Partida Rol por web

Era decepcionante el entregar tan poco dinero, y encima repartido. Con una mueca y encogiéndose de hombros para dar a entender que "es lo que hay", la dama así se lo había entregado a ella, sin posibilidad de réplica. Era ese mínimo dinero, o ninguno.

Mejor algo que nada, eso seguro. Ella no era la enemiga, porque aún les debía dinero por las buenas. Sino, a las malas se lo hubiera quitado Matka.

-Comprando los elixires me quedo casi pelada, pero hacen falta. Menuda mierda -se sinceró la ballenera-. De lo que me queda, si Elian necesita más dinero cuenta con el mío también. Ojalá tuviese más.

Los amigos son la familia que la vida pone en nuestro camino. Y jugándose la vida como ellos hacían, esos lazos invisibles eran increíblemente más fuertes de lo que la asesina pensaba. 

-Ahora habrá que hacer lo posible por cobrar el resto de la pasta si exculpan a Miranda, y si la meten en la cárcel... Tendremos un gran problema. O la sacamos o no cobramos. Y la misión del niño sigue en pie, así que no perdamos de vista nuestro objetivo.

Parecía que el único que se alegraba un poco del dinero recibido era Elian. Eran tiempos de vivir casi al día y, herido como estaba, cualquier pago podía mejorar un poco su situación. Aunque aun le costaba mucho concentrarse, realizó mentalmente un cálculo rápido. Si recordaba tener 275 monedas y ahora recibía 200 más, tenía suficiente para comer, pagar el elixir y recibir algún tratamiento médico. Después de eso debería, al igual que sus compañeros, seguir luchando día a día. Esperaba poder recuperarse pronto y ser de ayuda al grupo. Ahora, mas que nunca, se sentía una carga.

- Gracias muchachos por todo lo que estáis haciendo por mi - tosió repetidamente - De momento, este carcamal aún puede saldar sus deudas - respiró con dificultad - Ahora no soy mas que un estorbo, pero espero estar mejor pronto.... - dijo alzando sus nublados ojos por el dolor hacia los balleneros.

Mientras la misión del condenado niño no dejaba de aparecer y desaparecer en su enturbiada mente.....

Música

Durante una semana entera todos esperáis pacientemente a que las aguas se calmen en el barrio norte de la ciudad. Sara se recupera y Elian parece mejorar mucho gracias a las atenciones médicas que logran costear a duras penas. Poco a poco parece que os estáis recuperado de lo sucedido la semana anterior. El asunto se había puesto muy peligroso, buscaban a los balleneros por todo el barrio. Por suerte ni siquiera la guardia se atrevía a entrar en las casas selladas por peligro a contagiarse de la peste.

Pero durante esos días varias noticias os llegan a través de la megafonía que hay instalada por toda la ciudad. Noticias que por suerte o por desgracia eclipsan vuestro último trabajo:

- "Nuestra amada emperatriz Jessamine Kaldwin I ha sido asesinada y Lady Emily Kaldwin secuestrada." 

- "Corvo Attano ha sido arrestado y será acusado por secuestro y alta traición." 

- "Para mantener el orden y la ley en Dunwall mientras se busca a la legítima heredera, Hiram Burrows será nombrado provisionalmente como Lord Regente."

El asesinato de vuestra emperatriz es algo que os coge totalmente desprevenidos. Si bien es cierto que no había conseguido hacer mucho para evitar el contagio masivo de la plaga que asolaba la ciudad, si hacia todo lo posible por evitarlo. Pero estaba claro que alguien la quería ver muerta. Quizá lo más sorprendente de todo, es enteraros de que ha sido su propio guardaespaldas el Lord Protector de la emperatriz, Corvo Attano. Irónico cuanto menos...

Pasada ya la semana decidís que ya es hora de regresar al Barrio Anegado, vuestra base de operaciones. Lo que os llama la atención es que pese a ser de noche, parece que las guardias en la ciudad se han incrementado y lejos de ser únicamente en el barrio cercano a la Academia, sucede lo mismo en todas partes. 

Al llegar al barrio Anegado encontráis todavía más afligidos que de costumbre, lo cual os dificulta en cierto modo el acceso de forma segura a vuestra propia base de operaciones. Por suerte estáis prácticamente recuperados y con el elixir no teméis por vuestras vidas o por ser infectados.

Una vez termináis con la vida de algunos de estos infectados que ya han perdido todo atisbo de humanidad, volvéis a moveros por los tejados y finalmente llegáis a la antigua Cámara de Comercio. Allí encontráis a varios compañeros y finalmente os cruzáis con Daud que con una mirada sombría, os da la bienvenida.

- Me alegro que estéis todos de vuelta. - os dice esperando noticias vuestras sobre lo sucedido con el trabajo de Miriam Feinmann.

Había sido una semana dura, pero al menos tranquila. Sin necesidad de arriesgar el cuello y esperando noticias del exterior mientras Sara y Elian se recuperaban, Vladko se dedicó a mantener a punto sus armas y juguetear con los animales de su entorno. Echaba de menos las palomas y las rapaces de Tyvia, pero tenía que conformarse con esos flacuchos sabuesos de la Guardia y las ratas de Dunwall. Sus preferidas eran las blancas. Esas gordas y de mirada astuta que parecían más inteligentes que las demás, y que le rehuían en vez de plantarle cara como hacían las demás. Criaturas inteligentes, sin duda.

Su tiempo de esparcimiento se vio empañado por la brutal noticia del asesinato de la Emperatriz.

—El puto Corvo Attano, fíjate de uno de Serkonos —escupió, al escuchar la noticia. Le parecía sorprendente que el mismísimo guardaespaldas de la persona más importante de las Islas hubiera sido quien la matara, lo que demostraba que todo el mundo tenía un precio. Todos, sin falta. Y su hija secuestrada. Seguramente Corvo tenía socios que la tendrán a buen recaudo. Propio de un profesional.

Y sí, la Emperatriz no había hecho mucho por mantener la ciudad a salvo de la plaga. ¿Pera era él, o las cosas se habían puesto más jodidas desde su asesinato? Había más ratas — mejor para él — y afligidos — eso sí que eran malas noticias —, por no hablar de que las patrullas se habían doblado, o incluso triplicado en algunos barrios. Mal asunto. Mal asunto.

—No será porque nos lo hayan puesto fácil —respondió el tyviano cuando Daud les dio la bienvenida. Se encendió un cigarrillo para quitarse de la nariz la peste de la calle y carraspeó —Burrows se está cubriendo de puta gloria desde que es Regente. Qué asco de ciudad. ¿Sabemos algo de Feinmann? Billie nos dijo que la habían detenido los de La Abadía. Espero que sepa mantener la puta boca callada porque si no, no cobramos. Y si hacemos trabajos para ganar dinero y equiparnos para el gran trabajo, y lo único que conseguimos es llevarnos balazos...

Dedicó una traviesa mirada a Elian.

La luz del atardecer que entra por las ventanas sucias hace que la estancia tenga un color ceniciento. Ni siquiera el color rojizo es capaz de penetrar en esa capa de mugre...

- Tengo entendido que hubo complicaciones, sí. Decanos y guardias asesinados, explosiones y alarmas saltando. Seguro que todavía os andarán buscando. - dijo con un tono de voz desapasionado. No había reproche en sus palabras, más bien dejaba ver que deberíais aprender de los errores del pasado si no queríais acabar mal.

- Que más da. - responde lacónico. Esta ciudad se pudre desde hace demasiado tiempo. A nadie le importa ya quien gobierne. Siempre hay otro que ocupe el lugar del anterior. - termina diciendo.

- Hablad con Billie, creo que tiene novedades sobre eso. Yo voy a descansar... - dice antes de marcharse.

Todos podéis notar como Daud está más frío y distante que de costumbre. Parece sumido en pensamientos oscuros que no parece querer compartir con vosotros, al menos por ahora.

Daud, ¿que le pasaba? Hubiera esperado Saga una mirada que le sonriera tras verle de vuelta. Sabía que ya no era una cría, pero esa primera misión hubiera esperado obtener de él ese brillo que decía todo sin necesidad de decir nada, pero no estaba, solo un nuevo hueco vacío, como podía ser que no reconociera algo de reconocimiento, o un ápice de decepción ¡algo! ¿Daud? Por que no veía a quien más admiraba en su existencia en esos ojos ¿le pasaba algo? - Daud hablame ¿por que no me dices que quieres? ¿A caso no sabes que haré lo que quieras?

En es emomento para Saga, Daud no era frío, eso lo había visto muchas veces, admirba ade él también esa faceta, lo que ella veía, era un mentor ausente de algún modo. ¿Si acían lo del crío ese volvería a ver ese algo? ¿Ese nada suyo único de algún modo?

Maevis meneó la cabeza. Estaba claro que Daud, aunque no lo hiciera notar, estaba más afectado por la situación que de costumbre. Todos los estaban... Estaba claro que la Emperatriz no había sido ninguna salvadora, pero la ballenera tampoco se atrevía a dudar de sus buenas intenciones. Quizás simplemente la mujer había tenido demasiado en contra, demasiada mierda que limpiar y desinfectar en una ciudad que moría lentamente sobre si misma... Sin embargo, que ahora ni siquiera ella estuviera era como perder un pequeño parapeto, un clavo al que agarrarse en medio de la decadencia.

- Vamos a hablar con Billie - dijo desanimada. - Y pensemos de una vez como acabar con ese crio. Que al menos a nosotros nos vaya un poco mejor que al resto de este sucio lugar. -

Nunca las altas esferas habían sido del agrado de Matka. Criada en una ratonera de barrio marginal, no le interesaban las historias de los pudientes, a no ser que se inmiscuyesen en su trabajo o su supervivencia.

Ahora resulta que ha habido asesinatos y secuestros... Parece que entre los ricos también se pelean por los restos -pensó la asesina amargamente.

El tiempo tranuilos les sirvió para reposar y reponer armas y elixires. Nunca viene mal estar prevenida.

Y ahora que iban a retomar el caso del niño, aparece esto tan inesperado.

-Supongo que debería horrorizarme o algo, pero no. No sé en qué me afecta a mí quie hayan matado a ésa -refiriéndose a la emperatriz-, ni secuestrado a su hija. Bastante tenemos con lo que tenemos... Pero si hay que hablar con Billie, pues iremos.

Aunque ya recuperado, a Elian le pesaban como una losa los recuerdos recientes. Pensaba que no había estado a la altura. No había cumplido con la eficacia que de él se esperaba, y que él mismo se exigía, para con el resto de balleneros. La sombra de lo que fue un gran moratón en el centro de su pecho se le antojaba ahora un vil recuerdo de todo lo acontecido. Al escuchar las palabras de Daud movió la cabeza tratando de alejar aquellos pensamientos sombríos de su mente. Palabras vacías y cortantes las de su jefe.

Eran momentos complicados para la ciudad sin su emperatriz y para ellos si no acababa bien el arresto de la mujer que los había contratado. El futuro se presentaba difícil. Como siempre en aquel maldito lugar.

De nuevo se sentó, con un crujido de sus rodillas, y miró pensativo a sus compañeros.

Todos dejáis que Daud se marche con esa mirada perdida. Parece ser que su entereza y su ánimo habitual han decaído en apenas una semana. Siempre lo habéis visto como un líder decidido y de ánimo inquebrantable. Este no parece ser el Daud que todos conocéis y por el cual habéis luchado. Quizá sea algo temporal y sea lo que sea lo que le perturba sus pensamientos se marche tal como ha venido. Lo mismo pensáis sobre lo agitadas que están las calles últimamente. Puede que todo vuelva a ser como hasta ahora y sea cuestión de dejar que las aguas se calmen...

Con ese tipo de pensamientos vais a hablar con Billie Lurk que os recibe en su mesa, como siempre. Os mira de arriba a abajo y nota como Elian es el que más ha sufrido las consecuencias de vuestro último trabajo. - Al menos habéis llegado de una pieza. - empieza diciéndoos. - Espero que valga la pena todo lo que habéis tenido que hacer. - continua explicando mientras se le esboza una media sonrisa en la cara.

- Tengo buenas y malas noticias para vosotros. La buena es que Feinmann es el principal sospechoso del ataque a la Academia de de habernos contratado. Eso quiere decir que nuestra clienta por ahora ha dejado de ser el objetivo principal por falta de pruebas. - dice arqueando una ceja antes de continuar. - La mala es que siguen investigándola y van a registrar su casa esta misma semana. Si encuentran alguna prueba os quedaréis sin el dinero. Por suerte estoy segura que os podréis colar allí sin que nadie sospeche de vuestra entrada y deshaceros de todo lo que pueda implicarla.

La misión esta vez era mucho más sencilla. Entrar, registrarlo todo y volver a dejar cada cosa en su sitio. Como si nunca hubierais estado allí. El problema era el tiempo que cada vez os era más preciado. Irías muy justos pero era posible cobrar días antes del aniversario, comprar el equipo necesario e ir directos a por vuestro verdadero objetivo.

- Por cierto. Supongo que ya os habréis enterado de nuestro trabajo en Dunwall Tower. Daud se llevó a los mejores y se encargaron de acabar con la Emperatriz. Esto nos traerá grandes beneficios de ahora en adelante. El Lord Regente hará que la guardia no se acerque al Barrio Anegado y podremos tener inmunidad a parte de trabajo bien remunerado. Hay muchos nobles que quiere quitarse de en medio para instaurar su nuevo orden y nosotros tenemos un trato preferente de ahora en adelante.

Las cosas se les complicaban para poder cobrar, y eso ya sí que incumbía a Matka.

-No podemos perder un minuto en chorradas, gente. Tenemos que ir allí y hacer lo posible para que podamos por fin cobrar todo nuestro dinero. La jodida tía se lo montó muy bien para asegurarse de que no la dejábamos tirada, y le va a salir la jugada redonda.

Una calada de su cigarrillo para aprovecharlo a tope, y lo tiró con un acostumbrado moviimiento.

- Totalmente de acuerdo Matka - dijo Elian mientras asentía con la cabeza - No tenemos un minuto que perder. Debemos limpiar la casa. Nada que la pueda relacionar. Cobramos y a por el asunto del crío - comentó observando el rostro de sus compañeros - Al menos esta vez es de esperar que no tengamos problemas....

¿Tanto importaba el segundo cobro? En esta ocasión no podría aniquilar a nadie... A Sara no le atraía este segundo juego, pero si tocaba tocaba...

Espera-espera-espera. Vladko estaba boquiabierto. ¿No había sido Corvo el que se había cargado a la Emperatriz? ¿Había sido Daud? ¿El puto Daud había asesinado a la mujer más poderosa de las islas? El tyviano miró a sus compañeros, ojiplático, sin dar crédito— Joder, o ya lo sabíais, o os da igual lo que nos está contando Billie. Los Balleneros han asesinado a la Emperatriz. O esto nos va a poner en lo más alto de la escala de poder de Dunwall, o nos va a hundir en la mierda hasta el fondo. ¿Y qué cojones ha hecho Corvo? Porque Daud es bueno, maldita sea pero... joder, es el maldito guardaespaldas imperial.

Había más preguntas al respecto, pero parecía que Billie no estaba por la labor de responderlas o no las sabía. Si habían sido ellos quienes se habían encargado del trabajo, ¿dónde estaba la hija de la Emperatriz? ¿Habría huido y ahora estaría vagando por las calles de la ciudad? ¿La habrían pasado a cuchillo quienes contrataran a Daud? Porque esa era otra, había que tener MUCHO dinero para poder permitirse un trabajo como ese. ¿Sería esa la razón por la que su jefe estaba tan abatido?

A los ballaneros no parecía importarles demasiado quien gobernara o dejara de hacerlo. Un noble subía al poder y otro caía ¿a caso importaba eso? Traiciones, corrupción, asesinatos... Dunwall estaba plagado de ello y los balleneros no eran más que la mano ejecutora de los que no podían hacer el trabajo sucio por sus propios medios.

Todos sabéis la historia de como Daud creo vuestra "familia". El era un idealista que quería acabar con la vida de todo lo podrido que había en la ciudad, una especie de verdugo cuando la ley protegía a los poderosos que no acababan entre rejas y salían de rositas. Pero con el tiempo se dio cuenta de que no servía de nada hacer limpieza si a los pocos días otro igual de corrupto o más ocupaba su lugar o cuando era engañado para matar a alguien inocente por un corrupto que sabía de sus servicios.

No pasaron muchos años cuando se dio cuenta de que todo eso daba igual. Que no servía de nada ser juez y verdugo, con lo segundo era suficiente. El no involucrarse ni con los clientes ni con las victimas ni con sus razones para contratar sus servicios. Simplemente mataba y a cambio le pagana bien... 

Y esa fue la mentalidad que finalmente os intentó inculcar a todos. En Dunwall no había lugar para los justicieros o los héroes. No, ya estaba todo perdido y lo único que cabía esperar era no hundirse en la misma mierda que todos.

* * *

- En realidad hemos tenido que pagar un alto coste Vladko. - dice mirándolo fijamente sabiendo que el tivyano duda de que hayan hecho lo mejor. -  Dos de los nuestros han muerto bajo el acero del que fuese Lord Protector. Según la información que teníamos no iba a regresar de su viaje por las islas hasta la semana próxima. Pero el muy cabrón tenía que llegar justo el día del asalto... ¡Por el Forastero! - grita mientras golpea la mesa con el puño. - Parecía que se olía lo que íbamos a hacer. No creo que nadie le diese el aviso... pero, parecería que el destino quería hacernos una broma macabra.

- Por suerte. - continúa ya algo más calmada y colocándose de nuevo el cuello de la camisa. - La misión tuvo éxito. Nos esfumamos de allí y como todos sabéis, Corvo fue arrestado por el asesinato.  Y ahora, si no tenéis más preguntas os aconsejo que os preparéis para entrar en casa de nuestra clienta. Ella estará sumamente agradecida, estoy convencida de ello. - dice en un tono que os sugiere que ese trabajo extra también tendrá una remuneración extra para vosotros.

Eso tenía bastante sentido. No sabía que Corvo había estado fuera de Dunwall, pero que llegara justo el día del asalto les había provocado graves pérdidas. Ahora comprendía la atmósfera general en su cuartel general. 

—Pues que se pudra en Coldridge —el tyviano asumió que había sido encerrado en aquella maldita fortaleza y que en aquellos momentos le estarían torturando a base de bien. No le envidiaba, pero tampoco se apiadaba de él. Es a lo que te arriesgas cuando te colocas en una posición de poder, que la caída duele más cuando te derriban de una patada.

Elian, junto al resto de balleneros, escucho atentamente las explicaciones de Billie Lurk. Ahora empezaba a entender todo. Es cierto que sabían de lo podrido que estaba aquel lugar desde sus cimientos: dirigentes, políticos,noles, burgueses ...hasta toda la sociedad mas baja, pero los balleneros eran como una pequeña familia y, aunque no debían por puro instinto de protección, algunos se conocían entre ellos y esperaba que ninguno de sus conocidos, que ya trabajaban en niveles superiores al suyo, fuera el fallecido en aquel desgraciado incidente.

Una sombra de pesar recorrió su cuerpo y se reflejó en su rostro que se tornó pensativo y cabizbajo. Ahora podía comprender perfectamente el estado anímico de Daud.

En aquel madito lugar, cada misión podía ser la última. Cada día el último en ver el sol.....