Partida Rol por web

[DM06/21] Cor et ignis (Aquelarre & SWAE)

Escena principal

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06/06/2021, 17:33
Noche en Cazorla

Ñeves y Lope

Clara, Ñeves y Lope salieron de la cueva al atardecer y enfilaron el trayecto de vuelta a la aldea, pero pronto la sombra de las montañas les dificultó reconocer el camino que trajeron en el trayecto de ida, haciéndoles avanzar más despacio. Al ponerse el sol tras las montañas, la marcha se hizo peligrosa y no les quedó más remedio que acampar a la espera de un nuevo día. A la caída del Sol, pronto le siguió la bajada de temperaturas y tuvieron que acostarse no solo hambrientos sino también con frío.

Clara se veía dolida y antes que dar explicaciones sobre su visita a la cueva, le devolvió a Lope una pregunta: Habláis de cumplir como si fuera una deuda de honor. ¿Por eso os casasteis conmigo?¿No os casasteis porque me amabais?

Una pequeña hoguera apenas aliviaba la sensación de frío y hubo que hacer guardias para evitar sorpresas.

En su guardia Ñeves sintió una pareja de lobos reposando en las proximidades, vigilantes y protectores. Cruzó una mirada con ellos, que estos le devolvieron junto a un confiado bostezo.

 

Notas de juego

Este es un post de transición. En uno o dos posts, llegará el giro.... ( y Antón será sacrificado al Balrog de la montaña, o bueno, quizá el giro sea otro)

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06/06/2021, 18:05
Ñeves

Ñeves dejó que el matrimonio aclarara sus asuntos mientras ella se encargaba de encender la hoguera con lo poco que tenían y de preparar algo que llevarse a la boca, aunque fueran algunas plantas o raíces comestibles.

Mientras hacia guardia pudo contemplar a aquellos dos lobos y aunque al principio pareció ir a dar la alarma su conducta y gestos hicieron que se tranquilizara e incluso que mirara con una sonrisa a su amiga Clara. Aunque tampoco pudo evitar acariciarse el vientre pues no sabía si ella podría estar también esperando el fruto de la unión con su esposo. 

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07/06/2021, 00:02
Antón de Calatayud

Antón aceptó la hospitalidad que el peculiar grupo le ofreció en su campamento. Sus viandas y su bebida eran sabrosas y aquello deleitó al benedictino. La presencia dócil de los lobos, sin embargo, lo llenaba de inquietud y volvía a hacerle sospechar de la cercanía que aquella mujer tuviera con espíritus malignos.

Sin embargo, prestó atención a cuanto había en el campamento y no vio ningún símbolo satánico. Sí había, en cambio, símbolos paganos, de cultos precristianos, tanto íberos como celtas. La propia Calírroe lo confirmaba con sus palabras, al hablarle de druidas y de celtas, además de hablar de herejes como los cátaros. De los druidas había leído Antón en la obra del benedictino Annonius Floriacensis, quien había escrito cinco libros De gestis Francorum, «sobre las hazañas de los francos». Estos druidas no eran sólo sacerdotes, sino además nobles jueces de aquellas sociedades. Aunque muchos había a quienes aquello podía asustar, Antón lo tenía por cosa comprensible, sólo una superstición pagana más. La curación de los leprosos no había procedido de esos rituales, sino de los remedios y baños naturales de un estanque cercano. Esa era explicación razonable, aun cuando quizá pudiera ser milagrosa. No había por qué sospechar acto contrario a la divinidad, aun cuando estuviera cubierto del disfraz del paganismo.

No diría yo que la Iglesia es dueña de la palabra escrita, si me permitís diferir. Dios es el dueño de la misma, pero la Iglesia trata de conservarla para mejor pasto de su grey. Yo mismo he trabajado como bibliotecario y mi labor ha incluido la copia y conservación de todo tipo de obras, tanto de autores paganos como cristianos. Y es que verba volant, scripta manent, las palabras vuelan, pero lo escrito permanece. Ciertamente, nada humano hay que sea imperecedero sino el alma, pero creo que los libros nos dan la gran oportunidad de seguir escuchando palabras antiguas que, de otra forma, se habrían perdido. Puedo decir, incluso, que tanto entre paganos como entre cristianos brilla la luz divina de la verdad, y así lo he visto en esos volúmenes. El trabajo del sacerdote es complicado, pues debe separar con finura el trigo limpio de la cizaña, pero no todos los sacerdotes tienen buena mano y, en su extremado celo, muchos la emprendan a golpes de hoz, destruyendo hermosas cosechas. No lo hacen, creo, con maldad, sino con ánimo de preservar la integridad de su rebaño, que a veces tampoco es dado a finas distinciones.

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07/06/2021, 03:20
Lope Martínez de Alpuente

Lope se sintió incómodo con el silencio de Clara y después con su pregunta. Que si la amaba... Claro que la amaba, ¿quién no amaría a una criatura como aquella? Pero una gran parte del amor descansa en la confianza y su esposa había destruido ese pilar con un gran mazo. Las historias fantásticas de caballeros hablaban de confianza ciega, de amor imperecedero, de pruebas al amado, de entrega absoluta. Pero precisamente eran eso: historias y cuentos. En la vida terrenal, habitada por seres imperfectos, por pedadores irredentos y por cretinos de toda clase y pelaje, no se le podía exigir a nadie las doce pruebas de Hércules para demostrar amor. Lope comprendía que su mujer, criada en secreto por dos ancianos y posteriormente encerrada en un convento, podía tener la cabeza llena de pájaros; pero él se negaba a bailarle el agua e ignorar todo aquello que veían sus ojos y que percibían sus otros sentidos.

No me respondáis con otra pregunta, Clara. Sois vos la que se ha comportado de manera extravagante... —hizo una pausa porque no estaba seguro de querer continuar su discurso—. No soy yo quien debe demostraros mi amor y mi entrega, pues he acudido raudo a buscaros, sino vos que habéis huido de mi vera sin aviso ni permiso... Si tantas ganas tenéis de estar con vuestra madre auténtica, decidle que baje a la aldea y que viva como cualquier otro cristiano y no como una bruja salvaje en una cueva.

Esas fueron sus últimas palabras antes de dormir y antes de levantarse al alba.

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07/06/2021, 21:37
Rául

La cena había sido con conejos cazados por Rául, era quien se ocupaba normalmente de ello. Se le daba bien estar y sobrevivir en los bosques.

La conversación sobre teología y demás cosas religiosas le traía un poco sin cuidado. Antes aún era algo más deboto, pero en cuanto contrajo la enfermedad y le echaron de su poblado instigados además por el cura local la cosa cambio. En realidad sabía que era más cuestión de hombres que no de la iglesia. Y la prueba de ello era Antón, o eso parecía, pero el dolor y la rabia seguían allí.

Y para qué sirve guardar tantas palabras, si luego los actos son los que mandan. Como si todo el mundo supiese leer y escribir. Tal vez los nobluchos y el clero, pero la gente normal como nosotros no podemos acceder a eso. Y encima ahora nos quieren quitar también la tradición hablada.

Se encogió de hombros.

Quedáos con vuestros libros y vuestra iglesia. Aquí somos felices. No hacemos daño a nadie, más bien al contrario. La ayudamos. O al menos así era hasta ahora.

Esas últimas palabras la dijo mirando a Calírroe.

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07/06/2021, 21:40
Clara

Ñeves y Lope

Al amanecer, Clara dio finalmente una explicación a Lope.
- Zacarías se presentó ante mí ayer cuando pastoreaba a las ovejas y me habló de aquella mujer santa que le había librado de la lepra con sus remedios naturales y los baños en las aguas de la cueva en la que me encontrasteis. Me dijo lo mucho que se parecía aquella mujer a mí y que había tenido que abandonar a la hija fruto de su amor con el obispo. Yo no sabía qué hacer, pero temerosa de la reacción de Zerilo no sabía qué hacer, que bien sé que quiere acabar con la lepra dando muerte a los leprosos. Después de mucho dudar, Zacarías me convenció para acompañarle y así hice. Y ya veo lo mucho que te he ofendido pero no sé qué hubise sido peor. Por Zerilo digo.

Ñeves se percató de que los lobos les siguieron entre la maleza hasta que se aproximaron a la aldea y luego se borraron entre la maleza del sotobosque.

Zerilo no estaba en la aldea ya que le tocaba hacerse cargo de la Atalaya y no lo verían hasta el día siguiente ya que no volvería hasta por la noche después de ser relevado por Hugo.

El día transcurrió sin más incidencias que el cansancio tras haber pasado la noche anterior al raso y al llegar la noche, se entregaron a un sueño merecido y reparador...

... pero en mitad de la noche Clara desperó sobresaltada gritando: - Hugoooooooo - y se quedó sollozando abrazándose a las mantas con el sudor perlándole la frente.

- Soñé que unos moros aprovechando la oscuridad de la noche asaltaban la atalaya y apresaban a Hugo. Lo vi con la misma claridad que te veo ahora, esposo. Era tan real... el reflejo de la luna en el acero al desenfundar sus cimitarras, el olor a sudor, a metal y a cuero de aquellos dos hombres que se acercaron en la noche y el de muchos más escondidos en la distancia.

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07/06/2021, 21:41
Calírroe

Raúl y Antón

Calírroe no parecía aquella mujer de madurez vital que acudió a la cueva al comenzar el invierno. La energía vital la había abandonado, tal como ella parecía haber previsto desde el principio, antes de aquellas largas jornadas rezando a los espíritus de las aguas y las montañas. Ahora era una anciana que esperaba la muerte, satisfecha de una vida plena, aunque algo melancólica por los conocimientos que se habrían de perder tras su marcha. Por eso disfrutaba aquellas horas hablando con Antón de las viejas tradiciones.

Habló de Endovélico, dios de la noche, del inframundo, protector de la tierra y de lo que en ella crece, de la salud y la curación. Así como sus conocimientos de medicina tradicional. Habló de su esposa Ataecina, encargada del curso de las estaciones, de la vida y de la muerte; de Airón, dios de los cauces subterráneos y las simas; de los rituales de fertilidad para bendecir las uniones entre hombres y mujeres y las cosechas.; de las plegarias para santificar y proteger los asentamientos; de las costumbres para vivir en armonía con la naturaleza.

Hablando de ello pasaron las horas y la noche les sorprendió de nuevo. Al siguiente amanecer Calírroe se mostró preocupada: - Algo inquieta a nuestros amigos- Dijo refiriéndose a los lobos - Raúl, sería bueno que fueras a averiguar qué ocurre.

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08/06/2021, 00:09
Ñeves

La noche a la intemperie pasó y al amanecer Clara respondió a su esposo, aunque Ñeves no prestó demasiada atención después de todo aquello era algo que debían arreglar ambos y ella también deseaba regresar a casa y estar junto a su esposo.

Cuando divisaron la aldea Ñeves se despidió de su amiga con un beso en la mejilla, recordándole que podía acudir a ella en cuanto la necesitase y así regresó junto a su esposo pues había pasado casi un día fuera, incluida la noche, por lo que imaginaba que estaría preocupado por ella.

El día pasó con las labores básicas que debía atender y por la noche disfrutó de la compañía y el calor del lecho con su esposo, aunque le pareció escuchar algo en la casa de Lope y Clara por lo que miró a su esposo algo preocupada. 

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08/06/2021, 20:37
Rául

No hizo falta que se lo dijera dos veces.

Sí Calírroe. Seguro que no será nada tranquila. Descansa un poco, hoy te has esforzado demasiado.

El leñador cogió su hacha y una tea de la hoguera y se acercó a los lobos con cuidado. Que no le atacaran no quería decir que estuviese del todo tranquilo junto a ellos. Después de todo eran animales con instintos depredadores. Nunca estaba de más. No obstante no vio nada raro.

¿Qué es lo que pasa chicos? ¿Qué os ha puesto nerviosos?

- Tiradas (1)
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08/06/2021, 21:07
Antón de Calatayud

Antón escuchó con agrado a Calírroe cuando le hablaba de aquellas divinidades paganas. De vez en cuando, sin embargo, una voz en su interior le decía que aquello era peligroso, que aquella no era la sana doctrina promulgada por la Madre Iglesia; más que nada, le atemorizaba que la joven Clara formara parte de aquellos rituales. Y no porque aquellos dioses existieran o porque fueran fuerzas demoníacas, sino porque aquello la alejaba de la verdadera palabra de Dios. Sabía, además, que eso sería un elemento que podría perturbar la paz de la aldea. Una cosa era escuchar esas historias de boca de Calírroe o leerlas en libros, otra muy distinta era que aquellas creencias tuvieran que convivir con otras tan distintas. Antón no había sido formado como pastor de almas, sino como monje y bibliotecario, por lo que un posible conflicto de convivencia sobrepasaba sus habilidades, aunque en su alma se producía un incesante combate que lo incomodaba, una incomodidad que nunca había sentido al estar encerrado en la biblioteca de Ripoll. «Cosa compleja son las almas y las mentes, más compleja que las letras y los libros, por todos los santos», se decía en su perplejidad.

Cuando llegó de nuevo la noche y Calírroe se retiró a descansar, los lobos se mostraron inquietos y Raúl fue a comprobar qué ocurría. Antón agarró su ballesta y se prestó a acompañarlo:

Dejadme que vaya con vos. Cierto es que no soy más que un monje, pero la caza del conejo da para aprender alguna que otra habilidad.

Antón se quedó detrás del leñador, pues aquellos lobos lo llenaban todavía de espanto. Aún recordaba con terror el cadáver del joven Severo, con su garganta seccionada, la precisión con que aquellos monstruos habían segado la vida del muchacho, casi como impulsados más por una perversa razón humana que por pura bestialidad animal. Bien decía el Estagirita en su Ética que de la incontinencia, la bestialidad y la maldad, la peor de las tres era la maldad, acto sólo posible al ser humano por suponer la aplicación de la racionalidad en la ejecución de un acto perverso. Aquellos lobos, sin embargo, parecían estar impulsados por alguna racionalidad perversa, alguna racionalidad humana… o demoníaca.

Escudriñó entonces Antón la oscuridad, en busca de alguna anomalía o ruido en los alrededores que pudiera estar provocando la inquietud de esas alimañas.

- Tiradas (1)
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09/06/2021, 15:56
Lope Martínez de Alpuente

Lope escuchó el sueño de su esposa, como quien atiende los delirios de una enferma de fiebre. Clara parecía embrujada con toda aquella historia de su madre, la bruja del bosque o de la cueva y a su locura sumaba ahora las premoniciones.

El caballero no era tan estúpido como para tomárselo a chanza, mas le atribulaba hondamente la deriva que había tomado su esposa, que había tomado por una muchacha hermosa e inocente. Pero ya sabes, viejo, que la belleza extrema únicamente son obra de Dios o del Diablo. Y si obra del Señor resultara, no iba a estar destinada a un pobre pecador ignorante como tú. Por tanto, ¿acaso no es aquesta criatura del Demonio aun en contra de su voluntad?

Atrapado en la disyuntiva de ignorar la ominosa advertencia de Clara o salir a probar si era por mala fortuna cierta, Lope se devanaba los sesos a medio vestir, con el cinto y la espada en la mano.

Voy a la atalaya. Me llevaré a alguna gente conmigo —comunicó a su esposa y esperó con temor vislumbrar en su rostro algún tipo de burla o sonrisa que indicaran que le estaba tendiendo alguna trampa.

Notas de juego

Lope va a llevarse un par de hombres a la atalaya, para comprobar que Hugo está bien y que no se cumple el sueño de Clara.

Iba a mirar mi ficha para tirar para leer las emociones de Clara, pero me da error y no puedo consultarla.

EDITO: Me llevo a Ñeves y a su marido. A ella le explico el motivo de tanta emergencia.

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10/06/2021, 19:06
Director

Rául y Antón siguieron a la loba dominante (el macho había sido abatido cuando rescataron a Fátima), que resultó bastante inteligente para ser un animal. Entre la maleza a cierta distancia podían entrever de cuando en cuando algún lobo de la manada que andaba merodeando.

La loba les guió hasta una arboleda por la que discurría un riachuelo. Dicha arboleda estaba próxima a la atalaya y resultó estar llena de huellas recientes de caballos y soldados. Encontraron los rescoldos ya fríos de varias hogueras y los restos de la cena. Seas quienes fueran, aquellos hombres estuvieron allí la tarde anterior. Era difícil precisar cuántos eran, pero sin lugar a dudas su número no era inferior a 20. Las huellas continuaban en dirección a la atalaya. Raúl y Antón las siguieron, esta vez por iniciativa propia y yendo la loba detrás.

Al llegar a la atalaya, se encontraron allí a Lope, Ñeves y a su esposo, Carlos de Boadilla, los cuales habían llegado un rato antes y se habían encontrado la atalaya vacía. Los rastros encontrados eran consistentes con el sueño de Clara, un par de hombres había llegado a la atalaya aprovechando la noche y habían sorprendido a Hugo. Había algún signo de resistencia pero no mucho. Tampoco había sangre por lo que era posible que lo hubiesen tomado prisionero.

Una vez neutralizado Hugo, los jinetes acampados en la arboleda, habían avanzado hacia el norte.

 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Lope no detecta burla o trampa en la mirada de Clara. Ella parece espantada por su sueño.

Lope, Clara y Carlos llegan a la atalaya. Después de analizar lo que ven y mientras deliberan qué hacer, se presentan Rául y Antón.

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10/06/2021, 19:29
Ñeves

Ñeves miró a Lope con calma.

- Parece que vuestra esposa estaba en lo cierto... Se han colado... Debemos dar con ellos, proteger la aldea e incluso avisar al resto de fuerzas...

Entonces fue consciente de la presencia de Raúl y el Padre Antón.

- Bienvenidos... ¿Cómo fue todo? 

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10/06/2021, 19:40
Carlos de Boadilla

-Según las últimas noticias que escuché, cuando pedí a mi señor feudal que me licenciara para poder casarme contigo, es posible que no haya "resto de fuerzas". El Rey Pedro de Castilla está luchando contra Aragón y los caballeros de Calatrava están asistiéndole en esa guerra y también reforzando Córdoba para desanimar a los almogávares granadinos a realizar algaradas. Pues en esa frontera las cosas se habían puesto calientes este otoño.  Las fortalezas en la Mancha no estarán vacías, pero sí con el contingente mínimo.

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10/06/2021, 21:53
Antón de Calatayud

A Antón le sorprendió que la loba se manejara más como si fuera un sabueso que una loba. Al seguir el camino que les marcaba, descubrieron restos de una pequeña expedición militar que terminaban en la atalaya, donde se reencontraron con Lope y Ñeves, acompañada de Carlos. Ante la pregunta de Ñeves, Antón puso gesto serio:

Hasta agora, la cosa marchaba bien, pero paréceme que no por mucho tiempo. Hemos visto restos recientes de un campamento, huellas de hombres y caballos, posiblemente más de veinte. Quienes fueran los dueños de esos vestigios se han llevado cautivo a Hugo —su rostro se ensombreció, pues esperaba que realmente fuera cautivo y no algo peor.

Antón escuchó preocupado las palabras de Carlos, y no sólo por la invasión y la derrota que podían estar vaticinando, sino porque lo último que quería el fraile en ese momento era verse envuelto en emboscadas o, peor aún, en guerras. Él sólo quería llegar a Granada con Dionisu, para disfrutar de los librescos volúmenes de la biblioteca del emir y luego unirse a su vida errante como goliardo.

¡Ah, dicam horrida bella! —exclamó indignado el monje citando un pasaje de Virgilio mientras daba varias vueltas alrededor de la atalaya, más por liberar su ansiedad que por otra cosa—, «hablaré de las horribles guerras», pues eso son, horribles; gallardas para los libros, sí, pero indeseables para los vivos.

Él no era hombre de armas y no sabía qué hacer en esos momentos, así que simplemente siguió dando vueltas a la atalaya mientras refunfuñaba en latín, griego, hebreo y hasta en árabe.

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10/06/2021, 22:34
Rául

Rául siguió a la loba con recelo, más cuando encontraron el campamento se preocupó. Pues estaba demasiado cerca de su hogar para quedarse tranquilo. No obstante se habían marchado, y aquello era bueno.

Si se han marchado mejor que mejor. Demasiada gente aquí para mi gusto. Y armada para más señas. Eso nunca es bueno para nosotros, pues siempre encuentran algo de que acusarnos y así poder echarnos o algo peor.

Hablaron de un tal Hugo que habían raptado, aunque no entendía cómo sabían que había sido él precisamente a quien se habían llevado. El otro hombre hablaba de que no habían refuerzos para algo.

¿Es que la guerra está llegando hasta aquí? ¿Quién esta gente?

No le gustaba la idea de enfrentarse a hombres armados. Pero si iban a atacar la zona Calírroe podía correr peligro. Se acercó a una de las huellas y las siguió unos pasos.

Son muchos. Dejan un rastro fácil de seguir.

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11/06/2021, 15:33
Lope Martínez de Alpuente

Un rastro fácil de seguir pero suficientes moros como para que sea muy difícil rescatar a Hugo... —miró en derredor sopesando las probabilidades: el marido de Ñeves había sido soldado y ella misma se apañaba con la espada; pero el hermano Antón era hombre de letras y no de armas y del ex leproso, que en la cueva se había motrado muy gallito, no tenía referencia alguna. Si decidían ir tras los captores habían de idear un buen plan.

De momento habrá que seguirles para encontrar la mejor oportunidad de emboscarles o de sacar a Hugo de su cautiverio con otras artes más sutiles. En cualquier caso enviaremos un hombre a donde la Orden de Calatrava, por ver si nos prestan su ayuda. Si quisieran haberlo matado lo habrían hecho ya. Pedirán rescate, dada su condición de fráter, aunque no sé si habrá alguien dispuesto a pagar.

Notas de juego

Disculpad el plantón de ayer. Cuando me pegan fuerte las cervicales no puedo hacer casi nada y mucho menos sentarme delante del PC.

Pues la idea es organizar la partida de búsqueda y avisar a los calatravos.

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12/06/2021, 12:46
Director

Las huellas se dirigían al norte, eran fáciles de seguir, pero había dos moros viajando en retaguardia, a distancia del grupo principal, con lo que Rául no fue capaz de aproximarse por miedo a ser descubierto. A punto estuvo de serlo cuando quiso acercarse, pero la loba alfa, junto con otros lobos que no andaban lejos, generaron una distracción que le salvó en el último momento.

El contingente de sarracenos era un grupo de entre 30 y 70. Pero ese era un margen demasiado grande para saber cómo actuar. Eran una expedición militar que avanzaba oculta por la sierra, en silencio y disciplinada. Con parejas de exploradores experimentados que se anticipaban a posibles contratiempos.

Los sarracenos acamparon en la cara norte de la sierra para pasar el día, ocultos en una arboleda tupida. No estaban interesados en la sierra, sino en una incursión hacia el norte, hacia tierras castellanas. ¿Era una algarada de saqueo?¿Eran suficientes para asaltar un castillo como el de Calatrava la Nueva si lo hacían de noche y este estaba mal guarnecido como probablemente estaría según contaba el marido de Ñeves? No podían saberlo. Era el momento de tomar una decisión.

Notas de juego

Disculpad el plantón de ayer. Cuando me pegan fuerte las cervicales no puedo hacer casi nada y mucho menos sentarme delante del PC.

Pues la idea es organizar la partida de búsqueda y avisar a los calatravos.

Bueno, yo he pasado unos días un poco cascado, así que aunque tú hubieses posteado, yo tampoco hubiese avanzado con la historia.

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12/06/2021, 13:07
Ñeves

- Podríamos intentar avisar a las escasas guarniciones que se encuentran en su camino además de intentar conducirles hasta una emboscada, prender fuego a su campamento, usar aceite... No sé, algo con lo que poder retrasarlos e incluso acabar con ellos...

La verdad es que Ñeves estaba algo asustada pues era la primera vez que se encontraba ante un contingente tan grande y su esposo podía adivinar eso mismo en su mirada. 

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12/06/2021, 16:55
Rául

A Rául no le hacía ninguna gracia acercarse a un grupo tan numeroso de moros. De moros armados además.

Desde luego enfrentarse a ellos no es una opción. Si queréis eliminar a su retaguardia y hacer que retrasen un poco se puede, pero cualquier otra cosa es un suicidio. Y no tengo ningunas ganas de morir, sinceramente.

Si aquella gente quería morir por una causa el leñador no se lo iba a impedir. Pero él tenía otras responsabilidades.

¿Y bien? ¿Qué queréis hacer?