Partida Rol por web

Tomo el frasco que lo dio y lo bebió -Con lo cobarde que es un buen cirujano -dolorido todavía por las heridas volvió a vestirse y salio del lugar -Tiene razón seria una buena idea comprar nuevos ropajes y e incluso alguna armadura -salio del lugar algo mejor en cuanto a estado anímico y las ideas mas claras en su mente ahora era el momento de decidir que hacer

Por la mente del elfo había una serie de ideas, ninguna buena, necesitaba dinero y o encontrar formas alternativas para no tener que pagar, la segunda idea le gustaba mas -Podría intentar hacerme con alguna buena armadura y luego robarla -en su mente un sencillo plan hacerse una armadura a medida y en el momento de ir a pagarla asesinar al tendero, el plan había que detallarlo mejor, buscar un lugar mas tranquilo donde recibir la armadura y donde poder asesinar a alguien sin problema.

El elfo echó un ojo por la calle. Su visión cultural le permitía ver perfectamente las malvadas posibilidades que se le planteaban ante sus ojos. Un poco más adelante, un noble con aspecto de no saber manejar la espada se pavoneaba por la calle junto a su criado. Portaba una armadura de cuero tachonada y una espada al cinto mal colocada que le molestaba al caminar. En la esquina de la calle en la que se encontraba, un mercader tenía un local de armas y armaduras, en ese momento conversaba con un cliente en la puerta del local. Ya se estaba frotando las manos pensando en como conseguiría una armadura mejor.

Caminaba por la calle tranquilo en busca de una o varias soluciones para su problema. La tienda de armas, localizada, el noble -Si creo que ese hombre es la solución a mi problema -reviso que su cabeza estuviera cubierta por la capucha.

Siguió al noble por la calle de Altdorf en su mente se iba trazando diversos planes -Cuando entren en un callejón matare al sirviente y luego le robare sus pertenencias, posiblemente aprecie mas su vida -sigo tras ellas a una buena distancia, aprovechando se buena vista -También podría, buscar a un pobre o ladrón lo que sea, que me ayude a asaltar al hombre tras matar al sirviente, a distancia y sin que el noble lo vea, podría echar la culpa al pobre y matarlo, luego como pago por salvar su vida exigirle la armadura, ademas me serviría como contacto mas útil -camino tras ellos tranquilo y sin alterarse buscando una posibilidad y algún hombre interesado en aquel noble

El noble deambulaba por la calle mirando algunos tenderetes sin demasiada atención. Fue caminando apartándose cada vez más de las zonas transitadas sin darse cuenta, que entre las sombras, Kalith lo seguía de cerca con movimientos expertos, fluyendo entre las propias sombras como una más, al igual que el agua fluye entre las rocas de un arrollo. Finalmente el noble se introdujo en un callejón, donde casi no había espacio para ni darse la vuelta.

Todas sus ideas fueron sustituidas por tan solo una cosa, la suerte, aquel noble se metió en un callejón, se coloco la mascara en la cara. Quien se metía en un callejón -Esta es mi oportunidad -tomo ballesta entre sus manos pero mientras se acercaba y apuntaba silenciosamente -maldito sirviente -se dio la vuelta y vio como el elfo apuntándolo el virote cruzo por el aire unos metros del callejón en dirección a la cabeza del sirviente.

Estando en el callón, los dos hombres escucharon los pasos a su espalda y se giraron. El sirviente iba primero, y no pudo evitar que el asaltante que los había medio sorprendido disparara contra el. El virote se le clavó en la pierna y comenzó a sangrar profusamente mientras lanzaba alaridos por el dolor y el pánico de verse desangrado. !!Ahhhh!! !!AHHHHH!! !!Socorrrooo!! Los gritos sonaban en el callón con eco mientras el hombre caía al suelo agarrándose la pierna con el virote incrustado en ella. Sus manos quedaron rápidamente manchadas de sangre. El hombre que había detrás desenfundó en un torpe movimiento la espada que llevaba al cinto y comenzó a correr.

-Silencio o moriréis ambos, esto es un atraco, tan solo quiere vuestros viene o pensáis que estos valen mas que vuestra vida

El noble ni escuchó lo que Kalith estaba diciendo, pues ya se habia puesto a correr dandole la espalda al Elfo oscuro aprobechando la estrechez del callejón. El hombre del suelo con las dos manos agarrando la saeta que le salía de la pierna miró a Kalith y le dijo: !No me deje morir aquí! !Llevesé lo que quiera, pero por Sigmar ayudemé!

Si te mantienes callado no morirás -volvió a apuntar y disparo su ballesta al noble -No puedo dejarle escapar -el viro fue directo a su pierna

Oh por favor... Aun no es tarde... Ayudemé. Su voz sonaba cada vez más débil y bajo sus piernas había cada vez más sangre. Su rostro comenzaba a ponerse un poco blanco. Kalith disparó al noble y le impactó en la pierna. Su armadura y su propia resistencia física hicieron que no le pasara nada. Con una carrera final puso pies en polvorosa y se alejó de todo aquel asunto. El elfo oscuro perdió de vista al noble imperial cuando dobló una esquina. Hasta el llegaban los pasos rápidos de un par de botas que se acercaban por donde él había seguido y acechado a aquellos hombres. Del otro lado de la calle se oían las voces, amortiguadas por los callejones de el noble pidiendo ayuda a gritos.

No tenia mucho tiempo así que tan solo dijo unas palabras y tomo todo lo que estaba a la vista -Dame tu dinero -en cuanto le dio las coronas que llevaba encima, le corto el cuello y salio corriendo en dirección que salio el noble, guardo la ballesta y se quito la mascara busco alguna ruta alternativa para salir a la misma calle pero no el mismo lugar

El elfo buscó las coronas que tenía aquel pobre desgraciado y le cortó el cuello sin miramientos. El pobre hombre, que nada había hecho más que vivir toda su vida trabajando como un esclavo, abrió mucho los ojos cuando el frio acero le cortó la traquea y las venas del cuello. Gorgoteó y murió. El elfo salio corriendo en el momento en el que unos pasos urgentes llegaban al lugar. !Oh Dios! Oyó el elfo mientras corría, proveniente de su espalda donde el cuerpo había quedado. !Aun está vivo! !Tienen que estar por aquí! Los pasos sonaban pesados, y algo, probablemente una cota de maya, tintineaba. Los guardias que habian acudido a los gritos se fueron por el mismo camino que el noble había tomado.

Limpio la daga contra las ropas del sirviente, antes de salir corriendo en busca de una salida a la calle, no parecía encontrar la una ruta paralela a la que el noble tomo. Así que salio por la misma que el noble al salir intento disimular señalando al callejón y fingiendo estar asustado. Busco a ver si veía al mismo noble que había estado dentro del callejón.

El elfo oscuro salió por otro callejón que se encontraba a bastantes metros del que había empleado aquel noble para escapar. Pero no por ello se dejaban de oir sus gritos, explicando a todas luces a algun guardia lo que había sucedido y describiendo a Kalith a la perfección. Tambien se escuchaba el bullicio de un grupo de personas que parecían indignadas, y que sonaban como un enjambre de avispas furiosas. Todo se habia ido al traste, y parecía que las habilidades del asesino estaban un poco oxidadas... Aquellos pasos habian resonado demasiado fuerte en el callejón. Kalith salió a la calle con las manos por encima de la cabeza como si estubiera aterrorizado, escapando de algun peligro. La jente lo miró extrañada y se apartó de su camino dejandolo correr.

Salio alterado del lugar, mirando de lado a la buscando al noble hasta localizarlo. Poco a poco se fue integrando entre la gente, intentando disimular sin perder de vista al Noble, camuflándose entre las gentes del lugar. Su objetivo era volver a seguirlo pero tenia que ver las circunstancias en en las que se encontraba.

Ahí estaba el noble. Alterado y exaltado. Gritando a voces mientras les hacía gestos a cuatro guardias que asentían muy dirigentes ellos con unos: "Si señor, si señor" y cabezazos que nada bueno les podían aportar a sus cuellos contando con aquellos pesados cascos. La multitud se aglomeraba a su alrededor y no te costó nada colocarte cerca, disimuladamente escuchando la conversación que se intercambiaban, por decir algo generoso del monologo, los guardias y el buen señor que acababa de perder a su sirviente. Estaba indignado y exigía que lo acompañaran personalmente hasta su casa, para organizarse bien una guardia en condiciones. Los cuatro agentes, que debían saber bien quién era el tipo y como se las gastaba, accedían a acompañarlo hasta su morada.

No dudo en seguirlo un rato mas a ver donde iba a pasar la noche aquel hombre, en su mente tan solo una idea robarle todo lo que pudiera para continuar con su misión, ahora estaba solo y necesitaba ir bien equipado para poder hacer frente a los peligros del camino y no dudaba que en algún momento se tendría que enfrentar a sus antiguos compañeros.

Siguió por las calles al hombre a una buena distancia aprovechando su buena vista, calle tras calle. Los guardias pegado al noble interesados en encontrar al asesino mas que de escoltar al noble miraban para atrás a cada paso, pero parecía que no eran capaces de verle.