Partida Rol por web

-¡Mont Jouar!¡Saint Dennise!¡Por Dios, que me muera si flaqueo!-gritó con todas su fuerzas mientras cargaba a la carrera contra la bestia que estaba atacando a su compañero.

Con la resolución dibujada en el rostro, alzó la maza hacia el cielo y la descargó con furia sobre la espalda del animal

El terrible mazazo que Sir Godofredo propinó a la bestia, la dejó algo aturdida.  El lobo empezó a deambular de un lado a otro, escupiendo sangre por la boca. Sin duda alguna estaba en las últimas. Fue entonces cuando apareció Dwama desde su espalda. El animal no debió escucharla, pues no hizo además alguno por darse la vuelta y enfrentar la amenaza. El urgrsoh de la enana se clavó en el cuello de la bestia acabando con sus sufrimiento.

- ¿Estáis todos bien? - Preguntó entonces Dwama. - ¿Dónde está Wynloc? ¡Esto es muy raro! - Dijo mirando las heridas que lucía Ruff, aun con las astas de las flechas clavadas en su cuerpo

Justo en el momento en que el lobo realizaba su estertor, un rayo rompió en la noche iluminando el cielo, con tal luminaria, que incluso pudo atravesar las frondosas copas de los árboles dando un poco de clarividencia a la escena que se estaba llevando a cabo en aquel otrora pacifico encinar.

El rayo no vino solo, pues tras un sonoro trueno, empezó a llover de forma tormentosa. Un nuevo estallido de luz seguido por otro trueno desveló la situación del ser al que estaban dando caza. Hacia el norte, junto a las ruinas de lo que parecía ser un viejo torreón se alzaba la figura de un ser de aspecto lobuno, que no obstante se alzaba sobre sus cuartos traseros y parecía estar esgrimiendo una poderosa hacha de guerra.

No estaba solo, pues otra figura, ésta conocida por todos, pues no era otro que Wynloc armado con su arco, se encontraba justo a su lado. De hecho, el explorador acababa de cargar una flecha en su arco y les estaba apuntando. Al salir disparada la flecha surcó el cielo hasta clavarse en el tronco de una encina, habiendo pasado muy cerca del cuello de Elenair. Si cabía alguna duda todavía de las intenciones de Wynloc, acababa de dejar claro de parte de quien estaba.

La cara de alspresa de Elenair no le impidió continuar tocando. Quería alargar los beneficios al grupo todo lo posible. Esos dos estaban bastante lejos y ella quería ayudar en todo lo posible. A avanzó tras los pasos de sus compañeros más corpulentos. Cuando todos estuvieran más cerca intentaría alguno de sus trucos. No quería resultar herida nuevamente.
Se agachó para volver a recoger la rama iluminada y así facilitar el camino a los humanos. Puede que con los rayos no hiciese falta pero nunca se podía predecir el futuro.

No me queda duda; sin la provercial aparición de Don Godofredo, y la intervención del resto del grupo, ahora sería carne de perro.

-¡Don Godofredo! ¡Voto a brios, que os besaría!,  ¡pero va a ser que no!, ¡mas juro que iré a rezar al templo de Sant Cuthberg en agradecimiento por vuestra aparición!

Tras rugir el trueno, e iluminar la escena el relámpago, contestando a la pregunta de la dama guerrera señalo con el dedo hacia los dos aparecidos, cuyas formas se recortan contra la oscuridad de fondo...

-Dwama, ...ahí tienes la respuesta. Él nos ha traído a la boca del lobo
(huy! no era mi idea hacer un chascarrillo con los lobos...)

Me tengo bien en pie, la pierna responde y el brazo aún lo puedo manejar, pero mi segundo mayor temor se empieza a materializar... me doy cuenta que se me está pegando la manera de hablar de Sir Godofredo. Un escalofrío me recorre la columna vertebral, mientras reparo en mi primer mayor temor, lo que hace que me vuelva hacia la dulce elfa Elenair...

-Elenair, la antorcha, ten cuidado..., Wynloc creo que sigue siendo humano; la antorcha te ilumina a tí.., a nosotros, más que a ellos; déjala de lado.

La flecha del vil traidor silva y pasa cerca de Elenair, como refrendando mis palabras.

-¡Wynloc, traidor bastardo! acabáis de firmar sentencia de muerte. Si aquesta flecha la hubieseis dirigido contra mí aún os restaría la oportunidad de explicaros, más ahora si que no hay lugar a la piedad- Gritó señalando con su maza hacia el que había sido su viejo amigo.

Espoleado por la ira y las ansias de aplicar el justo castigo, Godofredo emprendió la carrera en dirección a los nuevos enemigos, situándose justo al lado del explorador, tratando de evitar que volviese a disponer de una oportunidads franca de disparar contra el resto.

-Maldito traidor!  caerás por mis flechas al igual que el Lupo que te acompaña! Cargaaaaad! Timmy lo tenía claro, no dejaría que esos bastardos les atacaran nuevamente sin respuesta.

Timmy, con la antorcha en una mano y el arco en la otra se movió en dirección a la torre, con todo el cuidado posible de no pisar un cepo mientras su perro iba justo detrás de él ladrando y maldiciendo en perruno por mojarse.

Se desplazó todo lo que pudo para acto seguido lanzar su antorcha al suelo  y disparar al hombre lobo.

-Elenair acerca la luz por favor! El pequeño explorador sabía que necesitaba una fuente lumínica para no pisar un cepo, pero necesitaba sus manos para disparar a sus enemigos.

Cuando veo correr al Conde hacia Wylonc, me giro y miro a Ruff -Aún estas herido, quedate a la retaguardia con el grueso del grupo y protegelos por si se os abalanzan; id avanzando hacia ellos poco a poco y cuidado con las trampas- acto seguido miro a la dama enana -Tu tambien Dwama, estate atenta por si se acercan- Tras esto miro al pequeño Timmy -Si alguno de ellos viene a por vosotros intenta derribarlo antes que llegue, intentemos evitar el combate cuerpo a cuerpo lo maximo posible; yo iré con el conde y le prestaré apoyo hasta que llegueis vosotros.- Acabadas mis palabras voy tras el conde, corre más que yo, asi que voy tras sus pasos vigilando que no haya más trampas ocultas y pueda avisarle si divíso alguna. (Tiro varias veces por si acaso hay más de una)

Timmy fue el primero en actuar de forma beligerante contra los dos individuos que les habían llevado hasta aquella trampa. No obstante, su disparo erró. Acto seguido empezó a buscar trampas con la mirada. Se podría haber desplazado algo más rápido hacia su objetivo, pero no deseaba quedar enganchado en alguno de aquellos cepos que sin duda habían sido dispuestos por Wynloc para mermarles en aquel combate.

Timmy fue enseguida consciente de que Wynloc no tenía miramientos ni compasión. No le importaba el compañerismo, como tampoco le importaba atentar contra la vida de una mujer o de un niño. No sabía que le motivaba a hacer lo que estaba haciendo. Realmente no lo entendía, pues en el pasado había aprendido mucho de él, pero lo único cierto era que en esos momentos le estaba apuntando con su arco. Una flecha salió despedida del mismo cayendo contra el suelo muy cerca de donde él se encontraba. La segunda se clavó en su muslo derecho haciéndole gritar de dolor.

Jack tenía las piernas más cortas y era más lento que el conde, pero había reaccionado antes que él y muy pronto comenzó a buscar más de aquellos condenados cepos. Justo cuando el conde llegaba a su altura y cuando a punto estaban de alcanzar a aquellos dos rufianes, el mediano detectó algo que no le gustaba. El suelo frente a ellos estaba húmedo, removido y entonces lo vio claro.

- ¡Alto señor conde! - Gritó el hobbit. - ¡Un foso!

En el momento en que Jack advierte de aquel peligro, tanto Godofredo como Dwama, no tienen más remedio que detener la marcha, Elenair que viene justo detrás, también queda bloqueada en el estrecho pasillo que forman las paredes a medio derruir de la antigua construcción, que les conduce a donde se encuentran sus enemigos.

Fue justo cuando el conde y Dwama se detuvieron ante el foso que acababa de localizar Jack, cuando el terrible hombre lobo cogió carrerilla y de un portentoso salto pasó la zona en la que se hallaba el pozo, abalanzándose sobre el conde quien, empujado por aquella bestia tuvo que retroceder. Por suerte para Sir Godofredo, la terrible dentellada que lanzó a la vez que caía sobre él, tan solo encontró una pieza de su armadura como objetivo.

Ahora el hombre-lobo estaba rodeado, por casi todo el grupo. No había escogido la mejor opción para afrontar el combate, pero tampoco parecía importarle demasiado. Se le veía confiado en que podría acabar con todos ellos sin demasiado cuidado. Desde atrás, Wynloc observaba con una sonrisa como aquella bestia babeante de furia asesina, estaba a punto de cebarse con sus antiguos amigos.

La joven elfa fue levantando la mirada mientras el lino realizaba el portentoso salto. La sorpresa del foso fue rápidamente olvidada por la presencia del imponente ser con las fauces abiertas y que ya se encontraba junto a ella. Estaba rodeado pero no parecían importarle. La duda llegaba siempre en aquellos momentos ¿Dejaba de tocar? ¿Aportaría algo almcombate? Mientras dudaba dio un paso hacia atrás se decidió a tomar su espada. En pocas ocasiones la utilizaba y hoy ya era la segunda vez que debía desenfundarla.
Cuando llegasen el pueblo tendría que darse un buen baño para eliminar toda la sangre y debería de comprar ropa nueva. Si, eso se lo había ganado y además, siempre podría decir que la antigua se le había roto.

Cuando el lobo cayó ante mi y atacó con saña a Sir Godofredo supe que era el momento de activar mi técnica secreta, con ella podría esquivar más facilmente los ataques de aquella bestia y me otorgaría protección de los ataques a distancia del traidor Wylonc.

-Es la hora, ¡ven a mi, niebla de plata; Kirigakure no Jutsu!- Tras mis palabras empieza a generarse un remolino de niebla plateada a mi alrededor que me cubre totalmente, pero que a mi no me afecta en absoluto.

Tras la invocación agarro fuertemente mi estoque y ataco con él al lobo-hombre.

Dolorido, he tardado más de lo que cabría esperar en recoger y preparar mi ballesta ligera; en este tiempo el grupo ha avanzado tenazmente, con Jack vigilando por si nos llevaban a una nueva trampa, cuando la fiera, de repente, salta y se plana en medio de ellos, quedando todos al alcance de un barrido de su hacha monstruosa.

Por mi parte, rezagado, me he quedado en una zona de tinieblas, amparado por la noche. Desde mi posición, apenas puedo entrever lo que sucede con nitidez; el ser está entre mis amigos, y es impensable dispararle desde aquí; las ramas de las encinas podrían desviar la saeta, y alcanzar a quien no debo. Y en cuanto a Wynloc, el muy felón tiene cubierto el flanco que da hacia mí por uno de los muros de las ruinas, y apenas puedo verle. Es impensable que intente ensartarle como a una rata.

Valorando rápidamente mis opciones, y la ventaja que me otorga que el foco de atención se encuentre ahora mismo donde está el lobo y mis amigos, salvo Timmy, que él sí tiene posición de disparo, decido aprovechar la coyuntura. Me doblo por la cintura, y sin dejar de alternar miradas a lo que sucede donde está la acción, me muevo sigiloso, atento a posibles alteraciones del terreno y trampas, hacia mi objetivo.

Avanzo rumbo norte, hacia Timmy, entrando fugazmente en el radio de luz de las antorchas; el tiempo preciso para susurrarle, desde sus espaldas:

-Voy a rodearle, sigue disparándo

... y rápido como llegué, antes de llegar a su altura, rápido que giro al oeste, penetrando de nuevo en el mundo de las sombras, el mundo en que veo casi tan bien como de día; avanzo doblado por la cintura, permitiendo que el muro me cubra.

El suelo es duro, casi pedregoso, eso es bueno; es difícil ocultar trampas, no como en la zona embarrada... está claro: es el suelo de una antigüa construcción, delimitada por un par de lienzos de muro, que son justo los que evitaban que pudiese ver a Wynloc, y que, a cambio, ahora me pemiten a mí avanzar sin que él me vea; avanzo rápido, pero con los pies cautos, evitando ruidos innecesarios, aunque los sonidos quedarían ahogados por el fragor de lo que pasa pocos metros delante del traidor.

Atravieso la zona de suelo duro, y llego a la apertura del muro que antes tuvo que ser la puerta del edificio; tras atravesarla, y un poco más de cautela, giro hacia el norte, rodeando los restos de la construcción. Al llegar a la esquina, me paro... se oyen los ruidos de una batalla, no capto nada más. Doblo la esquina, aún en las sombras, y le veo perfectamente.

...Estoy detrás de Wynloc