Partida Rol por web

Parece que Boris reaccionaba al ver la foto, pero en vez de dejar lo que estaba haciendo, nos conminó a que nos marcháramos. ¡Encima nos llamó mocosos! Ya tenía doce años y no era una niña. Hace poco que me había venido por primera vez la regla, así que ya era una adolescente por derecho. ¡Una mujer! Al ver que no iba a parar esto, guardé la foto y me quedé pensativa, mirando por los alrededores. Todo estaba alimentado por electricidad y los cables confluían en el pulpo y en la caseta. ¿Qué pasaría si desconectaba alguno? ¿Se pararía todo con un gran BUMMM? En las pelis siempre funcionaba...

-"Torres, ayúdame, rápido. Creo que sé cómo parar todo esto. Soltemos uno de esos cables."

Como Borjius estaba entretenido con las bombas fétidas, cosa que le iba a sentar como un tiro al ruso, miré a Torres para que me ayudara. Entre los dos podríamos hacer algo. Saqué mi navaja del bolsillo, que solo llevaba para protegerme por si acaso, no penséis mal, y la abrí. Miré a Torres y avancé hacia un grupo de cables que entraban a la caseta. No eran muy gruesos, por lo que deduje que no eran eléctricos, si no de datos o algo así. Si desconectaba la cabina del pulpo, puede que parara esta locura.

-"Torres, intenta tirar de esos otros, haber si los arrancamos."

El loco parecía Borjius. ¿Pero qué hacía mi amigo? Miraba aquí allá la cabina, se movía y agitaba igual que un mono entre las ramas de los árboles. -Pero oye, que no queda tiempo, vámonos ya.

Borjius estaba a los suyo, con la bomba fétida. Boris pasaba de nosotros. El feriante no aparecía con el guarda, y me temía que tampco iban a poder hacer mucho más. ¿Nos daba tiempo de escapar? ¿Qué iba a suceder? ¿Debíamos o no impedirlo?

Dudas. Me movía en un mar de dudas, como dicen los adultos. Como cuando no me decidía a decirle algo a una chica en el baile de fin de curso. Una chica…Si no me habían interesado…hasta ahora. Y es que era mirar a mi amiga Ana y…

Hector, Hector, despierta, deja de soñar, que eres un alelado. -¿Y si desconectamos alguno de los cables? Ayúdame, Maiden. Sin energía, lo que sea esto no seguirá adelante.

Pero me di cuenta entonces que Ana ya me estaba pidiendo lo mismo, asentí con la cabeza, claro, claro, estaba en las nubes. Y me puse manos a la obra.

​​

Por la parte superior de la cabina, Borjius observó que por allí cabía una bomba fétida (o al menos el líquido de terrible e insano olor). Asi que la introdujo por el respiradero sobre la ventanilla. Boris se quedó mirándole, cerrando el entrecejo, extrañado, de la maniobra del muchacho. En no pocos segundos, hubo de revolverse y buscar un pañuelo para colocárselo en la boca y nariz, pues el olor fétido surtió efecto de inmediato... Sin embargo, el mecánico resistió aquel envite sensorial, pues se ató el pañuelo detrás de su cabeza, por encima de su nuca, para tapar así sus fosas y su boca y poder aguantar en aquel cubículo.

Mientras Borjius efectuaba su intento, Maiden y Torres se afanaron por tratar de desconectar uno de los cables. Algunos eran cables de información, pero la mayoría eran eléctricos, y había que tener mucho cuidado (sólo la vibración que despedían, debido al paso de electricidad por ellos y mientras el Pulpo giraba, daba miedo...).

Torres tiró de uno de los cables (bastante largo y fino) que conectaban el Pulpo con una atracción (el Barco Pirata), y Iron Maiden hizo lo mismo con otro que estaba a cierta altura, suspendido bastante alto, y conectaba con los Coches de choque. Tras tirar con cierta fuerza, ambos se desenchufaros de sus respectivos enchufes a la altura del Pulpo. Sin embargo, la atracción seguía y seguía girando, ¡la velocidad angular era ahora tremenda!; y es que no parecía haber surtido efecto. Eso sí, ambos chicos miraron al gran cable de electricidad que se deslizaba hasta la base del Pulpo (el más grueso). Tras ubicarle, Maiden y Torres estaban casi seguros de que era ese quien proporcionaba la mayoría (si no toda) la electricidad y por ende energía a la máquina en movimiento...

Los dos tuvimos la misma idea a la vez, cosa rara. Nos miramos a los ojos, solo un instante, pero creo que algo se encendió en los dos. Estábamos en una edad difícil y aún no sabíamos lo que era el amor, pero creo que eso es lo que vi y sentí en esa mirada. Solo duró un segundo, pero me dio fuerza y coraje. Fuimos a quitar cables de aquí y de allá, pero nada sucedía, no funcionaba. Con mi navaja traté de cortar todos los cables que vi finitos, de los de datos, para quitar la conexión de la cabina con el pulpo. Pero tampoco parecía que hacía efecto. Borjius seguía insuflando colonia dentro de la cabina, para hacer las delicias de Boris, que se puso un pañuelo en la cara, a modo de bandido. Torres y yo terminamos por ir a la vez al cable de electricidad más gordo que había, que vibraba con la potencia que demandaba la máquina. Como no era muy fuerte, decidí acercarme a donde suponía que estaría la clavija de conexión, de tipo CETAC, para desenchufarlo de allí.

-"Torres, intentemos desenchufar esta manguera gorda, creo que es la que le da toda la potencia al pulpo." Dije gritando entre el ruido de la máquina.

Borjius hacía de las suyas. Bombas fétidas para detener al ruso, pero el tovarich seguía muy centrado y cabezón en lo suyo. Seguro que no pensaba con claridad, obsesionado con la máquina y el experimento.

Lo que fuese.

Desconectamos cables, Ana y yo. Tiramos con fuerza de estos y de aquellos, deprisa, corriendo, casi sin reparar en lo que hacíamos. Ni tampoco el porqué lo hacíamos. Al menos yo. Bueno, no se, se suponía que...que sobrevenía el fin del mundo. Y en vez de salir corriendo como alma que lleva el diablo nos quedábamos a detenerlo. Y ya no había tiempo de escapar. Por no haber, no había tiempo de pensar. Ni de tener miedo. Habíamos pasado de esa fase.

Además...estaba Maiden. Ana. Y su mirada decidida. Y la mía suspendida de la de ella por una eternidad. 

Bueno, unos segundos. Pero que fue una pasada.

Y hasta que no me dio un codazo no salí de mi pasmo observándola como trataba de desconectar el cable principal gordote. 

-Eh. Ah, sí, te ayudo. Estoy aquí. Contigo. Digo contigo y Borjius. A ver…-alcé la voz lo que pude por encima del ruido ensordecedor.

Yo no podía desconectar la base CETAC, no sé si por nerviosismo o simplemente porque no sabía cómo se quitaba, pero ahí estaba Torres, tan intrépido y guapo... ¿Pero qué digo? ¡Centrémonos Ana! Ahí estaba él, quitando como podía la manguera gorda, mientras yo no podía hacerlo. Luego dirían que claro, como era una chica, yo no entendía de estas cosas. Me quedé mirándole embobada, viendo como lograba hacer lo que nos habíamos propuesto. La música de mi vida resonaba en mi cabeza a toda pastilla, como la velocidad del pulpo...

Miraba a Boris emocionado y con un ligero gesto de maldad, esperando a verle salir corriendo casi ahogado por el terrible olor de las bombas, pero no fue así, el muy... se puso un pañuelo y aguantó ahí dentro metido. mi gozo en un pozo.

Ahora tocaba plan B, para cuando me giré a avisar a mis amigos, ellos ya estaban con las manos en la masa. Habían elegido un cable, uno de los gordos que iban directos al pulpo y estaban tirando de el como si la vida les fuera en ello, algo que es posible que sea así.

Fui muy convencido a ayudarles, hasta que al acercarme empecé a oír y sentir la vibración de la electricidad al pasar por los cables, me quedé un segundo dudando, paralizado. Cuando llegué donde estaban ellos y agarré el cable ya lo habían desenchufado. - Pues tampoco estaba tan duro ¿No? - No quise ver la mirada que me echaron Torres y Maiden. Me volví hacia la atracción, ahora tocaba esperar a ver si el pulpo robot dejaba de girar.

El tipo se bajó el pañuelo que cubría su boca tras ver a Maiden cortando cables finos de información (que iban desde la cabina del Pulpo hasta la propia atracción). En esos momentos aspiró el hedor de la bomba fétida de Borjius, y le vino una arcada que ni él mismo se creía... Tras el intento de Ana, Héctor trató de desenchufar el cable acercándose un poco a la atracción. Al final no pareció tan difícil, por lo que ambos chicos pudieron cortar el suministro de la atracción.

¡¡Qué hacer!! ¡Estar locos! -gritó Boris con voz metálica, la cual resonaba-. ¡La Entropía!! ¡¡La entropía del sistema estar ahora descompensada!! ¡Malditos críos! ¡Malditos críos, ser estúpidossss! -dijo esto el mecánico justo cuando Héctor desconectó el gran cable de alimentación. ¡La exergía con el ambiente no ser prolífica ahora! -añadió, mientras la puerta de la cabina se abrió y salió corriendo hasta donde estaba Héctor y Maiden-. ¡¡No haber ahora demasiada energía en el sistema!! Y luego se llevó las manos a la cabeza mientras veía el aún fluir de la atracción...

El Pulpo seguía girando, pese a que ahora ya no le alimentaba flujo eléctrico. Parecía haber tomado una especie de inercia angular tan fuerte que aún duraría un buen rato a una grandísima velocidad angular (lo que se traduciría en uno o dos centenares de vueltas aún por dar a una gran velocidad). Justo en el momento en que Héctor hubo desenchufado el cable, y más concretamente, Borjius lo agarró posteriormente, éste pareció cobrar vida propia al culebrear a causa de la gran carga eléctrica que aún parecía rezumar de algún modo...*

Al mismo tiempo, sobre la cabeza del Pulpo, mientras sus brazos aún giraban, comenzaron a chisporrotear electrones, chispas aún rezumantes, y no sólo eso; los tres vísteis el mayor espectáculo que habíais visto en vuestra (aún corta) vida: un torbellino de energía empezó a tomar forma, mostrando en sobre la cabeza de la atracción totalmente ajeno al de la feria. Es decir, justo en ese punto, pareció como si el espacio SE CURVARA sobre sí, y al mismo tiempo abriera una especie de brecha espacial, (¿tal vez espacio-temporal?) Aquella terrible visión era algo parecido a cuando un artista pinta un cuadro digno de museo, pero alguien cae sobre él y lo destroza provocándole un agujero en medio del mismo. Pues eso mismo veíais vosotros tres, totalmente anonadados (bueno, cuatro, Boris incluido).

El espacio curvado y el agujero que destrozaba la realidad se hacía cada vez más grande, y en su interior podía verse otro paisaje (también de día), pero mucho más árido. Y de ese agujero salió, volando con sus grandes alas...

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡  ... U  N       D  I  N  O  S  A  U  R  I  O      !!!!!!!!!!!!!!!!!!

El animal, que batía sus alas digamos "en esta dimensión", estaba claramente desorientado, y dio un par de vueltas sobre la feria y vuestras cabezas hasta que sus inquisitivos ojos se posaron sobre unas apetecibles presas: ¡VOSOTROS!

Miré a Borja entrecerrando los ojos, algo molesto y le respondí- Pero que...-me quedé de pasta de boniato cuando vimos que el pulpo no se detenía. La inercia, claro. Era demasiado tarde. Ay, mi madre. Ojiplático de nuevo vi a Boris correr también, y gritar, asustado y encolerizado. El rusky decía no se qué de la entropía, no tenía ni idea de si eso era ruso o español, aunque parecía español. No había escuchado esa palabreja nunca antes.

Lo que fuese. Tocaba correr, ahora sí o sí.

Tiré de Ana, también de Borjius. -Vamos, vamos, esto es el fin del mundo, vamoooooos!!!

Y ya no pude moverme del sitio. Con la bocaza abierta, alzada la cabeza y mirando a lo imposible.- Pinchadme. ¿Esto es una pesadilla? No puede ser verdad. Esto no está pasando. Es de las películas. No. -Un escalofrío me recorrió de pies a cabeza. Me quedé helado, paralizado una vez más, observando maravillado al dinosaurio salido de ese enorme agujero...Aterrado era poco lo que sentía mi cuerpo, incapaz de pensar en nada. 

Bueno, en que el animal antediluviano me iba a comer. En que habíamos metido la pata. Quería irme con mis padres. Abrazarlos. Una última vez. 

-Quiero una tortilla de patatas. -no se porqué dije eso. Era mi plato preferido.

Habíamos acabado por desenchufar el cable, pero el pulpo, debido a la velocidad que ya llevaba, no se paró. Un haz de luz surgió hacia el cielo y al cabo de un rato, apareció una brecha en el espacio-tiempo, de donde brotó un pterodáctilo. Me quedé tan pillada, que no me di cuenta y toqué el cable que aún tenía corriente, dándome un buen meneo que me puso los pelos de punta.

-"¡Me cago en todo!" Dije dolorida.

Aparté la mirada de la criatura para mirarme las manos y el cuerpo, por si me hubiera hecho alguna herida grave. Después volví la mirada de nuevo al bicho. Este sobrevolaba la feria en busca de alimento, por los gruñidos de placer que emitía. Me sentí arrastrar un poco hacia atrás, era Torres que me había agarrado. Estaba blanco, hipnotizado mirando cómo volaba el dinosaurio. Borjius estaba al lado, también flipado con el bicho. Al ver a Boris gritando y llevándose las manos a la cabeza, me fui hacia él con rapidez. Si alguien sabía qué hostias pasaba y cómo solucionarlo, era él.

-"¿Qué demonios ha hecho? ¿Qué es esa cosa y cómo lo llevamos al otro lado?" Le dije agarrándole de la pechera y zarandeándole un poco, para que volviera en sí.

Después de desenchufar el cable, entre Torres y yo, nunca confesaré lo contrario y de que Maiden cortase los cables de datos nuestro trabajo había acabado, además al fin Boris sucumbió al poder de mis bombas fétidas y había salido de la cabina. Todo había salido a pedir de boca y no podía esconder la enorme sonrisa que lucía en el momento.

- Aaah, me encanta que los planes salga... - Antes de poder acabar la frase todos nos dimos cuenta como el pulpo no paraba de girar y Boris de gritar, una especie de bola de energía se formaba encima de la atracción hasta adquirir un tamaño considerable y mostrando la visión a otro mundo, un mundo del que surgió un enorme dinosaurio volador, como los que aparecían en los libros de ciencias naturales.

Tan embobado estaba con el bicho volando por encima de nuestras cabezas que no me di cuenta de como el cable que había desenchufado, con un poco de ayuda de Torres, estaba dando botes sin control y me pegó de lleno poniéndome todos los pelos de punta y dejándome un hormigueo en la pierna. Al menos me sacó del trance volviendo a la realidad. - Ay ay ay, ahora si que la hemos liado, ni todos los seguratas del mundo nos libran de esta. - Empiezo a buscar un sitio donde poder escondernos ya que dinosaurio parece no quitarnos la vista de encima.

Parecía que Boris se había quedado bloqueado ante la terrorífica visión del pterodáctilo, y no era para menos. La criatura volaba en círculos, acechándonos, observándonos milimétricamente para calibrar si éramos alimento o un peligro. Por la forma de acercarse, supuse que había decidido que éramos lo primero. Volví a zarandear al científico loco con fuerza.

-"¡Espabile, por Dios! ¿Cómo paramos a esa cosa?" Dije con la voz temblorosa.

Por dentro estaba cagada de miedo, pero algo me decía que debía de actuar. ¿Serían las hormonas que las empezaba a tener disparadas? ¿Sería por la incipiente atracción que sentía por Torres? No ya como amigo, si no como algo más. ¿Sería por la pérdida de mi querido walkman? ¿O sería porque tenía coraje? Después de pasar una infancia bastante dura, con la separación de mis padres y tener un viejo alcohólico...

Iron Maiden agarró por las solapas a Boris y lo zarandeó un poco. Éste volvió un instante en sí, la miró, y se tiró al suelo al ver que aquel pterodáctilo volaba hacia vosotros. Mientras tanto, Borjius miraba a un lado ya otro para encontrar algún lugar donde esconderse. Lo único que vio en el recinto industrial fue lo que había en esos momentos: atracciones. El Barco pendulante tenía un par de rejas donde la gente que iba a montarse se introducía (eso sí, habría que abrirlas previamente); la carpa de los choques de choques, la tómbola y la Balinera estaban clausuradas. Tal vez en alguna caseta de los feriantes (o la de Boris), podría ser un buen refugio. El resto de atracciones estaban más allá de las casetas inmediatas, y no podíais verlas (estaban a cierta distancia). Torres, por su parte, quedó pensando una serie de cosas, tal vez recuerdos o deseos inminentes cuando el cerebro sabe que está en un absoluto y completo peligro...

El pterodáctilo batió sus alas como escamosas, casi negras, y voló en picado hacia vosotros.

No se. Supongo que los gritos de unos y otros me despertaron. Una sirena estridente de alarma se puso en marcha en mi cerebro y lo volvió a conectar a la realidad. El pulpo seguía girando a una velocidad frenética, enloquecido. El cielo se abría y ya solo quedaba que apareciesen los ángeles del cielo o del infierno, pero en vez de ello era el pterodáctilo el que daba vueltas y vueltas y graznaba y chillaba sobre nuestras cabezas poniéndome los pelos de punta. Y lo peor es que allá lejos, en el horizonte al otro lado…¡podían entrar más dinosaurios!

Borjius corría ya, en busca de refugio. Boris se tiraba al suelo. El segurata y el feriante no aparecían. Y Maiden…Jo, qué guapa estaba ahí Ana…intentando que el ruso reaccionara, buscando una salida, como una heroína de película.

-¡Nada está saliendo bien, Borjius, corre, corre¡ -le animé, como si fuese necesario. Si es que soy medio tonto. Y luego me planté delante de Ana.

-¡Venga, Maiden, tenemos que escondernos de ese animal, a las casetas!

Que sí, que los dinosaurios eran superguays, me molaban un montón. Pero no tan cerca.

- Mierda, mierda ¡Mierdaaa! - El dinosaurio volador viene directo a por mi ¿Que hago? El barco esta demasiado lejos y además seguro que las jaulas están cerradas, solo me quedan las caravanas.

Corro como si estuviese endemoniado. Voy directo hacia las caravanas, pero no me va a dar tiempo a llegar antes de que el pterodáctilo se lance a por mi. Sigo corriendo hasta que se decide a atacarme. - Me cago en todo. - Me lanzo al suelo rodando, haciendo la croqueta en un intento de evitar que me alcance, aunque casi fue peor el remedio que la enfermedad, no rodé, me hice daño y encima aún no me había atacado el bicho.