Partida Rol por web

No pude evitar quedarme con los ojos abiertos, así que realmente aquel digimón era un humano de verdad y es más, segun ha dicho él salvó el mundo junto con su compañera en diversas ocasiones ¿por que no tenian constancia de ello? Al mostrarnos el dispositivo me quedé observandolo, en verdad no recordaba que nosotros tuvieramos alguno, quizas todo hubiese sido un error o algo por el estilo pero aquel mensaje...no, no podia ser una coincidencia o un error....

Despues de eso llegó el momento de aprender a defendernos, fue bastante horroroso, segun TK mi capacidad era lanzar bolas de aire pero cada vez que lo hacia sentia como un globo a punto de explotar y me detenia, finalmente, tras muchos intentos  logré disparar una bola de aire, estaba tan impresionado que del impulso fue a parar a la cara de Renamon.

---Lo siento!lo siento! No estaba apuntando X_X- digo alterado al ver que el ataque le habia pegado a una compañera.

BanchouLeomon le mostró una gran roca natural, tan alta como él mismo, que sobresalía del suelo. Diciéndole que su habilidad consistía en golpear le pidió que practicara con la misma.

Ya se había estado dando cuenta, desde que acababa de despertar en ese mundo, que “las manos” de su cuerpo tenían unos “dedos” que más bien parecían garras a primera vista de lo endurecidos que estaban. Haciendo lo que se le indicaba se dirigió hacia la piedra y la golpeó un par de veces, al principio con la cautela de no hacerlo muy fuerte pero se dio cuenta enseguida de la dureza que poseían.
BanchouLeomon sin embargo le instó que lo estaba haciendo mal. Le dijo que su habilidad empezaba desde el momento mismo que empezaba a arremeter contra el enemigo, desde ese mismo impulso inicial. Según decía debía sentir una fuerza especial, además debía decir el nombre de su habilidad ya que ayudaba en la liberación del poder interno, algo así como el grito que dan ciertos artistas marciales.

Lo intentó varias veces… hasta que empezó a sentir una “emoción” en su interior, bastante parecida a la adrenalina o el entusiasmo. Al momento de usarla para impulsar sus acciones, de forma similar a como podría usarse la ira, sentía como podía impulsarse más lejos…

— ¡Batido de Nudillos! — Gritó al llegar hasta la roca y proceder a golpearla. Solo fueron unos pocos golpes consecutivos de derecha-izquierda, como de boxeo, le salió natural. Durante los momentos en que duro sintió esa “emoción”, esa energía, en sus brazos y durante ese tiempo su fuerza física aumento impresionantemente… tanto que agrietó la superficie de la roca además de dejar surcos en ella con sus “dedos-garras”. Luego de ese instante la “superfuerza” desaparecía a la par de aquella “emoción” que también se disipaba.

Después de descubrir aquello siguió reproduciéndolo unas cuantas veces más hasta que acabó jadeando y la roca… reducida a escombros desperdigados. Casi podría jurar que podría demoler el solo una casa de ladrillos entera en cuestión de horas si se lo propusiera, nunca se había sentido así de poderoso.

La jovialidad repentinamente murió, parecía que ahora fuera otra persona. De sopetón los mete a la cabaña y ahí los bombardea con respuestas. Yusei estaba impactado, HABIA HABIDO OTROS HUMANOS COMO ELLOS Y TAMPOCO HABÍAN PODIDO SALIR. Esta noticia sacudió la serenidad interna del mini-budoka llenándolo de incertidumbre y miedo de quedar ahí atrapado, ya no podría cumplir con aquella promesa.

En ese estado Yusei se veía arrastrado por su "yo", ese que parecía haber nacido en ese mundo. Por momentos tiritaba y solo musitaba —Momantai, momantai.—cual mantra interno que lo mantenía tranquilo en esa situación.

Poco después tocó una lección de lucha. El Yusei de antes habría aceptado orgulloso una lección de pelea pero en su frágil mentalidad presente estaba fallando en hacer funcionar su nuevo cuerpo, con cada fracaso encontraba el suelo y tenia que volverse a levantar. Con cada fracaso y reintento Lopmon comenzaba a tomarlo con calma a tal punto que empezaba a ser divertido, en el último fracaso Yusei acabó enredado en sus propias orejas, el peor de todos los fallos, mas ya no le importaba fracasar. Solo movió los hombros de modo relajado y dijo:

—Momantai.

En ese momento comprendió que significaba aquel mantra "no te preocupes" o "sin preocuparse". Un descubrimiento impresionante, no creía posible que siguiera aprendiendo cosas "de si mismo".

Terminado el ejercicio Lopmon salió mas tranquilo y dócil, parecía que (como todo en su vida) el ejercicio físico era la repuesta. Ahora tocaba volver al poblado, era hora de cenar. Mientras descendía Lopmon iba contento y seguía musitando —Momantai.—no había mejor mantra en el mundo.

Al bajar con BanchouLeomon al pueblo, ya no estáis tan desorientados ni perdidos como antes; ahora podéis defenderos. A lo lejos podeis dislumbrar como el poblado estaba preparando una hoguera en el centro, listos para la cena.

BanchouLeomon: Las fiestas de esta gente son lo mejor. Pescado, marisco, algas, y un buen sake.

Al llegar al poblado, Coelamon os recibe con una reverencia al león y a vosotros con una sonrisa.

Coelamon: Gran guardíán, me alegra que viniera a esta cena.

BanchouLeomon: No me perdería esto por nada del mundo, mi escamoso amigo.

A pesar de vuestros mayores remilgos, las algas estaban bastante deliciosas (sabían como a lechuga), el pescado y el marisco estaban en su punto y más de uno acabó hinchado. Agumon acabo de espaldas con un barrigón que no era capaz ni de sentarseM Lopmon, Monodramon y Patamon estaban en condiciones similares. Renamon y Salamon, porque quisieron o por confusión, tomaron un poco de sake, haciendo que un tierno rubor en sus mejillas estuviera presente todo el rato, aunque Salamon estaba más cariñosa con todo el mundo, y hasta se puso a bailar con otros Crabmon. Renamon de vez en cuando reía, pero no de forma tímida, sino una verdadera risa. Entre tanta juerga, no sabeis hasta que hora estuvisteis, pero acabasteis durmiendo en donde la cabaña de BanchouLeomon; os despertasteis cuando el sol comenzó a daros en la cara... y sería... ¡medio día!

Comenzó la fiesta bastante bien, siempre era motivo de alegría para mi estar rodeado de gente que reía y festejaba, así que no vi por que no hacer lo mismo, mi mente estaba en otra parte, pensando en la manera de volver a casa, pero si BanchoLeomon que llevaba tanto tiempo aquí no lo había conseguido no creía que yo lo fuera a solucionar en un día. 

Así que mientras comía iba hablando con los crabmons, tenía ganas de saber como era vivir allí. Quizás el mundo digital era algo digno de contemplar y quizás debía explorarlo en su profundidad para decidir si quería irme de allí. Mientras miraba a todos encontré a Salamon bailando con los demás y decidí que quizás era el momento de hacer lo mismo. Si nuestro viaje empezaba ahora quien sabe cuando podría disfrutar de otra fiesta. Y mientras bailaba reía y gritaba con los demás a partes iguales, hasta que en un momento de la fiesta decidí apartarme, suspiré hondo y me quedé apoyado en un árbol contemplando esa escena. Un recuerdo, un tesoro, algo por lo que seguir luchando el día de mañana.  

Me levanté al día siguiente, me quedé un poco perplejo por donde estaba, como ese descoloque habitual de cuando vuelves de fiesta y no sabes en que casa estas. Me incorporé rápidamente y salí de la tienda para ver como iba todo, respiré hondo y me puse a ayudar a recoger a los Crabmon, esperando a que los demás se levantaran. No sabía que tenía que llevar para el viaje que nos esperaba. Leomon nos había instruido en el combate, pero no era experto en viajar... Sobreviviré si o si...

Durante la cena, no dejé de comer. Saboreé varios pescados, e incluso me atreví a probar un par de algas, aunque lo mejor fue el marisco. Comí tanto marisco que pensé que fuera a reventar de un momento a otro. No es que no estuviera acostumbrado a una cena copiosa, pero ignoraba si el metabolismo de mi nuevo cuerpo podría resistir mucho más de lo que lo hacía el antiguo.

Con intención de bajar el alimento, me acerqué a donde tenían el sake y comencé a beber de él, con tanta naturalidad como si se tratase de agua. Apenas unos minutos después, todo se percibía muy borroso a mi alrededor.

Viendo que mi estado no era precisamente el mejor, decidí dirigirme a la cabaña de BanchouLeomon para dormir la mona. Aquello sí que había sido una fiestaca.

Por la mañana, me levanté con una resaca del quince y la necesidad imperiosa de desocupar la vejiga, por lo que eché a correr, abandonando a toda prisa la cabaña de BanchouLeomon y busqué un lugar en el que poder hacer mis necesidades sin que nadie me molestara.

La fiesta estaba en pleno auge y nose muy bien porque me senti un poco rara. Habia algo raro en la comida o bebida que parecia haberme sentado raro, pero derepente senti la necesidad de levantarme y ponerme a bailar en medio del pueblo,todos estabamos muy animados.

Vi como todos pareciamos mas relajados asique me deje llevar... Quiza demasiado, ya que a la mañana siguiente...

- Ay por que me duele tanto la cabeza, alguien puede apagar la luz.- Al no recibir respuesta me intento incorporar y me caigo al suelo, me he debido enredar con las sabanas.- Uff vaya noche hacia tiempo que no descansaba tan mal y vaya sueño el de anoche, fue una locura.

Al intentar desatar las sabanas me doy cuenta que no siento mis dedos. Miro mi mano/pata y caigo en la realidad. Nada de lo que paso fue un sueño. Me levanto un poco apagada e intento buscar algo de agua nose porque tengo la garganta seca y adi doy tiempo a que despierten los demas

Después de tener claro que en este mundo los animales pensaban y hablaban… no pudo evitar preguntarse de donde o como habían conseguido la carne de pescado y mariscos. Se dijo a si mismo que seguramente la mayoría de los pescados y mariscos de ese mundo no eran sapientes y a esos eran a quienes pescaban, pero al no tener la certeza prefirió ir directamente a las algas. Al probarlas le sorprendió que su sabor y consistencia fueran como las hojas de lechuga, él nunca había comido algas antes pero no se imaginaba que tuvieran ese sabor… o textura. Eso si, según su parecer les faltaba sal… por lo que de una forma u otra no podía comer solamente lechuga así que decidió que los moluscos, al menos en el mundo humano, eran los seres menos evolucionados además de ni siquiera ser vertebrados por lo que era lo más probable que aquí tampoco fueran muy pensantes. ¡Al probarlos enseguida se dio cuenta de que eran completamente deliciosos! Así que comió mezclándolos con bastantes algas en una especie de ensalada, y con la inercia del hambre que tenia se dejó llevar en un atracón propio de los banquetes que cuando cayó en la cuenta estaba completamente a reventar.

Se sentó donde pudo encontrar algo para recostarse y vio como Agumon se dirigía a donde estaban las botellas. Afortunadamente los moluscos y las algas sin sal aportan mucha agua por lo que no tenía realmente mucha sed, pero igualmente fue a ver que había para beber. Cuando llegó vio que las botellas eran similares a las que usaron para llevarle aquella bebida alcohólica a BanchouLeomon… pero cuando vio que Agumon se empinaba las botellas como si nada, se imaginó que tan solo era agua y que las botellas simplemente fueron usadas como recipientes. Al tomar una de ellas comprobó enseguida que por el olor efectivamente era alcohol, pero al ver de nuevo la indiferencia de Agumon y por curiosidad decidió probar con lo que se empino la botella.
Apenas pudo beber un par de tragos cuando prorrumpió en un estallido de fuertes toces encadenadas. Sintió como el líquido le quemó la garganta al bajar, la sentía arder como si estuviera en llamas, y corriendo fue a atragantarse con moluscos entre tos y tos en un intento por apaciguar el ardor. Dejándose caer al suelo ya pasada la mala experiencia vio alejarse a Agumon pensando que seguramente debía ser inmune a ello por su capacidad de lanzar fuego… si no se quema la garganta con las llamas menos con el alcohol, ¿No?

Llegado a cierto punto de la noche la fiesta empezó a amainar y cayó en la cuenta que no tenía nada de equipaje… como un sobre de dormir por ejemplo, y las casas del pueblo eran demasiado pequeñas como para molestar a alguien pidiendo hospedaje. Como definitivamente no quería dormir en el suelo quitó los platos y botellas bacías de la mesa y se hizo un espacio para acostarse en ella.

Al despertar, algo adolorido por dormir en algo tan duro, y mirar alrededor no encontré a Agumon en la zona ni tampoco a Salamon… pero si que estaba bien despierto alguien que estaba terminando de ayudar a los anfitriones a arreglar los restos del festín de anoche.

— Hola, compañero lila, veo que amaneciste bien — Le dijo acercándose a él cuando vio que había terminado — Ehh… Dorumon, ¿Verdad? He visto en el entrenamiento tu… poder, o técnica. Quiero probar algo, acompáñame un poco más allá y lánzame esa bola metálica tuya directamente.

Al llegar al pueblo la fiesta comienza, la comida era escasa pero supongo que era lo que comian alli. Nos ofrecieron sake no soy muy dada a beber pero probe un poco, aunque creo que se me subio muy rápido. A la que me di cuenta estaba muerta de la risa. Vi como agumon, monodramon, lopmon y patamon estaban a reventar y medio inconscientes y al mirar al otro lado esaba salamon bailando con los crabmon. Diosss hacia años que no me reia tano.

Al despertar me dolia un poco a cabeza nose en que momento me dormi pero decido levantarme y darme una vuelta por los alrededores para despejarme hasta que estemos todos arriba.

Yusei estaba hambriento, y así lo demostró al devorar todo cuanto podía del aquel festín Cangrejil. Las algas fueron suculentas y el pescado y los mariscos no le pedían nada a los que solía comer en Ozaka. Comió y siguió comiendo hasta que quedó hecho una bolita playera de peluche. En esa condición intento rodar hacia un platon con algas pero le fue imposible, ni siquiera podía rodar.

El Yusei de antes seguiría batallando para rodar hacia la comida a costa de hacerse una ernia pero su nueva filosofía le hizo "dejarse llevar" y solo quedarse ahí acostado.

—Momantai.—musito satisfecho.

Dicho así se quedo dormido, completamente ajeno a lo que hicieran los demás en aquel jolgorio.

Cuando bajamos hacia el pueblo despues de la sesión de entrenamiento me sentia agotado, pero al menos estaba menos "indefenso" que la última vez y eso era importante, así al menos podriamos enfrentarnos a algunas adversidades que nos deparará ese mundo ya que por lo dicho por el Guardian, nos ibamos a quedar por bastante tiempo.

La exposición de toda la comida hizo que mi estómago recordase lo hambriento que estaba y al igual que mis compañeros comencé a comer con avidez hasta el punto que llegó un momento que fuí incapaz de estar en el sitio.

---Buuf, estoy lleno...-digo mientras mis ojos se cierran lentamente, la comida junto el cansancio hace que morfeo me lleve a sus dominios haciendo que cuando despertase el Sol estuviera muy alto, algo aturdido por toda la fiesta, miro a mi alrededor tratando de ubicarme

Comprendí enseguida que era lo que Monodramon quería, así que lo acompañé, alejándonos de la aldea para evitar causar daños con la prueba de fuerza que pretendía. Lo miré un poco dubitativo.- Si no le vas a dar a la bola, al menos apártate, no me gustaría empezar el viaje con un compañero herido... - Me separé unos cuantos metros para dejar distancia suficiente para reaccionar al ataque. Inspiré y cerré los ojos, era mi primera vez disparando mi ataque contra alguien e iba a ser plenamente consciente de lo que estaba haciendo. Esto no iba a ser ningún ataque para salvar la vida. Para mi era como disparar un arma sin que esté tu vida en juego, pero era lo que el quería, no me iba a echar atrás ahora mismo.

Decidido abrí la boca y cargué con todas mis fuerzas el ataque. -  BOLA DE METAL! - Noté como una esfera se creaba en mi garganta, incliné el cuello para atrás y apunté con mi hocico a Monodramon. 

OFF-ROL: Ok... el maldito dado me dio un magistral 1. 13 + 1 = 14
al menos no hay mucho margen para la especulación, el resultado es seguro. ¡Pero quedará muy bien! :D

Luego de alejarse un poco ambos tomaron distancia frente a frente. Los últimos pasos, acabando de medir la distancia, fueron los más lentos y tensos... pero no en el mal sentido, sino en forma de expectación.

— Hey... — Era evidente que Dorumon parecía no del todo convencido — No te preocupes, la esquivaré si es muy rápida... o me cubriré. Ahora solo lánzala, ¡Vamos, amigo!

Cuando vio que el otro aspiraba profundamente él tensó todo su cuerpo, por un momento no había nada más en el mundo que ellos dos. Y un instante después...

— BOLA DE METAL! — Gritó a todo pulmón a la vez que lanzaba una esfera hacia él. La bola avanzaba muy rápido pero la distancia a la que se habían colocado le dio tiempo para verla venir, entonces enseguida trató de concentrarse en esa sensación que había sentido antes y liberarla de una sola vez en sus piernas y brazos.

— ¡Batido de… NUDILLOS! — Grito cuando dio un saltó directamente hacia la bola… pero el salto fue demasiado fuerte, más de lo que había calculado con lo que la dura esfera metálica se estrelló en medio de toda su cara antes de que pudiera dar el golpe con sus garras.

La esfera siguió su camino más allá un par de metros antes de caer al suelo, algo desviada por impactar con Monodramon. Instantes después fue Monodramon quien caía de espaldas pesadamente al suelo. Sentía un ardor circular en un costado derecho de la cara y la cabeza le latía, cuando abrió un ojo todo se movía… como si estuviese mareado.

— Eso… eso… — Empezó a decir, sin levantarse ni moverse — No es lo que tenía en mente… pero estuvo increíble. Hay que hacerlo otra vez… pero dame un par de días, ¿Ok?

OFF-ROL: Bien, entonces... ¿Cuanto daño me han dado en la cara? ¿Sería 31 menos mi Resistencia? Mi idea era que si no lograba superar a Dorumon pues que mi ataque frenara la Bola un poco, con lo que sería 31 - 14 - mi resistencia... pero en vista de que saque un 1 en el dado, pues creo que recibir la bola completamente es la mejor interpretación.

Mientras despertabais y comenzabais el ajetreo de la vida cotidiana de los Crabmon (BanchouLeomón todavía estaba durmiendo, le veíais la pompa saliendo de la nariz), comenzasteis a reuniros en el pueblo para hablar de lo que ibais a hacer, pero claro, siempre sin decir nada que os haga tomar por locos. Mientras estabais tranquilos, escuchasteis como un retumbar. Al principio fue leve, pero iba aumentando en intensidad. En la lejanía, una polvareda iba en aumento. 

En alguna parte de vuestra mente, os decía que esto no era bueno, una mala señal; pero cuando visteis lo que venía, os aterró un poco. Se veía un montón de digimons que venían hacia el poblado, y por encima de ellos, había uno que sobresalía. Los que iban por tierra, se parecían al de ayer pero en rojo, y el de arriba parecía... un ángel?

Uno de los Crabmon llamó a Coelamon, el cual fue a buscar al guardián, que cuando estaba a punto de llegar aquella manada se puso a vuestro lado.

- No puedo creer que haya llegado hasta aquí. (os mira) Vosotros encargaos de esos Vermillimon, yo me encargo de ella.

Dicho eso se lanzó al ataque, sacando su espada, mientras peleaba contra ese "ángel".

Me acerqué con los ojos bien abiertos a Monodramon. El pobre se había llevado una hostia muy grande, a pesar de que le había prevenido del ataque. Me encogí de hombros y le lancé mi pata para que se levantara del suelo. - Será mejor que la próxima vez te pongas protección o algo! - Sonreí, pero cuando estábamos todos de pie pude notar el suelo temblar. 

Rápidamente giré mi cabeza para observar que estaba pasando, una estampida de digimons enormes, mucho mas grandes que nosotros. BanchoLeomon se lanzó al ataque pidiéndonos que le cubriéramos la espalda, sería descortes por mi parte darle la espalda al pueblo que nos ha dado un lugar donde pasar la noche y ha organizado una fiesta monumental y nos ha invitado.

Me adelanté y miré a los demás. - Si estamos todos juntos quizás tengamos una oportunidad! - Salí corriendo a cubrir al guardián. No nos podíamos rendir antes de empezar a pelear.

Tras beber, nos juntamos todos para hablar de nuestros planes, cuando de  pronto comienza a temblar el suelo y aparecen 2 digimons con malas intenciones. Todos saltamos a un lado. Banchouleomon se levanta de golpe y ataca a la que parece un angel y nos pide que lo cubramos. Yo estoy super nerviosa y preoupada a la vez.

-Dorumon ¿Estas seguro? Parecen muy fuertes.- Lo miro un poco insegura.

La noche fue muy tranquila y Lopmon durmió como un tronco. A la mañana siguiente Lopmon se paro como si nada y fue al arrolló para lavarse la cara, seguido bebió un sorbo para quitarse el sabor a mariscos.

Daba estiramientos e intento tocarse la punta de sus patas, pero no llegaba, al contrario sus enormes orejas lo hicieron caer de cabeza al suelo.

—Momanatai.—musito relajado.

Ya se ponía de pie cuando repentinamente los atacaron otra vez. Yusei de inmediato se puso de guardia en espera de alguna reacción enemiga.

-No podemos dejar que arrasen la aldea -comenté, con un brillo de furia en los ojos-. Es hora de que demostremos todo lo que hemos aprendido durante nuestro entrenamiento. ¡Acabaremos con ellos!

Y con esas palabras, me dispuse a seguir a Dorumon para enfrentarnos contra los Vermillimon que se disponían a arrasar con todo lo que encontraran en la aldea.

Me acerque a los demas cuando volivia al pueblo. Yodo iba bien hasta que la tierra empezo a rugir. De la nada aperecio una esperie de triceratops y un angel femenino. El angel no parecia peligroso a primsera vista pero de la nada enmezo a atacar al pueblo. Banchouleomon nos cubre y se va a por el angel. Oigo los comentarios de los demas. - Teneis razon, no podemos dejar que destuyan el pueblo, no despues de lo buenos que han sido con nosotros.