Partida Rol por web

Mientras Lamar conducía Marcus contestó la pregunta de Caid:

—Me temo que cualquiera de la universidad está al tanto de nuestro viaje. Pero confieso que tampoco me esperaba que nuestra llegada pudiera levantar suspicacias de alguien... creo que esto es algo más que la mera desaparición de un muchacho.

Caid maldijo en voz baja antes de guardar el arma en la funda sobaquera y bajarse del coche:

- Está bien, Lamar, tu pulsa el acelerador cuando te digamos, nosotros empujamos. - Dijo mientras se colocaba tras el coche afianzando los pies para empujar.- ¿A la de tres?

Atascados en las vías del tren, lunáticos con rifles acechando... Esto no es lo que Ronald tenía en mente cuando aceptó ayudar en el caso.

En cualquier caso, lo primero era encarrilar el vehículo de nuevo. No parecía complicado, pero siempre podía improvisar algo si la fuerza bruta no hacía su trabajo. Un par de tablones en las ruedas deberían bastar para facilitar el asunto.

Solo esperaba que el tren no fuera a pasar justamente ahora, estaban en una situación algo comprometida...

—Una, dos... ¡TRES!

Marcus empujó como pudo ayudando a Caid mientras Lamar arrancaba y Ronald hacia palanca. Parecía que entre todos lograrían salir de ese atolladero.

—La próxima vez ¡venimos en tu avión Lamar!

Lamar maldijo para sus adentros el contratiempo que habían sufrido con el coche. No se sentía orgulloso.

Mientras sus colegas salían a empujar el coche, apretó el acelerador para intentar sacar la máquina del atolladero que el mismo había causado.

- Debería haber traído el Bentley...

Los investigadores estaban fuertes como se pudo comprobar al sacar el auto del atolladero rápidamente... Se subieron al coche y continuaron la marcha viniendo del Oeste... A unos kilómetros las vías del ferrocarril se cruzaban con la carretera que habíais tenido que bordear, y que poseía bastante anchura para conducir en las dos direcciones hacía el río dirección sur, hacia el norte o adentrarse en el pueblo. Las vías del ferrocarril se adentraban en el pueblo para luego dirigirse al norte. No obstante, la carretera a unos cientos de metros en dirección sur hacia el río dejaba ver varios edificios de entre ellos lo que parecía un hotel. Según indicaciones de Marcus la misma carretera que se adentraba en el pueblo, llevaría hacia las afueras en la zona Este estrechándose en una carretera angosta y terrosa que llevaría a la residencia de los Whitelock. El panorama de los alrededores era campo con algunos árboles diversidad de arbustos y granjas diseminadas alrededor del pueblo. Más allá al Este parecía cambiar el paisaje dando lugar a un espeso bosque.

Los campos estaban llenos de ganado diversificados en diferentes sitios con sus pastores y perros para controlarlos, dejando que estos se alimentaran de las hierbas del campo, pero manteniéndose a distancia de la carretera... Aun así el olor a ganado invadía los alrededores, y una fluidez de moscas se posaban a los que se acercaban.

Creo que deberíamos ir a la mansión - dijo Ronald. - no quiero quedarme atrapado otra vez entre los raíles. Pero el conductor es el que decide.

—Estoy de acuerdo con Ronald. Cuanto antes hablemos con Jon antes sabremos que puede estar pasando y así ayudarlo.

Se recostó en el asiento. Le dolía un poco la cadera por el esfuerzo de empujar el coche pero no tenía sentido quejarse. Empiezo a ir viejo para estas aventuras.

Caid asintió ante las palabras de sus compañeros, ya que razón no les faltaba:

- Prefiero enfrentar a la adversidad en el camino más corto que darle la oportunidad a quien nos acechaba de darnos alcance en medio de la nada.

En su cabeza, intentó mantener los detalles de todo lo que iba viendo. Nunca se sabía cuando un nimio detalle podía salvar una vida, o varias de hecho.

Lamar había permanecido sorprendentemente callado durante la última parte de trayecto. Sin duda sentía cierta frustración por el pequeño accidente que habían tenido con el coche. 

- Si, será mejor ir directos a la casa de Withelock. Dijo retornando de su ensimismamiento. - Ya tendremos tiempo luego de hacer turismo rural. Sin duda parece un lugar muy pintoresco. Bromeó tontamente.

Por fin Lamar pasa de las vías ferroviarias al camino... notáis el cambio en la seguridad del auto, elegís por mayoría que Lamar conduzca hacia el pueblo atravesándolo. Al entrar veis que el camino se agranda hasta desembocar en una gran plaza que rodea los edificios más emblemáticos. Hay varios agentes por la calle deteniendo a los vagabundos y llevándolos de malas formas a la comisaría, los viandantes con cara de disgusto y apesadumbrados no son capaces de intervenir. A pesar de la incomodidad de presenciar múltiples arrestos las aceras tienen farolas, y hay carteles en los edificios y postes que señalan las calles adyacentes por las que no puede circular un auto. A excepción de la vía ferroviaria que se encarrila hacia el norte hasta salir del pueblo, y la carretera por donde circuláis que en sentido Noroeste sale también del pequeño pueblo. El paisaje ofrece una agradable panorámica rural, en la plaza encontráis un ayuntamiento, una comisaría de policía, un puesto de bomberos, un despacho de abogados, una redacción de periódico, una biblioteca, una iglesia, un colegio, un banco, varias tiendas y almacenes es lo que veis a simple vista. No hay bancos donde sentarse, y hay movimiento de viandantes en ambos sentidos de la acera, las calles adyacentes dan a casas normales en callejones estrechos.

Marcus contempló el tranquilo escenario rural esperando que Lamar fuera directo a casa de los Whitelock.

Lamar condujo el vehículo en dirección a la casa de Withelock. Tenía ganas de llegar y empezar a encajar las piezas de aquel misterioso rompecabezas.

Seguro que tarde o temprano, tendrían tiempo de visitar el pueblo y conocer a sus habitantes. Pero en estos momentos, Lamar sólo pensaba en llegar a su destino.

Mientras avanzaban por las calles, Caid no dejaba de observar a su alrededor con abstracción, como si mirase a ningún lugar en particular, pero a todo a la vez. Sin duda sería la falta de concentración que tan bien servía a su trabajo y tan mal en su juventud a sus estudios. Tuvo la sensación de que pese a la belleza inherente a esa parte semirural de América, este no era el tipo de pueblo donde querría acabar sus días. Parecía ser el típico lugar bello donde un descuido o una envidia mal cultivada en un lugareño podía costarle a alguien como él: Excéntrico, generalmente solitario, amante de los libros poco comunes y sobre todo, por su otro hábito, ése que le permitía expandir su consciencia y sin embargo a ojos de los paletos le había condenado en el pasado. La gente teme lo que no conoce, lo que es ajeno, y ese miedo a veces se impregna con un regusto secreto por la fuente de su miedo. Las drogas eran el mejor de los ejemplos.

- Nunca dejéis que me atrapen vivo en un sitio olvidado como este... - Dijo en voz baja viendo la violencia con que los vagabundos eran detenidos ante la pasividad o incluso aprobación descorazonada de los paletos locales.

Os dirigís hacia las afueras del pueblo... veis un cementerio al lado izquierdo en lo alto de una colina... el camino se va estrechando convirtiéndose cada vez en más terrizo sin cuidar. El campo a ambos lados está salpicado de arbustos y árboles. Todo parece normal hasta que veis delante de vosotros un fenómeno de la naturaleza, el terreno termina en un peligroso barranco y la única forma de seguir es atravesando un desvencijado puente. Más allá del puente la flora cambia dando lugar a un escabroso bosque que se cierne sobre el camino con aire amenazador. Las ramas de los árboles llegan hasta el camino que se bifurca en dos, norte y sur, por indicación de Marcus os dirigís en dirección norte, el auto va chocando con las ramas, y agradecéis que no sean demasiado gruesas para suponer un peligro en la trayectoria. Las ramas se van rompiendo a medida que avanzáis... El bosque y las colinas se mezclan convirtiéndose en un extraño paisaje que lidia con la región. El camino toma dirección Oeste aunque no es recto pues posee ligeras curvas, en la lejanía un árbol caído os impide seguir avanzando con el auto.

Caid se colocó junto al resto a intentar mover ese tronco lo antes posible. Podría ser un accidente natural, o quizás no, pero no quería quedarse a comprobarlo:

- ¿Qué más puede lanzar el infortunio en este camino? Parecería que algo quisiera que este caso quedase en el olvido...