Partida Rol por web

-Bueno…respuestas o nos echa de aquí rápido. Que parece mosqueado -respondí a Maiden.  No sabía si echarme a correr o qué. Pero Ana estaba decidida a recuperar su walkman y nosotros desde luego que la apoyaríamos en lo que fuese. Quizás con amabilidad y la verdad nos ayudase este hombre.

-Vale, pues…eso, estamos contigo, a ver si nos abre el puesto de perritos o puede que haya una caseta de objetos perdidos. -Miré hacia el entramado de cables. No creo que nos diera información sobre eso, a lo sumo algún cuento para que nos callásemos y no preguntáramos más.

-¡Hola! Estamos buscando un walkman de nuestra amiga. Tal vez ustede nos pueda ayudar, señor.

Me fijo en toda la maraña de cables que va de todas las atracciones directo al pulpo. - Si que es raro... - Alguien había perdido mucho tiempo cambiando todo el cableado. Todo eso me recuerda a alguna peli mala de ciencia ficción - ¿Creéis que tendrá algo que ver con los apagones?

Para nuestra mala suerte el puesto de perritos está cerrado y no parece que haya una forma fácil de abrirlo.

Apenas hemos acabado de probar todas las formas de poder entrar la caseta cuando alguien nos llama la atención. Me giro hacia Torres y Maiden con mi mirada de "os lo dije". Busco al rededor algún sitio en el que podamos escondernos. - Como nos pillen y se enteren mis padres me voy a tener que ir a vivir al Refugio. - Me subo bien los pantalones preparado para salir huyendo justo cuando Maiden suelta la frase.

- Mierda.

Borjius estaba ya preparado. Era correr y salir de allí cuanto antes. Pero Iron Maiden no estaba dispuesta a colarse para nada, y mucho menos dejar allí su walkman si es que aún estaba en el recinto. Torres, por contra, apoyó a Maiden, tratando de hacer piña. Mientras Borjius se preguntaba por el extraño cableado "telaráñico" entre las atracciones y pensaba en las repercusiones de sus padres por aquel embrollo, Ana parecía no mover un músculo, dispuesta a no ceder en su exigencia de encontrar respuetas. Torres habló, una vez que el tipo estuvo a suficiente distancia como para oiros.

¡Que está cerrada la feria, niños! -respondió ante las primeras palabras de Torres-. ¿Es que no os habéis enterado o qué? ¿Un qué...? Ah... un "cacharro" -dedujo, supuestamente de manera acertada-. Pues anda que no es grande la feria...

El tipo os miró ahora tiernamente. Apretó sus labrios, cogió aire y lo soltó por la nariz, puesto que sus labios estaban sellados tratando de comprender vuestras situación allí (aunque fuera por un walkman). Tras otro resoplido, continuó hablando.

¡El guarda del ayuntamiento está por ahí detrás, en su coche! Como os pille empapela a vuestros padres -os avisó-. ¿y dónde decís que lo habéis perdido? -preguntó, pero enseguida, antes de que alguno de vosotros contestara, el ferianter miró hacia atrás y observó el entramado de cable entre las atracciones.

¡Ostiaa! ¿Pero qué mier...$%&· pasa ahí? -masculló fascinado y abriendo los ojos-.

-Se quedó en una de las casetas de comida, en la de perritos calientes -respondí, muy seguro. Parecía un hombre amable a pesar de su aspecto gruñón.

Miré a mis compis, susurré- No nos van a pillar, Borjius, ya verás. Y si pasa eso, nos vamos los tres a vivir al refugio -me encogí de hombros, bromeando.-Somos como los tres mosqueteros.

La sorpresa fue que tampico el feriante tenía idea de todo ese entramado de cables.

-Nosotros no hemos sido, señor. Ya nos ha parecido raro. -miré con disimulo a mis amigos. Teníamos dos frentes sbiertos, encontrar el walkman de Maidem, que era prioritario, y ahora descubrir qué sucedía en el pulpo.

-Diremos que somos sus ayudantes, si pregunta el guarda.

Me quedé plantada, con los pies firmemente en el suelo. De ahí no me movía hasta que no consiguiera mi walkman.

-"Exacto, como dice mi amigo, el walkman se me quedó en este puesto, el de los perritos. ¿Puede usted abrir un momento para ver si lo guardaron dentro? ¿O tienen un sitio donde dejan los objetos perdidos?"

Ante la sorpresa en la cara del feriante al ver los cables, no me cabía duda de que ni se había pispado de qué pasaba allí.

-"Buena idea Torres. Si nos dice algo el segurata, le decimos que habíamos venido a ayudarle a alguna cosa. Y tú, Borjius, no seas tan gallina, que no nos pasará nada."

Volví a mirar al pulpo, que era donde confluían todos los cables eléctricos.

-"Y por cierto, ¿qué están haciendo en el pulopo? ¿Por qué han tendido todos esos cables hasta allí?"

El tipo volvió a miraros, sin tener ahora en cuenta el tema del walkman de Maiden (pues tenía su atención puesta en el entramado de cables de las atracciones). Luego sonrió ante la ocurrencia de Torres y la confirmación de Maiden acerca de fingir ser ayudantes del feriante.

Bueno, mientras no toquéis nada digamos que..., "me estáis echando una mano" -os confirmó con la versión que narraría en caso de necesidad".

Volvió entonces a mirar a las atracciones a unsesenta o setenta metros. Su cerebro (ni el vuestro) no lograba darle una explicación razonable y lógica de qué era aquello.

No puedo abrirte, guapa -le dijo a Maiden-. Yo soy el dueño del Toro Mecánico. El resto de compañeros está en Laguna Alta, incluidos Elisa y Félix, el matrimonio del puesto que decís. Anoche llegó tipo del Ayuntamiento para informar que hoy sábado no habría feria... -os dijo-, y que vendrían unos técnicos a revisar algunas máquinas... Y yo me he quedado aquí. Pero esos cables... -mirando de nuevo-. No puede ser, así no se revisa una atracción. ¿Quien c*** ha puesto eso ahí? -parecía tener buen fondo, pero sus formas le perdían-. Un momento... -miró entonces a la zona de caravanas, lugar de donde vino, colocadas allá a una distancia media. Luego pareció como que deducía algo-. ¡La madre que me...! ¡El Ruso! ¿Qué c*** ha hecho el Ruso con las atracciones? -se preguntó, y antes de que os dijera nada más, se dirigió a paso rápido hacia la zona de caravanas-. Por el camino comenzó a gritar, llamando a alguien.

¡Boris! ¡Boriiiisss! ¿¡Qué está pasando!? -y os quedó atrás, en mitad de la feria, mientras murmuraba también algo así como "El maldito ruso me va a oir"-.

Por suerte el feriante parece un tío legal y no va a meternos en líos, eso me tranquiliza.

- ¿Qué hacemos intentamos de otra manera lo del walkman o vamos a ver que es eso que ha hecho el Ruso? - Envalentonado por el buen rollo del feriante propongo probar suerte también con el de seguridad. - Podemos preguntarle al segurata, aunque no se si tendremos tanta suerte... - Miro a Maiden buscando respuesta, pues habíamos venido por ella, pero el tema de los cables me tiene intrigado. - ¿Ha dicho que el Ayuntamiento tenía algo que ver?

Ahora si que no quiero irme sin saber que pasa aquí la curiosidad ha vencido al miedo inicial.

Negué con la cabeza a Borja- No , tío, qué va. Con el de seguridad seguro que nos echa a gritos. Con este señor estamos...yo que se como decir... a salvo. Bueno, no a salvo, no es eso. ¡Seguros! Somos sus ayudantes -titubeé- Ya lo habéis oído, nos puede echar una mano, aquí hay un aventura.

Me fui detrás del feriante, paré en seco, me giré hacia Maiden - Luego buscamos tu walkman, no nos iremos sin él de aquí. Va, vamos.

Y, no se cómo, impulsivo, la cogí de la mano y tiré de ella para no perder la estela del hombre.

Mi gozo en un pozo. Este tipo no podía ayudarme, pero tampoco nos habia echado a patadas y encima nos había dado información sobre el cierre de la feria. Tendría que esperar a mañana para hablar con Elisa y Félix y ver si tenían mi walkman.

-"¡Joder! Qué mala suerte." Dije enfurruñada.

Mientras, mis amigos debatían si decírselo al segurata, cosa que yo no veía factible, o seguir al feriante en su búsqueda del ruso hacedor de entuertos. Lo segundo pintaba bien, dado que hoy ya nada podía hacer por mi búsqueda. Torres ni siquiera me dejó decir nada, ya que me agarró de la mano y me dio un tirón para que me pusiera en marcha.

-"Sí, ehhh, vamos." Dije un tanto nerviosa.

Una vez que empezamos a andar, me solté de su mano. Miré a Borjius por si me miraba o se reía, y después a Torres. Los calores se me subieron hasta las mejillas, porque las sentía ardiendo. Miré para adelante y los adelanté para ir yo la primera y que no me vieran los coloretes de la cara. íbamos los tres en pos del feriante, para averiguar qué diantres había hecho con todos esos cables eléctricos.

Mientras Borjiuis tenía la euforia por el cuerpo, propuso buscar al agente de seguridad del que hablaba el feriante. Sin embargo, a Héctor no le pareció tan buena idea, puesto que tal vez el agente no se "andaría con chiquitas". Tras coger la mano de Maiden, tiró de ella con la esperanza de encontrar el walkman y no perder al feriante, todo al mismo tiempo (sin saber muy bien cómo).

Iron Maiden estaba, por contra, decaída, pues no parecían estar allí los feriantes (efectivamente, la feria parecía una mini-ciudad abandonada). Tras sentir el roce de los dedos de Torres, Ana se dejó llevar, y Borjius fue tras ellos. Los tres marchásteis tras los pasos del feriante del toro mecánico, que iba en dirección a las caravanas donde vivía él y sus compañeros en la dura vida de la feria.

El feriante llegó hasta la caseta de Boris, el mecánico de la feria. La puerta estaba entornada, y parecía su caravana fácilmente reconocible (pues tenía una bandera de su país en uno de los flancos de la misma). ¡¡Pafff!! Un golpe seco de la chapa de la puerta de la caravana cuando el feriante abrió con fuerza el hogar de Boris. El tipo se quedó pasmado mirando allí dentro, y justo llegásteis vosotros, por detrás, para visualizar el interior también. Ahora los cuatro pares de ojos espiaban el interior de aquel cubículo con ruedas.

No había nadie en su interior, pero se escuchaba un zumbido (como ruidoso ventilador de la casa de Borjius que su madre había comprado en un bazar); y además, aparte del zumbido, un resplandor verde procedente de un par de ordenadores parecía dotar de cierta "vida" a la caravana. Y decimos "cierta vida", por que aparte del zumbido y los ordenadores todo estaba hecho una pocilga: latas por aquí, ropas por allá, restos de comida y cartones de pizza, perritos, ensaladas y latas de cerveza de una extraña marca... 

Yo no tengo ni idea de que es eso... -eran dos ordenadores, estaba claro. Pero el feriante se refería a que no sabía porqué Boris tenía aquellas dos torres horizontales y sobre ellas dos monitores blanquecinos y voluminosos, cableados entre sí (de manera parecida al entramado de las atracciones). Joder Boris... qué es esto... -murmuraba el feriante-. ¿Vosotros sabéis de "cacharros"? -volvió a mentar aquella bonita palabra mientras os miró ahora-.

Al final dejamos el walkman para luego y seguimos al feriante ya que todos estábamos intrigados por lo que está pasando aquí.

Al abrir la puerta de par en par se apareció ante nosotros un verdadero desastre, estaba todo manga por hombro y no había nada de interés salvo dos computadoras. - Yo lo mas parecido que he tocado a eso son las recreativas.

- Señor, ¿Sabe si ese tal Boris es alguna especie de pirata informático de esos rusos que salen a veces en las noticias? - A lo mejor era algún espía de la guerra fría y estaba aquí en alguna misión... No podía evitar dejar que mi imaginación hiciese de las suyas. Miro a mis amigos encogiéndome de hombros como si lo que acabase de decir pudiese tener algún sentido. - Oye, es solo una idea.

Me quedé atónito con tanta suciedad. -Si mi madre ve esto se muere -declaré en voz alta. El interior de la caravana era como un contenedor de basura a tope. Lo miré todo con ojos abiertos y hambrientos de detalles. Al menos así no pensaba en la cagada de coger de la mano a Maiden, que lo hice de manera impulsiva, no por otra cosa...no se lo tomó bien. Y es que claro, Ana era mucha Ana. Luego me disculparía, si me acordaba, ahora lo interesante era otra cosa.

-Señor, ¿esto es legal? -Qué estaría haciendo el ruso...Me encogí de hombros a su pregunta, yo menos idea tenía que Borjius, me giré hacia Ana - Puedes probar, ¿no? 

Me fijé extrañado en Borja -¿Piratas informáticos? Jo, no me entero de nada. Mi madre siempre dice que estoy en las nubes. En la luna. 

Bueno, yo quería ser astronauta...

Cuando vimos lo que había dentro de la caravana del ruso, nos quedamos los cuatro atónitos. Una montaña de basura era donde vivía, con mierda hasta en el techo incrustada. Pero lo más fuerte eran los dos ordenadores que había encendidos en un lado. Yo había visto uno en casa de un primo lejano que vivía en Madrid, un Spectrum+ 48k, nada comparado a estos dos pepinacos. ¿Qué hacía un pordiosero electricista feriante con dos cacharros así? Tendrían que valer una pasta...

-"¿Yo probar? No tengo ni puta idea de cómo funcionan, nunca he tocado uno. Pero lo que sí sé, es que estas cosas deben de valer una pasta. Cien mil pesetas o más..."

Me quedé observando la escena. Me estaba poniendo algo nerviosa con todo esto.

-"¿Y si tienes razón, Borjius? ¿Y si el ruso es un espía de la KGB o algo de eso?" Dije nerviosa.

Sin darme cuenta, llevé mi mano a la de Torres, que estaba al lado mía. A los pocos segundos, al darme cuenta, volví a retirarla rápidamente. Nuevamente volví a notar el calor en las mejillas.

¿Sabe si ese tal Boris es alguna especie de pirata informático de esos rusos que salen a veces en las noticias?

¿Un qué? -preguntó el feriante poniendo una cara severa de extrañeza-. ¿Un espía...? -decía ahora con cierta sonrisa, tras escuchar a Torres y Maiden-. Peor si es un vago, yo creo que los técnicos del ayuntamiento de esta ciudad vendrán porque no hace bien su trabajo... ¿Tendrá que ver esto con los apagones esos?

Los ordenadores seguían trabajando solos, haciendo aparecer y desaparecer en sus pantallas cantidad de información en forma de caracteres alfanuméricos de imposible comprensión.

-Ah, pensaba que sí dominabas del tema, no se. -Me rasqué la nariz. -¿Un espía? hice eco del feriante. -¿cien mil pesetas? -ahora eco de Maiden. Me di cuenta de que parecía bobo repitiendo lo que decían los demás.

Fue cuando noté la mano de Ana sujetar la mía. O me lo imaginé, porque duró nada y menos. No, no, fue cierto. Creo. Bueno, cosa de amigos. Preferí no mirarla, confuso una vez más, hice como si no me di cuenta.

-Será un vago pero está claro que algo hace, ¿no? -Y como yo era un explorador, o quería serlo, me metí un poco dentro de la caravana a husmear en aquella guarrería. Por un momento pensé que a ver si el ruso estaba por ahí durmiendo entre tanto trasto desparramado aquí y allá.

Todo era muy raro: los apagones, el espía ruso, los cables del pulpo, los superordenadores, mi walkman desaparecido, mi impulso al agarrar a Torres... Estaba algo abrumada.

-"No, lo siento Torres, pero no tengo ni papa de ordenadores. ¿Tú sabes de ello, Borjius?"

Al ver a Torres rebuscar por la pocilga, me uní a su búsqueda. Pero con cuidado, a ver si me iba a salir de algún rincón una rata o alguna cucaracha...

Me quedé mirando a las computadoras como esperando a que me dijesen algo. - La verdad que no tengo mucha idea de como usarlas, pero siempre podemos pulsar teclas a ver que pasa. - Pulsé un par de teclas al azar y eso pegó un pitido que me hizo esconder la mano rápidamente. - Puede que no sea la mejor idea.

Eché un vistazo a la caravana. - Entre todo este desorden igual hay algún manual o pasos a seguir para utilizar los cacharros. - Sin esperar una respuesta me uní a mis amigos a buscar no sé muy bien el que por la mesa y los cajones.

Estaba claro que no sabíais mucho de ordenadores, y sobre todo de aquellos caracteres numéricos y silábicos, los cuáles, algunos, estaban escritos en un idioma extraño (presumiblemente ruso). El caso es que dejando un instante al lado aquellas máquinas con sus dos monitores, os pusísteis a rebuscar en el lío que era aquella caravana.

Borjuis tomó un archivador que había sobre una mesita auxiliar, llena de papeles; Torres miró en una papelera, y se agachó para recoger algo de ella; y Iron Maiden tomó de un estante y más documentación en ruso un conjunto de fotos agolpadas.

El feriante no os impidió rebuscar, puesto que él tenía curiosidad... y si lo hacía otro y no él... mejor que mejor.

Un archivador excesivamente abultado destacaba llamativamente entre los diferentes papeles que se acumulaban en una mesita auxiliar del comedor. El gran grueso de su contenido eran documentos de corte científico, imposibles de descifrar al estar escritos en ruso, por lo menos. Escondido entre los diferentes pliegues técnicos, un documento te llamó poderosamente la atención: se trataba de un diagrama que detalla las complejas entrañas de una gran máquina...