajajaja! Perdone que me ria, señorita Brent... Pero no debe confundir la cobardia con la sensatez... y yo diría que lo que usted profesa no es valentía, sino orgullo y testarudez... puede que a sus ojos sea un jovenzuelo... pero le hablo desde la experiencia... una retirada a tiempo... ya sabe como continua..., acto seguido doy un largo trago de ese delicioso cognac... es una victoria...

-Me temo, señor Lombard, que no hay nada que temer en esta casa. Nada más peligroso que unos anfitriones maleducados a los que nadie ha puesto en su sitio. Me temo que no voy a salir huyendo de algo que no representa ningún peligro. Ustedes son libres de salir corriendo ante cualquier tema que los incomode, pero me temo que yo tengo bastante más disciplina.- digo mientras me levanto de la silla.

Un ligero mareo me aborda, mientras apoyo una mano en la butaca para disimularlo.