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Divitis Corduba IV: A los Palacios subí...

II. Mensajes del pasado

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19/06/2014, 21:18
Director

Tras callejear con la cabeza agachada o arropados en vuestros capuchones, llegásteis, siendo más o menos mediodía ya, a la calle Valladares, en la collación de Omnium Sanctourm. Dicha collación estaba junto a la de San Juan (de la que veníais y donde estaba la calle de la Morería) y por lo que sabíais de Omnium habitaban allí altos estamentos de la sociedad, nobles y burgueses principalmente. También era la zona de la órden militar de San Juan de Jerursalén, cuya iglesia había sido, una vez más, construida sobre mezquita.

Notásteis que las calles eran principalmente reidenciales y que contaba, por ende, con muy pocas tiendas o zonas comerciales. Las únicas que hay se situaban cerca de la Puerte de Almodóvar, en uno de sus extremos.

Casimiro, entonces, se detuvo delante de una casa de buen porte y aspecto árabe, cuya fachada estaba basada en pequeñas columnillas y motivos árabes labrados en la misma roca. El zócalo no era mamposte en bruto ni adobe, sino que era enrequillado y de estrellas: un trabajo de verdadero artesano. En la puerta, había una alfombra y numerosas babuchas aguardando su amo. Sin duda que allí no viviría sino algún musulmán bien reconocido.

El calatravo tomó la iniciativa. Pisando la alfombra y enfundado en su capa (la cual ocultaba la cruz de su sobreveste de la órden de Calatrava) se introdujo en el zaguán de la casa, que a su vez era patio. En el mismo, una fuente reodeada de numerosísimas macetas y algún arbol que bien daba sombra otorgaban un aspecto reconfortante a la vivienda. En diversos bancos esperaban gentes, muchas de ellas introducidas en una pequeña capilla (a modo de mezquita pequeña) que también allí existía). En cuestión de minutos, un criado árabe os miró, y os comentó que "el trujamán os atendería en cuestión de minutos".

Ciertamente, se hizo de rogar. Aquel al que íbais a ver se encontraba en una sala grande (el criado habíale avisado que érais muchos) y se había acondiconado en una sala grande por la que se accedía a través del zaguán-patio. Al entrar en la misma, éste se encontraba con su criado, a su espalda, sentado en un extremo de la mesa. Todo era adornado con motivos árabes.

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19/06/2014, 21:34
Maestro Mahomat

El Maestro miró a cada uno mientras tomábais asiento. La mesa era cuadrada, con esquinas redondeadas, y los asientos eran sillas bien labradas con respaldo y asiento de tela. Una vez sentados, Mahomat levantó sus manos un instante (como cuando un sacerdote eleva sus manos para dar bendición a sus fieles) y acto seguido os habló.

¿Con quién tengo el placer de hablar? Hemos de conocernos antes de hacer negocios... -la voz del hombre era afable (casi como la de un niño), muy fina y como si, a pesar de su larga edad y viejo aspecto, la cuidada como nadie-.

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21/06/2014, 11:41
Nâzeh ibn Radi

- Es un honor conoceros maestro. Mi nombre es Nâzeh ibn Radi, soy un fiel seguidor de Alá y su profeta Mahoma. Defiendo la fe por medio de las armas pero me temo que las letras no entran dentro de mis facultades. Necesitamos de alguien versado en letras que nos pueda traducir un fragmento de texto, es importante.

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23/06/2014, 10:09
Durán Gómez "El Errante"

Me maravillo ante tanta muestra de opulencia, tanto en la fachada, como dentro, se notaba que el musulmán que allí vivía tenía mucha suerte con los negocios, las sillas en las que estábamos sentados estaban labradas a mano de manera muy meticulosa al igual que la mesa.

No era mi ambiente, esto de hablar con los infieles, así que decido mantenerme en un segundo plano, mientras espero a que se sucedan los acontecimientos. 

 

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23/06/2014, 16:14
Maestro Mahomat

Pues habéis venido al lugar indicado -contestó el Maestro-. Mas el pago de mi tiempo y esfuerzo no bajará menos de 20 maravedies, podéislo tener seguro -mesándose su larga barba-.

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23/06/2014, 16:17
Casimiro López

No habrá problema -espetó Casimiro seguro y decidido, interrumpiendo a Mahomat-. Y pareciera que estaba muy apresurado por descifrar esa carta, que bien parecía tener mucho texto en ella. Mas rogamos confidencialidad, aunque tenga que decirlo y sin querer faltarle. Nada puede salir de su palabra.

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23/06/2014, 16:32
Abid ibn al Amir

Comprobé con dicha que los negocios marchábanle bien a un hermano en la fe.

Salam aleikun maestro- dije con la mano en el pecho.- Me llamo Abid, soy hijo de Amir el pastor.  Al igual que mi compañero Nâzeh soy poco versado en las sagradas letras. Necesitamos su ayuda, pues injustamente hemos sido acusados de un despiadado crimen y tal vez esta carta escrita en la sagrada lengua del Corán consiga exonerarnos.

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23/06/2014, 16:47
Maestro Mahomat

La tendrá, por supuesto -respondió con esa voz casi de niño-. Ya le dije al señor Nâzeh que habían venido al lugar indicado. Veamos... ¿qué es exactamente lo que quieren vos que traduzca?

Entonces se le fue entregado al Maestro Mahomat los fragmentos divididos de la carta que don Juan de Hoces tenía en su mano cuando yació. Las colocó en órden en su propia mesa, y pidió a su criado que le trajera varias hojas papiro y tinta, todo ello mientras miraba con suma atención los papeles. Tras un momento, el criado volvió con tintero y varias hojas limpias. Fue entonces cuando el trujamán tomó la pluma y comenzó a escribir en castellano aquello que iba leyendo.

Unos veinte minutos tardó en todo el proceso. Cuando finalizó, os entregó el papel, y Casimiro comenzó a leer.

A la atención del visir Ibrahim ben
Abou Agibb:
Querido maestro, le mando este mensaje urgente para informarle que los planes que recibiera de su excelencia se han visto alterados por la mano del destino. El jurado de Santiago que estaba siendo vigilado ha sido eliminado, lo que os debe llenar de alivio ya que el comendador estaba a punto de echarle el guante para que contara todo lo que sabía (que era mucho).

Pero más le alegrará saber que, por fin, he podido encontrar el libro que tanto deseaba y que estaba, como usted sospechaba, en la biblioteca del comendador. Es un viejo tomo escrito en árabe por un katib del califa Hisham II y en él se narra el paradero del objeto que busca. Le transcribo la primera página del tratado para que compruebe la veracidad de mis palabras:

“No hay más Dios que Allah y Mahoma es su profeta.
Decimotercer día del mes de Safar del año 365 [987 según el cómputo cristiano]:

Esta noche, después del Sálat al-Isha, he sido requerido personalmente por el hachib Muhammad ibn Abí Amir al-Mansur para que lo acompañe. Tras vestirme apresuradamente, le he seguido junto a una pequeña escolta hasta una de las puertas de la mezquita aljama, donde ha ordenado a sus hombres que le esperen. A continuación, nos hemos internado los dos en el bosque de columnas. Primero nos dirigimos a las obras que el hachib está realizando en un costado del edificio y allí cogimos un pico. Luego acudimos al mihrab, donde nos postramos en oración. Tras levantarnos, el hachib contó un número determinado de columnas (desde aquella que sirve de esquina oriental al mihrab contó seis hacia el norte y luego tres hacia el levante) y, a continuación, anduvo dos pasos hacia el norte y me ordenó abrir un agujero en aquel mismo sitio. Humildemente, intenté explicarle que estábamos en terreno sagrado, pero él se limitó a repetir la orden, añadiendo que si no le obedecía perdería mi oficio, así que Allah me perdone, pero abrí un agujero entre el mármol y las esteras.

Para mi sorpresa no tuve que picar demasiado ya que, tras romper el mármol, apareció ante nosotros un pasadizo del que salían vapores pestilentes y humedad. El hachib cogió una de las pequeñas lámparas que alumbran la mezquita y se introdujo dentro, ordenando que le siguiera al mismo tiempo que me revelaba la tarea para la que había sido escogido: tomar nota de todo lo que ocurriera allí abajo y así dejar constancia. Intrigado le seguí.

El pasadizo daba a un túnel estrecho y húmedo por el que corrían las aguas fecales de buena parte de la ciudad, pero el hachib, al que no parecían afectar ni la pestilencia ni el hedor, sacó un pequeño plano que guardaba bajo el tiraz y, a la luz
de la lámpara, comenzó a orientarse por aquellos recovecos. Por suerte no tuvimos que andar demasiado, y minutos después nos deteníamos frente a una reja que el hachib abrió utilizando una vieja llave que, al parecer, acompañaba al mapa. La reja servía de entrada a una alberca enorme cuyo techo, que se perdía en las tinieblas, estaba sostenida por cuatro gruesos pilares de piedra. En su interior sólo podíamos escuchar el débil sonido del gotear de las aguas que caían al oscuro lago. Por suerte para nosotros, un estrecho puente conducía desde la reja de entrada hasta la pared de enfrente, en donde se encontraba un objeto singular y extraño: era una bola de cristal negra, sucia por el polvo y el abandono, en cuyo interior parecía soplar una leve brisa que movía algunos diminutos jirones de humo. Estaba sostenida por un trípode de bronce herrumbroso y presentaba en su frente un extraño grabado o sello que me...”

 

 

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23/06/2014, 16:47
Casimiro López

La cara de Casimiro era un poema. Quedóse mirando el fragmento traducido, como si intentara recomponer y asimilar todo lo leído...

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23/06/2014, 17:25
Diego Mendoza

Diego se rascó la oreja con el dedo índice sin prestar demasiada atención a lo que se decía. Eran peleas de otros, peleas que por otra parte habían estado a punto de llevarlo a la horca. Sin embargo no tenía ni idea de reliquias árabes más que de reliquias cristianas. Lo único que recordaba era la mano muerta de Santa Teresa y el pedazo de cruz auténtica de Jesucristo en algún lugar de Asturias u otra zona de esas donde el aire, en invierno, te congelaba hasta la respiración.

¿Una bola, un libro? ¿De que demonios hablan?

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23/06/2014, 19:37
Bermudo "El Justo"

- Sea lo que sea ese objeto debe ser muy importante para algunos, ya que más de una muerte se ha producido por ello.

Bermudo había permanecido en silencio todo el tiempo mientras el árabe les traducía la carta.

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24/06/2014, 09:06
Durán Gómez "El Errante"

La cara de estupefacción que se reflejaba en mi rostro era considerable. No daba crédito a lo que ponía la carta, se refería a un libro en el cual se explicaba como encontrar una cierta reliquia escondida en unos túneles de aguas fecales, esta reliquia tenía forma de bola negra, hecha de cristal. 

- Y mi pregunta es. y ¿ahora que hacemos Casimiro? vamos tras ese objeto si somos capaces de ubicar lo que narra la carta? Después de todo lo que hemos pasado, algunos incluso han estado al borde de la muerte, hay que desentrañar este misterio como sea. 

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24/06/2014, 09:53
Nâzeh ibn Radi

-Ibrahim ben Abou Agibb busca esa bola de cristal oscuro, para ello ha mandado robar el libro en casa del Comendador, pero no fue él el que ordenó la muerte del Jurado, eso está claro. En el libro menciona un bosque de columnas en el interior de la mezquita. Es posible que el objeto siga allí, puedo ir al lugar de oración y contar las seis columnas al norte y tres al este. Pero no nos van a dejar cavar...- dijo con una sonrisa -quizás si nos colamos de madrugada. Si ese objeto es tan importante, podríamos intentar encontrarlo por nuestra cuenta.

Notas de juego

¿Conozco al Visir? ¿es el de Granada? ¿tengo contactos? ¿puedo aportar algo?

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24/06/2014, 17:45
Abid ibn al Amir

Intenté recordar las historias que había escuchado a mis tíos al calor del fuego cuando era niño, buscando alguna que hablara de bolas de cristal oscuro para saber lo que estaban Muhammad ibn Abí Amir al-Mansur y su equipo habían buscando.

Tal vez la mezquita haya dejado de serlo.- Apuntillé el comentario de Nâreh en castellano para luego susurrar en un tono de reproche en un idioma que solo algunos de nosotros conocíamos.- نعلم جميعا كمسيحيين في كثير من الأحيان علاج أماكننا المقدسة حيث أنها سوف قهر.

- Tiradas (1)
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24/06/2014, 17:54
Abid ibn al Amir

Todos sabemos como suelen tratar los cristianos nuestos lugares sagrados en aquellos lugares que conquistan. -Dije en un perfécto Nazarí.

Notas de juego

No sé si Zaif sabe nazarí, supongo que sí, sino que olvide este mensaje.

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24/06/2014, 18:00
Director

Notas de juego

Si, podría decirse que sí; una cosa es saberlo y otra leerlo (bueno, de hecho ya lo véis).

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24/06/2014, 22:45
Zaif Mawlay

- ¿Eso también me incluye a mí? - Contesté en el mismo idioma a Abid con cierto resquemor.
Había estado guardando un escrupuloso silencio mientras nos encontrábamos en aquella impresionante casa.
La historia que se traducía de aquel puñetero papel también me hizo reflexionar sobre antiguas leyendas.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Doy por hecho que lo hablo.

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25/06/2014, 19:43
Casimiro López

Casimiro miró a Diego y Bermudo primero, sin saber qué responderles, pero luego se fijó en las palabras de Durán.

Realmente... no sé que hacer... -respondió-. Todo esto me viene grande, creo. La muerte del Jurado -hablaba con los ojos aún fijados en el infinito de una pared- parece que no fue casual, pues parecía saber algo que el Comendador estaba a punto de descubrir, según dice aquí. Tal vez fuera espía de Granada, quién sabe. Alguien cercano al Comendador, probablemente su esposa mora o ese criado enorme y converso, acabó con el jurado contratando al Bonilla, y luego tras matar a don Juan, halló en su despacho un libro que éste tenía... el libro donde se cuenta ésto de la ... ¿mezquita? Las columnas no serían de la mezquita -se preguntaba Casimiro-.

Entonces Casimiro asintió a las palabras de Nazeh.

Dejadme... dejadme que piense. Et paguemos a aqueste noble hombre -dijo elogiando sorprendentemente a un infiel-.

Fue entonces cuando el calatravo pagó él mismo las costas de la traducción y salísteis a la calle.

- Tiradas (7)
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25/06/2014, 19:50
Director

Sólo vosotros os dáis cuenta de que el hachib del que se habla no puede ser otro más que el moro Almanzor de la crónicas cristianas: el militar y político andalusí, caudillo del Califato de Córdoba (hayib o chambelán de Hisham II).

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25/06/2014, 19:50
Director

Llegados a este punto, no es de extrañar que sus merceden tengan la sesera llena de espumarajos, tan caliente o más por las sinrazones acaecidas que de lo que podría calentarla el sol de la Plaza del Potro en pleno verano: buscaban vos a un asesino, que resultó ser, siendo lo más seguro, la esposa del comendador o su esclavo guanche; más aún sus mercedes que, tras haber escapado de peleas, peligros, deliencuentes e incluso la horca, que no han de aguardar lo probable, sino lo más improbable (o al menos eso pensaba Casimiro para tranquilizarse).

Notas de juego

Hacedme todos 2 tiradas:

-Una de Leyendas (CUL), con un malus del 30% para Bermudo, Diego y Durán.

-Una de Conocimiento mágico (CUL), con un malus del 20% para Bermudo, Diego y Durán (también).

Nota: no, lo que me preguntábais del visir es negativo: no le conocéis ninguno.