Partida Rol por web

Aunque me haya dado los registros, los ojeé sin sacar mucho en claro. Intenté saber sobre qué versaban ante todo tal cantidad de compras, pero no era fácil averiguarlo. 

-Me temo que seguimos sin sacar nada en claro de esto -dije, desanimado. Me sentía un inútil al no poder ayudar en ese aspecto. 

Era realmente frustrante.

-Me da rabia pensar que aquí hay información y no podemos desentrañarla -dije a mis amigos -. Quizás podríamos consultar con algún contable que nos asesore sobre qué transacciones hay aquí.

- Un momento, señores. Un momento. - Dije con urgencia en la voz. - Aquí hay algo sumamente extraño. Sí, más extraño aún, aunque parezca imposible. O no tanto...

Acercándome a Polton, hago un gesto que pide silenciosamente que me deje ver con más detalle uno de los papeles que ha traído.

- Por favor, fíjense en esto. Estas correcciones, que ni siquiera son del todo buenas...

Con el dedo señalaba varias líneas del documento. Para mí todo estaba muy claro, pero decidí explicarlo en voz alta por si alguno de mis compañeros estaba aún perdido.

- Por esto se disparaban las facturas. Donde Fearn debería haber pedido una pieza, pidió varias. Parece que un total de entre cuatro y ocho unidades de cada pieza que debería haber sido única. Después modificó las facturas, con poco tino, si puedo añadir... Y... esto no es nada bueno.

Levanté la vista de los papeles y miré a los demás, especialmente a Currie, Brush y Stradholm.

- Señores, podría significar que Fearn no construyó una sola máquina, sino hasta ocho idénticas...

-¡Cierto! ¡Estúpido de mí, no haber caído en eso! -era una buena explicación para esos gastos extras tan extraños.

-Bien pensado, Irina... Lo malo es que eso nos dificultaría muchísimo encontrarlas. Esa fabricación en serie quiere decir que piensa usarlas a gran escala, y eso es una amenaza en toda regla. De ser así... ¡ahora sí tenemos un grandísimo problema!

Qué descorazonador resultaba pensar algo así.

-Habrá que localizarlas, entonces. E inutilizarlas. ¿Dónde podrán estar?

Tras pensar unos instantes, miré de nuevo a mis viejos amigos y a Stradholm.

- Creo que tengo una sospecha... ¿Recuerdan las cajas de las que hablaba la madre de Fearn?

-Ocho máquinas- digo, como única respuesta, aún en estado de shock, ante la idea de esa posible realidad.

-Y ¿para qué diablos querría Fearn ocho máquinas? No tiene mucho sentido… Aunque lo de las cajas que comentó su madre, encaja. Pero, ¿que pretendía hacer con ellas? ¿Venderlas? No veo quien podría querer hacerse con una de ellas, sin saber qué hace exactamente…- me quedo pensativo –De todos modos, pueden darse por perdidas. La madre no tenía ni idea de a donde las había guardado. Polton, ¿en qué tienda de herramientas le conociste? Igual allí le conocen o le han hecho envíos a algún sitio distinto…- me encojo de hombros –Es una posibilidad.

- Es una tienda en Brooklin. No recuerdo el nombre, pero supongo que en las facturas podremos leerlo.

Efectivamente, al revisar entre los papeles, viene el nombre de Dr. Malone & Sons.

- Era David quien se encargaba de visitar las tiendas, así que yo me centré en los aspectos técnicos de la misma.

La esposa de Polton lanza una mirada al reloj de pared y añade a las palabras de su marido:

- Supongo que la tienda debe llevar ya varias horas cerrada, y cariño... - dice, dirigiéndose a su marido -, creo que deberías descansar.

Polton asiente a las palabras de Ellen y os agradece la visita.

-Muchas gracias por su inestimable ayuda, ¡seguro que volveremos a vernos en tiempos mejores!- dije a modo de despedida.

-Sin duda debemos ir a esa tienda -susurré a mis amigos -. Quién sabe qué podremos encontrarnos allí.

Parecía una pista sensata y fiable que seguir, a pesar de que no eran horas para acceder a ella. Podríamos dirigirnos allí y esperar, o descansar también un poco, que seguro que nos vendría de perlas.

- Señores, sugiero ir a descansar. Es tarde, y nuestras mentes necesitan reposo. Mañana a primera hora iremos a esa tienda. 

-Concuerdo. Descansemos, y mañana vayamos allí.

Demasiado tarde como para seguir las indagaciones, volvéis a la ciudad a descansar...

El sueño te aborda rápidamente. En él, te ves caminando por un prado cubierto de hierba en mitad de la noche. No hay nada en el horizonte. La luz de la Luna hace que las briznas destilen un extraño fulgor. Caminas y caminas sin llegar a ningún lado, y no percibes ningún cambio a excepción de una pequeña elevación del terreno, como una pequeña colina, a la que subes para divisar lo que hay más allá. En lo alto, sigues sin ver nada más que hierba y oscuridad... Pero en lo alto, la Luna llama tu atención. Ya no tiene el aspecto de siempre, pues parece como si pudieses ver también su cara oculta, incluso llegas a percibir extraños ángulos imposibles en ella. Te frotas la sien... Ángulos en la Luna... Es imposible, pero allí están. Entonces, sucede algo más: sientes que la Luna te vigila, y no puede dejar de prestar atención a lo que sucede en el prado. De repente, un ojo se hace visible allá arriba, fijando su implacable mirada en tí, justo antes de despertar empapado en sudor.

Esta noche, el sueño te alcanza inmisericorde. El caso se está volviendo demasiado turbio, pero la noche no te va a dar tregua. Sueñas que caminas por Nueva York como un transeúnte anónimo más, llenando de vida la gran manzana, pero de pronto percibes formas extrañas, similares a criaturas bacterianas amorfas rodeando a los viandantes. Peor aún, estos seres medio reales están controlando los movimientos, pensamientos e impulsos de la gente. Las criaturas manipulan los brazos y piernas de las personas. Incluso se agolpan en torno a un transeúne concreto al que hacen bailar enloquecidamente. El sonido áspero, como de papel, que hacen las criaturas es horriblemente similar a... ¡carcajadas! ¡Todos son títeres, controlador por hilos invisibles! Entonces, te giras para ver qué hay detrás de ti... justo antes de despertarte en mitad de la noche empapado en sudor.