Partida Rol por web

Sergei asintió a las palabras de Mike. No sabía que estaría haciendo la francesa, pero era mejor permanecer todos juntos, y ya se habían llevado a Ludwig. Siguiendo a Murphy, con la doctora en medio de los dos y en fila fuimos en busca de Emmanuelle.

Ludwig había sido capturado, pero estaba aliviado de pensar que al menos sus compañeros estaban a salvo. Ya no podía hacer mucho para acompañarlos a la misión de destruir la información, pero al menos ahora podía ser él quien descubriera el punto débil de aquellos hombres. Él no era bueno en la parte física, pero era buen observador. 

Miró atentamente a su al rededor y agudizó el oído, sin decir una palabra. Cualquier cosa que viese o escuchase era información valiosa. 

Ludwig al entrar pudo ver que en aquella sala había muchos soldados igual de fuertemente armados, pero distraído no se fijó cuantos eran ni si después se había ido alguno.

No eras el único rehén allí, estaba el Director y uno de mantenimiento, pero echabas en falta al Jefe de Seguridad.

Te sentaron como en segunda fila junto al de mantenimiento que se encontraba cabizbajo sin decir nada.

En primera fila todo este tiempo desde que habías entrado estaban torturando al Director para que respondiera a una única pregunta que se repetía en bucle una y otra vez.

—¡Hmpf! —sonaba su boca, con la cara hecha polvo de los golpes reposando sobre su parte alta del pecho mientras miraba hacia el suelo y el cuerpo igual de relajado magullado por los golpes.

Durante todo el tiempo no había pronunciado absolutamente ninguna palabra que quisieran oír, se había limitado a gritar de dolor aguantando sin hacerlo la mayor parte de los golpes y a insultar de vez en cuando, lo único que hizo fue desafiar a sus captores constantemente.

Estaba claro que ese hombre era muy duro y no conseguirían sacarle ninguna información, era capaz de morir antes que contar nada.

—¡Tú científico! ¿Sabes como acceder a los módulos 505?

—Si, no —respondió respectivamente a las dos preguntas de Mike demostrando la eficiencia directa que la caracterizaba y a continuación probó lo que le explicaba visualmente del seguro, quitarlo y ponerlo.

—¡Fácil, nos vamos! —exclamó presta sin darle importancia a más explicaciones que no había dado Mike.

Allí seguían escondidos los tres en [5] Almácen Principal cada uno por separado tras diferentes columnas de cajas o palets grandes con mercancías, pero cerca como para oírse los susurros y ahora debían decidir que iban a hacer cada uno, no hay nadie.

- Parrece que nuestra compañera ha decidido irse a explorar por su cuenta. Espero que se ande con cuidado, esos tipos parrecían muy duros -

Chascó su lengua y se giró hacia la sección de descompresión. Allí seguía estando su traje. Lo cierto es que no quería dejar a Murphy con la doctora loca, y podía ir sellando las salas sobre la marcha. 

- Crreo que podemos intentar encerrarlos en alguna sala. Luego podemos intentar pedir ayuda al exterior y escaparr. Y tenemos que desactivar las cámarras - 

—¡Le oí, estoy aquí! —contestó al ruso presta como siempre, pues al parecer estaba en plan cotilla escuchando todo lo que hablaban como cuando antes le quitó el arma a Mike.

—¡Sino vienen iré sola al 505! ¡Tengo un buen arma con balas! —informó con rápidez declarando sus intenciones a ambos para meter presión psicológica.

¡Mike es deserción, le juzgarán! —exclamó amenazando.

¡Seal americano! Su Jefe de Seguridad Capitán Ronald Bullock y Director Sargento Martín Harris están en peligro —informó desafiando como una leona al cuello del militar.

Se escucharon unos pasos acelerados corriendo hacia la puerta que daba a la [2] Sección Central desde allí.

De repente la puerta se abrió y lo que parecía un médico entró en [5] Almacén Principal intentando correr, pero se oyeron unos disparos que le alcanzaron primero en el torso y después en la cabeza haciéndolo caer al suelo muerto.

GII... ¡PUM!¡PUM!¡PUM!

—Fffp...tap tap tap... ¡AY!.. ¡plaf! ¡clonc! —sus ruidos de esfuerzo atravesando la puerta, corriendo, herido y cayendo al suelo muerto.

—¡LIBRE! —informó en voz alta el primer asaltante asomado a la puerta mientras entraba apuntando y se movía lateralmente a la derecha para que su compañero detrás entrará.

Entró el segundo apuntando y se movió lateralmente a la izquierda un poco más agachado que el primero apuntando.

—¿FONDO AGUA? —preguntó en voz alta el primer asaltante que estaba contra la pared en la derecha.