Partida Rol por web

[DM 06/19] Las Arenas lo Guardan

LA TUMBA PERDIDA

Cargando editor
13/06/2019, 17:16
Asis Zulaiman

¿Espectros? ¿Apariciones? Esto no puede ser real. Tenía que haber una explicación racional para lo que estaban viendo. ¿Una alucinación colectiva? Quizás algo así, inducido por alguna sustancia en el aire o en el agua. Los fantasmas pedían ayuda para salir porque esa parecía ser su principal preocupación ahora mismo. Escapar de aquel lugar. La mente de Asis levantaba toda esta compleja explicación, como un mecanismo de defensa ante la realidad: no tenía ni la más remota idea de lo que estaba sucediendo. La esfera en el centro le seguía llamando poderosamente la atención, más si cabe. Sin desvestirse siquiera, aunque dejando cualquier peso atrás, se metió en aquel lago y cruzó a nado.

El agua estaba fría, pero como ya estaba mojado la diferencia térmica no fue tan grande. En cualquier caso, no le costó más que unas cuantas brazadas llegar al otro lado. Una vez en el centro, se acercó a aquel artefacto y lo tomó entre sus manos para poder examinarlo mejor.
 

Cargando editor
13/06/2019, 18:04
Diana Steelwater

Cámara funeraria

La momia cedió a su empujón logrando apartarla de su camino. La verdad es que fue toda una sorpresa para ella pues su mente racional ya estaba pensando en que aquello era su fin. Sin embargo su instinto de supervivencia se había puesto a los mandos de su cuerpo.

El único problema es que se había cortado el paso a sí misma puesto que la momia se alzaba entre ella y la salida. Así pues muy poco decidida a volver a darle una oportunidad a aquel ser para echarle el guante Diana se giró y empezó a correr escaleras abajo siguiendo el mismo camino que Dorian. Quien sabe si ahora vivía en un mundo donde las momias andaban quizá encontraban algo sorprendente allí abajo.

Tenía que actuar rápido por eso, pues seguramente la momia iría tras aquella arpía con doctorado su futuro actualmente dependía de aquella mujer. Pero por ahora buscaría la relativa calma de la cámara del tesoro.

Cargando editor
13/06/2019, 18:11
Dorian Applesmith

Cámara funeraria

Dorian había logrado esquivar, contra todo pronóstico a aquel impostor. Por suerte parecía que ahora estaba ocupado con la señorita Steelwater. Su idea original no era para nada la de esconderse en la sala del tesoro, sino todo lo contrario. Dorian quería salir de aquel lugar y aunque no creía en que todo lo que estaba sucediendo fuera algo real, si que tenía una necesidad imperiosa de regresar a casa y no volver nunca más a Afríca y menos a países árabes. Odiaba a esa gente, su cultura e incluso odiaba la arena que se amontonaba por todas partes.

Se dio media vuelta, cuando se percató de que si lo que quería era salir de allí, había escogido un mal camino. Fue entonces cuando se topo de bruces con Diana. Le sorprendió que hubiera seguido sus pasos. Se había librado del fantoche disfrazado de momia, pero aún así había sido tan torpe como el mismo para escoger el camino equivocado. Aquel topetazo provocó que Dorian Applesmith cayera al suelo y rodó...

Dorian rodó por las escaleras descendiendo vertiginosamente hacia la sala que ocultaba el tesoro de valor incalculable que acababan de descubrir tras cinco mil años enterrado. Ese mismo tesoro que era lo único por lo que valía la pena estar allí. Se golpeó en el costado, las piernas, los brazos, la cabeza e incluso el culo, pero para cuando estuvo abajo, se puso en pie y descubrió que no se había hecho tampoco demasiado daño para lo que podría haber sido. Tan solo unos cuantos moratones y algún que otro rasguño.

¡Señorita Steelwater! - Alzó la voz. - ¡Vaya con más cuidado, joder! - Le dijo a la negritud de las escaleras.

 

Cargando editor
14/06/2019, 00:24
Guardián de la cripta

Sala del Tesoro

La reacción de Diana no solo la había salvado la vida sino que sorpresivamente, había conseguido desestabilizar a la criatura y hacerla caer. Sin embargo, su impulso era demasiado grande y aunque intentó recuperar el equilibrio, el suelo se terminó y la aparición de unos escalones la hicieron trastabillar y caer rodando por la escalera. Dorian que estaba más abajo, no se esperó esta aparición y la muchacha le hizo tropezar también.

Ambos se levantaron torpemente mientras miraban alrededor, volvían a estar en la sala del templo. Un rugido estalló más arriba, el sonido de arena que se arremolina y de pronto, silencio.

Se mantuvieron expectante, esperando ver aparecer a la criatura por las escaleras, pero nada apareció. El mortal silencio les envolvió y la oscuridad les engulló. La linterna de Diana se había roto con la caída. El miedo les atenazaba mientras decidían que hacer ¿Subirían?

Cargando editor
14/06/2019, 00:24
Hamid Zulaiman

Pasillos del laberinto

Tras asentir y hacer una seña a los otros dos, Hamid siguió los pasos de Samara a través de la puerta elegida. Cuando la atravesaron, una ráfaga de aire sopló, moviendo sus ropas y rasgando su piel. Hacía frio.

Poco a poco, se internaron en un nuevo pasillo que de nuevo se bifurcaba. Siguiendo las indicaciones de la mercenaria, avanzaron lentos pero sin pausa a través de aquellos oscuros pasillos. Mientras caminaban, no podían evitar preguntarse si toda esta locura estaba ocurriendo de verdad. De pronto, un gemido rasgó el aire y se detuvieron, parecía el llanto de un niño. Todos se miraron un momento antes de seguir avanzando ¿lo habrían imaginado? Cuando estaban a punto de convencerse de que así había sido, volvieron a escucharlo.

Se apresuraron a seguirlo por si fuera alguien que necesitara ayuda cuando en medio del pasillo, al final de un cruce, vieron la silueta de un niño que, al verlos, salió corriendo por el pasillo de su izquierda. Hamid se giró hacia Samara.

- Esto es una locura ¿Has visto lo mismo que yo? –

Los llantos volvieron a escucharse.

Cargando editor
14/06/2019, 00:25
Guardián de la cripta

Cueva

Asis se armó de valor autoconvenciéndose de que lo que estaba viendo no era Real, que todo debía tener una explicación y sospechaba que aquella esfera podía tener algo que ver. Tras avisar a Ahmed, se zambulló en el agua y nadando se aproximó al islote donde la piedra preciosa reposaba.

Ahora que la tenía más cerca, podía ver que una extraña luz brillaba en el centro con todos los colores del arcoíris, cambiando con un movimiento ondulante y casi hipnótico. Las figuras a su alrededor estaban en silencio, ya no decían nada, como si aguardaran expectantes. Entonces Asis cogió la esfera…

… Y todas las almas empezaron a gritar.

“¡QUEREMOS SALIR! ¡QUEREMOS SALIR! ¡QUEREMOS SALIR!”

Su grito era incesante y se clavaba en su cabeza como dagas ardiendo, las figuras se agitaban ahora con violencia, moviéndose rápidamente a su alrededor. Entonces vio una de ellas que se había parado justo en frente suya. Tenía el rostro de una bella mujer, con las cuencas vacías y el pelo cayéndole por los hombros. Durante unos instantes permaneció en silencio, pero entonces su expresión mudó, las cuencas de sus ojos se oscurecieron más aun y abrió mucho 

- Tiradas (1)

Motivo: posesión

Tirada: 4d6

Resultado: 3(+2)=5, 5(+2)=7, 2(+2)=4, 5(+2)=7 (Suma: 23)

Notas de juego

Asis, te están intentando poseer, haz una prueba de Interacción dificultad 8 que es lo que ha sacado el espíritu que te está intentando poseer. Recuerda que puedes gastar puntos de acción para ignorar el daño o para repetir la tirada. Si la fallas aunque niegues el daño, no puedes soltar la esfera, si la pasas, si.

Gasto un punto de amenaza para hacer el encuentro peligroso.

Cargando editor
14/06/2019, 07:42
Dorian Applesmith

Sala del Tesoro.

Diana cayó a sus brazos, o más encima suyo. Fue en ese momento, quizás por el contacto físico entre ambos que no se había producido en ningún momento hasta ese punto, cuando se percató de que Steelwater era una chica muy bonita.

- Si salimos de ésta, tengo que invitarla a salir... - Se dijo a si mismo, mientras caballerosamente ayudaba a la damisela en apuros a ponerse en pie.

Dorian rebuscó en su bolsillo y... ¡No estaba! Aquello si que eran malas noticias. Con la linterna de Diana fuera de servicio y su amado mechero desaparecido, tenían pocas opciones de seguir avanzando en aquella negritud y entonces...

- ¡Aquí está! - Dijo aliviado. - En el bolsillo del pantalón... - Abrió la tapa del zippo y accionó el pulsador. - ¡Clic, clic! - Y se hizo la luz. - No es mucho, pero es lo que hay. Diana, deme la mano. No debemos separarnos. ¿Subimos?

Cargando editor
14/06/2019, 09:59
Diana Steelwater

Sala del Tesoro.

Diana se apartó rápidamente de Dorian y balbuceó lo que parecía una disculpa. Su cabeza aún estaba dándole vueltas a todo aquel asunto completamente irreal. Quizás estaba soñando. O quizás siempre había vivido en un mundo donde todo lo que le habían contado era mentira.

Comprobó su linterna y maldijo internamente. Rota, casi como su cordura. Lo último que le faltaba era estar a oscuras en aquella tumba.

Así pues se acercó a Dorian y a la pequeña luz que le proporcionaba. No acababa de fiarse de aquel hombre, quizás nunca se fiaría de ninguno, además que había resultado de poca ayuda durante el transcurso de la expedición. Sin embargo en ese momento era su principal fuente de luz y por tanto su única manera de conseguir navegar aquella sala.

Diana le tendió la mano temblorosa. -No se si subir será una buena idea señor Applesmith. Tragó saliva. La verdad es que su cuerpo negaba esa posibilidad. -Quizá pudiéramos encontrar algo por aquí. Las tumbas solían tener multitud de pasadizos ocultos. Se mordió levemente el labio. -No se, quizás pasamos algo por alto...podría ser... Su voz se entrecortó mientras la lágrimas luchaban por salir de sus ojos. Se las secó con la manga y continuó. - A mínimo podríamos llevarnos alguna de las armas que están por aquí. Por..por seguridad. Miró a Dorian a los ojos. -¿Que opina señor Applesmith?

Cargando editor
14/06/2019, 10:21
Dorian Applesmith

Sala del Tesoro.

¿Estaba llorando la señorita Steelwater? A Dorian no le gustaba que las mujeres bonitas llorasen. Hasta la fecha, la joven Diana se había mostrado como una hija de puta con él. Cómo casi todo el equipo. Qué él fuera el "espía del mecenas" y la única persona sin utilidad aparente en la expedición había jugado en su contra.

Le habían prejuzgado. Sí, no tenían ni idea de egiptología, ni de arqueología. Tampoco estaba acostumbrado a aquel clima caluroso, ni las molestias del desierto. Él no era un aventurero, ni siquiera le gustaba viajar. Dorian Applesmith era contable. Le gustaba la tranquilidad de una biblioteca o un despacho.

En ese momento rememoró el porqué empezó a fumar. Lo hizo de muy joven, por tratar de encajar, como la mayoría. No es que Dorian fuera un niño muy popular. Su poca habilidad para el deporte tuvo algo que ver, su extraña forma de caminar también. Tenía una pierna más corta que la otra y cojeaba. Dorian el Cojo...

Así le conocieron por aquel entonces sus compañeros de clase. Después de muchas y dolorosas operaciones logró que sus dos piernas adquirieran la misma longitud. Pero tuvo que pasar mucho tiempo sentado y se interesó por los números. Dorian el Empollón, ese fue su segundo mote...

Dorian meneó la cabeza. Regresó de aquel pasado difícil, para encontrarse en aquel presente peligroso y extraño y tratando de llegar a un futuro incierto.

Abrazó a Diana y recostó su cabeza contra su pecho de forma delicada. Acarició su cabello en total silencio. Unos instantes nada más y entonces la apartó de su abrazó, agarró con dulzura su rostro con ambas manos y la miró a los ojos.

- Usted Diana, es la experta. Si cree que puede haber una salida. ¡Busquémosla! ¡Saldremos de ésta, ya lo verá!- E inmediatamente se puso a buscar salidas o bien armas, como la señorita Steelwater había indicado.

- Tiradas (1)

Motivo: Cognición

Tirada: 3d6

Resultado: 3, 1, 6 (Suma: 10)

Cargando editor
14/06/2019, 10:41
Asis Zulaiman

La luz seguía llamándole con esa fuerza cuasi hipnótica. ¿Qué es? ¿algún tipo de proyector antiguo? Pero una vez tuvo aquel objeto entre sus manos quedó claro que aquello no era ningún truco ni un efecto óptico ni una alucinación. Era bien real. Su mente ardía de dolor mientras intentaba asimilar aquello. Los gritos, los terribles gritos... Asis tenía claro que le perseguirían todo lo que le quedase de vida. Ante la presencia de la mujer, todo el cuerpo de Asis se estremeció en un gesto de atracción y repugnancia, ambas sensaciones se alternaban, se mezclaban, le volvían loco. No podía apartar la mirada de la criatura, de su mirada, de aquellos ojos profundos y oscuros que amenazaban con consumirle. ¿Acaso no había forma de resistirse? Su mano parecía anclada a la esfera como si fuesen una única cosa, era incapaz de mover ni un solo músculo, ni un solo dedo.

-No, por favor, no... Yo... sólo estaba... buscando una salida... -apenas consiguió balbucear, en un patético intento de convencer a la mujer de que le dejara marchar.

- Tiradas (1)

Motivo: Interacción

Tirada: 3d6

Dificultad: 8+

Resultado: 4(+1)=5, 2(+1)=3, 2(+1)=3 (Suma: 11)

Notas de juego

Sumo un +1 de Regatear, que es lo único mínimamente convincente que se me ocurre sumar aquí. Ni idea de como iba a hacerlo para llegar a 8 con un D6 xD

Así que bueno, vamos a ir gastando otro puntito de superación para no volverme loco.
 

Cargando editor
14/06/2019, 11:54
Samara

Pasillos del laberinto

Asintió con la cabeza, sin saber qué contestar exactamente a Hamid.

Surrealista, no había mejor palabra para definir aquello que les estaba sucediendo. Y la habría dicho, sino fuera porque era un insulto para los hombres que estaban perdiendo, Asis el primero.

Una tragedia, una macabra tragedia, esa era la verdad, y tampoco podía decirlo, no si quería que Hamid siguiera luchando, buscando. Pero los llantos se repitieron, y el chiquillo era real, lo habían visto correr, fuera lo que fuera que estuviera haciendo allí abajo.

-¡Eh! ¡Niño! - llamó, mientras echaba a correr tras el pequeño. Entonces, el sonido como de llanto que habían escuchado cuando llegaron a la primera cámara, al abrir la puerta, ¡era realmente de un niño llorando! Había pensado que no era posible, que el lugar la había engañado, un efecto del viento entre las rendijas... no una realidad. -¡Vamos, sigamosle! -ordenó sin que fuera necesario, ya se estaban poniendo todos en marcha tras él. 

El pasillo de la izquierda, y a correr.

-¡Chico, espera, espera!

- Tiradas (1)

Motivo: Acción (atrapar al chico)

Tirada: 5d6

Resultado: 3, 1, 5, 4, 1 (Suma: 14)

Notas de juego

Tiro por dar alcance al chico corriendo. No pongo dificultad porque no sé si es posible alcanzarlo incluso con la mejor tirada.

Cargando editor
15/06/2019, 01:24
Guardián de la cripta

Pasillos del laberinto

Samara y su grupo echaron a correr detrás de la figura de aquel chico que sin embargo, siempre salía corriendo cuando los veía acercarse ¿Estaba huyendo? ¿Qué es lo que temía? Sin embargo la mercenaria sabía que todas esas preguntas eran secundarias, lo primordial era alcanzarle y sacarle de este terrible lugar.

Pero era demasiado rápido, siempre iba un poco por delante de ellos. Samara decidió entonces acelerar el paso, dejando un poco atrás a Hamid y los otros en pos del niño. Un pasillo a la izquierda, otro a la derecha, podía oír al pequeño sollozar mientras corría, finalmente le vió plantado en medio del camino.

Detenida, la mujer trató de recuperar el aliento, aquel chiquillo estaba delante de ella, a pocos metros, situado de espaldas a ella, mientras lloraba y su cuerpo se sacudía. Samara se acercó cautelosamente, intentando no espantarle. Un paso, otro paso, ya casi lo tenía, un paso más, sus dedos casi lo tocaban. Entonces el suelo la tragó.

Su cuerpo quedó medio hundido en las arenas y el resto del cuerpo se introducía lentamente entre los granos de tierra del suelo.

Arenas movedizas.

El joven se giró y esta vez Samara pudo verle el rostro y un grito se ahogó en su garganta. Ese rostro lo conocía, porque era de un niño que había necesitado su ayuda años atrás, un niño que pidió su ayuda… yal que no pudo ayudar. Su muerte había sido la primera que la habían hecho plantearse dejar el ejército y ahora lo tenía delante suya. El pequeño se aproximó a ella.

“Tu fuiste la responsable de mi muerte. Es justo que ahora lo sea yo de la tuya”

Era una voz fría, cruel que se clavaba en sus tímpanos como dagas.

Cargando editor
15/06/2019, 01:25
Hamid Zulaiman

Un grito llegó de detrás.

- ¡Samara! ¿Pero qué…? –

Hamid apareció en el umbral de la habitación en la que se había colado sin darse cuenta Samara y detuvo a los dos que tenía detrás. El jefe de peones tuvo que pararse un instante para entender la situación, pero en seguida reaccionó y tras acercarse todo lo que pudo a la mujer, se quitó la mochila de Asis y sujetándola por un asa, se la lanzó.

- Cógete aquí, vamos. Tiraremos de ti –

Pero Samara no respondía, no podía apartar la vista de lo que Hamid tenía detrás, porque no podía entenderlo. La momia que primeramente vieron en la sala funeraria estaba detrás de él. Y no parecía haberse dado cuenta ni él ni los otros dos compañeros que estaban fijos en ella.

Notas de juego

Samara, tira cognición para ver si te afecta la visión de la momia. Dificultad 7. Puedes utilizar el bono de calmado bajo presión. Además de esto e independientemente del resultado, nárrame lo que haces. Como es la criatura, todo enfrentamiento se considera peligroso contra ella sin gastar puntos.

Cargando editor
15/06/2019, 01:29
Guardián de la cripta

Cueva

Las almas gritaban con fuerza mientras le atravesaban con su incorpóreo cuerpo. Aunque no los sentía realmente, un escalofrío le recorría el cuerpo cuando lo hacían al sentirse violado por dentro. La esfera seguía pegada a sus manos y una fuerza mantenía sus dedos pegados a ella. Asis intentaba pugnar contra aquellas voces que retumbaban en su cabeza. Todas repetían lo mismo.

“¡Dejanos entrar!¡Sacanos de aquí!”

Y sintió como aquellos entes pugnaban por hacerse con el control de su cerebro.

- Tiradas (1)

Motivo: Posesión

Tirada: 3d6

Resultado: 5(+2)=7, 2(+2)=4, 3(+2)=5 (Suma: 16)

Notas de juego

Vuelve a hacer tirada de interacción, dificultad 7. Independientemente de si lo pasas,  puedes decirme si haces algo para librarte de esa esfera.

Cargando editor
15/06/2019, 01:32
Guardián de la cripta

Cámara del tesoro - Cueva

Tras el encontronazo con aquella criatura (Si es que en verdad era tal, pues Dorian no lo creía) decidieron sin embargo que, a pesar del silencio que ahora les rodeaba, no era la mejor idea subir al piso superior. Por ello, ambos se pusieron a buscar otra forma de salir de allí. Se movieron entre aquellos tesoros que antes les hipnotizaran y que sin embargo ahora les provocaban temor cada vez que alguna pieza de oro o plata resbalaba resonando en la oscuridad.

Estaban a punto de rendirse cuando de pronto Diana se fijó en un pequeño hueco que sobresalía tímido tras una silla ornamentada. Tras moverla, ambos aventureros se encontraron con una pequeña abertura de un metro de alto por lo que tal vez podrían deslizarse. Satisfechos, ni siquiera tuvieron que pensárselo mucho, y uno tras otros se metieron en aquel agujero no sin antes echar un vistazo a la escalera por la que habían caído. Aún no había nadie.

Avanzaron varios metros cuando de pronto el suelo se inclinó y se volvió resbaladizo lo que hizo perder el equilibrio a la pareja y se precipitó por un agujero hacia abajo. Tras un largo recorrido, una abertura apareció ante ellos y se deslizaron cayendo desde una gran altura. Aunque por suerte, cayeron sobre agua.

Tras salir a nado, tomaron una profunda bocanada de aire y miraron sobre sus cabeza, el agujero se abría a muchos metros sobre sus cabezas. La sala, totalmente inundada, tenía forma rectangular, como estatuas y vestigios de otra época. Al fondo, un camino se abría a izquierda y derecha y del segundo, llegaban unos extraños gritos ininteligibles por lo rápido que hablaban. Al otro lado, solo silencio.

Cargando editor
15/06/2019, 08:58
Dorian Applesmith

Cámara del Tesoro - Cueva

Dorian se asustó mucho al empezar a resbalar por aquel estrecho túnel y más cuando sintió que caía libremente hacia un lugar oscuro e indeterminado. Finalmente el agua amortiguó la caída.

Al sacar la cabeza del agua lo primero que hizo fue buscar a Diana. Si ya era horrible estar encerrado en aquel lugar, más lo era estando completamente solo.

- ¡Diana! - Gritó. ¡Diana - Repitió.

Finalmente la encontró. No estaba muy lejos de él y corrió hasta ella levantando el agua a su paso. Entonces se fundió en un improvisado abrazo con aquella muchacha. Aliviado por no estar completamente solo, acabó separándose de la joven.

- ¿Estás bien? - Le preguntó. - ¡Vaya susto! ¿Verdad? - Y entonces escuchó aquellos extraños gritos lejanos. - ¿Oyes aquello? Puede que sea Sarah o alguno de los chicos. ¿Vamos? - Le preguntó a Diana dejando en ella la responsabilidad de decidir.

Cargando editor
15/06/2019, 16:49
Asis Zulaiman

Cueva

Asis se sentía como si le estuvieran desgarrando por dentro, era una sensación compleja de describir, porque no había dolor, solo aquella sensación profunda de vacío, como si su mente se estuviera vaciando para permitir el paso a los espectros. -¡No! ¡No os lo permitiré! ¡Marchaos! -el joven gritaba y gritaba, pero todo parecía inútil contra aquellas criaturas incorpóreas.

-¡Por favor, qué alguien me ayude! ¡Ahmed! ¡Padre! ¡Quién sea! -Asis miraba en todas direcciones, en busca de ayuda. Su rostro era un mar de lágrimas. Su mano seguía agarrando con firmeza aquella esfera, sus dedos cada vez más engarrotados por la tensión, parecía que en cualquier momento se le iban a partir. De forma parecida a los espectros que le atravesaban, Asis no sentía dolor por esto. Y entonces la chispa de una idea prendió. Desesperado, con la otra mano tomó la vieja navaja que su padre le había regalado el día antes de que comenzara la expedición* y, con todas sus fuerzas, la clavó en la otra mano, que en seguida empezó a sangrar. Aquel era dolor real, algo físico y auténtico a lo que aferrarse. Asis confiaba que tal y como la mano se había cerrado sobre la esfera, el dolor haría reaccionar de forma inconsciente a los músculos, abriéndose y dejando caer aquel artefacto del demonio.

- Tiradas (1)

Motivo: Interacción

Tirada: 3d6

Dificultad: 7+

Resultado: 4(+1)=5, 2(+1)=3, 5(+1)=6 (Suma: 14)

Notas de juego

*si hace falta lo justificamos con otro punto de superación, el tercero creo.

Cargando editor
16/06/2019, 21:34
Diana Steelwater

Cámara del Tesoro - Cueva

Diana sonrió brevemente a Dorian para demostrar que estaba bien. Mojada pero bien. -Estoy bien señor Applesmith. Se tiró el pelo hacia atrás ya que debido a la caída y el agua se le había puesto todo en la cara. -Sinceramente estoy más preocupada por los gritos que salen de ahí. Dijo señalando la puerta por donde salían los gritos.

La verdad es que seguramente no fuera nada. Seguramente era la expedición gritando sus nombres para encontrarles, pero después de todo lo que acababa de presenciar no podía estar segura de nada. Quizás habían encontrado algo peor que lo que habían visto en la cámara funeraria. Además ¿como habían llegado hasta allí? Ellos habían encontrado un pasadizo secreto ¿pero Samara y los demás?

Sin embargo sabía que si empezaba con los pensamientos negativos entraría en un bucle del que era muy difícil salir. Lo sabía por experiencia.

Miró a Dorian y se encogió ligeramente de hombros. -Pero creo que no tenemos más alternativas. Empezó a caminar hacia la derecha. -Muchas gracias por todo, Dorian. Dijo mientras caminaba y sin girarse a mirar a su interlocutor.

Cargando editor
16/06/2019, 22:40
Dorian Applesmith

Cámara del Tesoro - Cueva

Dorian que iba tras los pasos de Diana a muy corta distancia, posó suavemente sus manos sobre los hombros de la joven y masajeó por breves instantes sus agarrotados músculos. Enseguida soltó a la señorita Steelwater.

- No me de las gracias, Diana... - Dijo entonces. - Nos necesitamos el uno al otro en estos momentos, si queremos salir de aquí. - Hizo una breve pausa. - Vamos a ver qué son esos gritos. Vaya con cuidado, Diana. - Le aconsejo sinceramente preocupado.

Cargando editor
17/06/2019, 11:24
Samara

Pasillos del laberinto

El chiquillo, maldito chiquillo, resultó ser una de sus peores pesadillas hechas realidad. Además, tal cual, porque aunque Samara no se sentía responsable de la muerte del niño, sí se había sentido absolutamente impotente al no haber podido hacer nada por evitarla, y eso se le repetía una noche tras otra. El ejército, el mando, las órdenes que no se discuten, las prioridades absurdas... por eso abandonó su vida militar. Y ahora, pasaba factura de un modo aterrador.

Intentó no moverse para no hundirse sin remedio, los brazos muy abiertos y ofrecer la máxima resistencia a la fuerza que la estaba tragando.

Por suerte llegó Hamid, y le puso la mochila de Asis, su tesoro más preciado, al alcance, para que se agarrara a ella. Era la única tabla de salvación a mano, y movió los brazos lentamente, para coger las correas sin grandes remolinos de la masa arenosa que succionaba con fuerza. 

Y entonces, la vio. Detrás de él. Si no hubiera visto primero al niño que la había llevado hasta esa trampa mortal, habría pensado que estaba delirando. Pero no, si el chico era real, la momia del sarcófago también lo era...

¿...qué diablos habían desencadenado? ¿qué clase de maldición se desataba con esa crueldad, esa pavorosa amenaza convertida en realidad?

Asida a la mochila, Samara intentó no asustar a Hamid, no gritar, no mostrarse aterrada.

-Tira... tira Hamid, por lo que más quieras...

- Tiradas (1)

Motivo: Cognición

Tirada: 2d6

Dificultad: 7+

Resultado: 4(+2)=6, 5(+2)=7 (Suma: 13)

Exitos: 1

Notas de juego

Paso la tirada, pero no quiero que Hamid se asuste y suelte la mochila, la alternativa es hundirme en las arenas movedizas. Por lo que si sirve para lo que digo gasto un punto, así de gratis.