Partida Rol por web

-Hay que eliminar al menos a un objetivo mas…-

Dijo moviendo la maza, pero entonces noto que la vida que le habían restado al mago se podía regenerar.

Era el momento. Estaba claro que no era el DPS del grupo, ese trabajo tenia que se de otro. Si había que curar, se curaba. 

-!Path iluminalo!-

Bramo una vez mas, mientras miraba al mago. No le gustaba que les hubieran sobrepasado de aquella manera, y que no hubiera manera de trabarlos bien en combate.

Había que aprender habilidades de control de área cuanto antes. 

Me encontraba machando teclas como un loco, no me apetecía tener que esperar a que el mago volviese a la zona. Volví a atacar al mismo objetivo, a ver si moría ya.

"¡Venga, ya casi los tenemos!"

El ritmo del combate se había rebajado considerablemente. El mago había consumido casi todo su mana; y aunque el sacerdote le había curado prefería esperar a que otro se hiciera con el agro de forma eficaz antes de arriesgar sus puntos de vida críticos. Por su parte Brummbar intentó una estocada al bandido que tenía en combate, pero sin demasiado éxito. Agol por su parte casi terminó con la vida del bandido que tenía frente a él... casi.

Éste lanzó un ataque recto cargado desde el pecho que logro de nuevo atravesar la dura cota de malla del guerrero. De nuevo su vida volvió a bajar. De nuevo un único punto. Brummbar luchaba por no golpear y no ser golpeado. Ambos luchadores intercambiaron varias estocadas mientras el campamento se llenaba con el sonido del acero chocar. El enano pudo notar como la última estocada del bandido alcanzó su armadura de cuero. Demasiado débil para atravesarla de nuevo. Desde luego aquella armadura estaba haciendo su trabajo como era debido.

- Vas a morir maldito enano - Dijo gritando al ver que su ataque no había surtido efecto.  

Ahora que Joli me había curado y el agro parecía estar bien repartida era el momento de aprovechar, y aunque parecía que los PM no se restablecían durante el combate pese a estar algunos turnos sin atacar, no podía obviar que tenia al enemigo delante y de espaldas, así que alcé el báculo, no para invocar magias arcanas sino para estamparlo directamente contra el cráneo del bandido que tenía justo delante.

- Es hora de la venganza - sentencié justo antes de descargar el golpe.

"Mierda, otra vez me han dado... espero que después de esto el clerigo haga su trabajo." - Pensé para mis adentros.

Sin pensarmelo mucho, dirigí un poderoso espadazo al bandido 3 con la intención de acabar con esto ya, el combate se estaba alargando demasiado para lo que era en un principio.

"¡Ya solo queda este, vamos!"

Uno de los bandidos acaba de caer, perfecto. Ahora solo quedaba un enemigo, que tenia al rudo enano bailando a su son. Era el momento de echar algo de músculo extra a ese encuentro.

Tomando la espalda de su enemigo Joli lanzo un poderos mazazo directo a la cabeza.

Aquel villano estaba perdido.

Parecía que todo había terminado... pero por si las moscas... esgrimió la espada contra el bandido que ya había probado un par de veces las bondades de su coraza de cuero, demostrando una notable torpeza en el uso del acero....

... Eso le hizo reflexionar, rapidito, y soltar un gruñido...

-No sería capaz ni de acertar a la tierra...

Era deprimente, pero también confirmaba que su rol en el equipo debía ser el de ataque a distancia; en la corta, tenía serias dificultades para desenvolverse con la soltura adecueda.

Con el último tajo, el bandido cayó al suelo; dejando en silencio el lugar. Silencio que se rompió por los pasos de Aher bajando de la atalaya. 

- ¡¡ Por fin !! - Mostraba una sonrisa mientras guardaba su arco en la espalda.

- Llevaba dos días sin saber nada del sargento. Pensaba que ya habían desistido. Vamos, creo que guardan todo en la tienda principal. Seguidme - 

Aher os condujo por el campamento hasta una de las tiendas en donde había un cofre de tamaño considerable. No tardasteis en abrirlo y no solo encontrasteis un mapa de la zona con varias localizaciones marcadas. Seguramente diferentes campamentos y quizá el cuartel base de Bogger. Además había varios objetos que sin duda no estaban allí de forma aleatoria.

- Un báculo de combate. Era igual que el del mago, pero tenía una habilidad especial. Podía lanzar ataques a distancia.
- Dos virotes con algún tipo de habilidad especial; ya que se podía leer al inspeccionarlos "virote de impacto. 
- Cuatro pociones. Dos de vida rojas y dos de mana azules.
- Un pergamino en el que se podía leer "Mano Divina" Y debajo un texto para recitar el conjuro y lanzarlo. Al parecer complementaba a los hechizo de curación potenciándolos.

Mientras revisabais el contenido Aher parecía esperar fuera de la tienda vigilando ambas entradas del campamento.

- Creo que me he ganado eso - dije tranquilamente al coger el báculo de combate mientras observaba los detalles del mismo. No era algo excepcional, pero sí se notaba mejor calidad que el que ya tenía así que sin dudarlo, me lo equipé - y una de estas no me vendrían mal - proseguí mientras, sin consultar a nadie, cogía una de las pociones de maná. En cualquier otro caso me hubiese agenciado con las dos, pero aunque no iba a reconocerlo abiertamente, las curaciones de Joli me habían servido de mucha ayuda por lo que le dejé la otra como "premio".

- ¿Que pone en el mapa? ¿Está marcado el campamento del Bogger ese? - pregunté al grupo en general.

Me palpé... ni por vicio, sino por asegurarme... ¡había pasado el primer combate sin subrir un rasguño! ... pero eso sí... tomaba buena nota de la lección: el Cuerpo a Cuerpo.. dejarlo para los otros; usarlo solo como último recurso.

El tal Uñalarga nos condujo a la tienda donde estaba el mapa... y unas cuantas cosas útiles para ir mejorando; los vitotes, claramente, tenían mi nombre, so pena que alguien quiese usarlos para clavárselos en los ojos a nuestros enemigos... pero me daba la impresión de que ninguno tenía esa especialidad, así que...

-Bueno... Los virotes parecen tener grabado mi nombre. Las pociones, mejor usadlas vosotros, que seguro que tenéis más maña en ello... los que luchamos de lejos no deberíamos tener casi que usarlas.

Eché un ojo al mapa...

-Esto... hay que llevarlo al Sargento, ¿no?... esta parte debería ser fácil....

Al ver que dejaban las pociones de vida al descubierto, agarré las dos.

"Yo me ocuparé de guardar esto..." - Dije sin miramientos ni vergüenza, después de todo soy yo el que se come los golpes.

Acto seguido, miré el mapa y añadí:

"Demos la vuelta pues, no hay mucho más que hacer aquí."

Joli estaba contento todo había pasado y todos estaban “bien”, o por no menos no había muerto nadie.

Aprovecho para ver si fuera de combate podía ir usando su habilidad de curar, para poner a tope todos los puntos de vida de los compañeros.

Siguió a su contacto hasta el cofre, y sonrió al ver el contenido, poco a poco fue viendo cómo sus compinches iban agenciando todo lo que era previsiblemente para ellos.

Sin embargo, termino por coger el pergamino de “Mano Divina”, nombre mas que apropiado para ese tipo de conjuros, y tras leer su descripción se alegro. Pero la poción de mana, se la tendió al mago.

- Mala, esto es para ti. Mis oraciones no gastan mana. Y tu lo fundes con mucha rapidez, guarda en tu inventario.-

Tras esto, dio una vuelta en derredor, y se oriento para volver a la villa de inicio.

- Seguidme, conozco el camino… como el amigo de Indi.- 

-Si no hay nada que objetar.... vayamos pues

...añadí simplemente. Quedaba trecho por cubrir, y ansiaba ver cual sería el siguiente reto a salvar

Con todo el material repartido Aher asintió a volver con el sargento. Iba a ofrecerse de guía, pero al ver que Joli tomaba el liderazgo se quedó en un segundo plano caminando tras el sacerdote. Éste por su parte pudo comprobar que no tuvo problemas en recuperar toda la salud de sus compañeros hasta el máximo; y para sorpresa del mago su mana no se regeneraba fuera del combate. Examinando el menú de opciones pudo ver que podía seleccionar su barra de mana. Allí había una pequeña nota informativa:

"Se puede recuperar el mana descansando o con diferentes pociones"

Fuere como fuere, unos revisando sus nuevos objetos o bien simplemente disfrutando del entorno creado por el creador del juego pasó el tiempo y llegaron a medio día de nuevo al pueblo. 

- A esta hora el sargento estará en la taberna comiendo - 

Aher os condujo para comprobar que efectivamente allí estaba. La taberna era relativamente grande. El olor a cocido y pan recién horneado impregnaba cada esquina del lugar. No tardasteis en ver al sargento que os invitó a sentaros. La mesa era grande, seguramente en previsión de este tipo de interrupciones. 

- Veo que habéis logrado vuestra misión. Excelente, contadme... ¿Que habéis encontrado? ¡¡ Que modales los míos !! Antes de nada. ¿Tenéis hambre? - 

- Mi sargento, ya estamos de vuelta. Si, algo de comer será agradecido por estos cuerpos.-

Sin miramientos cogió un taburete y se sentó a la mesa. Y miro en derredor en pos de un posadero o posadera a los cuales pedirles vino y cocido.

En su vida real, no soportaba ni beber ni comer aquellas cosas, pero aquello era juego, y podía hacer lo que fuera.

- Pues como puede ver, el bueno de Aher ha vuelto con nosotros, y el resto de rufianes del campamento han caído liquidados. El mapa.- dijo señalando a sus compañeros, no estaba seguros de cual al final se había quedado con trozo de papel -. Parece indicar varias campamentos enemigos.

Pero ya se sabe lo que se dice, si cortas la cabeza al animal, el cuerpo termina por morir. Creo que ir a por su líder puede ser la mejor opción. Pero siempre que quieran se puede discutir.- 

Y espero a que le sirvieran dejando espacio para que los demás opinaran si era menester o no ir directamente a por el lider de los bandidos. Quizas prefirieran levelear antes de ese encuentro. 

También me apunté a eso de comer, que una flojera inoportuna siempre es... eso,inoportuna, así que mientras,en el mundo real,daba buena cuenta de un bocata de chorizo,en el juego pedía también un detallito
-Para mí,una jarra de cerveza y cocido!
...Pedido lo cual, di mi opinión...
-También creo que hay que ir a por el líder, sin complejos. Para eso estamos, para liarla parda y ser efectivos

"Lo mismo." - Comenté al que nos atendía. Ya que se nos ofrecia esa opción, que menos...

Me senté al lado de mis compañeros y saqué el mapa. Al mirarlo antes decidí guardarmelo, pero al parecer ninguno de los que me acompañaban se dió cuenta de eso. Sigiloso como una hoja.

Extendiéndolo sobre la mesa con cuidado de no mancharlo, lo orienté para que el sargento pudiese verlo bien.

"Opino exáctamente igual, acabemos con la amenaza de raiz; la experiencia de sus tropas es insignificante, no fueron mucho problema. Demorar nuestro enfrentamiento con el líder sería darle más tiempo a prepararse."

- Para mi un vaso de agua, de la más limpia que tenga y una ensalada o unas verduras pasadas por la parrilla - pedí tranquilamente a alguno de los camareros que por ahí deambulaban. En la vida real jamás entraría en un antro como ese y, ya que teníamos que estar ahí sí o sí, no estaba dispuesto a comer lo mismo que los lugareños ni a arriesgarme a mancharme las vestiduras.

- Concuerdo con mis compañeros, lo mejor es cortar los problemas de raíz - sin embargo tenía mis motivos para creer que esta vez iba a se más fácil, concretamente 2 en forma de poción de maná. - Si mis cálculos son correctos, con las pociones podré disparar unos once proyectiles... debería ser suficiente para acabar con cualquier campamento de esos bandidos - me justificaba mientras esperaba el agua y la comida - ¿contará esto como descanso para regenerar el maná? - pero eso era algo que estaba apunto de comprobar.

El posadero tomó buena cuenta de vuestros pedidos, mirando extrañado la petición del elfo y marchando hacia la barra refunfuñando alguna palabra que no llegasteis a entender. No tardó en volver con la una gran jarra de cerveza y varios vasos de barro primero y enseguida con tres cuencos a rebosar de un cocido cuyo olor hizo que vuestras papilas gustativas comenzaran a salivar de forma casi inmediata. Curioso que dentro del propio juego aquellas sensaciones permanecieran tan reales.

- Las verduritas y el agua limpia tendrán que esperar un poco - Dijo no sin cierto rintintín el posadero antes de marcharse.

- Jajaja, no hagais caso al bueno de Kote. No está acostumbrado a las peculiares peticiones de los elfos, pero traerá lo que ha sido pedido - 

Así fue. Unos diez minutos más tarde apareció con una pequeña jarra con agua y un plato con las verduras como había sido requeridas por Maladarim. Una vez hubisteis dado buena cuenta de la comida, y tras comprobar que los sabores también habían sido replicados de una manera soberbia el sargento miro el mapa unos minutos tachando algunos de los puntos.

- Estoy de acuerdo con vosotros. En cuanto derrotemos a su líder el resto huirán como las sabandijas que son - 

Realizó tres círculos al rededor de tres zonas que no había tachado.

- El resto de zonas están controladas y sabemos que son campamentos de bandidos. Pero estos tres... podría estar en cualquiera. Apuesto por esta casa, cerca del río y con una zona de escape fácil - Termino clavando el cuchillo con el que hasta hace poco había cortado un pedazo de cordero.

Una pequeña trifulca se inició en la barra que el propio Kote se encargó de finalizar reventando una jarra en la cabeza de uno de los clientes. El sargento no pareció darle mayor importancia y el hombre, inconsciente, fue sacado del lugar por otros dos clientes que volvieron a entrar enseguida.

- Muy bien. Mandaré dos grupos a los otras ubicaciones para tenerlas controladas. Vosotros atacaréis esta. Aher dirigirá el grupo de esta y yo el de esta otra. El tiempo apremia, así que lo mejor sería partir de inmediato ahora que tenemos el estómago lleno y todavía no se habrá extendido el rumor de que el otro campamento ha sido asaltado. - 

Aher asintió y el sargento os miró esperando una respuesta. 

Me levanté del asiento lleno de determinación.

"Muy bien, pongamos fin a esto ya."