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[DM 01/19] El sótano de Navidad

El sótano

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09/01/2019, 12:44
Pequeño Timmy

El pequeño vio que su gigantesco avanzaba hacia Darío, con evidentes intenciones y supo que no podía hacer nada contra el hombre malo. Había intentado avisar al pelirrojo, pero no había servido de mucho.

Volviendo a sus quehaceres habituales, el niño tomó su aro y comenzó a saltar en círculos a la pata coja mientras observaba cómo aquel Santa Claus diabólico se disponía a atrapar a Darío. Mientras saltaba, el pequeño fantasma entonaba una infantil melodía:

Uno, dos, canta a viva voz

Tres, cuatro, vienen a por ti

Cinco, seis, todos moriréis

Siete, ocho, comiendo un bizcocho

Nueve, diez, empezamos otra vez

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10/01/2019, 22:48
Darío Goodman

La canción era macabra, pero no lo era tanto como aquel ser tan grande, que lejos de estarse quieto quería atrapar al pelirrojo que sin intención alguna de permanecer allí estático, prefiere correr hacia la salida. Cómo un mero instinto de supervivencia, mas aun cuando esa garras surgieron y la maña hostia que llevaba el barbudo no le daba para nada un halo de esperanza. 

¿Qué clase de juego macabro es este? Se preguntó al correr como alma que se lo lleva el diablo, parecía una persecución, y lejos de ser tranquila el canto de aquel niño, estaba siendo de lo más aterrador. 

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20/01/2019, 10:36
Fantasma Navideño

El macabro ser vestido de personaje navideño, no cesó en su empeño por atrapar al joven Daría Goodman. En el momento en que éste echaba a correr, los pasos, hasta ahora lentos pero decididos del fantasma aceleraron por tal de evitar su huida. Con los brazo extendidos como garras, se abalanzó sobre el joven pelirrojo. Sólo sus piernas podían sacarle de aquella aterradora situación, que de no saber a ciencia cierta que estaba despierto, era lo más parecido a una pavorosa experiencia onírica.

Mientras tanto, el sonido de la cancioncilla de aquel pequeño niño fantasma, amenizaba la experiencia dándole el toque que faltaba para que todo aquello se tornara en algo irreal como un sueño, pero tan vivido como la vida misma. 

Notas de juego

Debes tirar 1d10 para intentar escapar del fantasma.

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20/01/2019, 12:13
Pequeño Timmy

El pequeño fantasma continuaba con su lúgubre canción, mientras saltaba en círculos a la pata coja, como si se hallase divertido por la situación en la que se encontraba envuelto el pelirrojo.

Uno, dos, canta a viva voz

Tres, cuatro, vienen a por ti

Cinco, seis, todos moriréis

Siete, ocho, comiendo un bizcocho

Nueve, diez, empezamos otra vez

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20/01/2019, 14:39
Darío Goodman

Esto cada vez comienza a ser más tétrico y la gracia de creer que era una broma de mal gusto, no estaba para nada bien. Y por esa razón, guiado más por su instinto primario, echa a correr con mayor velocidad mientras le ruega a todos los dioses paganos que esas garras no lo cojan en un descuido. 

Además estaba el niño con su canción, nada bueno traía esa melodía que al resonar como disco rayado en la mente del pelirrojo lo volvía completamente loco. Esto tenía que ser un sueño, no había forma...  La cuestión era: ¿En qué momento todo se fue tanto al cuerno? No lo sabe, pero si es necesario correr para sobrevivir y es lo que hará. 

- Tiradas (1)

Motivo: Roba

Tirada: 1d10

Dificultad: 21-

Resultado: 1(+14)=15 (Exito)

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20/01/2019, 23:11
Entorno

Las piernas del pelirrojo Darío Goodman reacción con presteza. Una zancada, dos zancadas, tres zancadas y ya se encontraba frente a la puerta de aquella extraña habitación.

No miró atrás, pero hubiera notado el aliento de aquel ser de pesadilla de haberlo tenido. Lo que si llegó a notar fueron aquellas zarpas, que llegaron a
rozar su cazadora. Por suerte, no llegaron a cerrarse entorno a ella y pudo traspasar el umbral de la puerta cerrádola tras de sí.

Por un instante se quedó apoyado contra la misma. Trataba de recuperar el aliento y asimilar lo que acababa de sucederle. Entonces una pregunta asaltó su mente: ¿Podría traspasar la puerta aquel ser? Segundos después pareció resuelta, pues ni un golpe, ni nadie del otro lado tratando de abrir, solo silencio.

Respiró aliviado por un instante, aunque fue un fugaz momento. Todavía no se había hecho a la idea de lo que le estaba pasando, cuando al fijarse bien en lo que le rodeaba, cayó en la cuenta de que no estaba solo.

A su alrededor parecía haber una decena de pequeñas camitas destartaladas por el paso de las décadas. Se trataba de una habitación comunal decorada con motivos infantiles en las paredes, aunque deslucidos por la creciente humedad que atenazaba al edificio y la suciedad producto del paso del tiempo.

Pero no era eso lo que perturbó al joven Darío Goodman, sino una presencia. Una nueva presencia pavorosa que le observaba sentada en una chirriante mecedora. Se trataba de una mujer anciana, que le miraba con ojos vacíos y casi sin pestañear.

Notas de juego

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21/01/2019, 12:12
Anciana

La siniestra mujer se encontraba sentada en una vieja y chirriante mecedora, balanceándose hacia delante y hacia atrás, con la mirada perdida, sumida en sus pensamientos. Al escuchar los pasos de Darío, la anciana giró la cabeza en su dirección, penetrándolo con la mirada. Después, se llevó el dedo índice a los labios y le indicó que mantuviera silencio.

-Sssssssh... Despertarás a los niños... -dijo, en tono severo, como si ese hecho pudiera molestarle profundamente.

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21/01/2019, 14:38
Darío Goodman

¿Qué estaba sucediendo realmente a Darío? Es que si bien creía tener el control de todo, incluso de sus propios miedos, ahora mismo una vez que aquel hombre le roza la cazadora con la zarpa, toda coherencia, toda integridad se ve derrumbada ante la posibilidad real de morir. Y pese a que la autoconservación te impulsa a avanzar como sea, a correr para salvar tu vida, en ese instante cuando logra estar allí inmerso en una calma que inquieta más que cualquier cosa, refleja el peligro de su situación y como todo está por perderse. 

- ¿Qué diantres hago aquí? Quiero salir. - pronuncia al sentir como se forzó a tragar saliva, al ver que esa mujer estaba sentada en aquella silla. Tan tétrica, incluso temeraria y despertaba esa sensación de miedo, uno que era capaz de calar su huesos al punto del agobio. ¿Estaba por morir allí mismo? No lo sabía pero se sentía encerrado, preso de sí mismo dentro de un lugar que parece embrujado. Buscó por los alrededores algo para defenderse, no sabía qué hacer, pero tampoco daría todo por perdido. 

- Tiradas (1)

Motivo: Roba

Tirada: 1d10

Dificultad: 21-

Resultado: 5(+15)=20 (Exito)

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21/01/2019, 21:06
Anciana

La anciana observó al pelirrojo, entrecerrando los ojos, como si le escrutase con la mirada intentando identificarle.

-¿No eres un poco mayor para seguir en un orfanato? -preguntó la aparición, en tono inquisitivo, mientras seguía balanceándose, de atrás a adelante en aquella siniestra silla mecedora. Mantenía los ojos clavados en Daríos, sin apartar de él su mirada-. ¿O eres el nuevo conserje que ha contratado el padre...? No recuerdo que me dijese nada...

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22/01/2019, 14:09
Darío Goodman

Las preguntas de la mujer lo desconcierta en absoluto, no tenía idea sobre el lugar donde se encontraba y al escuchar que está en un Orfanato, tragó saliva al recordar aquella película española que lleva el mismo nombre y no le trajo para nada un sentimiento de esperanza, sino todo lo contrario. ¡Qué mal rollo! 

 - Ehm, no... no soy uno de los internos. ¿En dónde está el Padre? -  pregunta un tanto acojonado, pero intenta seguir el hilo de la conversación para encontrar cierta coherencia o relación en ello, alguna punta de un hilo que vaya más allá y le refleje la verdad de esta situación en la que está sometido. - ¿Su nombre Señora? -  vuelve a la carga mientras observa el entorno con detalle. 

Había un niño, esta mujer y ese hombre grandote con la bolsa, cuál de todos más tétricos. 

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22/01/2019, 16:04
Anciana

-Puede que esté en el sótano, llevando a uno de esos niños que se portan mal -respondió la anciana a la pregunta de Darío sobre dónde se encontraba el Padre-. A veces hacen travesuras, entran en la despensa cuando no deben, ¡e incluso ofenden al Señor...! Y es necesario que se les enseñe disciplina. Aunque el Padre... Podría estar también en su despacho o en la capilla... Es un hombre ocupado.

La mujer frunció entonces el ceño. El pelirrojo había asegurado que no era uno de los internos.

-Entonces, ¿quién eres? -le preguntó, en tono severo-. Acércate, que te vea bien...

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23/01/2019, 04:43
Entorno

De repente se escuchó un fuerte portazo. Darío se dio inmediatamente la vuelta pues el sonido procedía de su espalda. Allí quedaba la puerta por dónde había entrado instantes atrás y por ello esperaba ver cómo aquel escalofriante niño cantarín o peor aún el que catálogo en algún momento como hombre del saco, aparecían a sus espaldas.

Pero no, allí no estaban ni uno, ni otro. De hecho la puerta por la que había accedido a aquella habitación parecía otra muy diferente, aunque no sabía exactamente porque. Aquello era muy raro, pero ese era ahora, el menor de sus problemas pues ante el se erigía una nueva figura fantasmal tan aterradora como las dos anteriores.

Se trataba de un hombre vestido con un hábito de cura. Su mirada era perversa. No podía decir porqué, pero por alguna razón, aún sin conocer de nada a ese religioso, estaba convencido de que nada bueno albergaba en su interior.

Cuando esté reparó en Darío le miró de forma inquisitiva durante unos instantes que parecieron eternos. Acto seguido, el padre dirigió su mirada pavorosa hacia la mujer de la mecedora y está pareció colocarse en una posición de sumisión.

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23/01/2019, 04:55
Padre Ander

- ¿Qué hace aquí el joven Darío Goodman, señorita McHannon? - Le preguntó con una voz cavernosa de ultratumba. - ¿Porqué no está en su jergón? - Preguntó alterado.

Esperaba una respuesta rápida por parte de la anciana o al menos eso se denotaba en sus palabras y en su tensa postura personal.

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23/01/2019, 05:36
Anciana

- No lo sé, Pater. - Respondió afligida y con la cabeza gacha la anciana. - Lo dejé en su mecedora... - Sollozó con un triste y desgarrador lamento. - No lo sé, Pater. ¡No lo sé! - Gritó mientras se llevaba las manos a la cabeza y comenzaba a chillar como enloquecida.

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23/01/2019, 05:38
Padre Ander

- ¿Qué haces aquí, Darío Goodman? - El Pater se dirigió entonces al pelirrojo clavando su aterradora mirada sobre él. - ¿Qué haces aquí? ¡Te he preguntado! ¡Responde! - Dijo posando sus manos sobre sus hombros.

Notas de juego

Debes darle una respuesta al padre. Tira dado de 10 y reza por sacar un 1.

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23/01/2019, 13:57
Darío Goodman

La mujer comienza a explicar desde una perturbación que le genera un escalofrío en la espalda, cuestión que revela el temor que anida en su interior cuando finalmente aquel Orfanato se convierte en un lugar para su muerte. No responde en un principio a lo que ella pregunta, asintiendo con la cabeza y tras dejar escapar un largo suspiro entre sus labios, desvía la mirada hacia cada rincón de aquel lugar. 

- No, está bien. Lo buscaré. - termina por decir al girar sobre sí mismo esperando lo peor, pero al notar la presencia del Sacerdote su rostro palidece de repente. Aquel hombre si que aterraba con su sola presencia, más aún cuando las preguntas entre la mujer y él comienzan a ser un continuo martirio para quien no entiende el motivo de su estancia aquí. 

- Creo que se han equivocado de persona, pero bueno... Me retiro de aquí. - agrega intentando a duras penas coger un vestigio de coraje para salir de allí, aunque no era garantía ya que este juego macabro sin dudas no tiene fin. No cuando las almas en pena te acechan, al punto del no retorno. 

- Tiradas (1)

Motivo: Roba

Tirada: 1d10

Dificultad: 21-

Resultado: 4(+20)=24 (Fracaso)

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23/01/2019, 17:29
Padre Ander

El sacerdote fulminaba a Darío Goodman con la mirada. Una mirada intimidante y desangelada que no auguraba nada bueno.

-¡No! ¡No me he equivocado de persona, Darío James Goodman! -exclama el religioso, en tono amenazante-. ¡Tú no te mueves de aquí, jovencito!

Antes de que el pelirrojo pueda reaccionar, el sacerdote ya se ha abalanzado sobre él. Lo agarra por la cabeza con una fuerza sobrehumana, con sus frías manos rodeando el cuello del muchacho. Durante un instante, Darío llega a pensar que el Pater le va a estrangular, pero entonces el sacerdote le toma con fuerza por el cogote con una mano y sujetándole el brazo derecho con la otra. En manos del eclesiático, Darío se mueve con la fragilidad de un niño pequeño

El sacerdote conduce a su víctima hasta el interior de un pequeño despacho, ocupado por un escritorio, tres sillas y dos estanterías repletas de libros de temática religiosa. En la pared cuelga un viejo crucifijo de madera.

-¡Vas a pagar por tu insolencia, Darío James Goodman! -vocifera el religioso, en un tono atronador-. ¿¡Quién crees que eres para deambular por la noche mientras todos duermen!? ¡Tus actos son una ofensa contra Dios!

Darío no sabe cómo, pero cuando el fantasma le suelta, en las manos del sacerdote ha aparecido un largo látigo de metal. De inmediato, comienza a golpear con él al pelirrojo en la espalda y hombros, con una rapidez que indica que está más que acostumbrado a aquel tipo de castigos.

-¡Nuestro Señor Jesucristo tuvo que aguantar cuarenta latigazos para salvar nuestras almas! -bramaba el Pater, mientras asestaba un nuevo latigazo al muchacho-. ¡Tú recibirás cuarenta más!

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23/01/2019, 18:04
Director

Notas de juego

Empezamos la cuenta desde cero. Puedes volver a tirar el dado de 10. Pero debes intentar algo bueno para librarte del látigo, pues tú narración puede sumar o restar le puntuación del dado.

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24/01/2019, 13:52
Darío Goodman

Dentro de esta tortuosa realidad en la que está sumido, la sorpresa resultó ser escalofriante cuando el Sacerdote siguiendo aquel hilo conductual dentro de su mundo, lo coge de un brazo como si fuese un crío pequeño. En ese momento Darío se pregunta qué diantres hizo en su vida para llegar a estas instancias, donde es tratado de aquella forma mientras siente que están dementes todos los presentes. 

Sin decir una sola palabra porque en teoría había roto las reglas del Orfanato, cuando llegan al lugar en cuestión y observa que el sujeto saca un látigo de metal, comprende que esto realmente se está yendo demasiado al cuerno. Lo cual no solo preocupa, sino que en su fuero interno, lo único que desea es despertarse de esta horrible pesadilla. No podía ser real, pero como escocía el golpe en todo el cuerpo. 

- Lo siento Padre, no lo haré más... -se disculpa Goodman para intentar ir al rollo de quien lo está castigando, es vital que termine de una buena vez. - Ahg, mire... Haré lo que sea... ¡Pídalo! - agrega el pelirrojo entre gritos de dolor, decidido a convencer al Sacerdote.  

- Tiradas (1)

Motivo: roba

Tirada: 1d10

Resultado: 5

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24/01/2019, 23:19
Padre Ander

El precioso se quedó parado mirando al joven extrañado. Sin duda esa nueva reacción que esperaba de él. Ladeó la cabeza como solían hacer los perros para expresar incomprensión. Por un momento sus ojos parecieron hasta bondadosos, pero solo fue un espejismo pues enseguida volvieron a encenderse con ira.

Cuatro nuevos latigazos castigaron su trasero. Darío Goodman gritaba de dolor y las lágrimas recorrieron sus mejillas. Por suerte aquel suplicio acabó muy pronto. El sacerdote soltó a Darío y este pronto se puso en pie y se apartó unos pasos de aquel siniestro hombre.

- ¡Besa el crucifijo y podrás irte! - Le instó el Pater poniéndose de rodillas y sosteniendo con ambas manos un crucifijo de madera que portaba anclado a su cuello con un cordel. - ¡Bésalo y tú suplicio habrá acabado, Darío James Goodman!

¿Porqué insistía en ponerle ese segundo nombre? ¿Le confundía con alguien? En ese preciso instante recordó algo. Si abuelo paterno, era muy parecido a él. Lo había visto en fotos de joven y eran dos gotas de agua. Una vez le contó que en su infancia había estado en un orfanato. También recordó algo su abuelo siempre firmaba con unas iniciales, DJG. ¿Esa jota correspondería con el nombre James? No lo sabía, pero intuía que le estaban confundiendo con su abuelo.