Partida Rol por web

[DM06/21] Cor et ignis (Aquelarre & SWAE)

Escena principal

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12/06/2021, 17:45
Antón de Calatayud

Siguieron el marcado rastro de aquellos hombres hasta dar con un contingente numeroso de tropas moras. Mientras pensaban qué hacer, Antón miró con sorpresa las propuestas de Ñeves. ¿Se había vuelto loca aquella blanca muchacha? ¿Qué emboscada podían tender ellos cinco a aquel pelotón? ¿Cómo iban a prenderles fuego al campamento? El monje estaba totalmente sobrepasado por la situación. ¿En qué momento podría olvidarse de estas cuitas, de estos desvaríos de armas, muerte y peleas? Él sólo quería llegar a Granada y sumergirse en la biblioteca del emir, descubrir nuevas joyas literarias y filosóficas. Beatus ille qui procul negotiis! «Dichoso aquel que lejos de los negocios», y tan dichoso, pensaba Antón.

¿Acabar con ellos, mujer? Por todos los santos, no creo que siquiera podamos empezar con ellos, que nos superan por más de diez veces. ¿No sería posible enviar a algún jinete veloz que dé la voz de alarma en Calatrava? No veo yo otra solución que aquesta, salvo que queramos poner fin a nuestros días.

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14/06/2021, 05:44
Lope Martínez de Alpuente

Son demasiados y si eliminamos a la retaguardia se pondrán en alerta... —la rabia consumía a Lope, pero más fuerte era el miedo a ser descubiertos y eliminados por aquella numerosa compañía de granadinos—. No nos queda otra que adelantarnos y avisar al maestre de la Orden. Aquella fortaleza será más fácil de defender aunque cuenten con pocas gentes. Necesitamos caballos y galopar veloces como el céfiro.

No se le ocurría ninguna opción mejor y aquello le desesperaba.

- Tiradas (1)

Notas de juego

He hecho una tiradita de Tácticas por si el máster me podía mostrar un plan mejor, pero ha sido un fallo.

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14/06/2021, 11:48
Ñeves

Se encogió de hombros ante las palabras del resto.

- Ustedes piensan como guerreros, yo como lo que fue mi padre, un bandido... La aldea no parece correr peligro, aún así quizás deberíamos poner en aviso también a nuestros vecinos... 

Tras aquellas palabras volvió a callar, después de todo poco más tenía que aportar y ella haría lo mismo que siempre había hecho, seguir ordenes. 

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15/06/2021, 12:28
Rául

Rául sonrió ante el comentario de Ñeves. Le hacia gracia lo de que su padre era un bandido. Seguramente en realidad era alguien que quería dar de comer a su familía y había tenido que tirarse al monte a robar a las aldeas prósperas y la nobleza. Así eran la mayoría de bandidos en esos tiempos.

Sinceramente a mí me trae sin cuidado lo que hagan esos moros mientras se alejen de aquí. Yo me vuelvo pues he de velar a Calírroe. Está muy enferma y le queda poco tiempo. Puedo avisar a vuestra aldea de paso que voy a nuestro campamento, me pilla de camino.

El hombre de los bosques omitió el hecho de que quería hablar con Clara acerca de su madre, ella no sabía lo mal que estaba y tenía derecho a conocer aquel dato.

Notas de juego

Rául no conoce a Hugo y no le importa nada lo que le pase. Al contrario que con la bruja Calírroe, así que se vuelve.

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15/06/2021, 15:32
Lope Martínez de Alpuente

Lope miró con desprecio al ex leproso. La soberbia de aquel villano le resultaba estomagante, mas nada podía hacer por obligarle a cumplir ninguna orden. La joven Ñeves tampoco se mostraba muy entusiasmada con el rescate al malhadado Hugo, lo cual le dejaba a él solo con Carlos y, tal vez, con el hermano Antón.

Podéis avisar a las aldeas mientras don Carlos y yo mismo cabalgamos hasta el castillo de Calatrava, tanto para avisarles como para buscar algún tipo de refuerzo que nos permita, al menos, localizar a don Hugo y asegurarnos de que aún respira.

No esperó más dilaciones y comenzó a bajar hacia su casa para proveerse de montura y agua para lo que se presentaba como una larga cabalgada.

Notas de juego

Creo que nos separamos entonces, ¿no? Cada uno cumple una parte de la misión.

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15/06/2021, 16:39
Director

Notas de juego

Los nazaríes descansan durante el día, pero Lope ha de volver a la aldea para coger su montura y otra de refresco. Quizá así pueda ganar tiempo, luego cabalgará como llevado por el diablo. Así que necesito una tirada de cabalgar a ver cuánto te adelantas.

Tirada de Cabalgar para Lope.

Carlos le acompaña con otras dos monturas, pero no tira. Se acoge a la tirada de Lope.

Por cierto, no recuerdo cuál fue la subida de Lope. Recuérdamela.

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15/06/2021, 16:44
Ñeves

Ñeves se acercó hasta su esposo para besar sus labios con delicadeza, un beso que esperaba no fuera de despedida. 

- Buscaré señales por la atalaya, quizás no se hayan llevado a Hugo y esté herido en algún lugar... Además, yo misma velaré por la Aldea y haré que avisen a nuestras vecinas... Debemos estar unidos, especialmente por si viniera otra fuerza estar prevenidos y poder hacer algo... - Miró a ambos hombres, especialmente a su esposo - Tener cuidado... 

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15/06/2021, 22:39
Antón de Calatayud

Antón no estaba en su salsa. ¡Diablos, estaba a miles de leguas de estar en su salsa! Él no podía acompañar a Lope y Carlos, pues de hacerlo no sería más que un estorbo para aquellos dos aguerridos y diestros jóvenes, él no tenía destreza cabalgando, y así se lo hizo saber:

Buenos caballeros, cabalgad vosotros, pues si os acompañara no sería más que una rémora en vuestro camino. Es mejor que vaya con Ñeves a la aldea, por si puedo ayudar ahí, ya sea con mi consejo, mi consuelo o mi ballesta… aunque por Dios espero que estos infieles no se acerquen a la aldea o estaremos perdidos. Id con Dios.

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17/06/2021, 06:42
Lope Martínez de Alpuente
- Tiradas (1)

Notas de juego

Me la subí a d8.

Creo que es la primera tirada que me sale así de bien.

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17/06/2021, 18:10
Director

Una semana había durado el viaje de ida desde el castillo hasta la aldea llevando carros y ovejas. Lope y Carlos hicieron el camino inverso en menos de dos jornadas. Cabalgando noche y día, primero agotando los dos caballos que llevaban cada uno, después cambiándolos por otros de refresco en cuanto dieron con la primera población en el camino.

Los habitantes del poblado, gentes conocedoras del peligro de vivir en la frontera, cedieron monturas a Lope y corrieron a alertar a los pueblos vecinos. Lope y Carlos apenas dieron unas cabezadas en los dos días de cabalgada.

 En Calatrava la Nueva la misión de Lope, Hugo y Ñeves era conocida, por lo que, en cuanto dio el aviso, se comenzaron los preparativos para plantar cara a los nazaríes. Apenas quedaban frateres de Calatrava en el castillo, pero en los pueblos cercanos se movilizaron voluntarios con celeridad.

Los nazaríes planeaban una algarada. Una incursión que pretendía sembrar el terror en los castellanos al tiempo que hacerse con esclavos y algo de botín. Sin factor sorpresa la algarada en una incursión mínima.

A los nazaríes no les quedó más remedio que dar media vuelta y el único botín que se llevaron fue a Hugo como rehén. La sierra no les proporcionó cobijo, pues los lobos y los aldeanos emboscados guiados por Rául y Ñeves estaban atentos para dar muerte a aquellos sarracenos que se separaban del grupo principal. Maldiciendo a gritos la sierra "maldita", los nazaríes se apresuraron a dejarla atrás galopando hacia Sierra Nevada.

Tras un merecido descanso, Lope y Carlos volvieron a la aldea. Clara visitaba a Calírroe y los ex-leprosos fueron invitados a volver a la aldea, pues su curación fue recibida como un milagro. Incluso procesionaron a la cueva del agua donde colocaron la imagen de una virgen tallada de madera. Finalmente llegaron los familiares de Zerilo y Agnes, dando estabilidad a la aldea. Los días transcurrían en paz y armonía... pero esa armonía pronto se vería amenazada....

Notas de juego

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17/06/2021, 18:32
Rául

Al final parecía que la sensatez cuajaba y no iban a enfrentarse a aquel ejercito morisco. El adelantarse y avisar al castillo era lo mejor que podían hacer. Rául repasó lo que conocía de aquellas tierras para indicarles un camino más rápido y con menos posibilidades de encontrarse patrullas enemigas. No iba a ir con ellos, pero no quería decir que no les pudiese ayudar a cumplir su cometido.

Te ayudaré a buscar por aquí cerca, aunque me parece extraño que hayan entrado a por ese muchacho que decís y que se marchen sin él. Pero no cuesta nada probar.
Y si váis vosotros a avisar las aldeas podré volver antes yo con Calírroe.

Las indicaciones del leñador a Lope eran claras y concretas, deberían poder llegar bien.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Hago una tirada por supervivencia para conocer algún camino rápido o atajo. Mi intención es usarlo en plan ayuda para sus tiradas de cabalgar. Si sirve tendría un +3 a la tirada, le he hecho un mapa en 3D. XD

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17/06/2021, 18:40
Director

Notas de juego

Death, nos hemos pisado.

En cualquier caso, tu tirada ayudaría más la tirada de cabalgar y haría más sólida la rápida respuesta de los castellanos para frustrar la algarada Nazarí.

Doy por resuelto el desafío de la algarada y mañana continúo con el giro final.

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20/06/2021, 10:23
Antón Núñez de la Barbuda

Los días transcurrieron con apacible calma. La primavera dio paso al verano. El embarazo de 6 meses de Clara era ya visible. Calírroe se fue agotando y murió serena a primeros de Junio. Antes de morir tuvo tiempo de dar testimonio largo y detallado de sus tradiciones y conocimientos tanto a su hija como a Antón de Calatayud, dejando su conocimiento como legado.

Clara tenía un don con los animales y a veces veía en sueños fragmentos de cosas que sucedían después. Comenzó a dar muestras de inteligencia y carisma, por lo que tomó con provecho las lecciones de su madre y comenzó a ser una referencia de consulta en la aldea al mismo nivel que lo era Antón.

Pero cuando todo parecía transcurrir sin sobresaltos, a principios de julio, al comenzar a caer el sol, se presentó en la aldea Antón Núñez de la Barbuda, el abad de Lorca que mandó emparedar a Clara, junto con media docena de frateres, montados en buenos corceles y con cotas de mallas bajo los hábitos.

- Buenas tardes buenas gentes. Dios bendiga esta aldea. Soy el abad de Lorca y os ruego que nos obsequiéis con vuestra hospitalidad a mi y a mis hermanos, pues venimos cansados de larga jornada y aún nos quedan otras por completar.

Los habitantes de la aldea se congregaron guiados por la curiosidad.

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20/06/2021, 11:52
Ñeves

Ñeves estaba también encinta de poco menos de unos tres, a aquella hora se encontraba realizando algunas labores de campo cuando percibió la llegada de aquella comitiva y en cuanto reconoció al abad corrió a buscar a Clara para convencerla de que ambas debían intentar ocultar sus rasgos, disfrazarse o buscar la forma de que aquel monstruo no las reconociera.

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20/06/2021, 14:12
Antón de Calatayud

Durante la primavera, Antón había seguido acudiendo a conversar con Calírroe, cuyo estado de salud era cada vez más frágil hasta que falleció. Durante aquellas conversaciones, Antón escuchaba a la mujer hablar sobre sus costumbres y tradiciones y, de vez en cuando, trataba de tomar alguna nota en los márgenes y páginas libres del pequeño librito de gramática y poemas que había sacado de Ripoll. Con aquello podría llegar a escribir un libro, De paganorum moribus tempore nostro, o algo similar, para formación de clérigos en zonas donde estos cultos estuvieran extendidos. Muchas veces se odia por temor a lo desconocido, pensaba Antón en su ingenuidad libresca, y bastaba conocer para dejar de temer.

Sin embargo, le producía cierto estupor y algún que otro remordimiento de conciencia ver el estado casi sacerdotal que había adquirido la joven Clara dentro de la comunidad. Si bien intuía que era mejor no inmiscuirse demasiado en la convivencia de una aldea que él pensaba abandonar antes o después para continuar camino hacia Granada, tampoco dejaba de sentir el peso de su responsabilidad como pastor de las almas a él encomendadas por el Maestre don Diego. Y, así, a veces pensaba que no podía permitir que los aldeanos se dieran a semejantes supersticiones paganas, mientras que otras pensaba que qué mal había en aquello, pero la mayor parte del tiempo se debatía en la duda entre estos dos extremos.

Llegó el verano y, un día, apareció en la aldea el abad de Lorca, a quien Antón no conocía. Se presentó ante él:

Buenas tardes os dé Dios, hermano. Yo soy el hermano Antón de Calatayud, a quien el Gran Maestre don Diego López de Padilla encomendó el cuidado de las almas en esta aldea. Sed bienvenidos. Nuestra hospitalidad es humilde, pero por supuesto que siempre hay espacio y alimento para los servidores de Dios.

A Antón, sin embargo, no le pasó desapercibido el pesado ropaje que vestían los hermanos, con abultadas cotas de malla, lo cual le llamó la atención.

Pero decidnos, ¿adónde van los hermanos lorquinos tan pertrechados? ¿Acaso han recibido algún encargo defensivo en estas tierras fronterizas? ¿Hay noticias acerca de nuevas incursiones moras?

- Tiradas (1)

Notas de juego

He hecho una tirada de notar, por si Antón percibía algún detalle más, pero ha sido un fracaso :P

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20/06/2021, 17:43
Rául

Pese a que Rául sabía que Calírroe estaba muy enferma, y ella misma ya le había dicho que no tardaría en perecer, no se lo tomó muy bien al principio. Reverenciaba a la mujer como si de una santa se tratase. Puede que incluso más aún. Y habría hecho cualquier cosa por ella. De ahí que cuando la mujer murió su principal preocupación fue la protección de Clara, cosa que la sanadora le pidió en su lecho de muerte.
No es que estuviese siempre con ella. Pues Lope, el marido de Clara, y él no se llevaban lo que se dice bien. Pero había visto como se las gastaba y se aseguraba que no le pasase nada. Siempre tenían leña suficiente y caza abundate. No les faltaba de nada en ese aspecto. Y cuando el soldado no estaba con ella, sí lo estaba Rául.

Cuando llegó el abad de Lorca a la aldea el leñador se sentía intranquilo. No era la primera vez que había tenido que sufrir que la iglesia les amenazase y les persiguiese, aunque ya no era un leproso aquello no se olvida. Y también sabía lo que solía pensar la misma de las habilidades de Calírroe, que se habían extendido a su hija, por lo que quería tener un ojo avizor por si acaso. Sobre todo al verlos tan bien armados. Más valía prevenir que curar.

- Tiradas (2)

Notas de juego

No sé si estaré con Clara cuando aparezca Antón, el malo no el nuestro, de momento tiro por estar escondido y poder ver qué sucede.

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21/06/2021, 21:49
Antón Núñez de la Barbuda

El abad descabalgó y dio sus bendiciones a los parroquianos. Los otros frateres descabalgaron también y aprovecharon para desentumecerse y mezclarse con la gente. Repartieron entre los aldeanos unos pellejos de vino, lo que alegró el ánimo pues era raro de catar estando en la aldea. Estos les correspondieron con hogazas y guisos con los que recobrar fuerzas.

Pero decidnos, ¿adónde van los hermanos lorquinos tan pertrechados? ¿Acaso han recibido algún encargo defensivo en estas tierras fronterizas? ¿Hay noticias acerca de nuevas incursiones moras?

- Hermano, vivimos tiempos convulsos. Los reyes cristianos guerrean entre sí malogrando las tierras y matando a los hombres sobre los que ambicionan reinar. Los moros nos amenazan por el sur, la peste puede brotar en cualquier parte. El señor pone a prueba nuestra fé y nuestras convicciones. ¿Quién no se sentiría tentado a elegir un camino fácil? El maligno se hace fuerte y extiende su sombra sobre los reinos de los hombres ofreciendo una vida de placeres y facilidades a cambio del alma inmortal. Tal ha sucedido en el condado de Rincón y como hombres de Dios, pero también hombres de acción, vamos a limpiar el mal antes de que extienda su corrupción. Tenemos indicios claros de brujería. Muchas pobres y confundidas almas están amenazadas y merecen no solo nuestra misericordia sino nuestra acción determinada para salvarlas. El señor recibe con los brazos abiertos a los hijos que vuelven al rebaño.

Notas de juego

Deathstalker, tomo nota de tus tirada de Notar y te guardo el resultado para cuando haya algo que ver.

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21/06/2021, 23:33
Antón de Calatayud

Mientras acompañaba a los hermanos lorquinos durante la comida, escuchó las palabras del abad. Aquellas palabras referentes a la brujería le hicieron sentir un escalofrío. Sin duda alguna, se debía referir a Calírroe, Clara y el pequeño «culto» que se había ido formando a su alrededor. El benedictino se dio cuenta de que, si se llegaba a descubrir el alcance de esa situación, él también podría correr peligro, pues no había sido vehemente contra esas prácticas supersticiosas, sino que había permitido en la medida de su buen juicio que los aldeanos las adhirieran. Alejado de la civilización, en aquel paraje boscoso, la realidad se veía de modo distinto, menos dogmática, más abierta a la posibilidad de que cada cual se desarrollara como su espíritu y su conciencia mejor se lo indicara. Ahora, sin embargo, que aparecía de nuevo la voz del dogma frente a él, encarnada en este abad y sus fráteres, volvió de un golpe a la realidad. Y temió por su vida, no sólo por la de la joven Clara.

Miró disimuladamente a su alrededor y se dio cuenta de que Clara no estaba allí, entre ellos, lo cual lo tranquilizó. Tampoco vio a Ñeves. Quizás estaría con Clara, pues a menudo se las podía ver juntas de forma cómplice. Antón decidió que sería mejor no esquivar el problema que se planteaba ante él y trató de persuadir al abad de que, por más que las prácticas que algunos aldeanos del lugar llevaban a cabo no fueran las más ortodoxas, no había riesgo en ello para sus almas:

Ciertamente son tiempos convulsos, como decís. Aquí, sin embargo, como podéis ver, no hay placeres ni facilidades, sino al contrario mucho trabajo, esfuerzo y sufrimiento para lograr construir una comunidad cristiana entre las dificultades. Más fácilmente encontraréis placeres en palacios, cortes y curias que entre estas sencillas gentes, quienes sin duda cumplen cada día con el infausto mandato divino: In sudore vultus tui vesceris pane, «Te alimentarás de pan con el sudor de tu frente». Esta pequeña aldea es una naciente colonia bajo el auspicio de don Diego López de Padilla, quien me encargó personalmente que me encargara de cuidar las almas que aquí están. Sin embargo, las almas son como las ramas de los árboles y las más rígidas son las que más fácilmente se quiebran; a veces, es preferible un alma flexible que no se rompa. Desconozco qué indicios de brujería os han llegado, pero en esta región sólo hay gentes que creen en Dios Nuestro Señor con sencillez, aunque a veces las formas que reviste la sencillez no pueda ser por los sabios comprendida; pero de ahí a hablar de brujería… mucho trecho hay, me temo. Tú y yo, hermano, somos hombres de letras y conocemos cada detalle de la recta fides et doctrina, pero, del mismo modo que no se puede pedir a un niño balbuceante que hable como un adulto, no podemos pedir a los aldeanos que conozcan los complejos recovecos de nuestra magna teología. Esta es una santa comunidad cristiana, no debéis preocuparos por los rumores que os hayan podido llegar.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Hago tirada de persuasión, por si sirviera para el caso.

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22/06/2021, 01:17
Lope Martínez de Alpuente

Aun habiéndose malogrado la algarada, Lope Martínez de Alpuente regresó a la aldea cabizbajo y más avinagrado que de costumbre. Había perdido al joven Hugo, igual que antes había perdido a su tutor. Se volvió más huraño, callado y se dejaba ver lo imprescindible por la aldea.

Así, la muerte de la madre de Clara fue un evento que vivió desde lejos: dio el pésame a su hija y poco más. Clara estaba encinta de su primer hijo y Lope andaba, como todo padre primerizo, preocupado por mil pensamientos funestos, que se unían a aquellos que albergaba acerca de su esposa. El ir y venir del ex leproso tampoco contribuía a calmar su inquietud, pero Clara le aseguraba que nunca haría nada que les pusiera en boca de los vecinos.

Dejó de frecuentar al padre Antón y a la parroquia, por los mismos motivos que atormentaban su mente. Le había confesado todos sus temores y sus vergüenzas, pero se arrepintió un tanto al recordar la lengua suelta del monje; mas confiaba en que éste mantuviera el secreto de confesión.

El poco tiempo que pasaba fuera de casa y de sus obligaciones lo dedicaba a rememorar hechos de armas con Carlos, el marido de Ñeves, el único con el que podía olvidar sus tribulaciones aunque fuera por unas horas.

El día que Diablo dispuso que el abad de Lorca pusiera sus sucios pies en la aldea, era Carlos quien estaba junto al caballero villano.

Compañero, vais a tener que confiar en mí aunque lo que os pida locura os pareciera. Buscad a Raúl y a cuanto hombre sepa empuñar siquiera un biergo y colocaos con disimulo cerca de donde descansan los frateres. Si el abad tomara la decisión de ordenar a los suyos sacar a alguien por la fuerza o, aun peor, darle muerte, que no os tiemble el pulso y vended cara vuestra vida; pues este demonio disfrazado con el hábito no estima la de nadie.

Lope se colocó su cota de mallas y la espada y una daga al cinto al salir de su casa para recibir al abad. Siendo soldado y habiendo una atalaya, tal aspecto no debía levantar sospechas en el clérigo; empero, por si acaso, había dejado su escudo en el caballo, que había ordenado aparejar por si hubiera menester de luchar a caballo.

Una vez tomadas estas precauciones, besó a sus esposa y le rogó a Ñeves que cuidara de ella, que huyeran a la cueva de Calírroe a la más mínima señal de peligro y que aguardaran allí hasta que alguien le asegurara que el peligro había pasado. Finalmente, cuando el hermano Antón terminó de hablar, se dejó ver en la plaza, avanzando hacia el clérigo para mostrarle el debido "respeto"*.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Siento el tochaco, pero quería actualizar a Lope antes de este encuentro.

No recuerdo muy bien si el abad conoce a Lope por su nombre o por su aspecto. En Lorca no fue a verle pero participó en la fuga de Clara.

He hecho una tirada de Persuasión para que Carlos no me tome por loco y, por lo menos, anden precavidos. Lo de luchar contra los fráteres imagino que ya será más difícil y dependerá de cada uno.

*Vamos, que le saluda, le besa el anillo y se queda cerca de él por si hay que ponerle la daga al cuello.

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22/06/2021, 09:27
Ñeves

Ñeves asintió pues aunque no le gustaba la idea de esconderse ella había jurado proteger a Clara por lo que tomó algunas provisiones, mantas, odres de agua y rosas de abrigo para acompañar a su amiga hasta la cueva en donde habían conocido a su madre.

Sabía que el Abad iria a por Clara y a por ella misma si las veia, por lo que tomó los caminos y senderos más ocultos, evitando al abad y sus guardias para adentrarse hasta la cueva.

Se despidió de su esposo con afecto, prometiéndole volverse a reunir cuando aquellos hombres se marcharan. Hombres que aunque usarán máscaras de devotos, no dudaban en emparedar a jóvenes mujeres.